❛ 𝘅𝘃𝗶𝗶𝗶. ❛ 𝖻𝖺𝗋𝖾𝗅𝗒 ❜ 𝗂𝗌 𝖺 𝗌𝗁𝗈𝗋𝗍 𝗐𝗈𝗋𝖽 𝖿𝗈𝗋 𝗍𝗁𝖺𝗍.




❛ 𓄼 CAPÍTULO DIECIOCHO 𓄹 ៹




          ODIABA A JASON EN ESE MOMENTO, demostrando su enojo con los brazos cruzados. El moreno seguía con el mando de la consola en su poder luego de las tres muertes que eliminó a su personaje. Era claro que ya le tocaba su turno de jugar.

—¡Jason, acabas de morir otra vez! —reclamó soltando un bufido—. Dámelo.

—Solo una oportunidad más, Megs, por favor —suplicó evitando que tomara el control sin apartar los ojos de la pantalla—. Además, te estás pintando las uñas y tu esmalte se arruinará.

Ella rodó los ojos dándole la razón. —Bien, solo hasta que se me sequen. Por cierto, ¿Creen que este sea mi color?

—Meg, cualquier tono es tu color —respondió Luke a su lado en el sofá, apartando los ojos de su celular para mirarla.

—Sin duda, chica —concuerda Jason.

—Y es por eso que los amo —besa sus mejillas emocionada, cruzando sus piernas como indio.

—Amigos —recostó su cabeza en el respaldo viendo de cabeza a un Clark sudado y con una cerveza en mano—, soy una máquina. Ocho kilómetros y apenas sudé.

—Ugh —hizo una mueca de disgusto al ver su camisa empapada y olfatear el olor que desprendía—. ❛ Apenas ❜ es una palabra corta para eso.

—Cierra esa linda boca o esto irá a parar en ti —tan rápido como terminó la oración, Megan alzó ambas manos en gesto de paz—. Oh, nos inscribí en la elección.

—¿Que hiciste qué? —preguntó Luke tras compartir una mirada con la chica.

—Había un formato de inscripción en la iglesia, así que nos inscribí —simplificó con una sonrisa tonta. Megan hizo un amago de sonrisa—. Yo para el consejo, y a ti para alcalde.

—Clark, dulzura, ¿Por qué?

—¿Estás ebrio o algo así?

—Por favor, La Guardia necesita estar ahí —explicó tomando asiento en un sillón.

—Sí, y yo ya estoy ahí —rebatió Megan—. ¿Acaso me han expulsado de La Guardia?

—No, nena —frunció el ceño. Solo Harry la llamaba nena y era extraño que esas mismas palabras salieran de la boca de alguien más hacia ella—, siempre serás de La Guardia. Tú nos reuniste y nos fundaste. Te pertenecemos —soltó una risa por su selección de palabras.

—Sí que sí —respaldó Jason con voz rasposa, palmeando su pecho con el puño.

—Pero, ¿Creen que Allie lo está haciendo mal? —les preguntó Luke tomando la otra mano de Megan comenzando a pintar su uña.

—No, pero no va a ser reina para siempre —Megan se tensó, recordando la primera semana de llegada cuando Campbell hizo una comparación suya con la de una reina—. Es nuestro turno.

Luke suspiró. —Todo el mundo sabe que ella va a ganar, ¿Okay? Dejen que ella se preocupe por tomar decisiones.

—Y yo —agregó ella con tono de voz inaudible.

—Además, a nadie le importa un carajo lo que pensamos.

—A mí sí —se sinceró la azabache, con una mirada honesta y suave.

—Deberían —insistió Clark—. Hacemos el trabajo sucio. Le dispararon a alguien —apuntó a los tres. Megan volvió a tensarse al igual que los dos chicos, que desviaron la vista de sus respectivas actividades para verla a ella.

—Pero yo lo maté, porque sabía cuál era la verdadera arma —se hizo un silencio en la sala.

—El punto es que deberíamos opinar de cómo funcionan las cosas.

—Y lo hacen. Los escuchamos. Pero con la cantidad de cerveza que toman, son más músculo que cerebro en estos momentos.

—¿Ustedes no quieren saber qué se siente? —volvió a insistir a los dos jugadores.

—¿Cómo se siente qué? —preguntó Jason.

—El estar a cargo —responde Luke parando con las uñas de Megan.

—Como un jodido dolor de cabeza —dice Scott—. Que te llena la vida de preocupaciones cuando puedes agradecer tener una sola tarea. Nosotras tenemos muchas.

Se quedan pensativos, ignorando el hecho que Clark acaba de soltar un eructo arrojando la lata de cerveza sobre el juego de ajedrez en el que Megan estaba a punto de ganarle a Luke.

—Anotaría a Grizz, pero... —se interrumpe cuando apenas escucho el nombre mis ojos se dirigen a él.

—Clark —mascullan Luke y Jason pensando que me pondría a llorar con tan solo la mención de su nombre.

—Está bien, chicos, está bien —aseguro—. No se preocupen tanto por mí. Es solo un nombre.

Ellos suspiraron. —¿En serio no vas a decirnos qué pasó entre ustedes?

—Creo que es el derecho de Grizz de hacerlo —tomé la mano de Jason y Luke.

—No nos lo ha querido decir —asiento entendiéndolo.

