❛ 𝘅𝘅. 𝗐𝗁𝖺𝗍 𝗍𝗁𝖾 𝖿𝗎𝖼𝗄 𝗐𝗈𝗎𝗅𝖽 𝗒𝗈𝗎 𝖽𝗈?




❛ 𓄼 CAPÍTULO VEINTE 𓄹 ៹




          SUS MANOS VIAJAN AL CABELLO HÚMEDO DE HARRY, mordiendo con ímpetu su labio inferior al momento en que él acariciaba su cuerpo mojado y desnudo con sus manos, delineando delicadamente su figura.

Su espalda choca contra la pared fría, haciendo que su piel se erice, restándole importancia cuando el agua caliente cae sobre los dos.

—Harry —suelta una risa sintiendo los besos descender por su cuello y pecho.

Ella le besa la mandíbula, recorriendo con sus brazos su torso ejercitado y sus fuertes brazos con adoración.

—¿Si, nena? —una sonrisa acompañada de una mirada pecaminosa le es dirigida por el muchacho, y antes de poder darse cuenta, Harry la ha tomado de los hombros girando su cuerpo de un movimiento rápido, pegando sus pechos contra el mármol.

Megan suelta un suspiro ahogado, descansando la mejilla en la estructura antes de soltar un gemido cuando el miembro de su novio se pegó a su trasero.

Posterior a su ducha, Harry toma su celular secando su cabello con una toalla, viendo a Megan ponerse su ropa interior.

—Oye, Megs —dice, siendo cortado cuando la mencionada le ha quitado su teléfono en un acto infantil—. Nena, no hagas eso —rio.

—¿O qué? —retó, pasando el celular de una mano a otra.

El castaño negó sonriendo, persiguiéndola a través de su habitación tratando de obtener su móvil devuelta.

—¡Megan! —exclama, incrédulo de sus acciones.

—¡De acuerdo, te lo daré! —avanza a ella cerca de agarrarlo, sin embargo, los dedos de Megan se aferran a la toalla que Harry tiene en la cintura, jalando de ella y dejando al castaño como lo habían traído al mundo—. Vaya, todo eso es mío.

Bingham, aprovechando su distracción, la envuelve en sus brazos cogiendo su teléfono y besando sus labios con cariño.

—Eso fue trampa —protestó en un hilo de voz, nerviosa por Harry.

El castaño la tenía entre sus brazos mirando su rostro con adoración pura, amando sus ojos cafés, sus rulos azabaches, su enorme sonrisa y sus hoyuelos encantadores. No había lugar en el mundo donde quisiera estar más que ahí. No había persona en el mundo con quien quisiera estar más que con ella.

Estamos jodidamente hechos el uno para el otro —suspiró encantado, dejando a Megan pasmada—. Es lo único en lo que necesitamos creer cuando esta mierda nos supere.

—Eso fue trampa —balbucea, repitiendo lo que acababa de decir. Harry sabe que la ha dejado anonada, sonriendo por ello.

—Tú empezaste —contraataca. Se separan con Scott dejando un beso en su nariz.

Megan le da la espalda y Harry no se reprime en darle una nalgada juguetona. Megan pega un brinco sorprendida.

Ahora sí, desbloquea su teléfono, hundiendo el ceño leyendo los mensajes que le habían llegado. —Meg, ¿Tú sabías de esto? —cuestiona los mensajes que informaban del arresto a Elle.

Los lee y finge no conocer nada sobre la situación.

—Deberíamos decirle a Campbell, él está en la cocina —los hombros de Megan se tensaron al escuchar el mensaje de Eliot que leía su novio.

Tratando de ignorar el deseo de encarar a Eliot, ambos bajan entre risas y sonrisas encontrándose no solo a Campbell en la cocina, sino también a Kelly, la cuál se paralizó al reparar en el cabello mojado de los dos.

—Campbell —le llama al recordar el motivo por el que habían bajado corriendo en un principio—. Oye, ¿Alguno vio los mensajes?

—¿Qué?

—Mastica con la boca cerrada —regañó la líder—. Bueno, eso no importa ahora, pero es una locura. Parece que arrestaron a Elle.

—¿De qué mierda hablan? —tomó su celular para ver por él mismo los mensajes, parándose precipitadamente de su asiento y acercándose a ella—. Megan, ¿Por qué arrestaron a Elle?

—No lo sé —traga en seco escondiendo su cuerpo detrás de Harry, insegura de qué tan obsesionado estaba Campbell por Elle—. He estado aquí por un largo rato y los mensajes son recientes. Allie tampoco me ha querido decir —dice, repitiendo sin ninguna falla lo que la rubia y ella arreglaron que diría.

