❛ 𝘅𝘅𝗶𝗶. 𝖽𝗈 𝗒𝗈𝗎 𝗋𝖾𝗆𝖾𝗆𝖻𝖾𝗋 𝗍𝗁𝖾 𝗉𝗋𝗈𝗆𝗂𝗌𝖾𝗌?
❛ 𓄼 CAPÍTULO FINAL. VEINTIDÓS 𓄹 ៹
MEGAN SCOTT MENTIRÍA SI NO DIJERA QUE SE ENCONTRABA PREOCUPADA POR BECCA, porque sí lo estaba, y mucho. La había dejado al cuidado de Gordie y Kelly aún sin ser el tiempo de la labor de parto, dejando como orden caminar y mandarle cualquier mensaje al mínimo cambio en su cuerpo.
Revisó por séptima vez sus notificaciones, ansiosa de lo que se venía. Becca y su bebé. Campbell y su jodido golpe de estado.
—Muchas contracciones, pero está aguantando —lee Will el mensaje en voz alta para Allie en el baño. Megan asiente desde el colchón colocado en el suelo a un lado de la cama.
—Yo no estaría siendo tan valiente —negó la rubia fijándose en la figura que le reflejaba el espejo.
—O descuidada —dijo Will—. ¿Con Sam? Realmente no tiene sentido.
—Todo el mundo sabe, profundamente, que el padre no es Sam —masculló Megan—. Y, además, el padre del bebé también es el descuidado, o tal vez ambos no lo son. El condón pudo romperse.
—Como sea. Pasó —el moreno le dirigió una mirada a la rubia, señalando lo perturbada que se encontraba por el tema del embarazo, por lo que decidieron cambiar de tema—. ¿Y si Kelly tiene razón? —Megan torció el gesto ante el inesperado cambio de tema sin reparar en las miradas, pero aún así agradeciendo por ello.
—No lo sabemos.
—¿Y si no hay una Tierra y esto es todo?
—¿Por qué la Tierra pagaría los pecados de un pueblo? —contradijo Megan sin haberlo pensado mucho, con la mirada perdida en la pared blanca—. ¿Qué hay del resto de los adolescentes, niños y animales en el mundo?
—De igual forma, ellos no lo resistirían.
—Necesitan saber la verdad, Allie —insiste Megan poniéndose en rodillas y mirando hacia arriba, chocando sus ojos con los de Pressman—. No debemos ocultarles lo que tienen derecho a saber. ¿Y si fuéramos nosotros? Mejor vivir con la cruda verdad que engañados en la mentira disfrazada de ensueño.
—Será problema de Lexie —suspiró Will, recostando su espalda contra el respaldo, abatido.
—O Campbell si no lo detenemos.
—No. Tenemos que decirles —accedió la rubia a la azabache, concordando con sus pensamientos—. Mañana en la noche... En mi próxima junta. Será mi última mala noticia.
—No digas eso —Megan era quién más se negaba a aceptarlo.
—No hablaremos de eso, Meg —se negó—. Debemos de hablar sobre lo que haremos con Campbell. Crear un plan.
—Llamaré a Gordie —avisó Megan subiéndose a la cama acompañado de un suspiro, tomando asiento como indio a un lado de Will, frente a Allie—. Todos debemos de estar.
SUS MANOS FUERON INTRODUCIDAS EN LOS GUANTES, tras colocarse el pijama azul del hospital perteneciente a los enfermeros y de haber elegido unos zapatos que no extrañaría si se llegaran a ensuciar en el parto.
—Kelly, colócame el gorro —apura, sintiendo su cabello ser recogido en un chongo y resguardado bajo la tela igual de azul—. Parece que no necesitará intervención, puedes tomar la mano de Becca como apoyo y darle lo necesario de anestesia. A lo largo del parto iremos cambiando de posiciones.
Incitó muchas veces a Becca a pujar, obteniendo alaridos de dolor y chillidos de la futura madre, siendo lo único que escuchó a través de las horas de la madrugada.
—Lo estás haciendo bien, Becca. Sigue pujando —animó Kelly a su lado.
—¡Puedo ver la cabeza! ¡Veo lo cabeza! —exclamó eufórica—. No te detengas, Bex. ¡Los hombros! Solo unos empujones más.
El bebé terminó saliendo de su anatomía, preocupando a los tres vestidos de azul al no chillar, demostrando la falta de respiración.
—¿Es niño o niña? —pregunta la morocha agitada, sin dejar de sonreír.
Becca se angustió al recibir silencio, pero Megan tuvo una idea que no meditó tanto.
