❛ 𓄼 CAPÍTULO DIECISIETE 𓄹 ៹

          —LOS ENCONTRÉ JUS–TO AHÍ —tartamudeó sin poder evitarlo, ocultando su rostro entre sus manos dejando las lágrimas rodar y caer por sus mejillas—. Estaban en la cama, des–desnudos y abrazados. Dime, Harry, ¿Acaso me lo merecía? ¿No lo amé lo suficiente? ¿Me terminan engañando porque no hago lo suficiente?

—Dios, Megan —la abraza poniendo el mentón en su cabeza, la ira e impotencia aflorando. No podía creer que un ser tan bello, delicado y puro como ella creía que se lo tenía merecido—. Nunca digas eso, tú te mereces todo el jodido universo. Tú das todo de ti. Ese bastardo deseará no haberte lastimado.

Megan se esconde entre las sábanas y el enorme suéter de Harry, buscando consuelo entre sus brazos y ocasionales besos.

—Por favor, dime que tú jamás me engañarías —recostó la cabeza en su hombro obligándolo a bajar la mirada para poder verla a los ojos—. No lo soportaría una vez más. Jamás lo vi venir de Cassandra, menos de Grizz. Y no lo quiero ver venir de ti. Solo prométeme jamás mentirme, o hacer algo que me lastimará.

—Rompería mi corazón antes de lastimarte, nena —limpia con su pulgar todo rastro de lágrimas—. No dejaré que te vuelva a poner ni un dedo encima. Ni te dirija una sola palabra. Además, eres Megan Scott, puedes ser una maldita perra cuando te lo propones y arrasar con todo.

—Estoy segura de que por esto te amo —hizo un amago de risa desapareciendo al sonar su celular—. Es Will —frunce el ceño al notar los mensajes sin leer y sus llamadas perdidas. También las de Gordie y Bean—. Debería contestar.

—Creo que pueden esperar —la detiene cogiendo su aparato, rechazando la llamada—. Por una vez, deja de tratar de ayudar a todos y deja que resuelvan sus problemas. Céntrate en ti.

Sus ojos viajan a los de Harry, dispuesta a aceptar e ignorar a los demás. Pero Will vuelve a insistir y Megan esta vez contesta sin rodeos. —Soy demasiado débil para eso —le murmura antes de dirigir su voz a Will—. Will, ¿Qué sucede?

—Lo siento, Megan —dice primero—. Sé que hace unas horas te encontrabas mal, y no te llamaría de no ser necesario, pero necesitamos a alguien con conocimientos médicos.

—¿Por qué dices eso? —exclamó asustada, levantándose de la cama alarmando al castaño. Le hizo una seña para empezar a vestirse—. ¿Qué ha pasado?

—Parece que hubo una intoxicación —tartamudeó sin saber qué más agregar—. Estamos en el hospital y... Megan, esto está mal.

—Estoy saliendo para allá —contesta subiendo al asiento del acompañante.

—Megan, date prisa. Todo esto es un caos.

          BAJARON DEL AUTO APENAS ALCANZANDO A ESTACIONARSE, encontrando a Luke y Helena cargando a una chica pálida y en un pésimo estado. Entraron detrás de ellos al hospital, sus caras transformándose en unas de horror al ver a los adolescentes en las camillas.

—Dios, ¿Cómo se encuentra? —preguntó Kelly acercándose.

—No ha dejado de vomitar —respondió Helena.

—Pónganla en una camilla —apuró Megan, notando que Allie también se encontraba ahí. Pálida e hiperventilando—. ¡Allie, corazón! Tranquila, estarás bien —acarició sus cabellos con delicadeza.

—Megan... —intenta hablar.

—Sh, sh, sh —calló tomando el trapo de las manos de Will pasándolo por su frente—. No te esfuerces.

—Ay, mierda —murmura Harry mirando a las personas a su alrededor totalmente asustado—. ¡Está mal!

—Vuelve a casa, cariño —ordena la azabache quitándose el suéter.

—Lo siento.

