𝕮𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐅𝐢𝐯𝐞
───⊱ Chapter Five
───Recuerdo hace muchos años, mi padre me había contado sobre la canción de fuego y hielo. Estaba tan loco en esos momentos, que pensó que obligando a mí madre a dar a luz a otro hijo a base de violaciones y restricciones de quienes la veían lograría que la profecía fuera suya por igual. Una creencia estúpida cuando varios dragones se creían dioses.
───Su padre se creía un dios.
───Y por eso mismo murió, sacerdotisa.
El fuego carbonizando la madera fue lo único que se escuchó, era de noche, estaba a las afueras de high garden por solicitud de una mujer de cabellos rubios y ojos azules cielo que tenía algo de qué hablar con ella.
───Puede dejar su espada, Sir. No estoy aquí para atacar, estoy aquí para servir.
Alistar se mantenía a su lado viéndola con desconfianza, apuñando el mango de su espada con firmeza y con un solo movimiento de mano por parte de Rhaellia, la soltó.
───¿Servir?.
───Servir a la princesa prometida.
───No soy ninguna princesa. Es un título que se enterró junto a mi familia.
───Pero sabe que su hermana está viva. Y que en algún momento usted se reunirá con ella y harán una canción nueva.
───Hablemos del asunto principal por el cual me cito. Sacerdotisa.
───Como usted prefiera majestad───La mujer se inclinó caminando a ella con lentitud, cuidadosa───Soy Cala, la sacerdotisa Cala, sirviente antigua de la luz y quien ha visto por su seguridad desde la rebelión del ciervo y león, y estoy a su total servicio mi princesa───Se inclinó ante ella, bajando su cabeza hasta mirar al suelo antes de subirla con una sonrisa.
───Supongo que no debo de dictar mis títulos. Ya los ha de conocer.
───A la perfección, majestad... El señor de la luz me informo a través del fuego y en sueños de mi nuevo deber; protegerla y aconsejarla en su camino.
> Y en esta travesía, tomo como mí deber profesarle lo que en mi viaje mi señor me ha informado para usted.
───La escucho con toda mi atención.
La sacerdotisa miro al rubio, sonriendo con amabilidad dando a entender su silencioso pedido, Rhaellia asintió aceptando la petición y caminando a Sir Alistar le pidió asegurar el perímetro.
───... Los dragones se vuelven a alzar en los cielos como en su gloria hace siglos.
───Una gloria dragón que se fue hundiendo en conflictos familiares, la sed por poder y las enfermedades de locura en nuestra sangre───Interrumpió asintiendo.
───Pareciera que odias tu sangre pero la amas con tu alma y tu corazón.
───Tal vez... Dime lo que tienes, por favor.
───Una canción será creada por dos dragones revolando en el cielo, sobre la victoria y el dolor de las perdidas, y domarán en unidad todo Westeros.
───... Mi hermana y yo.
───Puede ser, mi señor no me ha informado más detalles que esa profecía.
───Claramente somos mi hermana y yo, no hay más Targaryen.
───En eso tiene razón, princesa.
───¿Es acaso eso lo que tenías que decirme?.
───Un poco de muchas cosas que con el tiempo desvelare para usted───Respondió terminando de acercarse y tomando el brazo de la platinada───Le aseguro majestad, usted será un gran dragón nuevamente.
───Espero le vaya bien en su viaje de regreso.
Rhaellia se separó con cuidado viendo a la mujer sonreír a gusto antes de empezar a caminar a barco que la esperaba de regreso a Dorne.
───Una cosa más───Elevo la voz al verla ya caminar más rápido───Un dragón merece un jinete.
Rhaellia se dio vuelta con las cejas fruncidas pero la sacerdotisa ya no estaba, solo pudo mirar al cielo pensando en sus palabras; buscando un significado oculto en ellos.
La seriedad en la mirada de Ellaria dejaba a entender lo enterada que estaba de la escapada de ambos, Rhaellia se mantenía mirándola fijamente esperando a que hablara como desde hace más de diez minutos, Alistar solo intercalaba su mirada entre ambas mujeres esperando.
───¿Son pareja?───Pregunto finalmente sin pelos en la lengua bebiendo del vino dorniense con una ligera curva formándose en su boca.
───El vino empieza a hacerle efecto.
───Por dioses Rhaellia, solo digo lo que mis ojos ven───Comunico levantándose para acercarse a ella─── Necesitamos hablar.
───Alistar, déjame sola con la serpiente───Ordeno sonriendo junto a la morena que mantenía veneno en su mirada y apretaba la copa entre sus manos, el rubio se inclinó y se fue.
───... En la mañana mientras no estabas recibí una carta, dicta ser de un Lannister, pero no comenta quien como también dice...───Dio vuelta al pergamino enrollado leyendo las letras a un costado───"Para la princesa de oro". Al parecer, quien sea que sea, el león no sabe que el oro desapareció.
───Y ahora solo hay cenizas en el cabello... Parecen cabellos de mucha edad.
───Tienes razón───Aceptó el pergamino sentándose a un costa mientras Ellaria hacía lo mismo en el reposa brazos a un lado de ella, rompió la cera con el león en ella y dio paso a leer todo lo que en esa carta conversaba, apretando su mandíbula y retirando los ojos con cierto asco después.
───¿Quién es?.
───No dice su nombre... Pero puedo decir que me doy la idea de quién es───Suspiro rompiendo la carta en pequeños pedazos antes de quemarla con una vela en el sitio.
───¿Podrías solo decirme quien..?.
───Es mi esposo.
Ellaria la volvió a ver anonada, viendo el papel incinerarse y a Rhaellia dejar la mano encima del fuego, pasándola por encima de la flama y jugando con ella distraída, la tomo de la muñeca obligándola a verla con su otra mano.
───¿Acaso el no murió en el tridente?.
───Por dioses Ellaria, mi esposo es un estúpido león, los leones forman parte de una red de manipulación, lo sabes tan bien como yo.
───Edward Lannister era un estúpido en todo sentido de la palabra.
───Un lannister bastardo que tiene el apellido gracias a Tywin.
───Ha de haber sido asqueroso.
───Mi boda fue horrible...
───No preguntaré porque, los leones son horribles.
Rhaellia rio entre dientes viendo la flama de la vela antes de ver a Ellaria con atención.
───Pide que me encuentre con él a las afueras de Casterly Rock───Tomo la copa de Ellaria───Muy ingenuo.
───Los leones no son así... Es una trampa.
───Una que no fue una muy bien elaborada, sin Tywin, los lannister se están yendo a la mierda, Cersei no ve por más nadie que no sea su hermano y ahora su único hijo, Jaime no ve más que el culo de Cersei y protegerla con Tommen.
───Deberíamos de matar al baratheon bastardo...
───Ojo por ojo, hijo por hijo.
Se levantó mirando a Ellaria, ofreciéndole la copa nuevamente antes de irse al no tenerla en sus manos, miro la mano donde antes residía su anillo matrimonial con el Lannister desconocido para ella, antes de sonreír con amargo y empuñar el mango de su espada.
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