❛ 𝘅𝘃𝗶. 𝗀𝗋𝗂𝗓𝗓 𝗏𝗂𝗌𝗌𝖾𝗋.




❛ 𓄼 CAPÍTULO DIECISÉIS 𓄹 ៹




          LOS ADOLESCENTES DEVORARON LA COMIDA LUEGO DEL PRIMER BOCADO, la primera cena de acción de Gracias de New West Ham había sido un total éxito. El ambiente era cálido y hogareño, sin contar la deliciosa comida que les recordaba a las cenas pasadas con sus familiares.

—Creo que tomaré un par de galletas —le dice a Harry, tomando tres de la bandeja y llevando su dedo manchado de chocolate a los labios de su novio después de dejarlas sobre el plato.

—Me gustaría probar el pie que trajo Elle —opinó. Va a tomar un pedazo siendo impedido por un manotazo veloz—. ¡Nena! —se queja.

—No —prohíbe, apuntándolo con el dedo—. Ya comiste demasiado. Te sentirás mal.

Harry no sabe si reír o molestarse al verla actuar como su madre, sin duda el que ellas hayan pasado tiempo juntas antes del traslado a ese mundo había tenido un efecto.

—De acuerdo —rodó los ojos tomando su cintura—. Regresemos a la mesa.

—Debo buscar a Grizz —dice antes de avanzar—. También a Sam, Becca lo necesita.

—No puedes ir, está oscuro. Puede pasarte algo.

—No me pasará nada —niega pasando sus manos tras el cuello de Bingham, después de dejar su plato sobre la mesa—. Todos están aquí, incluidos Elle y Campbell. No hay asesinos sueltos o animales peligrosos. Estaré bien, volveré a tiempo para el show —junta sus labios sintiendo sus mejillas sonrosar al escuchar las burlas de los demás.

—Entonces iré contigo.

—No —negó sonriendo—. Acompaña a Becca, y llámame si algo le pasa al bebé.

Él asiente soltando su cuerpo, dejando que se fuera.

Llama a Grizz una quinta vez en el día. Odiaba ser de esas novias que parecían acosar y llenar a su novio de mensajes y llamadas a cada momento, pero la preocupación rondaba su cuerpo y más aún al no haber recibido a lo largo del día un mensaje o llamada del jugador, asegurando que se encontraba bien donde quiera que estuviera.

—Maldita sea, Grizz —masculla al contestador de llamadas—. Estoy preocupada, por favor devuelve las llamadas, ¡O los mensajes!

Toma el auto de Harry, conduciendo a casa de Grizz con la esperanza de que estuviera ahí. Era al primer lugar al que se le ocurrió ir.

Bajó del auto subiendo la cremallera del suéter, tenía frío y el aire meciendo su falda no era de mucha ayuda. —¿Grizz? —preguntó al aire al ingresar a su casa, buscando en la primera planta.

Al no encontrarlo, decide subir a la segunda, buscando en el cuarto de su madre y el de visitas, dejando como último lugar de la casa la habitación del chico.

—¡Grizz, dime que estás aquí! —exclama abriendo la puerta del castaño, encontrando una escena que desearía no haber visto jamás.

—¡Megan, aguarda! —sus ojos se llenan de lágrimas al ver a Sam y Grizz desnudos en la cama, abrazándose con unas enormes sonrisas adornando sus rostros.

—Soy una jodida idiota —es reacia a llorar frente a ellos, gritarles o golpearles, no porque no se lo merecían, sino porque aquello la hizo sentirse como alguien insignificante y pequeña.

—«Megan...» —habla Sam sin saber qué decir, sintiéndose una mierda por lo que hizo.

—Cállate —espeta levantando la mano para impedir que el pelirrojo se acerque—. Cierra la puta boca. No te quiero oír, a ninguno de los dos. No te quiero cerca, Gareth.

—Meg, por favor —suplica corriendo detrás de ella, poniéndose su ropa en el proceso.

—¡Aléjate de mí! —grita soltando sollozos y lágrimas. No quería darle el gusto de llorar frente a él, pero no era lo suficientemente fuerte para retener ese dolor—. ¡Te lo pedí! ¡Te di la oportunidad de aceptar quien eras! ¡Tú me lo negaste, me mentiste y fue lo único que te pedí que no hicieras! —busca en su pequeño bolso las llaves del auto, haciendo caso omiso a Grizz.

—Por favor, Meg, fue un error —asegura, sus ojos empañados de lágrimas—. Te amo, lo hago. No me dejes. Haré lo que me pidas, me alejaré de Sam si eso quieres, pero no me odies, no te vayas. Eres lo más importante en el mundo para mí.

—Ese error te costó todo conmigo. Ojalá hubieses pensado en eso cuando te revolcabas con Sam. Eres un hijo de perra, Grizz Visser, y no te lo perdonaré —por detrás de Grizz, Sam viene bajando las escaleras a tropezones—. Espero y sean felices juntos —desea con toda la amargura alojada en su corazón.

Sam llegó a la puerta, viendo únicamente cómo el auto de Harry se alejaba de la calle a toda prisa.

¿Puede darme la audiencia una situación, por favor? —la iglesia hecha comedor ignoró la entrada estrepitosa de Megan, prestando más atención al escenario.