—Está bien.

—En verdad lo siento —aseguró marchando a la salida a la par de Luke, igual de afectado.

—¡Deben conseguir intravenosa! —grita señalando otra camilla para un chico acompañado por Shoe—. ¡Ahora, Kelly!

—¿Sabes poner un intravenosa? —pregunta Gordie previo a perderse en los pasillos siguiendo a Kelly. Megan agradeció que ninguno de los dos le preguntara por sus ojos y nariz roja.

—La novia de mi padre, Melissa, me ha enseñado. Confío en ser tan increíble como ella —agregó. Mandó a Will a atender a otros y se subió a la cama de Allie, agitando sus manos en su rostro para darle aire fresco—. En un segundo estarás bien y solo tendrás un mal recuerdo de esto.

—Meg, dile a mis padres... Dile a mis padres que lo siento —logra articular girando para estar cara a cara.

—No se los diré, princesa —niega peinando su cabello con los dedos—. Y tampoco tú si te recuperas. No tienes nada qué lamentar.

Movió su cabeza para localizar a Gordie o a Kelly con los instrumentos, pero encontró a Harry con una mirada lastimera dirigida a Allie. Volteó hacia ella, llevando un dedo a sus labios y luego a Allie. Hundió el ceño incrédula, tal vez estaba malinterpretando su mensaje, pero Harry volvió a insistir.

Pobre Allie —pensó el castaño.

Y cuando decidió creer que el mensaje era correcto, giró otra vez su cabeza, ahora con dirección nuevamente a la rubia que abría sus ojos con pesar.

—Serás la primera a la que salve —prometió. Los ojos de la rubia vagaron por su rostro parando en un punto.

Megan tomó aliento y se inclinó besando los labios de Pressman, subiendo su mano a su mejilla. Allie correspondió con gusto.

—Gracias —farfulló al separarse después de unos cortos segundos.

—De nada —suspiró. En ese instante llegaron los reyes de Roma de sus pensamientos—. Dame los guantes, le haré un torniquete.

Así hizo, sonriendo segura. Pasó el alcohol con suavidad y golpeó su brazo para hacer resaltar las venas, y cuando lo obtuvo, insertó la aguja dando en su punto correcto.

—Bien hecho, equipo.

La paz no duró mucho tiempo, mientras iba a por el segundo, Campbell llegó con Elle en brazos, gritando por ayuda, pero al contrario del resto de pacientes, la azabache podía afirmar que la rubia lucía como una muerta en vida.

          —¡SAM! —una sonrisa torcida salió de sus labios, mirando al pelirrojo, y a Harry detrás del susodicho—. Qué alegría que al fin apareces, ¿Dónde estuviste en todo el día?

—Estuvo durmiendo —contestó Becca por él—. No ha podido dormir con el embarazo. Estaba tan cansado.

—Ya. Pobre y cansado Sammy —dijo con sorna—. Pues estás en todo tú derecho, has sido un padre responsable, te lo merecías, porque al fin y al cabo está justificado por todo lo bueno que hiciste, ¿No? —su mirada paseó el cuerpo del chico de arriba a abajo, despectivamente—. Te ves como un nuevo Sam, deberías volverlo a hacer. Junto a la madre de tu bebé en especial —no olvidó de enfatizar el ❛ tu ❜—. Acompañarla, porque el ser madre y padre no es tarea sencilla —siseó mordazmente al ver a Grizz detrás del pelirrojo, sabiendo que el castaño no sabría de aquel hecho.

Gareth trastabilló chocando con una mesa, luego de escuchar la revelación de Megan, llamando la atención de Becca, Sam y Harry.

—Lo–lo siento.

—¡Grizz, qué sorpresa verte por acá! —exclamó con fingido entusiasmo—. Dime, ¿Buscas a alguien en especial? —espetó, tensando la mandíbula.

—Eh, sí. Digo, no. Quiero decir que sí. Te buscaba —balbuceó bajando la mirada incapaz de ver a Sam, Megan o Harry.

