𝕮𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐰𝐞𝐧𝐭𝐲
───⊱ Chapter twenty
Miro con suma atención el dorniense en frente que ahora le susurraba unas cuantas cosas antes de darle una carta e irse por donde había llegado, Rhaellia miro el sello de dragón tricéfalo e ingreso a su habitación y abrir con apuro antes de que su estúpido esposo llegará y sucediera lo que esperaba o siquiera pensaba.
La carta venía desde dragonstone escrita por la misma Daenerys informando en el alto valyrio, sabiendo que ahora eran muy pocos los que entendían y hablaban lengua de dragón.
Quemo la carta al final y miro la puerta, haciendo una mueca y dirigiendo su mano a su muslo donde estaba una daga al verlo entrar; Edward estaba en la puerta trancándola con la mirada endurecida tanto como su mandíbula.
───Primero se toca.
───Es mi castillo───Comento orgulloso───A cambio tú no tienes ni uno.
───Dragonstone es mío, King's landing igual. Casterly rock por política.
───Solo obtendrías casterly rock matándome───Se burló y la vio rodear los ojos───Y matando a unas personas.
───¿A tus putas?, no, las compadezco de soportar tu muy pequeña...───Hizo una pausa viendo directamente los pantalones del lannister cobarde───Hombría... Si es que se le puede llamar así───Se burló tal como el hizo y lo siguiente que sintió fue la dura pared golpear su espalda en seco sacando el aire en sus pulmones, la mano presionando su cuello y su rostro terriblemente cerca del de él.
Rhaellia tomo la daga y la poso en un punto específico haciéndole saber lo que pasaría.
───Soy el señor de Casterly Rock, por lo tanto tu señor y esposo───Remarco viendo la sonrisa en su rostro, avivando la furia en su interior───Y mis deseos tus órdenes.
───Oh, ¿y cuáles son tus deseos?───Pregunto con fingida inocencia, el agarre se afianzo más y Rhaellia solo pudo gruñir molesta.
───Un hijo en tu vientre───Respondió separándola de la pared aun sujetando su cuello ignorando la daga───Y a ti como la perra que eres en mi cama; follándote hasta que tengas un hijo en tus entrañas.
───Te decepcionara saber que no puedo engendrar hijos───Murmuro con la misma sonrisa, su espalda golpeo la pared otra vez y le dolió peor que antes, más pudo disimularlo riendo ronca.
───Haré que un maldito maestre te revise y veremos───Informo ahora sonriendo con macabro───Ahora... Quiero tu cuerpo.
Edward tomo la mano con la daga buscando quitársela, forcejeando por un rato hasta que el golpe en su cabeza la dejo atontada y soltó la daga inconscientemente. Sintió las sabanas en su espalda y la adrenalina se disparó en su sistema volviendo a forcejear, buscando una forma de librarse, buscando ganar algún tiempo hasta que Alistar se diera cuenta de la ausencia del lord cobarde en sus deberes.
Un ruido afuera lo hizo parar y mirar por la ventana, buscando algún ataque y al no verlo volvió a mirarla con su sonrisa que pronto se desvaneció al sentir el filo de la cuchilla y el rostro burlón de quien era su esposa.
───Siempre bajando la guardia───Comenzó respirando ligeramente agitada───Tywin siempre recrimino eso. El viejo debe de estar retorciéndose al ver a su sobrino bastardo tan patético.
Edward busco golpearla pero el filo rasgó un poco su garganta antes de golpearlo con la empuñadura tumbándolo al suelo y dejando su cuerpo encima de él amenazando con el cuchillo.
───Era gracioso, resististe cuatro días después de mi llegada para finalmente buscar tomarme───Murmuro viendo al frente antes de devolverla a el───Ahora... Darás una orden con tu mismísima letra dando a entender que Casterly Rock será dirigido por mí.
───Nadie te creerá.
───Por eso mismo la orden con tu letra ¡Bueno para absolutamente nada!───Respondió con burla riendo un poco, la puerta se abrió de repente y Alistar entró con rabia antes de sus facciones ablandarse y mirar intercalado con una ligera sonrisa y recostándose en el marco de la puerta.
───El león está atrapado───Se burló de él recordando cada insulto en esos días, riéndose al verlo forcejear inútilmente para liberarse.