          «¡BUENA SUERTE! Los queremos. Vuelvan a salvo a casa». Decía el cartel que varias adolescentes habían pintado para la despedida de los que se irían a buscar tierras fértiles.

—Creo que no sabemos cómo agradecerles por arriesgarse a esto —dice Allie, su brazo está envolviendo el cuerpo de Megan y el de la azabache está en los hombros de la rubia —al ser ella más alta que Pressman— para darse calor mutuamente—. Por ser tan valientes cuando no sabemos qué es lo que hay más allá. Tenemos que hacer este pueblo sostenible para vivir, y no es sobre encontrar tierras para cultivar, es sobre hacernos responsables de nosotros.

—Entre todos —aclaró la arquera—. Sé que no es suficiente, pero gracias —miró a cada uno con una sonrisa—, por darnos esperanzas.

La hora de despedirse llega y le aviso a Allie que no me espere para marcharnos a la iglesia, donde se daría a lugar el debate. Les alcanzaría lo más pronto posible.

Paso los arbustos que están al inicio del sendero hacia lo profundo del bosque, viendo a Grizz cerrar su enorme mochila.

—Hola —saluda, poniéndose en pie.

Un único pensamiento recorre mi cabeza y lo escucho. Saco mis manos de los bolsillos del abrigo perteneciente a Grizz y me acercó a él tomando sus mejillas, besándolo sin apuro.

Siento sus manos posarse de inmediato en mi cadera, rodeándola luego con sus brazos. Al separar nuestros labios, lo abrazo escondiendo mi cabeza en su cuello, deseando congelar para siempre esto.

—Lo siento —murmura, me alejo lo suficiente como para ver que hace un esfuerzo por no llorar—. Compliqué las cosas, te rompí el corazón, pero te amo, no ha cambiado nunca y lucharé por ti al regresar. Armaré y amaré hasta el último átomo de tu corazón. Solo seré tuyo esta vez.

Grizz sube su mano hacia la mejilla de Megan, la acaricia y Megan lo disfruta. —Necesito que estés a salvo ahí fuera. ¿Okay? —Grizz asiente y la mira a los ojos—. Necesito que vuelvas y me ayudes a darle una segunda oportunidad a nuestra relación.

—Lo haré.

Megan asiente quitándose su gorro azul y dejándolo sobre la cabeza de Grizz. —Para que me recuerdes, y pienses en mí.

—Siempre lo hago —se abrazaron por última vez—. Te veo pronto.

          Y CON TREINTA MINUTOS RESTANTES, dejaremos el debate abierto a preguntas —indica Helena, siendo la encargada por petición de Megan del debate—. Harry, escogiste cruz y ganaste, así que vas primero.

El castaño se levanta y carraspea, buscando con la mirada a Megan y Campbell entre el público. Ambos, sentados juntos, le muestran una sonrisa de apoyo.

—Gracias a todos por venir. Y gracias a Allie por tomar las riendas después de que su hermana murió, para hacer un muy difícil trabajo.

—¿En serio le pusiste eso en sus fichas? —recriminó Megan en un susurro a Campbell.

—Hace cinco meses, ella fue la única que había podido hacerlo. Y por supuesto, mi novia, Megan —la señaló, ella le mandó un beso—. Sin contar a Megan, eso ya no es verdad. Hay muchísimas cosas que son diferentes que cuando recién llegamos aquí. Quizá, al principio, necesitábamos dejar todo lo que teníamos. Nuestra libertad. Nuestras posesiones. Nuestras identidades. Todo por el bien común.

»—Quizá, debimos entregar todas nuestras decisiones para convertirnos en las hormigas de la colonia que somos justo ahora. Pero ahora, este pueblo funciona. Y creo que es tiempo de volver, a lo que nos pertenece —varios chicos aplaudieron y soltaron exclamaciones, ocasionando que Megan se asustara y Campbell se riera de ella—. Control sobre tu propiedad. Control sobre tu destino. Y control sobre tu vida. Y si lo hacen, yo...

—Tiempo —cortó Helena con el cronómetro en manos, pero fue más por la seña de Megan que interrumpió a Harry.

—¿De verdad? Bueno, voten por mí.

—Gracias a todos. Gracias, Harry —comenzó Allie y su turno—. Estoy orgullosa, por llegar a este momento. Se que no siempre ha sido fácil, pero miren a su alrededor, sobrevivimos. Porque todos aceptamos poner a este pueblo primero. Y a nosotros después. Fuimos criados en privilegio. Y tuvimos que olvidar todo lo que aprendimos sobre lo que la vida nos debía. Y en su lugar, pensar en lo que nos debemos a nosotros.

