𝟎𝟎𝟒.
CUANDO SE IDEÓ EL PLAN PARA QUE KAYLA PUDIERA reconquistar el corazón de James, la pelirroja nunca se detuvo a reflexionar sobre lo doloroso que sería para ella convivir con el chico y fingir que su corazón no se estaba rompiendo al notar cómo el de lentes contaba algunas historias en las que supuestamente ella estaba involucrada... pero que ahora él no recordaba. La tristeza pesaba sobre sus hombros, cada sonrisa forzada y cada gesto de complicidad se volvían una carga más difícil de soportar.
Para Kayla, ocultar la verdad se había convertido en una tortura diaria, un recordatorio constante de la profunda conexión que compartieron y que ahora solo ella atesoraba en su memoria, mientras James la miraba con ojos que no la reconocían.
A pesar de su determinación para seguir adelante reconquistar a James, Kayla se encontraba cada vez más atrapada en un laberinto de emociones contradictorias. Cada momento compartido con él se volvía una batalla interna entre la alegría de estar cerca de la persona que amaba y el dolor agudo de verla tan distante, como si su historia juntos fuera solo un sueño desvanecido.
En las noches solitarias, cuando el silencio envolvía la habitación Kayla luchaba contra las lágrimas que amenazaban con desbordarse. Recordaba con claridad los momentos de complicidad, las risas compartidas y los sueños tejidos juntos. Pero ahora, aquellos recuerdos eran como fragmentos de un cuadro roto, incapaces de encajar en la mente de James.
El peso de su secreto se hacía más pesado con cada día que pasaba, y Kayla anhelaba desesperadamente la libertad de poder confesar la verdad de todo lo que James la hacía sentir desde que lo vio por primera vez.
Sin embargo, sabía que hacerlo significaría arriesgar todo el proceso que llevaba James, podría espantarlo o él simplemente podría elegir alejarse para siempre, cosa que ella no deseaba.
Y así, Kayla tuvo que aferrarse a su papel de amiga y confidente, mientras su propio corazón se desgarraba en silencio.
Afortunadamente, aún con todos esos sentimientos, las cosas entre ella y James parecían ir por buen camino. El paseo en el jardín de algunos días atrás, había tenido un efecto inesperado en James.
El de lentes se sorprendía de cómo aquella Hufflepuff había logrado encantar su corazón de una manera tan inesperada y veloz, pero, en el fondo, le gustaba. Le gustaba la sensación de estar cerca de ella, le gustaba su compañía, aunque aún se negaba a aceptarlo.
Para Kayla, cada pequeño avance en reconquistar el corazón de James era como un rayo de esperanza en la oscuridad. Ver cómo poco a poco el chico le sonreía cada vez más seguido, como la buscaba entre clases, como la buscaba para siempre almorzar, cenar o desayunar juntos... le daba fuerzas para seguir adelante, a pesar de la carga emocional que llevaba a sus espaldas.
Sin embargo, a medida que James se acercaba más a ella, Kayla sentía cómo se intensificaba la lucha interna que la consumía. Por un lado, estaba la alegría de tenerlo cerca; por otro, el dolor de saber que, en su mente, ella seguía siendo solo una amiga. Cada gesto cariñoso, cada mirada cómplice, le recordaba lo que habían sido y lo que habían perdido.
Pero a pesar de todo, Kayla seguía adelante, aferrándose a la esperanza de que algún día, James volvería a recordar el amor que habían compartido y que ella seguía guardando en lo más profundo de su corazón.
Por otro lado, Marlene, Dorcas y Alice se reunieron con Lily para explicarle en detalle todo lo que había estado sucediendo en los últimos meses. Le contaron sobre el hechizo que la había manipulado, forzándola a permanecer cerca de James en todo momento, a pesar de sus propios sentimientos. Lily escuchó con horror cómo fue obligada por la magia a estar con alguien a quien había jurado no amar, mientras el peso de la culpa y la confusión se apoderaban de su corazón.
— ¿Me estás diciendo que yo... estuve meses besando... a?— preguntaba Lily con horror— ¿Yo... besé...?
— A James, si— asintió Dorcas
— ¡Con un chico!, ¿¡Me besé con un hombre!?— preguntó Lily— ¿¡Por qué ninguna de ustedes me golpeó o algo!?, ¡Ya les había dicho que no me gustan los chicos!