Colocó al bebé de cabeza, dando pequeños toques a sus pies, escuchando por fin los tan esperados lloriqueos. —Es una niña —contestó.
HACE VARIOS MESES, no podía considerar la idea de que Elle fuera una persona divertida. Cuando las chicas coincidían en las clases de ballet, Megan podía resaltar una cosa en especial de la chica Tomkins, su rostro con la personalidad de un muerto en vida. Era una chica introvertida, lo cual no creía que fuera un problema al considerar a una persona aburrida, pero parecía esforzarse por repeler a sus futuras amistades, y ni siquiera intentaba atraerlas o alejarlas.
Ahora, podía comprender que solo era una chica insegura de su personalidad y cuerpo, que solo buscaba que alguien le bridara ese amor que ni ella tenía. Encontrándolo en la persona incorrecta.
Retuvo otra carcajada que había provocado Elle, mirándola mal pese a que parecía una de burla. —Bien, niña, Will ya se ha tardado con mi café, iré a ver qué está sucediendo con esa cabeza suya.
—¿Dónde está Elle? —se paralizó al oír la voz de Campbell, asomando su cabeza hacia el piso inferior.
Allie y Will se encontraban acorralados por los mismísimos Clark y Jason, quiénes habían dado un giro a su lealtad junto con Luke y Shoe, respaldando a Campbell.
Regresó sobre sus pasos atemorizada, irrumpiendo en la habitación que solía ser de Cassandra y ahora era ocupada por Elle. —¿Qué sucede? —preguntó asustada al verla guardar como loca un par de cosas en su mochila.
—Lo que temíamos —contesta—. El golpe de poder.
Elle lo supo, imitando sus acciones sin demorar.
—Debemos irnos —apuró bloqueando la puerta con el tocador—. Saldremos por la ventana. Te atraparé.
Dio gracias a los años de gimnasia que no fueron en vano, tomando impulso y saltando a través de la ventana, cayendo en un arbusto por la falta de práctica.
—Sí, mejor bajo por las escaleras —murmuró una nerviosa Elle asomándose por el marco.
—No tenemos tiempo, solo hazlo —incita colocando su cuerpo en posición para atraparla. La chica pálida cae contra su cuerpo llevándose más de un quejido y magulladura, cayendo Megan otra vez sobre el arbusto, con el peso de Elle encima—. Fantástico. Ahora no hay tiempo qué perder —entrelazó sus manos corriendo una calle a la derecha, buscando su motocicleta.
RECHAZÓ SUS LLAMADAS. Las primeras, las quintas. Los mensajes también. Se encontraba atemorizada de su futuro y cómo acabaría todo. El bien por fin tumbaría al mal de un martillazo, o el mal sería el ganador. Fuera cual fuera el resultado, aquello recayó en ella en el momento en que Will y Allie fueron arrestados, y Campbell ascendió a el poder.
—Gordie, ¿Está todo listo? —se encontraba detrás de la multitud, alejada, y nadie había reparado en ella aún.
—Cuando digas, Meg —asintió al otro lado de la línea, desde el interior de la iglesia junto a Kelly en el pequeño cuarto de controles.
—Que la victoria me acompañe —murmura para ella antes de tensar la flecha en su arco y abrirse paso entre la gente, apuntando siempre al frente—. Paren esto de inmediato —ordena, observando las reacciones de los habitantes. Jamás se le había escuchado hablar en ese tono de rabia, pero la mirada mortífera aterró a varios.
—Megs, nena —Harry sonrió, avanzando unos pasos hacia ella, pero los detuvo cuando la dirección de la flecha lo apuntaba a él, haciendo que levantara las manos—. Baja eso, nena, no sabes lo que está pasando. Lo que hicieron.
—Oh, se muy bien lo que ustedes hicieron —remarcó la penúltima palabra. La determinación nunca abandonando su rostro.
—Megan debes comprender que Allie y Will intentaron hacer fraude electoral —la voz de Lexie solo la irritó, también apuntando a ella.
—¿Puedes jurarlo?
—Por supuesto que...
Interrumpió sus palabras mandándola a callar. —Luke, ¿Puedes jurarlo? —repite, mirando al chico y sin apuntarlo.
El castaño dudó al principio, pero bastó una mirada amenazante de Campbell y luego una confundida por parte de Helena para jurarlo.
—No saben lo mucho que me decepcionan —sus ojos se cristalizaron, manteniendo la flecha preparada para disparar—. En especial tú, Harry.
—Meg —trata de hablar, sin lograrlo.
