42 - Cafetería
Jake no había podido entregar su propuesta como había planeado.
Sí la entregó, pero no de la manera que le habría gustado. Sunoo no estaba en la oficina, y lo único que pudo hacer fue dejar el documento con alguien del departamento, esperando que llegara a sus manos eventualmente. Ahora solo quedaba esperar. Aunque apenas había cruzado un par de palabras con él, sabía que Sunoo era la mano derecha de Sunghoon, y si llegaba a rechazar su propuesta, confiaba en que al menos lo haría con algo de tacto.
Jake decidió bajar a la cafetería; ya era mediodía, y aunque el desayuno que le había preparado Sunghoon esa mañana le había dado la energía suficiente para lidiar con los sarcásticos comentarios de Helen, aún sentía la presión latente detrás de sus sienes. Sabía que debía cuidar sus comidas si quería evitar su temida migraña de la tarde.
Al llegar a la cafetería, el ambiente cálido lo recibió junto al aroma del café recién hecho y del pan tostado le recordó lo mucho que disfrutaba esos pequeños momentos de tranquilidad. Pidió un wrap de falafel y un té helado, algo ligero pero suficiente para aguantar hasta la cena.
Buscó una mesa apartada, en una esquina, desde donde podía ver la suave neblina en las ventanas empañadas por el calor interior. Se sentó, dejando escapar un suspiro, y sacó su celular para revisar sus mensajes. Heeseung no le había respondido en todo el día, lo cual le resultaba extraño. Siempre era rápido para contestar, incluso si estaba ocupado. Jake tomó un sorbo de su té, sumido en sus pensamientos.
—¿Puedo sentarme?
La voz profunda lo sacó de golpe de su ensimismamiento. Jake alzó la mirada y se encontró con Jongseong, quien lo observaba con su habitual expresión seria.
—Por supuesto, Jay, siéntate —respondió Jake, apartando su celular y dejando espacio en la mesa.
Jongseong tomó asiento frente a él, colocando su taza de café sobre la mesa. Jake notó el color oscuro y denso del líquido, demasiado fuerte para su gusto.
—¿Cómo ha estado tu día? —preguntó con un tono casual, mirando brevemente alrededor antes de fijar su atención en Jake.
Jake se encogió de hombros, esbozando una ligera sonrisa.
—Ha sido… largo. Algunas cosas no salieron como esperaba, pero nada fuera de lo normal. Ya sabes cómo es esto —dijo, tomando un sorbo de su té—. ¿Y a ti cómo te va?
Jongseong asintió, tomando un pequeño sorbo de su café antes de responder.
—Lo usual: reuniones, papeleo... nada emocionante. —Una pequeña risa salió de Jongseong, casi como si lo aburrido fuera parte del día a día.
Jake sonrió, algo más cómodo. —Me suena familiar.
Ambos se quedaron en silencio por un momento, hasta que Jongseong añadió:
—¿Sabes cómo está Sunghoon? Por el abuelo, quiero decir.
—Está bien, él es muy fuerte y lidia con ello lo mejor que puede. —Jake dudó un poco antes de continuar. —¿Y tú? ¿Cómo estás?
—Bien, supongo, tampoco es como que tenga mucho tiempo para sentarme a pensar en ello.
Jake quería preguntar al respecto, pero justo en ese momento llegó Jungwon, con su habitual sonrisa cálida.
—¡Jake! Qué casualidad encontrarte aquí. Te estaba buscando porque aún no te he entregado tus regalos de Navidad —dijo Jungwon mientras tomaba asiento, dejando la bolsa de papel a un lado. Comenzó a sacar la comida y le entregó un panini a Jongseong—. Tostado ligero, como te gusta.
—Gracias —respondió Jongseong en voz baja, comenzando a comer. Jake, sintiéndose un poco fuera de lugar, intentó integrarse en la conversación.
—Hola, Jungwon —dijo Jake con una sonrisa tímida—. Me gusta tu abrigo, parece muy cómodo.