— Dorcas te aventó un zapato, ¿Sirve?— dijo Alice riendo al recordar ese día— Y en nuestra defensa dijiste que creías ser bisexual. Nunca nos dijiste que ya habías aclarado tus sentimientos por los hombres
El relato detallado de cómo sus decisiones habían afectado a quienes más quería la hizo enfrentarse a una realidad devastadora, haciéndola reflexionar sobre el daño que había causado sin darse cuenta.
— Marlene... de verdad lo siento— se disculpó Lily con la rubia— Yo jamás haría algo para lastimarte... te lo dije, mi corazón te pertenece a ti y solo a ti desde el primer día que te vi...
— No fue tu culpa— negó Marlene tomando la mano de la pelirroja— Se que no lo hiciste por gusto, no existe nada por lo que te tengas que disculpar. He tenido varios días para procesar las cosas y aunque claro que estaba furiosa en un inicio, he comprendido que solo fuiste una victima en todo esto... no fue tu intención
— Ay el amor— sonrió Alice— Si se casan quiero ser madrina
— Yo también quiero— dijo Dorcas con emoción
— ¿Quisieras darle otra oportunidad a esta torpe pelirroja?— le preguntó Lily a Marlen
— Te daría todas las oportunidades del mundo— sonrió Marlene dándole un corto beso a Lily
Alice y Dorcas sonrieron ante la escena, se sentían muy felices de que todo el problema que se había formado por fin se resolviera y que ahora sus amigas pudieran estar de nuevo juntas.
— Creo que debería disculparme con Kayla por lo ocurrido estos últimos meses. Por mi culpa ella terminó con el corazón hecho pedazos, me siento un asco de persona— dijo Lily un poco triste levantándose— ¿Tienen idea de dónde pueda estar?
— Tengo entendido que aún se está quedando en la habitación de James, Sirius, Remus y Peter, es posible que esté ahí— contestó Dorcas
— ¿Aún?— preguntó Alice con sorpresa— ¿Qué rayos tenían las compañeras de Kayla y Aria para que ese cuarto aún esté cerrado?
— Yo escuché a Taylor Gray decir que era spattergroit— dijo Marlene
— De verdad tengo que buscar la manera de recordar estos últimos meses, no tengo idea de lo que están hablando— dijo Lily negando con tristeza— Y esto me está frustrando demasiado
— Te ayudaremos a recordar, no estás sola— sonrió Dorcas
Lily se tomó un momento antes de salir de cuarto para agradecer a sus amigas y a su novia por estar a su lado en esos momentos tan difíciles. Sentía que su cabeza daba vueltas, abrumada por la avalancha de emociones y revelaciones que había recibido en tan poco tiempo. Se aferraba a ellas como un ancla en medio de la tormenta, buscando consuelo y apoyo en medio del caos que había invadido su vida.
La ira ardía dentro de ella al darse cuenta de que alguien había estado manipulándola como un títere durante los últimos meses. El pensamiento de que alguien había jugado con sus sentimientos y decisiones la llenaba de furia y determinación. No sabía quién era el responsable, pero estaba segura de una cosa: pagarían por lo que habían hecho.
Sin embargo, en medio de su rabia, también había un profundo dolor. El dolor de haber sido utilizada y engañada, de haber herido a quienes más quería sin siquiera darse cuenta. Se sentía vulnerable y traicionada, como si todo lo que había creído sobre sí misma y sobre sus relaciones hubiera sido puesto en duda.
Pero también había gratitud en su corazón, gratitud hacia aquellas personas que la rodeaban con amor y comprensión. Sabía que no estaba sola en todo el proceso por encontrar la verdad y sanar las heridas que habían sido infligidas. Y con esa certeza, se armaba de valor y determinación para enfrentar lo que fuera necesario con tal de recuperar su propia vida y proteger a aquellos a quienes amaba.
La pelirroja salió del cuarto donde se encontraba y caminó en dirección al cuarto de los merodeadores, esperando encontrar a Kayla y James o de menos a alguien que pudiera ayudarla a encontrarlos.
Para cuando la Gryffindor llegó a la habitación y tocó la puerta, aún no sabía como iniciar su disculpa. Sabía que ella era una victima en todo lo que estaba pasando, sin embargo eso no hacía que sus sentimientos de culpa desaparecieran. Había herido a Kayla de una manera espantosa, y aunque no podía considerarla su amiga, le agradaba.
No sabía que decir, pero esperaba que las respuestas vinieran a ella en cuanto tuviera a la hufflepuff frente a ella.
Segundos después de tocar, Aria Russell le abrió la puerta sin siquiera voltear a verla.
