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5 de Agosto 2021

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Londres, Inglaterra






Las cafeterías en Londres solían ser algo aburridas, siempre estaban llenas de gente mayor y apresurada, para Scarlett no había nada mejor que disfrutar de un buen café en conjunto de un delicioso postre que fomentara su adicción a la azúcar, por ello se decidió por investigar de algún lugar que la llevara a vivir una experiencia nueva, con emoción tomo a Primi y se dirigió a la cafetería que había encontrado por medio de internet.

En cuestión de minutos llego y para su fortuna había un pequeño espacio designado para estacionar motonetas frente a la cafetería, Scar mira con atención el letrero que mostraba Bake-sonalities en una tipografía agradable a la vista con degradado de azules, al mirar la fachada le agradeció a sus dioses que fuera un lugar pequeño.

Se debatió entre sentarse en una de las pequeñas mesas que estaban afuera para vigilar a Primi pero termino decidiéndose por tomar una de las mesas al interior, cuando ingreso sus fosas nasales se inundaron de un delicioso olor provocado por lo que parecía una mezcla de naranja con vainilla y un toque de mantequilla, en automático el estomago de la morena gruño reclamando su dosis de azúcar diaria.

La chica con prisa se acerca a la vitrina que se encargaba de lucir todas las delicias que ahí preparaban, sus ojos brillaron al ver la variedad de tartas, digestivos, galletas y sin fin de postres que estaba a su disposición, sería una tarea difícil elegir.

– Hola, bienvenida a Bake-sonalities. – la chica que apareció en el mostrador sacó a Scar de su ensoñación.

Era muy bonita, a lo lejos se podía notar que contaba con una personalidad muy delicada, su cabello castaño caía sobre sus hombros, sus facciones eran marcadas pero no bruscas, sus ojos avellana brillaban con singularidad y tenía un delantal azul que portaba un par de manchas de harina, gracias a este Scar pudo adivinar su nombre.

– Evie, he de admitir que me sacaste un buen susto. – Scar se dirigió a ella como si la conociera de toda la vida y rio, la chica la miro dudosa.

– ¿Cómo es que sabes mi nombre?. – la morena solo señaló el delantal que tenía cordado su nombre en letras rosadas. – Cierto, perdón a veces olvido que lo llevo ahí. – ambas rieron.

– Yo soy Scarlett por cierto. – se presentó la mayor.

– Un gusto conocerte Scar, ¿Estas lista para ordenar?. – la morena negó.

– Lo siento, todo se ve delicioso y es muy difícil elegir algo, creo que lo dejaré a tu consideración. – le mostró una sonrisa a Evie que emocionada asintió.

– Para ser sincera me será difícil descifrarte, pero no imposible. – Evie la analizo, sus facciones eran muy sutiles y su sonrisa resaltaba, el tono rosado natural que mostraban sus mejillas la hacían lucir inocente en conjunto de los tonos pasteles que Scar portaba en sus ropas, podía notar que Scarlett tenía una personalidad libre y demandante pero con cierta pizca de ternura. – Creo que tengo el indicado.

La chica se acercó a la vitrina, tomó un pequeño plato blanco con detalles en azul, con una espátula tomó la rebanada con betún morado peculiar, dejó el pequeño plato sobre el mostrador y sonrió.

– Es una tarta de queso con chocolate blanco y lavanda, su sabor es dulce pero fresco, perfecto para ti. – Scar sonrió complacida, se veía delicioso.

– Muero por probarlo, ¿Será prudente acompañarlo por un americano?. – Evie asintió complacida.

– Por supuesto, si gustas puedes tomar asiento y en unos segundos lo llevo a tu mesa. – Scarlett agradeció.

La monegasca pago el costo pertinente a Evie quien le cobro con eficacia y después se dirigió a tomar asiento en una de las mesas cercanas a la ventana.

Scarlett tomó una cucharada de la rebanada frente a ella, llevó el trozo hacia su boca y lo degusto sintiendo como los sabores explotaban en su boca, estaba delicioso, debería agradecerle a Evie por tan maravillosa recomendación.

Estaba tan sumida disfrutando de su postre que se sorprendió cuando Lila apareció de un momento a otro tomando asiento frente a ella provocando que se atragantara levemente con la tarta, Lila comenzó a reír y dio ligeros golpes en la espalda de su amiga.

– Eres una estupida, no vuelvas a hacer eso. – recriminó Scar al lograr respirar con normalidad.

– No fue intencional. – alegó la de cabello oscuro. – Debo de admitir que no tenía fe en tu recomendación pero parece un lugar muy lindo.

Justo en ese momento Evie llego con la bebida que Scarlett había ordenado.

