— ¡Samu, Samu! — entró Rubén corriendo con el teléfono en las manos.

— ¿Qué pasa, bebé? — El mencionado levanta la mirada observando con ternura a su lindo de su novio.

Samuel se encontraba sentado en uno de los sofás de sala del gran departamento, Auron se mantenía en silencio observando su celular, enfrente, abrazando un cojín sobre sus piernas.

— Sabías que una de siete personas es gay. — lanzó con brillo en los ojos, como si estuviera orgulloso de su descubrimiento.

Auron alzó la mirada al oír eso: — Ojalá sea Luzu, esta muy lindo.

— Amor... — susurró Samuel en el oído del rubio. — todos aquí somos gays, a excepción de Willy.

Rubén hizo lo mismo que el contrario: —Sí, lo sé. — murmuró y asintió. —pero Auron lo es más, así no lo quiera admitir. — se cubrió la boca para que su risilla no se escuchara tan fuerte.

— Sí... Auron ni siquiera quiere admitir que se derrite por Luzu. —

—Hmn... — afirmó Rubén decaído por las palabras de Samuel.

El pelinegro suspiro y acarició los finos cabellos de su chico; una idea se le vino a la cabeza, tan rápido como encerder un foco.

— Bebé... ¿Plan macabro? — dijo Samuel muy cerca de los labios de Rubén, ensanchando un sonrisa juguetona, para que Auron no los escuchara.

El mencionado entendió: — Plan macabro. — sus labios tomaron la misma forma que las de su novio.

¿Que estaban tramando?

— Quieren hacer sus joterias en otro lado. — se quejo el Jimmy Neutron. — Coño, por dios. — se levantó indignado dejando su celular abandona en el sillón.

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