— Hola— saludó tímida Lily— Estoy buscando a Kayla
— Hola, ehh... ella no está— contestó Aria un poco seca y sin volteara verla. Cosa que para Lily fue un poco extraña, ya que por todas las cosas que había escuchado sobre la castaña, ella era alguien extremadamente alegre— Salió hace un rato, pero le puedo decir que viniste
— ¿No tienes idea de dónde pueda estar?— preguntó Lily sintiendo algo de tensión en aquella habitación— De verdad me urge hablar con ella... Alice, Marlene y Dorcas me explicaron todo lo que a pasado y... solo quiero pedirle disculpas
— Creo que estaba con James... o tal vez está con Adara estudiando para pociones, la verdad no recuerdo bien— dijo Aria cerrando la puerta en cuanto Lily entró— Pero dame un momento, creo que te puedo ayudar...
Lily asintió y con timidez se quedó parada frente a la puerta en espera de una respuesta.
No sabía que estaba pasando, pero podía sentir una evidente tensión entre Aria y Sirius (a quien apenas había visto al fondo del cuarto). No quería entrometerse, por lo que esperaba que la Hufflepuff le diera una respuesta rápida para poder salir de ese lugar.
— Hola Sirius— saludó Lily— Siento si interrumpo su conversación, solo...
— No te preocupes...— negó Sirius con tono desanimado— Russell, asumo que quieres usar el mapa
— ¿De verdad me vas...? Aghh no importa— negó de malas la castaña— No puedo con esto, prefiero pasar la noche en la habitación de Adara rodeada de niñitas que se creen mejores por ser sangre pura. Incluso hasta con Damon y su compañero que ronca como tren descompuesto. No tengo porque aguantar esto, me largo...
— ¿Saben qué? Mejor la busco yo sola— dio Lily un tanto incómoda— O la veo en la cena. Creo que puedo esperar...
— No, no. Que este idiota te diga donde está Kayla, yo me largo— dijo Aria para luego azotar la puerta y salir de ahí
Lily se quedó en silencio mientras intentaba comprender que había ocurrido.
Sirius por su parte solo negó mientras sacaba el mapa de su baúl y pronunciaba las palabras correctas para que funcionara. En ese momento ni siquiera le importaba que Lily supiera del mapa, lo único que quería era que el mal momento con Aria quedara como eso, como un mal momento y que no afectara su amistad con ella.
— Solo busca el nombre de Kayla o de James— dijo sin ganas el chico— O el de Adara, la verdad yo tampoco recuerdo si iban a estar juntos
— No quiero entrometerme, pero... ¿Te encuentras bien?— preguntó Lily sentándose junto al mayor de los Black— Se que suena como una pregunta tonta si consideramos la escena que acabo de ver...
— No pasa nada— negó Sirius— Solo problemas del corazón...
— Si quieres, solo si quieres podría aconsejarte si en algún momento lo necesitas— dijo Lily tímidamente— Tengo un poco de experiencia en la parte de amores complejos. Se que no somos amigos y que posiblemente tu tampoco me quieras después de lo que hice...
— Si te refieres a lo de James y Kayla, no tuviste la culpa, solo fuiste una víctima en todo esto— la interrumpió Sirius— Por lo que se tú también salías con alguien antes de esto
— Si...— asintió Lily
— Espero que pueda resolverse eso— contestó Sirius mirando al suelo con tristeza— Debe joder mucho una situación como esta
— Estamos bien, lo supo entender— asintió Lily con una ligera sonrisa— Creo que tuve suerte
Sirius solo sonrió, pero se sentía desanimado, sentía un nudo en la garganta y quería llorar. Lily notó esto y se acercó hasta él para darle un abrazo, parecía que lo necesitaba. Él solo correspondió y en pocos segundos derramó la primera lágrima.
— Está bien, llora todo lo que tengas que llorar— dijo Lily acariciando la espalda del Gryffindor— Si en algún momento lo quieres hablar, aquí voy a estar
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Aria caminaba por los pasillos del castillo tratando de no soltarse a llorar por todo lo que estaba sintiendo en esos momentos. Tan molesta estaba, que había salido en pijama (la cual era un short y una playera de manga corta) y pantuflas, por lo que varios estudiantes la volteaban a ver.
— ¿¡Qué nunca habían visto un par de piernas!?— les gritó malhumorada— Idiotas
La chica tenía sentimientos encontrados, no hace mucho se enteró que Regulus Black tenía sentimientos por ella, hoy se venía a enterar que Sirius Black también los tenía.
