03: El apodo
[Yumi]
Siempre es a la misma hora.
Puedo ajustar mi reloj con su llegada. No sé cómo lo hace, pero este tipo misterioso aparece casi todas las noches, justo cuando estoy pensando en cerrar o cuando los últimos clientes se están yendo.
Entra cubierto, como si tuviera algo que esconder. No es que me importe, la verdad, he visto cosas más raras trabajando aquí. Pero él… es diferente.
No habla mucho, y cuando lo hace, solo es para pedir su ramen. Siempre el mismo: uno con un extra de picante. No tengo ni idea de quién es ni por qué siempre parece tan ansioso de ocultarse, pero he aprendido a no hacer demasiadas preguntas. La mayoría de las personas que vienen aquí solo quieren comer en paz, y él no es la excepción.
Pero últimamente... algo ha cambiado. Él ha empezado a hablar más, a hacer pequeñas preguntas sobre el ramen, como si intentara romper ese silencio cómodo que hemos mantenido hasta ahora. No sé si es porque viene tan seguido que se siente más cómodo, o si solo se está aburriendo de comer lo mismo todas las noches.
Esta noche, cuando lo veo entrar, ya no me sorprende. Ya lo espero, de hecho. Incluso sin mirar el reloj, sé que está a punto de cruzar la puerta.
—¿Lo de siempre? —le pregunto en cuanto se sienta en su lugar habitual. No sé por qué, pero me divierte esta pequeña rutina que tenemos.
—Sí, pero... —se detiene, como si dudara por un segundo—, ¿cuál es tu ramen favorito?
Esa pregunta me toma por sorpresa. Es la primera vez que me pregunta algo sobre mí. Me detengo por un segundo, mirando su rostro cubierto por la capucha y la mascarilla.
No sé si lo hace por seguridad o si realmente está ocultando algo, pero esta es la primera vez que me muestra interés personal, y eso me hace pensar.
—¿Mi ramen favorito? —repito, como si nunca lo hubiera pensado.
La verdad es que he trabajado aquí tanto tiempo que el ramen ha perdido un poco de su magia para mí. Pero si tuviera que elegir, probablemente sería algo simple. Siempre he sido fan del ramen tradicional, sin demasiadas complicaciones.
—Me gusta el shoyu ramen, simple, sin demasiados ingredientes —respondo, encogiéndome de hombros. No es nada del otro mundo, pero para mí, tiene un encanto clásico.
Él asiente lentamente, como si estuviera procesando mi respuesta. Me pregunto por qué de repente le interesa mi opinión sobre el ramen. ¿Será que está aburrido de lo mismo?
—Interesante —dice finalmente, y aunque no puedo ver su expresión, su tono sugiere que de alguna manera esa respuesta le parece reveladora.
—¿Y el tuyo? —le pregunto, más por cortesía que por verdadera curiosidad. Ya sé cuál es su favorito, pero quiero ver qué dice.
—El de siempre. Extra de picante —responde, como si fuera lo más obvio del mundo. Sonrío un poco, casi sin querer.
—¿Sabes? Eso explica mucho. —Me apoyo ligeramente en la barra, mirándolo con los brazos cruzados—. Los clientes que piden extra de picante suelen tener algo que probar. O están tratando de impresionar a alguien o se están castigando por algo. ¿Cuál es tu caso?
Me doy cuenta de que estoy siendo un poco descarada, pero, por alguna razón, este chico me intriga. Él se queda en silencio un segundo, como si no supiera qué responder. Luego, finalmente, suelta una pequeña risa.
—Tal vez un poco de ambos —dice, casi en un susurro.
No puedo evitar reírme. Suena como la típica respuesta de alguien que no quiere dar demasiados detalles. Lo que sea, tampoco es que me importe tanto.
—Te llamaré “Picante” entonces —digo de repente, casi sin pensarlo.
Él se queda en silencio, y por un segundo, me preocupa haber cruzado alguna línea. Pero luego, veo un ligero movimiento de su cabeza, como si estuviera asintiendo.
—¿"Picante"? —repite, como si estuviera probando el apodo.
—Sí, ya sabes, porque siempre pides lo más picante que tenemos —le explico, encogiéndome de hombros—. Además, parece que eso te va bien. Misterioso, con un toque peligroso. Te queda perfecto.
Es la primera vez que me doy cuenta de que su comportamiento ha cambiado. Hay algo en su postura que parece más relajado esta noche, como si estuviera dejando caer un poco de esa barrera que siempre lleva. Tal vez porque, en este lugar, no necesita ser nadie más que un chico que viene a comer ramen.
—Supongo que puedo vivir con eso —dice al final, aceptando el apodo.
Sonrío para mí misma. No es que me importe demasiado cómo se llama en realidad, pero es divertido tener una pequeña broma entre nosotros, aunque sea algo tan insignificante como un apodo.
El lugar está un poco más vacío de lo habitual, así que mientras él come, me quedo cerca, limpiando la barra o reordenando las cosas sin mucho apuro. No puedo evitar notar cómo siempre se sienta en la misma postura, ligeramente encorvado sobre el tazón, como si quisiera hacerse más pequeño.
Es casi como si estuviera ocultándose del mundo, y eso solo hace que mi curiosidad crezca.
—¿Llevas mucho trabajando aquí? —me pregunta de repente, sacándome de mis pensamientos.
Lo miro, un poco sorprendida de que esté continuando la conversación. Normalmente, después de que se sienta, no dice mucho más.
—Sí, ya van unos años —respondo, sin mucho detalle—. No es el trabajo más glamuroso, pero paga las cuentas.
—¿Te gusta? —insiste, como si realmente le interesara la respuesta.
No estoy segura de qué responder. El ramen es bueno, el ambiente es tranquilo, pero... ¿disfruto estar aquí todas las noches? No necesariamente. Pero es cómodo. Seguro.
—Es... un trabajo —digo finalmente, encogiéndome de hombros—. Supongo que tiene sus momentos.
Él asiente en silencio, como si entendiera lo que quiero decir. Y de alguna manera, siento que, aunque él es solo un cliente misterioso que viene a medianoche, estamos empezando a conocernos un poco más.
A pesar de las mascarillas y las capas de misterio, hay algo más. Algo en estas pequeñas conversaciones que me hace esperar su llegada, aunque no quiera admitirlo.
Cuando termina su ramen, me deja el dinero en la barra como siempre. Pero antes de irse, me lanza una última mirada.
—Gracias por la comida —dice suavemente.
—De nada, Picante —respondo, sin poder ocultar la sonrisa en mi voz.
Él se va, pero la sensación de esa breve conexión se queda conmigo, al igual que el apodo gracioso que ahora siempre recordaré.
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𝐇𝐨𝐥𝐢𝐰𝐢𝐬! 𝐕𝐨𝐭𝐢𝐭𝐨 𝐲 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬 :3
𝐁𝐞𝐬𝐢𝐭𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐜𝐨𝐥𝐚 😚
learmy01
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