—¿Recuerdas las promesas? Si continúas con esto, me lastimarás, me perderás y lo habrás hecho todo en vano. Eres el único que no me ha decepcionado aún, por favor, no hagas esto la primera vez —suplicó, absteniendo sus lágrimas de ser derramadas. La duda surcó los ojos y postura del castaño, Campbell lo notó así que extendió su brazo caminando a él. Megan tensó más la flecha—. Ni se te ocurra, Campbell. No eres al único Eliot que quiero lanzarle una flecha, no pruebes mi paciencia.
Se quedó en su lugar, observando cómo Harry escupía un ❛ al diablo, no te necesito ❜ posicionándose al lado de Megan, apoyando sus palabras.
—¿Y ustedes, chicos? —preguntó hacia sus mejores amigos. Jason, Clark y Luke—. Yo fundé a un grupo de chicos que sentían que no pertenecían a un grupo de futbolistas, estancados en los estereotipos. Yo reuní a unos adolescentes sin rumbo y los hice amigos, una familia. Prometimos ser una familia, la familia no te da la espalda y es justo lo que ustedes están haciendo. Nunca se negaron a hacer lo correcto, ¿Por qué ahora sí? ¿Por qué condenar a dos inocentes? ¿Por qué seguir las ordenes de un psicópata? ¿De verdad harán esto? ¿A mí? —guardó silencio brevemente, esperando algún indicio de arrepentimiento—. Si es así, lo harán mirándome a los ojos. Los condenarán mirándome a los ojos y me condenarán con ellos. Lexie, la oportunidad va para ti también.
Vio a Campbell mascullar algo entre dientes, pero fue lo suficientemente silencioso, haciendo que lo pasara desapercibido.
—¿Y bien? —Jason y Clark soltaron las ataduras de Allie y Will, tomando distancia, al igual que Luke y Lexie. Todos luciendo arrepentidos.
—No puedes llegar y convencerlos con palabras —se hizo escuchar Campbell—. Son mierdas que has inventado y solo te seguirán por tu vagina.
Megan soltó la flecha, robando suspiros ahogados de los adolescentes, rozando lo suficiente de la piel de Eliot como para rasguñarlo y hacerlo sangrar.
—Entonces que escuchen tus propias palabras, maniático —con el teléfono aún en la llamada, Gordie tomó esa señal para reproducir por medio de las bocinas de la iglesia, la conversación que Megan grabó de Harry y Campbell.
—Sabía que había escuchado algo tras la puerta —una sonrisa superior se escapó de sus labios al escucharlo.
—Grizz, bebé, ¿Podrías arrestar a Campbell Eliot por fraude electoral, inculpación de un delito y golpe de poder? —todos a excepción de Megan se sorprendieron al ver al castaño salir de entre la multitud, con un par de esposas en la mano—. Cuando Elle y yo tuvimos que escapar de la casa Pressman lo llamé, sin duda necesitaba su ayuda.
—Espera, ¿Lograron encontrar tierras para cultivar? —cuestiona esperanzada Allie, pese al mal momento que pasó y la cortada sobre su ceja.
—Así es, corazón —confirmó por fin bajando el arco—. Estamos salvados —los gritos de euforia fue lo que escuchó a continuación.
Allie corrió hacia ella lanzándose a sus brazos, enredando sus piernas alrededor de la cintura de la azabache.
—Lo sé, lo sé —palmeó su espalda en calma—. Y no soy la única persona que le gustaría un abrazo.
Allie se separa dándole la razón, regresando sus pasos a Will.
—Y bien, señorita Scott, ¿Qué sigue? —Grizz se acerca luego de entregarle a Campbell a Shoe, pasando un brazo por su cintura.
—Disfrutar de mi relación de a tres, por supuesto —soltó el arco agarrando en un puño los abrigos de cada uno, empujando primero a Harry contra sus labios para seguirle el turno a Grizz—. Ya nos comenzaba a extrañar.
—Nosotros también —exhalaron, aliviados.
—Los amo, Harry Bingham y Grizz Visser.
—Y nosotros te amamos, Megan Scott —Grizz depositó un beso en sus nudillos, mientras Harry lo hacía en su sien.
Y aquí, termina RUN. Muchas gracias
a las personas que estuvieron leyendo
a lo largo del tiempo y las lentas
actualizaciones, votando y
comentando la vida de Megan y su
relación.
Así me hubiese gustado que terminara
The Society, por lo que finalmente
hemos concluido una de tantas
historias, pero que indudablemente
se lleva mi amor incondicional.
Espero les haya gustado lo que
fue de la vida de Megan Scott,
su después a continuación...
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