»—Los siguientes seis meses van a ser duros. Tenemos que alimentarnos. Tenemos que enfrentar el invierno. Lo que Harry ofrece puede ser tentador, pero no es el momento de ser egoístas —niega—. De pedir ❛ lo que es mío ❜. Lo que es mío es suyo. Y lo que es suyo es de todos. Y así es como vamos a sobrevivir. Juntos. Y así, algún día, vamos a encontrar nuestro camino a casa.

La mayoría en la iglesia aplaudió.

—Gracias —dijo Helena—. Voy a poner la primera pregunta al azar...

—Me gustaría empezar mi discurso —interrumpió Lexie entrando al lugar.

—El debate ya ha comenzado.

—Claro, sí, y no ha terminado. Y aquí estoy.

—No te anotaste a tiempo, Lexie —espetó Megan.

—No. Cinco de la tarde, dice el letrero. Aún no son las cinco, así que... ¿Hay algún problema?

Helena miró a Allie, después hizo lo mismo con Megan preguntando silenciosamente si debía permitirle seguir.

—No. Puedes dar tu discurso —asintió Helena.

Lexie encaró al público y supiró antes de hablar. —Iré al grano. Primero, no pueden votar por Harry.

—Aquí vamos —Megan soltó un quejido no audible recargando su espalda contra el respaldo.

—No quiere regresarles lo que es suyo, quiere lo que es suyo —lo apuntó con el dedo—. Y eso es igual para todos los ricos e imbéciles que lo apoyan, y ustedes saben quiénes son —a su pesar, Megan le dio la razón—. Ustedes quieren de regreso sus grandes casas, y sus autos y su dinero en el banco. Como si eso significara algo, así que... ¿Saben qué? Si esos son ustedes, voten por Harry. Todos los demás, no sean putos estúpidos. Ese chico que no les daba ni la hora, ni el saludo en la preparatoria... No va a cuidar de ustedes ahora. Sobre Allie, es un poco más complicado.

—Será una mierda todo esto —Jason escuchó a Megan decir a su izquierda.

—Hace que las cosas sucedan. Como un dictador hace que suceda —la sonrisa de la rubia decayó al igual que las ganas de Scott de seguir escuchando—. Aquí hay una historia que ustedes no saben. Después de que la gente se enfermó en Día de Acción de Gracias, Allie y su policía militar, comenzaron a interrogar gente.

—Ay, Jason —Megan notó la mirada que recibió el moreno por parte de la castaña, deseando que no fuera tan grave—. ¿Qué hiciste?

—Estuvieron interrogándome en la oscuridad por cuatro horas. Tuve mi periodo en ese momento e hicieron que me cambiara frente a ellos. Tuve que quitarme la ropa mientras observaban.

—Tiempo —declaró Helena, siendo ignorada.

—Tuve que cubrir mi sangre menstrual para que no la vieran. Yo tuve que esconder mis senos. Y solo soy yo. Imaginen qué otros secretos ella y su policía secreta hacen cuando nadie los ve.

—Se acabó tu tiempo, Lexie.

—Sí, te escuché. Arrestaste a Elle, ¿No es así? —esa pregunta era la que faltaba para terminar con su cerebro abrumado.

—No puedes hacer preguntas ahora.

—Ay, ¿Por qué? ¿Esas son tus reglas? No, al carajo, Allie.

—Cierra la boca, Lexie —se alzó Megan de su asiento espetando. Haciendo de sus manos puños que apenas podía contener—. Esas son las reglas de un debate, no puedes hacer preguntas ahora. Y nadie puede contradecirme porque estuve en el jodido club de debate y fui co–capitana.

—Megan —trató de calmar Jason posando una mano en su hombro, mismo que sacudió sin escucharlo.

—Dices que Allie es una dictadora cuando tú tomas decisiones por venganza. ¿Recuerdas la cena del Día de Acción de Gracias? Allie está haciendo lo mejor que puede. Nos dice dónde dormir para que ninguno de nosotros esté durmiendo en un banco a falta de casas. Nos dice qué comer para racionar la comida. Nos dice en qué trabajar para no quedarnos estancados haciendo lo mismo, porque se vuelve detestable —cada palabra era un paso más cerca de Lexie—. Y nos dice qué tan tarde salir para evitar accidentes, porque no tenemos ni a una mierda de médico que nos ayude. Así que dime, Lexie, ¿Tú qué harías mejor?

—Yo voy a detenerla —a su respuesta, varios aplaudieron con sonrisas.

—¿Están escuchando su mierda? —se burló, mirando a cada uno y deteniendo las celebraciones—. Es igual a un político que promete cosas solo para ser elegido, promete lo que la gente quiere y cuando es elegido no hace nada. Detienes a Allie y después qué, ¿Cómo racionarás la comida? ¿Cómo establecerás los puestos de trabajo? ¿Y si alguien resulta herido por salir de noche? Dime, Lexie, ¿Qué mierda harías?

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