❛ 𝘅𝗶. 𝗂'𝗏𝖾 𝖺𝗅𝗋𝖾𝖺𝖽𝗒 𝗀𝗂𝗏𝖾𝗇 𝗆𝗒 𝗏𝖾𝗋𝖾𝖽𝗂𝖼𝗍.




❛ 𓄼 CAPÍTULO ONCE 𓄹




          A OJOS DE WILL, Becca y Gordie, era palpable la tensión entre Megan y Grizz. No se sonríen ni bromean entre sí, como suelen hacer y como ellos suelen estar acostumbrados, incluso Grizz no parece tener su personalidad adorable y tierna presente, y eso hace que todos se incomoden.

—La gente dice cosas en público, en la calle —informa y su voz suena abatida—. En la cafetería.

—Sí, todos —concuerda Will.

—Bueno, los agrupamos juntos en casas. Cuatro en una habitación es un semillero perfecto para un descontento epidémico.

—¿Qué dicen exactamente? —pregunta Becca, más concentrada en saber lo que le ocurre a su amiga, aislada en la esquina, que la problemática.

—Solo quieren que se decidan.

—Yo ya decidí —recuerda la azabache con la mirada perdida—. Se tiene lo que se da, ¿O no, Grizz? —tres pares de ojos caen sobre la figura del castaño, quién los evade llevando sus ojos a la pared—. Los he oído, todos cuestionan el liderazgo de Allie y solo han pasado tres días, aun así la ven débil. Me quieren a cargo, piensan que Allie me está reteniendo de llevarnos de regreso a casa. Ella no se lo merece... Chicos, yo quiero matar a Dewey, es el único castigo razonable que encuentro. No podemos dejarlo en la bodega, no la haremos una prisión, pero tampoco lo soltaremos en las calles sin pagar por su crimen.

La chica es interrumpida por Jason, entrando abruptamente por la puerta de la cocina, acelerado.

—Genial, Megan —agradece al verla—, estás aquí.

—¿Qué sucede, Jay? —cuestiona levantándose de la silla del comedor.

—Es Dewey —responde, y ahora es él el interrumpido cuando está por proseguir.

—Deberíamos llamar a Allie —sugieren.

—No, es hora de tomar decisiones, si Allie no las toma las tomaré yo. Ya luego yo le avisaré —dictamina sin alguna pizca de duda en sus ojos—. ¿Qué pasa con Dewey?

—Qué sorpresa —refunfuña Grizz—, Megan creyendo que alguien no es nada y toma las decisiones que le plazcan.

—Al menos yo no pretendo que las cosas nunca sucedieron —rebate—. ¿Quieres hablarlo en una terapia grupal, o me dejarás hacer mi maldito trabajo?

Grizz tensa la mandíbula, dejando la cocina. El resto de chicos se ven sumamente sorprendidos ante la escena, porque aunque no era un escándalo si era sorprendente; nunca se había visto a Grizz y Megan discutir.

—¿Qué pasa con Dewey? —repite contando mentalmente hasta el número diez para no perder los estribos.

—Van tres almuerzos que no come —explica la situación.

—Tal vez una huelga de hambre —sugiere Gordie.

—Algo así, no puedo obligarlo.

—Una persona —indica, dando vueltas alrededor de la mesa—, puede sobrevivir tres semanas sin comer, dependiendo del agua... —divaga—. Decisiones, decisiones. Bien, dejaremos que pierda peso, no permitiremos protestas. Ahora necesito un descanso, ya me cansé de hoy. Becca, informa a Allie de mi decisión.

Salió al porche, sin tener planeado caminar lejos de ahí, solo queriendo un respiro de sus conflictos, antes de volver al interior de la casa.

—¿Café? —sin que hayan pasado diez minutos siquiera, Gordie salió de la casa con dos tazas y una amable sonrisa.

Megan bajó la mirada a la par que reía, antes de ayudarle tomando una taza. —No es por ofender, pero esperaba a Becca —y la razón era porque Gordie y ella no tenían una cosa en común que no fuera la preservación de los otros—. Pero gracias.

—Lo único que tenemos en común es Cassandra... —se forma un silencio entre los dos—. Ella te amaba —confiesa, como si hubiese sido un secreto entre él y la Pressman mayor.

—Lo sé —afirmó bebiendo de su taza, sintiéndose culpable del amor de Cassandra a expensas de Gordie.

Permanecieron en silencio por lo menos unos cinco minutos, hasta que uno tuvo que hablar. —¿Le diste lo que merecía?

Cada momento que estuvimos juntas, cada momento que la amé —sonríe con añoranza siendo invadida por los recuerdos—. Lo siento —al ver el rostro herido de Gordie, se disculpa soltando un carraspeo—, sé que tú también trataste de darle todo.

Y hasta caer el atardecer, Megan se queda ahí, recostada en el hombro de Gordie sin hablar de nada o hacer algún ruido, hasta que Allie —de quién no habían notado su falta— llega, y la siguen por detrás para entrar de una vez.

—No puedes salir sin uno de nosotros, Allie —dice Luke—. Es tonto.

—Nada será diferente mañana —Megan va del lado de Gordie a sentarse junto a Luke, a quién le palmea la mano—. O pasado mañana.

