47 - Departamento de Diseño
El resto de la mañana transcurrió de manera monótona. Jake y Sunghoon se dedicaron a preparar sus maletas y, para cuando terminaron, el reloj marcaba casi el mediodía. Sin más demora, salieron rumbo a Courante.
Al llegar, descendieron del auto y optaron por tomar la ruta más discreta: ingresaron por la entrada trasera, evitando cualquier posible encuentro con el resto de empleados. Caminaron hasta el ascensor, y antes de separarse, Sunghoon se inclinó ligeramente hacia Jake, dejando un beso fugaz en sus labios.
—Nos vemos luego —susurró con una sonrisa antes de alejarse.
Jake lo siguió con la mirada hasta que desapareció tras la puerta del edificio. Un calor sutil se instaló en su pecho, pero no se detuvo demasiado en ello. Se giró y se dirigió directamente al departamento de marketing.
Apenas cruzó la puerta, Helen se acercó con paso firme y el ceño fruncido.
—¿Por qué llegaste tarde? —preguntó, cruzándose de brazos.
Jake exhaló un suspiro, anticipando la reprimenda.
—La señorita Tetsu me autorizó. Fue por una razón de fuerza mayor —respondió con tranquilidad.
Helen apretó los labios, claramente insatisfecha con la respuesta, pero no insistió. En su lugar, desvió la mirada a su pantalla y comentó:
—Sunoo envió a su asistente a informar que quiere verte.
Jake asintió. Apenas tuvo tiempo de dejar su bolso en su escritorio antes de encaminarse al departamento de diseño.
Lo primero que notó sl llegar fue la diferencia abismal entre ambos espacios de trabajo. A diferencia del orden meticuloso de marketing, el área de diseño era un torbellino de creatividad.
Bocetos cubrían las paredes, algunos trazados con precisión y otros con anotaciones y correcciones apresuradas. Muestras de tela colgaban de percheros improvisados, y las mesas de trabajo rebosaban de papeles, costureros y tabletas gráficas.
Al llegar a una de las estaciones de trabajo, Jake divisó a Sunoo inclinado sobre un diseño, con la concentración reflejada en cada uno de sus gestos. A su lado, una joven repasaba un boceto con un lápiz en la mano, escuchándolo con atención. Sunoo hablaba con la seguridad de alguien que dominaba su arte, y cada vez que señalaba un detalle en el papel, su voz transmitía una mezcla de exigencia y pasión.
—No, no, aquí deberías ajustar la costura un poco más —indicó, marcando con precisión el punto exacto con la punta de su lápiz—. Si lo dejas así, la caída no será la que buscamos. Prueba con este ajuste y verás la diferencia. —La chica asintió con una sonrisa, tomando nota de la sugerencia antes de regresar a su boceto.
Sunoo levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Jake. Jake se quedó quieto unos segundos, pero entonces, Sunoo vio a lo lejos a un diseñador que pasaba por la estación. —Dame un segundo —murmuró, y sin pensarlo, lo llamó con un gesto y se levantó rápidamente para interceptarlo,—¡Un momento! —dijo, con tono firme al acercarse al joven que iba caminando. El chico se detuvo, pero su rostro mostraba una clara señal de sorpresa. Sunoo observó con atención la prenda entre sus brazos.
—Este material... —comenzó Sunoo, señalando la tela que el chico estaba usando—. Esto no es lo que acordamos. ¿Te has fijado en el presupuesto? Esto se está saliendo del límite, y sabes que no podemos permitirnos eso. Vestir de lujo no significa siempre elegir las telas más caras, sino saber usarlas con criterio.
El chico, claramente fastidiado, miró hacia otro lado antes de responder.
—Lo corregiré, no hay problema.
Sunoo lo observó por un momento, notando su actitud. Su mirada se endureció ligeramente y, sin perder la compostura, añadió con firmeza:
—Nos vemos en mi oficina más tarde. Necesito hablar contigo sobre esto.
El chico, aunque algo reacio, asintió de forma vaga y se alejó.
En ese momento, otro diseñador se acercó, sosteniendo su diseño con una expresión de nerviosismo. Sunoo relajó su postura al instante, sonriendo levemente y acercándose al chico.
—Este diseño es excelente. Si sigues así, podríamos usarlo en la próxima colección —dijo con una sonrisa, mirando el trabajo del chico con admiración.
El joven diseñador se mostró visiblemente emocionado, su rostro iluminado por la sorpresa y el entusiasmo. —¿De verdad? ¡Eso sería increíble!
Sunoo, satisfecho por su trabajo, le dio un apretón cálido en el hombro.
—Sí, sigue trabajando así, y esto será solo el inicio. Estoy seguro de que tienes mucho que ofrecer.
El chico sonrió de oreja a oreja, agradecido por el reconocimiento, y regresó a su estación con una renovada energía. Sunoo, contento de ver la reacción, volvió a dirigirse a Jake, quien lo había estado observando en silencio, fascinado por la forma en que Sunoo manejaba su departamento.
No solo era un director talentoso, sino también un líder que parecía estar en sintonía con cada pequeño detalle del proceso creativo. Sabía exactamente en qué fase se encontraba cada prenda y qué ajustes necesitaban para alcanzar la perfección.
Finalmente, Sunoo se acercó a él. —Alcancé a ver tu propuesta —dijo cruzándose de brazos—. Prefiero que hablemos de esto de frente, por eso te pedí que vinieras.