Me sentí sofocada, mis manos temblaron mientras trataba de bajar la cremallera del suéter y sacármelo de encima, pero temblaba tanto que me era imposible.

Me recargué en la pared junto a la entrada, no podía ver a Allie ahora mismo, no podía ver a Harry, no podía ver a Becca. Dios, Becca.

—Megan, nena —me sobresalto al escuchar a Harry y verlo cerca mío, levantando las manos para mostrar que no era alguien del que debería sobresaltarme—. ¿Qué te ha pasado? ¿Dónde están Grizz y Sam? —sentí una puñalada en el corazón al escuchar sus nombres.

—Lo hablamos en casa, por favor —sollozo lanzándome a sus brazos—. Después de esto. Necesito distraerme, por favor.

Harry me guió a nuestra mesa, sin soltarme del brazo o mover mi cabeza de su hombro. Y al sentarnos, dio leves caricias a mi espalda tratando de reconfortarme, o hacerme hablar en los primeros intentos, aceptando que lo hablaríamos en casa al final.

—¡Todos abordo para el Parque Nacional! —el grito del chico sobre el escenario me hace pegar un bote en el asiento al estar ajena a la cena—. ¡Te subes al autobús o el autobús te dejará!

Los cincos adolescentes se ponen detrás del ❛ conductor ❜ en una línea, simulando estar en un autobús.

—¿Ya casi llegamos? Necesito orinar —dice Lexie.

Llegamos al destino —avisa, luego de la brusca detenida.

Oh, este bosque es eterno —suelta una leve risita al escuchar a Bean—. ¿Nos perdimos?

—¿Quién decidió que debíamos ir a un estúpido viaje de estudio?

—¡Fue Olivia! —grita Clark el nombre de quién sugirió la improvisación.

—¿Qué tal si hay lobos y osos en el bosque?

De la nada, Lexie da una vuelta riendo como bruja. —¡Oh no, es una terrible bruja! —grita Jessica.

—¡Y voy a hechizarlos a todos ustedes! —agrega.

—¡Por favor! —suplica una cuarta chica manteniendo a Bean y a un chico tras sus espaldas—. No les hagas nada a ellos, ¡Tómame a mí, pero a ellos déjalos!

Mhm, me parece que elegiré la primera opción —la toma bruscamente del brazo manteniéndola a su lado—. Ojo de piojo y hueso de manzana, te transformaré... En una rana.

El chico asustado se agacha y permanece en posición de rana imitándola con sonidos.

—¡Alguien béseme! —pide.

Descuida, yo te ayudaré.

—¡No! —grita Lexie impidiendo a la chica ayudarlo—. Tú eres mía. Y por tú insolencia, a ella la convertiré en una vieja arpía.

—¡Sabía que debía ponerme botox! —exclama tocando su espalda y encorvándose.

—¿Nadie va a detener a esta bruja?

—¡Yo la detendré! —dice el segundo chico—. ¿Quién murió y te dejó a cargo?

Mi hermana.

—¿Tu hermana?

Sí, mi hermana. ¡Yo hago las reglas ahora! Y la primera de ellas, es tener a esta animadora para mí —acerca su rostro a la chica antes de retirarlo—. He estado esperando la muerte de mi hermana para tenerla, ¡Porque he estado todo este tiempo enamorada de ella! —Allie se asusta, era claro que entendía que Lexie la interpretaba a ella, ¿Y quién más sería la animadora que protegía a todos si no más que Megan?

La miró con los nervios agitándose en su interior, pero Megan no lo notó estando absorta en el show.

Comerán lo que les diga que coman y dormirán donde les diga que duerman. ¡Y trabajarán para mí! Y para mi reina.

—¡Oh no! Nada más que trabajo duro hasta que muramos de viejos —Jessica toca su corazón para desplomarse en el piso.

—Espera un minuto. No fue de vejez —la castaña se acerca a la rubia—. ¡Hay una bala, en su corazón!

La iglesia queda en silencio mirando a Allie de reojo.

—Harry... —el castaño incómodo ante la escena volteó con velocidad la cabeza hacia su novia, que se acercó para susurrarle al oído.

Ambos chicos se levantan con todo el silencio posible, siendo tan silenciosos que apenas y son captados en la mirada de unos pocos.

—¡Aguarden! Mi reina se escapa —los jóvenes giran a mirar la entrada, Harry ocultando el cuerpo de Megan sin mirar atrás—. ¡Y con él! Mis celos no pueden soportarlo, ¡Mátenlo!

—Harry, no puedo —solloza, los dos se dirigen al auto del castaño.

—Nena, ¿Qué sucede? —la toma de las mejillas—. ¿Fue la obra? ¿Qué pasó antes de que regresaras?

—¡Megan! —desvía la mirada de sus ojos encontrándose a Allie con los ojos cristalizados corriendo a ellos. Detrás estaba Will—. Déjame explicarte, no es lo que tú crees —balbucea.

—Ahora no, Allie —niega, girando para seguir con su camino—. Por favor.

—No te acerques a ella —espeta Harry subiendo al asiento del conductor asegurándose de ver a Megan a su lado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top