– Aquí está, agregué una par de sobres de azúcar de diferentes tipos para que lo endulces a tu gusto.

– Muchas gracias Evie, ella es mi amiga Lila. – ambas estrecharon sus manos.

– ¿Deseas ordenar algo?. – cuestiono Evie a la recién llegada.

– Una malteada de fresa si no es mucho pedir. – Lila le brindó una sonrisa a la pelinegra.

– Trabaja tú orden. – sin más la dueña del lugar se retiró.

– Ya que estamos más tranquilas dime, ¿A que se debe tú urgencia por reunirnos?. – cuestiono Scarlett a su amiga.

– Hoy por la mañana me llegó el correo sobre la aceptación para realizar mi exposición en la pequeña galería de Silverstone. – Scar miro emocionada a su amiga y al instante la abrazo.

– Me alegra demasiado escuchar eso, ya era tiempo de que te dieran el si. – Lila sonrió agradecida.

– Lo se, la espera sin duda valió la pena. – Lila aplaudió emocionada. – Será el sábado catorce de Agosto. – Scar se sorprendió por la cercanía de la fecha. – Yo me quede igual pero fue la fecha que me indicaron, no me podía negar.

– En eso tienes razón, me encargare de conseguir tus amadas Juliet Rose para decorar la entrada. – los ojos de Lila se iluminaron. – Solo llamaré a mi abuelo para que las trate con sus proveedores y listo.

– ¿Sabías que eres la mejor amiga del mundo?. – la morena asintió. – Y por cierto, le avisaré a Max, me encantaría que el también estuviera presente de ser posible. - soltó la chica con cierto tono de desagrado y una mueca en su rostro.

– ¿Sigues con eso?. – Scar miró con reproche a su mejor amiga.

– No me puedes recriminar, sabes que Verstappen me saca canas verdes y una de mis actividades favoritas es molestarlo. – ambas rieron.

Desde el momento en que Scarlett presento a sus dos mejores amigos, ellos habían creado una especié de relación amor odio, siempre que se veían no dudaban en hacerse la vida imposible por unos minutos, pero pasado un rato ambos pasaban del odio a la risa y parecían los mejores amigos del mundo.

– ¿Eso que veo ahí son roles de canela?. – Lila entrecerró sus ojos para enfocar la vitrina de postres del local. – Necesito averiguarlo, ahora regreso.

Scarlett rio al ver la velocidad con que su amiga se puso de pie, si algo amaba Lila en esta vida eran los roles de canela en todas sus variaciones, la morena decidió seguir comiendo de su deliciosa tarta mientras veía la bonita vista que le brindaba el parque frente al establecimiento.

Regreso a su realidad cuando su teléfono móvil vibro, al mirar la pantalla no pudo evitar atragantarse con el pedazo de tarta que tenía en la boca, respiró un par de veces mientras sus ojos repasaban una y otra vez el nombre que marcaba, planteándose si era prudente responder o dejarlo sonar hasta que la persona del otro lado del teléfono decidiera desistir.





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Milton Keynes, Inglaterra





Una vez más colgó, el moreno suspiró frustrado y listo para darse por vencido, comenzaba a creer que debía desistir de su intención.

Creía que le iba a responder así como así pero se recriminaba el no haber comprendido que no le importaba saber de el en el momento que ignoro el mensaje que le envió el día que la motoneta regreso a ella, los dos días siguientes los paso pegado a su teléfono esperando que en algún momento ella le diera respuesta pero no paso de las dos palomitas azules.

Tomo asiento en una de las pequeñas salas que se encontraba en el lobby de la fabrica, había terminado sus practicas en el simulador y no tenía nada mas que hacer por hoy, Max lo había invitado a comer pero termino cancelando por un asunto personal.

Levanto la gorra de su cabeza y acomodo su cabello tratando de pensar que hacer, si seguir insistiendo o mejor olvidarlo, volvió a colocarse la gorra y sonrió al ver como cierta pelirroja se dirigía hacia donde el se encontraba.

– No esperaba encontrarte por aquí Checo. – confeso la chica después de saludarlo con un beso en la mejilla y tomar asiento junto a el.

– Que puedo decir, no es como que tenga algo mas importante que hacer. – le dio una media sonrisa.

– ¿No tienes que ir con tu familia?. – cuestiono Anya sin intención de ofender.

– Carola y los niños viajaron a México para visitar a los padres de ella, nos reencontraremos hasta el gran premio de Bélgica. – la pelirroja asintió.

– Brian está terminando de arreglar unos asuntos con Horner, después de eso iremos a comer, si no tienes inconveniente puedes acompañarnos, estaremos encantados con tu presencia. – Sergio dejó un leve apretón en la mano de la chica en señal de agradecimiento.