Edward creía fielmente en que ella no gobernaría, pero todo estaba planeado, ella había planeado cada detalle, incluso donde estaban las piedras más inútiles en ese lugar. Y ella nunca fallaba en sus estrategias.
Dos días más y varios inmaculados merodeaban por la fortaleza, sabía bien que Cersei ya estaba enterada de su estadía en el lugar y no tardaría en mostrar represalias. Las esperaba con gusto.
Su esposo estaba más que encerrado en su habitación, con solo lo esencial para mantenerlo vivo hasta que fuera hora.
La noticia de su liderazgo hasta que el lord mejorará en salud fue un desastre; todos se negaron pero no tuvieron opción, eran órdenes de su lord.
Las cartas de Daenerys eran más seguidas como sus respuestas, pronto Casterly Rock sería de los targaryen y nadie podría evitarlo.
Rhaellia miro fijamente a los maestres que exigían ver al lord, sabiendo que los enviaban para averiguar si seguía vivo.
Le causaba gracia cada mirada que entre si mandaban, esperando a que alguno hablase.
───Se el por qué están aquí, y mi respuesta es no───Comento dando dos pasos adelante con las manos en su vientre───Mi esposo necesita descansar.
───Lady Lannister, disculpe pero debemos atenderlo───Murmuro uno con cierto miedo, Rhaellia
───Ya fue revisado por un maestre───Comento con tranquilidad───Y es lady Targaryen, maestres.
Dio media vuelta e hizo un movimiento con sus manos para que los dos dornienses se interpongan en el camino de los hombres que solo suspiraron hastiados antes de retirarse.
Rhaellia avanzó hasta la habitación con una sonrisa al verlo en la cama temblando en rabia contenida, acercándose a paso lento y decidido hasta sentarse a su lado.
───¿Cómo se siente?───Pregunto en un susurro atrayendo su atención, su mirada llena de rabia y confusión a su pregunta───¿Cómo se siente estar encerrado como un cualquiera?───Completo su pregunta y de inmediato se quitó del camino de la mano hecha un puño, sonrió───Bueno... Cualquiera ya eres.
Se levantó de la cama escuchando el sonido de la cadena templada se escuchó, miró fijamente a su esposo antes de tomar sus mejillas.
───Disfruta tus días encerrado, esposo mío───Se burló otra vez y salió de la habitación, escuchando su grito enfadado que solo la hizo sonreír aún más.
Sir Alistar camino a su lado burlándose del hombre y dando noticias sobre la mayoría de los inmaculados fuera de Casterly Rock custodiando.
Una carta de Cersei en sus manos y otra de Lady Olenna. Optando por leer la de la reina de las espinas primero rompió el sello.
"Princesa oro y plata.
Se me ha sido informada sobre tu estadía en el nido de leones, como también del encierro del león cobarde que lastimosamente tienes como marido. Y que pienso, vas a terminar acabando pronto.
Casterly Rock es una fuente perfecta para usted y su majestad, Cersei estará acorralada y desesperada.
Recuerda nuestra conversación antes de partir. No seas estúpida y obtén ese lugar, después bastión de tormentas y así hasta que King's landing sea el único faltante. Eres una dragón valiente y rugido fuerte, no una oveja temerosa de todo lo que le rodea.
No espero que envíes respuesta, por lo que solo recuerda algo sumamente importante para ti y su hermana.
Eres el pilar, eres quien derrocará a los leones como debió ser desde la muerte de Robert Baratheon. Eres la mente no como el Lannister que tiene como mano. Usted y su hermana gobernarán si son lo suficientemente inteligente; no falles en mis expectativas sobre ti.
La reina de las espinas, Olenna Tyrell"
Cerró la carta relamiendo sus labios, pensativa y ligeramente feliz. No fallaría, los siete reinos serían de su hermana así diera su último aliento.
Dejo la carta a un lado de la mesa y miro con atención la carta de Cersei antes de mirar a la puerta donde Sir Alistar reposaba con su vista en las flamas de la chimenea.
Tomo la carta y abrió con cuidado antes de pasar la bilis que se acumuló en su garganta ante la letra de la mismísima perra Lannister. Apretando su sonrisa en una más desafiante.
───Alistar. Envía una carta a Dragonstone, Cersei ya me envió una amenaza.
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