¿Cómo había ocurrido todo esto? ¿En qué momento había acabado entre dos hermanos que parecían luchar por ganar su corazón? ¿Por qué ninguno de los dos habló y lo tuvieron que confesar uno estando ebrio y el otro lleno de celos?
Todo era tan complicado, que en esos instantes, Aria solo deseaba que las cosas volvieran a ser como en sus primeros años escolares, días en donde su mayor preocupación era que sus padres le siguieran mandando sus dulces favoritos.
— ¿Aria? ¿Estás bien?— preguntó una voz que Aria reconocería donde fuera
Ella volteó con los ojos llenos de lágrimas, cosa que alertó a la chica que ahora la veía.
— No creo— negó la Hufflepuff abrazando a su amiga
Kayla se sorprendió demasiado al ver a su amiga en ese estado. Y es que Aria siempre se caracterizaba como una chica alegre, llena de energía, era muy difícil verla triste y tan apagada. La última vez que la había visto de esa manera, era cuando tuvo un sin fin de problemas después de su ruptura con Lucius, por lo que el volver a tener esa imagen frente a ella, la hizo preocuparse demasiado.
James por su parte, al ver que algunos estudiantes no eran nada discretos al momento de ver a Aria, se quitó su chamarra para dársela a ella y que pudiera cubrirse un poco.
— No quiero que un idiota te falte al respeto— le dijo James mientras le ponía su chamarra— Eso sería detención segura para mi y ahorita no puedo darme el lujo de tener una
— Gracias— agradeció Aria con una sonrisa de lado separándose de su amiga
— ¿Qué tienes? ¿Qué te hicieron?— preguntó Kayla preocupada— ¿Quieres que vaya a golpear a alguien?
— ¿Ustedes sabían que Sirius tenía sentimientos por mi?— preguntó Aria metiendo las manos a los bolsillos de la chamarra
Tanto Kayla como James se sorprendieron aún mas, no esperaban esa pregunta.
— Yo... me enteré hace muy poco en realidad— contestó Kayla— Un día después de la fiesta en la sala común de Slytherin
— Siempre lo he sabido— contestó ahora James— Está loco por ti desde que te consoló por tu ruptura con Malfoy, claro que le costó admitirlo porque bueno... es Sirius, pero era muy obvio
— Joder— maldijo Aria— ¿Por qué nadie me dijo nada?
— No creímos que fuera nuestra responsabilidad decírtelo— le respondió el de lentes— Además, Sirius no quería que lo supieras... no quería arriesgar su amistad
— Estuve enamorada de Sirius durante un año, pero él parecía demasiado ocupado coqueteando con cuanta chica tuviera enfrente— empezó a decir desesperada— Este año me propuse dejarlo en el olvido porque creí que no saldría nada bueno de eso, no quería volver a salir herida
— Aria, Aria, tranquila, por favor— le empezó a pedir Kayla abrazándola de nueva cuenta
— No Kayla, yo me guardé mis sentimientos porque no creí que eso pudiera suceder, nunca dije nada y él viene a decirme todo solo porque está celoso de su hermano, el cual en algún momento del año me empezó a atraer, maldita sea, ¿Qué hago metida en un triangulo amoroso con unos hermanos?— siguió diciendo solo que ahora mientras lloraba
James no sabía que hacer o que decir. Él siempre defendió la idea de que Sirius fuera sincero con respecto a sus sentimientos por Aria, pero él jamás lo hizo por temor al rechazo o a perder esa amistad que para él era tan importante.
— ¿Por qué tuvo que decirlo cuando comenzaba a salir adelante?— preguntó Aria sin soltar a Kayla
— Tenía miedo— soltó James— ¿Por qué nunca lo dijiste tú?
— Si bueno, verlo coquetear con la mitad de la población femenina del colegio no ayuda a que yo crea que me puede corresponder— contestó Aria limpiando sus lágrimas
— ¿Qué vas a hacer ahora?— le preguntó Kayla
— No lo sé— negó Aria— Y de verdad que quisiera saberlo
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N/A: Este capitulo no tuvo mucha interacción entre Kayla y James pero era necesario para irle abriendo paso a la historia de Sirius y Aria.
Yo sé que les actualizo diario pero ahorita estoy con full de tareas por la universidad y no me dio tiempo de escribir nada, pero aquí estoy, prometo acomodar mis horarios. Se los voy a compensar porque el maratón y la publicación de Light (la historia entre Adara y Remus) está muy cerca.
K.
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