– Gracias por tu oferta pero creo que por hoy paso. – la chica asintió. – Any. – el Moreno titubeo en hablar. – ¿Recuerdas que te conté sobre el incidente que me sucedió hace un par de semanas?. – ella asintió.

– ¿Que sucede con eso?. – Any miro a su amigo fijamente, podía notar cierto titubeo en su labio al debatirse por hablar, su pierna subía y bajaba con ansiedad. – Es la chica, ¿Cierto?. – Checo negó nervioso con rapidez.

En el momento que el mexicano le relató la anécdota a Anya, la rusa se percató de cierto brillo en sus ojos cuando hablaba sobre el momento que cruzó palabra con ella, también de como se encargó de analizarla tan detalladamente que Any pudo imaginarla a la perfección en su mente cuando le relato como era la menor.

– No es ella precisamente, solo no puedo sacar de mi cabeza la idea sobre la restauración de la motoneta, no se ni siquiera si resultó de manera satisfactoria o si tal vez se realizó el trabajo mal. – Any sonrió levemente.

– Sergio si eso hubiera sido así, ella habría venido a llevarte de la oreja para que repares la motoneta, te lo dejo claro. – ambos rieron al recordar las palabras de la morena.

– Lo se, siempre recuerdo eso, pero yo. – el moreno no supo que decir.

Anya se puso de pie al ver cómo Brian se dirigía hacia ellos.

– Analiza bien lo que en realidad te interesa, ¿La motoneta o ella?. – Checo sintió como Any hablaba con seriedad. – Y si la segunda es tu respuesta, solo recuerda que puedes perder más de lo que lograrías ganar si te acercas a ella. – la rusa dejó un apretón en el hombro de su amigo y fue directo a encontrarse con su entrenador.

Dejando atrás a un Sergio y su mente trabajando al mil por hora, el estaba seguro de que solo tenía mera curiosidad sobre el estado de la reparación, pero a pesar de sus intenciones sabía que era mejor dejarlo pasar.

Con prisa tomó su celular, navegó hacia su directorio de contactos y fue directo a la letra que indicaba el nombre de la chica sonriendo al leer como ella se había agendado, fue a los ajustes del contacto para poder eliminarlo, justo cuando iba a presionar el eliminar, una llamada entró a su teléfono.

Las manos comenzaron a sudarle al leer las letras que marcaba, nunca creyó llegar tan lejos y ahora no sabía que hacer. Decidió dejar los preámbulos de lado y deslizó para contestar.

– ¿Scarlett?. – cuestiono sin pena.

– Así me llamo, ¿El señor Michel?. – el mexicano por un momento se extrañó al ser llamado así, pero recordó que para mantener la privacidad del piloto su hermana lo había presentado de esa manera al realizar las negociaciones correspondientes con la chica.

– Si soy yo, me alegra escucharte. – escuchó la risa de la morena del otro lado.

– Siendo sincera me sorprende el saber de ti de nuevo. – el asintió con su cabeza a pesar de que ella no podía verlo. – Me disculpó por llamarte así, pero hace un momento que recibí tu llamada me encontraba un poco ocupada, ¿Necesitas algo?.

Un debate interior inició en Sergio, cuando la llamó la primera vez solo fue con intención de saber si todo estaba bien con Primi y ella, conforme sonaban los pitidos comenzó a plantearse la idea de invitarla a comer o a hacer cualquier cosa solo por pasar el rato, total podrían ser amigos.

De esa forma podría aprovechar que tenía un par de días libres y no sería preso de la ansiedad que le provocaba el encontrarse solo ante la falta de su esposa e hijos, así fue que decidió arriesgarse.

– Me encuentro cerca de Londres en este momento, tengo un par de días libres y me preguntaba, ¿Te gustaría que nos viéramos?. – Sergio se maldijo internamente, había soñado como todo un estupido.

La línea se quedó en silencio por un par de minutos que Checo sintió como horas, fue tanta su desesperación que llegó a pensar que ella había colgado directamente sin darse el tiempo de declinar su oferta cortésmente, comenzaba a invadirlo un sentimiento de vergüenza al ser rechazado de esa forma.

Se decidió por terminar la llamada, pero cuando estaba a punto de hacerlo, esa melodiosa voz que comenzaba a grabarse en su mente se dejó oír.

– Por supuesto, me encantaría verte.









• Juliet Rose: Conocida como la rosa más perfecta del mundo, su forma es redondeada, con un diámetro de 10 centímetros en cuyo interior yacen 90 pétalos proporcionados con precisión matemática.

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