我◾𝐂HAPTER 𝟑


Takemichi estaba estaba rodeado por sus amigos que le preguntaban tantas cosas a la ves que lo estaban mareando.

—¡Takemichi!, ¡¿Como es posible!?grito Yamagishi

—Primero Kiyomasa apareció en la nada y te pidió disculpas arrodillándose!Ahora hablo Akkun

—Y luego vinimos a tu casa...-dijo Takuya pero fue interrumpido por Makoto

—¡Y había una chica realmente linda!—se quejo el peli-negro

—¡¡La suerte del feo!!exclamaron al mismo tiempo Yamagishi y Makoto sin notar la presencia de otra persona

—Mi hermano no es feo...dijiste asomándote por la puerta

Los amigos de Takemichi se sorprendieron al escuchar decir "hermano" a nadie mas y nadie menos que a Takemichi.

—¿H-Hermano?dijo Yamagishi mucho mas confundido

—Eso es lo que les iba a decir, solo que no me dejaron hablar...es mi hermana mayor que acaba de llegar a Japón—hablo el peli-rubio mientras se ponía al costado tuyo

—Hanagaki ___, un placer...exclamaste con un tono enfadado, por lo anterior. Los amigos se Takemichi se disculparon al instante por lo anterior dejándote un poco mas tranquila. Conversaste un tiempo con los amigos de Takemichi, parecían buenas personas a tu aparecer.

De la nada recibiste un mensaje, al instante te despediste de tu hermano junto con sus amigos. Saliste de casa mientras agarrabas tu teléfono para llamar a alguien en especifico.

-___...

-¿Cual es la misión?...

-suspira- En Shibuya hay algunas personas que tienes...-

-Pásame los datos de los tipos y dirección si es que tienes...Reiner.

-En un rato llegara toda la información obtenida ___, hasta luego.

Colgaste el teléfono bruscamente, odiabas tener que hacer eso, pero si no lo hacías, Takemichi tomaría tu lugar sin duda alguna.

Cada persona tiene secretos que nadie sabe...ni siquiera la persona que jura "conocer" perfectamente a esa persona...pero ¿El secreto que guarda es malo o bueno?

El día se encontraba nublado, las pisadas de los niños se escuchaban gracias a los charcos en el suelo.

Recién habías llegado a ese lugar y ya era una tortura.

Corrías mientras cargabas una mochila llena de cosas pesadas, tus ojos miraban al frente mientras intentabas no caerte por el peso que tenias en la espalda.

Algunos niños de tu edad o un poco menos con las justas podían seguir, algunos caían al suelo intentando no desmayarse ya que exigían su cuerpo para seguir de pie.

Ya había pasado una hora y media y seguían corriendo sin parar por un bosque, hasta que por fin termino la prueba.

Estabas en el suelo sentada mirando como a algunos niños eran llevados a la enfermería por falta de aire o por que no podían sentir sus piernas o brazos.

Descansaron por 2 horas, para luego volver a empezar su rutina.

Golpeabas el tronco con tus piernas una y otra ves, sentías que tus huesos se romperían en cualquier momento.

—¡Golpea mas fuerte!ordeno tu entrenador mientras te miraba seriamente

No sabias cuento tiempo había pasado, ya era de noche, no sentías tus piernas, lo único que veías era la sangre salir de ellas por haber golpeado tanto el tronco, hasta ese tenia un poco de ese liquido rojo.

Tu mente solo tenia de imagen una cosa, era a Takemichi teniendo una vida normal y feliz, sin estar en este infierno.

Era la única motivación que tenias para no rendirte, ver como tu hermanito tenia una vida de un niño y adolescente normal.

El tronco por fin se rompió en dos, caíste al suelo de rodillas intentando recuperar el aire.

—Perfecto ___, mañana tendrás que romper dos—Fue lo único que dijo para luego irse de ahí dejándote sola en plena zona de entrenamiento.

Con las únicas fuerzas que te quedaba te levantaste cojeando dirigiéndote a tu habitación, pasaste de frente ignorando a tus "compañeros" que también casi estaban igual que tu o peor, cada unos tenia entrenamientos diferentes pero igual de fuertes.

Cerraste la puerta de tu pequeña habitación y empezaste a verdearte las heridas abiertas de tus piernas, ni siquiera sentías dolor cuando te echaste alcohol.

Cuando terminaste de vendarte, te acostaste en tu cama para poder dormir, mañana seguiría el entrenamiento y tendrías que levantarte a las 5 de la mañana, no debías desperdiciar tiempo.

Pero tu mente recordó el día que dejaste a Takemichi en Japón, tu corazón se estrujo al recordar sus lagrimas salir como cascada mientras se aferraba a ti con intención de hacer que te quedes.

Sin poder evitar los sollozos salieron de tu boca, dejaste que tus lagrimas salieran, ya había pasado un mes que ni siquiera lo veías en pintura, pero en tu mente seguía grabado sus sonrisas inocentes y alegres.

No ibas a permitir que esas sonrisas desaparezcan, aun que tengas que sacrificar tu libertad y identidad, verlo sonreír feliz era tu única motivación para seguir en ese doloroso infierno.

Ella le dice: "Oh amor, nadie va hacer daño. Voy a darte todo mi amor, nadie me importa como tu...Tu vida no será como la mía, vas a crecer y tener una buena vida...voy a hacer lo que tenga que hacer"

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top