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❝ハートの女王❞

Solamente a pasado un día desde que llegué pero parece ser que muchas personas se han enterado de  este lugar. Al menos unas 15 personas se han sumado a la auto proclamada utopía.

 En la zona del bar estabamos la mayoría de los ahora recidentes y algunos de los paramilitares. Excepto por Niragi que parecía seguir en mi habitación aún sin poder librarse de aquello amarres. En la barra estaban unos chicos preparando algunos tragos.

-Linda noche junto a una linda dama- el chico se sentó a mi lado en el sillón de cuero- soy Hyunjin, mucho gusto- dije extendiendo su mano.

-Soy Malika

-Lindo nombre, ¿De dónde eres?... Digo, por tus rasgos asumo que no eres de por aquí 

 -Soy Mexicana, estaba en un intercambio estudiantil antes de que esto pasara

 -Pense que eres Asiática, digo... Tus rasgos son así pero no pareces Japonesas -dijo mientras volvía a tomar de su bebida -De hecho, yo también estaba en un intercambio estudiantil.

-Naci en México, mi familia es Coreana... Antes de que yo naciera se mudaron allá

 Estuvimos hablando bastante rato, horas quizás. Cuando ya estaba lo suficiente tomada como para tomar valor y enfrentar a Niragi me despedí de mi nuevo amigo prometiendo ambos qué luego nos veríamos  y me dirigí a aquella habitación. Niragi estaba aún amarrado a la cama, solo que esta vez estaba dormido.

 Me subí despacio en su regazo tratando de no despertarlo y empecé a verlo detalladamente, no era feo eso era más que claro. Tampoco estaba mal de cuerpo, pues apesar de ser delgado se sentía cierta firmeza en su abdomen. El chico se empezó a despertar de a poco así que solo pude reírme aún estando encima de él sintiendo como se removía aún enojado por haberlo dejado así.

 -Maldito perra -trato de jalar de nuevo la cinta de sus muñecas sin suceder nada- Cuando este suelto vas a morir

 -Ya quiero ver eso -y dicho esto me acerque a su cuello dejando pequeños besos y una que otra mordida, tal vez era el alcohol el que me impulso a hacer eso... Nunca lo sabré. De lo que si estaba segura es de que tenía razón el sombrerero, tenía la oportunidad de beber y tener todo el sexo que quisiera mientras estuviera en este lugar.

 Pude sentir como Niragi se dejaba de remover para dejarse llevar soltando pequeños suspiros y jadeos. Mis manos estaban sobre sus abdomen, luego comencé a subir mis manos hasta sus primeros botones de la camisa y empecé a desabrochar uno por uno dejando de lado mi labor en su cuello. Lo solté de las manos y en cuanto lo desate se aprovechó del poco equilibrio que me quedaba para después ponerme debajo de el ahora siendo yo la que recibía los besos y mordidas en el cuello.

Niragi me quitó el short y el kimono dejándome solamente en el bañador negro que tenía aún sin dejar de lado sus acciones anteriores hasta que escuchamos un click y la puerta abrirse

 -Vaya, vaya... Aguni ya encontré a tu chico- en cuanto escuchamos eso ambos nos volteamos rápidamente hacia la puerta.

 El sombrerero y Aguni estaban parados en la entrada de la habitación ambos viéndonos con diversión. Solo alcance aventar a Niragi escuchando como caía en seco al piso y ponerme de pie.

 -¿Qué es lo que quieren?  -dije cruzando me de brazos mientras venía a Niragi ponerse de pie

 -Yo solo te venía a decir que mañana tienes que entrar en algún juego, si sobrevives me entregaras tu carta -dijo el sombrerero para luego salir de la habitación mientras Aguni aún estaba en la entrada esperando algo.

 -Pareces acosador, sal de una vez

El hombre solo le hizo una seña a mi acompañante y ambos salieron dejándome sola en esa habitación sintiendo aún el calor por el momento.

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Noche de juego... vaya mierda.

 Nos repartieron a todos en grupos de 4, por suerte me tocó lejos de Niragi. Mi equipo le tocó ir a la zona del centro asi que mientras más nos acercábamos podía ver a una que otra persona llegar a algunos juegos.

 El chico que iba manejando aparco un poco lejos de la zona de juego para poder esconder los autos para que no nos los robaran y empezamos a caminar a partir de ahí.

 Cada uno se dispuso a agarrar su teléfono una vez entramos en aquel jardín botánico para poder ingresar en las inscripciones y esperar a que empezará.

 Luego de 10 minutos de espera nadie más llegó por lo cual empezamos.

 -Juego:Laberinto. Dificultad: 4 de Corazones. Reglas: salir antes del tiempo estipulado, cualquier arma está permitida. Solo el primero en salir será el ganador.Tiempo límite: 15 minutos.

 Ningún paramilitar había venido con nosotros por lo cual nadie traía armas, o bueno... Al menos yo si, había visto una daga en una de las habitaciones y la agarre así que la llevaba escondida en su funda bajo mi blusa.

Cuando sonó la alarma dando inicio todos salieron corriendo para poder salir,  yo solo me quedé parada al inicio del invernadero en el que nos encontrábamos pensando en si debía hacer lo que pensaba o no.

 Sin más remedio empecé a correr. 5 minutos corriendo y llegué a un callejón sin salida pero al final de este estaba un cofre. Con mucha cautela me acerque a este para poder abrirlo y al hacerlo me encontré con un escopeta y municiones. Sin más remedio lo tome y me encamine de nuevo a buscar la salida, solo me quedaban 10 minutos más.

 Cruce un par de pasillos y cuando creí haber visto una salida alguien me cayó encima. La chica que venía conmigo estaba encima de mí, la escopeta había salido volando y la chica me tenía agarrada del cuello a modo de ahorcarme.

-Lo siento tanto, lo siento... - eso es lo que repetía una y otra vez mientras yo trataba de sacar la daga que tenía en la cintura. Cuando por fin la saqué no me queda más remedio que clavarse la en el cuello haciendo que  toda su sangre cayera sobre mi cara y parte de mi pecho obstruyendo me un poco la vista.

 Me levanté tomando la daga de nuevo y luego llendo por la escopeta tratando de limpiarme un poco. Quedaban 6 minutos según el teléfono. Vi al chico que condujo hasta aquí y no dude en disparar. Eran ellos o yo.

 Cuando por fin llegué a la salida solo quedaba un minuto. Cruce la puerta y salí de ahí, pude escuchar el sonido del láser cayendo dentro del lugar.

 -Felicidades, juego terminado.

 Aventé el teléfono lejos de mi y agarre la carta que estaba en la mesita de afuera. Me encamine al carro y me dispuse a volver a la playa.

 Cuatro días más se agregaron a mi visa.