Jungwon se giró hacia él con una sonrisa amable. —Gracias, Jake. Me lo regaló alguien muy especial —dijo Jungwon, lanzándole una mirada cariñosa a Jongseong, quien desvió la vista, claramente avergonzado. Jake notó por primera vez el detalle en el abrigo de Jungwon: el “Yang” bordado con hilo dorado que, a simple vista, parecía de oro. —Esta noche pasaré para entregarte tus regalos de Navidad, junto con los de Sunghoon. Aunque, entre nosotros —añadió con una sonrisa juguetona—, creo que Jongseong se esmeró más en el regalo para Sunghoon que en el que me dio a mí.
Jongseong, aún con la cabeza baja, dejó escapar una pequeña risa y murmuró:
—No es para tanto. Solo intenté hacer algo que le gustara.
La conversación entre Jake, Jongseong y Jungwon siguió animada, pero la mente de Jake comenzó a divagar cuando, por el rabillo del ojo, notó a alguien cerca de la recepción. Su mente se desconectó al reconocer la figura inconfundible de Heeseung.
¿Qué hacía ahí?
Heeseung no tenía ninguna razón para estar en la empresa, o al menos, no que Jake supiera. Por un segundo, pensó en levantar el teléfono y llamarlo, pero seguramente no contestaría.
Esto no tenía sentido.
—¿Jake? —preguntó Jungwon, notando su distracción.
—Eh, lo siento, chicos. Necesito un momento —dijo apresuradamente, levantándose de la mesa antes de que pudieran responder. Los dos lo miraron con curiosidad mientras Jake se alejaba.
Mientras cruzaba la sala hacia la recepción, algo más llamó su atención: Heeseung no estaba solo. Minjoon estaba junto a él, conversando con una familiar calma. El gesto cálido de Minjoon, colocando una mano en el hombro de Heeseung con naturalidad, lo dejó con un gran signo de interrogación.
Eso definitivamente no tenía sentido.
Cuando se acercó lo suficiente, Heeseung lo notó y, aunque parecía un poco sorprendido, lo saludó con una sonrisa ligera. —Jake, hola.
Minjoon se giró también, y le dedicó una pequeña sonrisa a Jake, haciéndole un gesto con la mano para que se acercara más.
—Ah, chico, te ves un poco… agitado. ¿Está todo bien? —preguntó Minjoon.
Jake, esforzándose por mantener la compostura, forzó una sonrisa y asintió.
—Sí, señor. Todo bien, no se preocupe —respondió, aunque su tono traicionaba el torbellino de dudas que lo consumía. Sus ojos buscaron los de Heeseung, pero el otro parecía evitar su mirada a toda costa, concentrándose en un punto invisible más allá de Jake.
Jake soltó una risa incómoda, sintiendo cómo la tensión se acumulaba en el aire entre ellos. Algo no estaba bien, y necesitaba respuestas. Decidió ir directo al grano.
—Perdón que los interrumpa, pero… Heeseung, ¿qué estás haciendo aquí?
Heeseung, visiblemente tenso, lanzó una rápida mirada a Minjoon como si buscara su permiso, lo cual solo intensificó la incomodidad de Jake. ¿Desde cuando le tenía tanto respeto a Minjoon?
Minjoon, sin perder su tranquilidad, dejó escapar una leve risa que resonó en el vestíbulo vacío. Su grave tono desconcertó aún más a Jake, quien sentía que la situación escapaba cada vez más de su control.
—No te preocupes, Heeseung. Puedes decírselo —dijo Minjoon, casi divertido por la situación.
—¿Decirme qué? —Jake entrecerró los ojos, su paciencia agotándose.
Heeseung suspiró, visiblemente nervioso. Metió la mano en el bolsillo de su pantalón, y tras unos segundos de vacilación, sacó algo pequeño y se lo tendió a Jake.
Jake, confuso, miró el objeto en su mano: un pequeño rectángulo de plástico.
Un gafete.
Un gafete de identificación de Courante.
HEESEUNG LEE
ASESOR DE PRENSA
díganme su opinión y teorías de hee trabajando en courante
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