—Ya lo sé.

—Allie —suspira frotándose las manos contra la cara—, no podemos retener a Dewey por siempre.

—No haremos una prisión —niega Grizz.

—Lo haremos si no tenemos otra opción. ¿Qué más podemos hacer?

—Por mi parte, ya he dado mi veredicto —brama Scott levantándose del sofá, tomando su abrigo blanco y bolso para marcharse—. Allie, lo siento, ninguna idea es buena o mala, solo tiene que ser eficiente. Me voy.

Una melodía alegre sonó desde su celular, bajando la mirada para confirmar el nombre en el identificador de quién ella creía que le llamaba, y cuando leyó el apodo de Harry, rechazó la llamada por séptima vez. Después, leyó un mensaje suyo.

cariño mío

Por favor, hablemos,
te veo en tu casa.

Genial, ahora no podía ir a casa, por lo que bufó. —Olvídenlo, tomaré la habitación de Cassandra.

—Megan, espera —una voz la siguió haciéndola voltear—, hablaré contigo en un momento, en la cocina —asintió de acuerdo, dejando que la rubia siguiera enfrascada en su discusión, sobre qué hacer, con los chicos.

Scott tuvo que entretenerse preparando un sándwich, considerando que no había comido y el hambre por fin había rugido en su interior, mató a dos pájaros de un tiro. Allie entró manteniendo una vista fija en el suelo, su mente en tomar decisiones.

—Lo siento, Megan —la única chica que sabía usar un arco frunció el ceño, confundida—, he olvidado que ambas regimos este lugar, no solo yo, también te corresponde tomar decisiones y justificarlas, y ahora necesitamos tomar una.

—Dime.

—Campbell —responde—. Lo dejamos ir o lo castigamos.

—No tenemos pruebas de que haya estado involucrado en el homicidio —niega dejando el plato en el lavabo—, y no podemos matarlo por quién es o por lo que puede hacer en un futuro —masajea su frente pensando—. El presente se arruina cuando se conoce el futuro... No hablo como amiga suya, Allie, pero creo que deberíamos soltarlo y mantenerlo vigilado y controlado cada cierto tiempo. Es lo que hay.

Tarda unos segundos en tomar una decisión aprobando o rechazando lo dicho, la rubia termina aceptando, dejando que Megan sea la liberadora de Campbell.

—Te lo prometí, ¿O no? —lo dice en un murmullo estando cerca de él, metiendo la llave en la pequeña cerradura. Y pese a sonar su voz dulce y cómplice, Megan siente mucha menos confianza en el muchacho.

—Siempre cumples, Meg —afirma Campbell con una sonrisa, sobándose las muñecas para luego dejarle un beso en su mejilla y marcharse finalmente, eso le traería problemas con Will y Sam, siendo el primero a quién le importaba un carajo su opinión de ella.

          DESPOJÁNDOSE DE SU ROPA buscó una pijama en la cómoda de Cassandra —sonriendo bobalicona al recordar las tardes que se había escabullido a esa habitación por la ventana de la rubia, tomando la ropa entre sus dedos y acercándola a su nariz para recordar el perfume de la hermana mayor—, encontrando una y vistiéndose con ella. Estaba por acostarse, soltando un audible ❛ mierda al verse interrumpida por Will, necesitando hablar con ella y Allie.

Entraron a su habitación, y al verlos, Allie no pudo evitar entrar en una crisis. —No quiero esto, nada de esto. No quiero... Poner las reglas. No quiero ser responsable de todos, no quiero ser responsable de vengar la muerte de mi hermana. Renuncio, renuncio —dice alterada. Megan y Will se miran sin saber cómo tratarla.

—No importa lo que quieres —niega LeClair—, importa sobrevivir —se acercó a la cama poniendo ambas manos en la madera—. Puede que sea nuevo para ti, y tal vez para todos a tu alrededor, pero no para mí, lo siento, así ha sido siempre —la azabache, ante el breve discurso de Will, le propina un golpe de su codo a sus costillas por lo hostil que estaba sonando.

—¿Entonces por qué no lo haces tú? —espeta, y desvía sus ojos a Scott por un momento—. ¿Por qué no lo hace Megan? No me necesita para tomar decisiones, eso siempre ha estado claro.

Allie insiste en mantener a Dewey encerrado, en contra de que se nos puedan agotar los recursos y noto cómo sus ojos están cristalizados sin querer asumir en su conciencia la muerte de alguien, en especial un chico con quién solíamos compartir clases.

—La gente quiere estar a salvo.

—¿Cómo es que matar a alguien hará que todos se sientan seguros? —contraataca.

—Allie, ahora estamos viviendo como en el Oscurantismo —comparo, sentándome en el borde de la cama tomando sus manos—, y en esos tiempos, la gente se sentía segura con un criminal muerto.

—Escucha, quizá el orden gane al final, quizá el caos, pero matar a tu hermana fue un puto martillazo del caos. El orden necesita también tener un martillo. La gente necesita tener miedo de hacerlas enojar.

—Y así, nos mantenemos vivos —doy por asegurado—. Respeto y temor ya no son una diferencia en estos momentos. Necesitamos imponer nuestra autoridad sobre ellos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top