—¿En serio? —espetó Harry de vuelta, con toda intención de lanzarse encima suyo.

—Cariño, creo que es hora de irnos —sonrió al grupo entero extendiendo la mano hacia él. Bingham la tomó sin dudar—. Becca, solo debes quedarte en cama y descansar, es mucho estrés. Gordie se quedará para supervisarte. ¿Un consejo? Ya es hora de decidir un nombre. Sam me gusta mucho —miró al pelirrojo tocando su hombro—. Sirve para niño y niña, capaz y sea como su padre. Esperemos que no, porque nos llenará de sorpresas desagradables —susurra lo último solo para ella y Harry.

—Megan —llama la morocha antes de que se retire—, ¿Estás bien? Tus ojos y nariz están irritados.

—Sí, sí, claro —vuelve a fingir una sonrisa—, solo me preocupé por Allie y por ti. Procura ya no darme sustos —pide, caminando lejos de ellos.

—Eso fue excitante —dice Harry inclinándose y susurrando a su oído.

—Eso fue nada —corrigió—. Uh, estoy oxidada. Como sea. Gordie —se detuvo en recepción esperando ser atendida—. Quiero un informe completo para mañana. Teorías de lo sucedido y síntomas. Deja ir a los pacientes. ¡Hasta mañana!

—¡Adiós, Meg!

—Por cierto, Harry —se cruzó de brazos enarcando una ceja—. No presté mucha atención a la obra, pero sé que hablaba de Allie y de mí. Y no de manera amistosa. ¿Por qué querías que besara a Allie? Te vi celoso cuando fue a buscarme llorando.

El chico se encogió de hombros como respuesta. —Tenía lo que yo tuve cuando estabas con Cassandra. Un corazón roto. Creí que le gustaría morir tras un beso tuyo. Aunque no lo hizo y me alegro por eso —sonrió robándole un beso—. Sí, son asombrosos.

—No sabía que estabas enamorado de mí cuando estaba con Cassandra. Y tú con Kelly —añadió—. Pero, ¿En serio?

—Oye, soy tu novio por lo que tengo que estar al tanto de a quiénes les gustas, no fue difícil suponer de Allie. Y creo que debería desconfiar de todos los adolescentes que podrían quitarme a mi nena.

—Jamás dejaría que me separaran de ti.

          MIRADAS EXPECTANTES SON DIRIGIDAS A MEGAN Y ALLIE, queriendo conocer la causa de la intoxicación de sus amigos.

—Okay, bien. ¿Cómo sabemos que fue veneno? —pregunta Gwen siendo la vocera de los habitantes.

—No lo sabemos. Solo hemos descartado otras opciones y no queremos arriesgarnos.

—Sí, carajo, ¿Pero qué diablos vamos a hacer con eso?

—De ahora en adelante no se permitirán comidas caseras en las áreas comunes —responde Megan—. El lugar más seguro es la cafetería. Tratamos de evitar que la gente salga herida sin cambiar la manera en la que vivimos.

—Una cosa más —los murmullos se disiparon—. Han sido seis meses desde que mi hermana murió. Sé que he puesto demasiadas reglas. Y estoy poniendo más ahora pidiéndoles demasiado.

—Lo que trata de decir —interrumpe Scott colocando su mano en la espalda de Allie—, es que esto será una democracia y necesitamos elecciones. Votaremos y elegiremos a un alcalde y cinco miembros para el consejo consiguiendo un número impar en caso de empate.

—Me postularé para alcalde —declara Allie con una sonrisa emocionada—. Si alguien más quiere, apúntense. Habrá una elección en tres semanas.

—Y con eso, levantamos la sesión.

—¡Esperen! —ambas chicas voltean con aturdimiento a Gwen—. El pueblo está de acuerdo en que, sin importar quién resulte ganador para ser alcalde, Megan debe estar a su lado.

—¿Qué? Digo, ¿Están seguros? ¿Así sin más? ¿Sin incluirme en las elecciones?

—Tenemos fe ciega en ti.