Aunque me doliera lo que Grizz me hizo, no podría ser capaz de tomar la decisión de revelar su sexualidad, porque no me correspondía.

Tampoco obligaría a mis amigos a dejar de hablar y reunirse con él, porque también eran los suyos, y tenía la sospecha de que él sabía de mí a través de ellos. Ahora nos reuníamos sin Grizz y ellos sin mí. No había querido recibirle ni una de sus visitas, leer sus mensajes o responder sus llamadas.

Alrededor de una hora había pasado que un mensaje de Allie me había llegado al móvil, con motivo de una reunión en su casa teniendo información del envenenamiento de la comida en Acción de Gracias.

—Entonces, el anticongelante fue lo que ocasionó todo esto —llegamos a la conclusión luego de investigar.

—Al parecer es algo dulce, así que no lo reconocerías. El problema es que está en todos lados. En las gasolineras, en las cocheras —enlista Gordie—. Cualquiera puede tenerlo.

—Genial. Entonces tengo que subir —chasqueó la lengua mirándome con incredulidad—, al debate en tres días y prometerles que estarán seguros. Sin contar que no tenemos ni puta idea de quién intentó envenenarnos.

—Yo no usaría esas mismas palabras —Will trata de aligerar el ambiente soltando una risa.

—¿Podemos al menos hacer una lista de las personas que lo tienen? —inquiero.

—Podríamos hacerlo, pero para ser sincero no creo que encontremos al culpable.

—Tal vez, pero podemos intentar.

—Y puede que sea el peor uso de nuestros recursos —contradice Will.

—¿Podríamos... Por un segundo, fingir que sé lo que hago? —Allie sale de la habitación totalmente inconforme.

—Tal vez debas ir a ver cómo está —sugiero dubitativa.

—Tal vez tú deberías —dice el pelinegro y ambos nos miramos entrecerrando los ojos.

—La besé —admito. Miro inquisitivamente a Will.

—Dormí con ella —responde. Gordie y yo abrimos la boca sorprendidos.

—¿Tuvieron sexo? —quiero aclarar.

—No. Solo dormimos juntos —se da cuenta que lo suyo no se compara a lo mío—. Y abrazados —suelta un suspiro, aceptándolo rendido, caminando por donde se fue Allie.

—¿Besaste a Allie? —pregunta incrédulo Gordie. Asiento confirmándolo—. ¿Harry lo sabe?

—Él fue quién me dijo que lo hiciera.

—Oh, Dios.

—Dijo que podría gustarle a todo el mundo —soltó como si fuera una mención casual.

El latino esbozó una sonrisa divertida. —¿Y lo dudas?

          TRAS GORDIE Y YO ESCUCHAR EL SONIDO DE LOS BESOS QUE WILL Y ALLIE SE DABAN, decidimos irnos de la casa, sintiéndonos incómodos, y eso no paró conmigo cuando Allie me siguió para ir donde Grizz estaba con los voluntarios, quiénes buscarían tierras fértiles.

—Allie, Grizz y yo no estamos en nuestro mejor momento. De hecho, terminamos y aún no me siento capaz de mirarlo. —había dicho.

Me sentí tan distraída que decidí usar mi motocicleta —la cual había dejado de usar hace meses— e ir a la casa de Harry, pasando por una panadería y tomándome mi tiempo para cocinarle un pastelillo con ingredientes que tomé de la casa de Allie.

—Puedes llamarme la mejor novia —hago acto de presencia en la cocina.

—¿Por qué? —pregunta con una sonrisa viendo la bolsa de papel que tengo en mano.

—Te hice un pastelillo. Tiene todo lo que te gusta —se la doy y me subo a la encimera sentándome en ella.

—Oh, sí. Sin duda eres la mejor novia —asiente besando mis labios—. Tengo una idea.

—¿Cuál es?

—¿Por qué no rasuras mi barba otra vez? Me hace ver más demacrado de lo que ya estoy —suelto una risita enredando mis piernas en su cintura.

—Genial, sí. Lo haré.

          ¿ESTÁS SEGURO DE QUERER POSTULARTE PARA LA ALCALDÍA? —insisto por quinta vez desde que terminé con la barba de Harry y recibí el mensaje de Allie sobre el formato de quienes se iban a postular de manera oficial—. No puedo obligarte a desistir, pero quiero que estés completamente seguro.

—Sí, lo estoy, nena —asiente Harry—. Puedo volver a dirigir, como lo hacía en la escuela y en el pueblo antes de este jodido lugar. Y si gano, tú y yo seremos los que manden en este lugar, seremos reyes. ¿Recuerdas? Todos hacían lo que nosotros queríamos.

—Lo recuerdo, pero estás incluyendo a Campbell en esto.

—Es tu amigo, ¿No?

—Sí, lo es —afirmo—. Lo que significa que conozco su forma de ser, pese a que desconozco su motivo de postularte. Sé que él no lo hizo porque todos le temen —Harry bufa y rueda los ojos—. Bien, da igual. Que el o la mejor gane —le extiendo la mano sonriendo burlonamente.

—Pienso hacerlo —dice, toma mi mano jalándome a él y me besa.

—Pero, por favor —me separo antes de seguir y que el beso se torne caliente—, no permitas que Campbell te manipule ni tome decisiones que afectarán al pueblo. Prefiero que seamos tú y yo sin responsabilidades, a haberlas ganado a base de actos malos.

—Es una promesa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top