Sunoo giró sobre sus talones y lo condujo a su oficina, un lugar visiblemente más ordenado que el resto del departamento. Se sentó en su escritorio, indicándole a Jake que tomara asiento frente a él.
Mientras Jake se acomodaba, su mirada recorrió rápidamente el escritorio de Sunoo. Fue entonces cuando notó una foto enmarcada en una esquina. Era un selfie de Sunoo, con su rostro parcialmente visible en la cámara frontal. Solo se veía su mentón y una pequeña sonrisa. Su brazo abrazaba a alguien más alto, pero esa persona quedaba fuera de foco. Sólo se alcanzaba a ver una camisa oscura, pero no el rostro.
Aunque Jake sabía que la persona era Riki, no podía evitar pensar que Sunoo había elegido esa foto cuidadosamente, mostrándole al mundo que estaba en una relación, pero sin revelar demasiado para evitar rumores.
—Antes de que me cuentes, quiero dejar claras algunas cosas —dijo Sunoo, apoyando los codos sobre la mesa y entrelazando las manos, pasando por alto que Jake se había quedado mirando su fotografía—. Mi departamento tiene sus propias dinámicas y exigencias. Cualquier iniciativa que lo involucre debe garantizar que el equipo no se sobrecargue y que el estándar de calidad no se vea afectado.
Jake asintió, comprendiendo la seriedad en la voz de Sunoo. Tomó aire antes de hablar. —Entiendo completamente, y precisamente por eso estoy aquí. Considero que esta propuesta es algo que debo discutir contigo porque tú fuiste quien inició este proyecto de lujo accesible dentro de Courante. Creo que nadie mejor que tú para ayudarme a darle forma.
Sunoo alzó una ceja, evaluando las palabras de Jake. Después de un momento de reflexión, se inclinó ligeramente hacia adelante. —Está bien, dime exactamente cómo planeas integrar esto sin que afecte el ritmo del departamento.
—Es una colaboración de contenido entre diseño y marketing —explicó—. Queremos acercar más la marca de Courante al público, mostrar lo que hay detrás de cada prenda, desde los bocetos hasta los últimos ajustes. La idea es mantener el estilo elegante, pero hacerlo más accesible, más humano. Pensamos en incluir pequeños bloopers del proceso, nada que comprometa la imagen de la marca, pero sí lo suficiente para generar una conexión más real con los clientes.
Sunoo lo escuchó atentamente, asintiendo de vez en cuando. Jake podía ver cómo su mente trabajaba en múltiples niveles, analizando la propuesta desde diferentes ángulos, evaluando su impacto en el departamento y en la imagen general de Courante.
Hubo un momento de silencio, en el que su mirada se volvió más penetrante, como si estuviera analizando cada palabra de Jake con más cautela.
—¿Estás seguro de que esta es la dirección correcta? —preguntó, casi en un susurro, mientras su ceja permanecía arqueada. No era una duda casual, sino una cuestión que dejaba claro que esperaba una respuesta firme y convincente.
Jake no vaciló, sintiendo la presión de la mirada de Sunoo, pero mantuvo su postura. —Sí. Estoy convencido de que es la oportunidad para fortalecer nuestra imagen sin perder lo que hace única a la marca —respondió, firme en su decisión.
Sunoo no dijo nada de inmediato. Pareció contemplar sus palabras por un momento largo, evaluando los pros y contras, como si estuviera buscando alguna grieta en la propuesta. Finalmente, se inclinó ligeramente hacia adelante, su mirada aguda nunca dejando de enfocarse en Jake.
—Está bien —dijo después de un momento de tensión—, pero esto no será sencillo. Yo me encargaré de enviar la propuesta al departamento adecuado para que se apruebe el presupuesto y todo lo que implique la parte administrativa, pero eso llevará algo de tiempo. Me aseguraré de que sea lo más rápido posible.
Jake asintió, aliviado por la respuesta, aunque aún quedaba un largo camino por recorrer.
—¿Y el resto? —preguntó, ya anticipando las responsabilidades que recaerían sobre él.
Sunoo no dudó.
—El resto sigue siendo tu responsabilidad. Tienes que coordinar la logística, la producción de las muestras y las presentaciones. Además, necesitas tener claro cómo vamos a integrar este concepto en la próxima campaña. Es mucho trabajo, Jake, pero si estás dispuesto a hacerlo, la oportunidad está ahí.
—Lo haré —respondió sin dudar.
Sunoo lo observó por un momento más, como si evaluara su decisión. Finalmente, sonrió, un gesto que parecía compartir algo de confianza en él.
—Entonces, ¿qué estás esperando? —dijo con una sonrisa burlona—. Empieza ya. Te prometo que estaré aquí para apoyarte, pero el trabajo duro está en tus manos.
Jake abrió la boca, sorprendido por la rapidez con la que Sunoo aceptó. La emoción lo invadió de golpe, y la adrenalina lo impulsó a actuar.
—¿Eso es un sí? —preguntó, casi sin poder creérselo.
Sunoo dejó escapar una leve risa, su mirada brillando con un destello de complicidad. —Por supuesto que sí. Ahora, será mejor que empieces a moverte. Tenemos un vuelo que tomar.
Antes llegué a narrar a Sunghoon o Jake tomando un té de valeriana (no recuerdo quién) pero olviden eso.
Hoy lo probé y es la cosa más apestosa del mundo, ni me ayudó a dormir pq aquí estoy ✊️✊️
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