𝟎𝟎𝟑.


KAYLA CREÍA CONOCÍA A JAMES MEJOR DE LO QUE cualquiera en esa habitación, incluso mejor que Sirius. Y tal vez por conocerlo tanto fue que la chica quedó sorprendida por notar tanto enojo en él.

Era extraño. Y es que a su parecer, James jamás había sido un hombre tan celoso o con problemas de ira, sin embargo lo que estaba viendo en esos momentos no era algo que hubiera visto antes.

El corazón de Kayla comenzó a palpitar con fuerza mientras luchaba por entender lo que estaba sucediendo. ¿Por qué la presencia de Regulus parecía haber desencadenado este ataque de celos en James?

Por supuesto que hubo momentos durante su relación en donde James no se sentía tan cómodo con algunas cosas y llegaba a molestarse, pero nada nunca escalando a algo como esto.

El ambiente era bastante tenso en la habitación y aún nadie decía nada.

James aún se encontraba parado debajo del marco de la puerta en espera de que alguien pudiera decir algo, pero todos guardaban silencio.

Nadie podía encontrar la manera de explicar porque Regulus Black se encontraba en la habitación de los Gryffindors. No cuando se supone que algunos ahí ni siquiera eran del agrado del Slytherin.

— ¿Nadie va a decir nada?— preguntó James 

— ¿Qué dijiste sobre que a mi hermano le gustaba alguien?— preguntó Sirius aún tratando de procesar lo que James había dicho momentos atrás— ¿¡Cómo que a mi hermano le gusta Aria!?

— Sirius, de verdad no creo que sea el momento indicado para hablar de ese tema— le susurró Remus

— Creí que odiabas a todos los Gryffindor's, siempre lo dices, sobre todo a los que según somos impuros o unos traidores a la sangre— le dijo James a Regulus— Así que lo vuelvo a preguntar, ¿Qué haces en mi cuarto?

— Vine a buscarla porque me iba a ayudar a estudiar herbologia, se que lleva algunos días quedándose aquí por sus compañeras de cuarto enfermas— contestó Regulus tratando de sonar tranquilo— ¿Qué acaso no puedo pedirle ayuda a una amiga?

Kayla odiaba los conflictos, por lo que estar presenciando esto le estaba provocando un terrible humor.

Ella siempre evitaba cualquier problema y por eso es que siempre era una persona amable con todo aquel que lo necesitara, por eso siempre que había cualquier clase de discusión con sus amigos, siempre intentaba resolver todo con diálogo y tranquilidad.

— Eso no te da derecho a entrar a mi habitación— le contestó James sintiendo enojo de solo ver al Slytherin

— Muy bien, ya es suficiente. Ya basta de esto— intervino Kayla para detener a James— No hagamos un problema en donde no existe. ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué te molesta tanto que él esté aquí? Es el hermano de tu mejor amigo

James miraba a Regulus con severidad. Y es que en un pasado no hubiera tenido problemas con la presencia del pelinegro, sin embargo después de que Sirius huyó de casa y le contó con detalle todos los problemas que hubo con su familia, el de lentes sintió un gran desprecio por el menor de los Black.

Además por supuesto, no se sentía del todo cómodo con ver a Regulus tan cerca de Kayla.

— Yo... ya me iba de cualquier manera— dijo Regulus— Mejor le pido ayuda a alguien más. No quiero generarte problemas

— Yo te llevo a la entrada. Creo que tú y yo necesitamos hablar— le dijo Aria mientras tomaba una chamarra de su baúl

— No... Aria...

— Sirius, no ahora. Te lo dijo Remus, no es el momento— lo detuvo Peter sujetandolo del brazo— Sabemos que ella sería la única que puede calmar a tu hermano si algo malo pasa

Aria se colocó su chaqueta, le sonrió ligeramente a James y salió del cuarto en compañía de Regulus. No sin antes susurrarle en el oído a Sirius algo que nadie alcanzó a escuchar.

Kayla por su parte se encontraba en un debate consigo misma. Quería acercarse a James para tratar de calmarlo, pero también estaba el hecho de que se sentía sumamente confundida por su actitud y... la asustaba un poco.

 La pelirroja notó cómo la tensión en la habitación disminuía, pero su mente aún zumbaba con preguntas sin respuesta. ¿Qué significaba este encuentro para ellos? Y lo más importante, ¿Cómo podría seguir adelante ahora que había visto este lado desconocido de James?

— Dime que aún tienes el libro donde encontraste el maleficio— le susurró Remus a Peter al ver el rostro lleno de preocupación de su amiga

— Lo tengo que devolver mañana, está dentro de mi baúl hasta el fondo— le contestó el chico

— Lo voy a necesitar, algo anda mal— dijo Remus

Remus no sabía como explicarlo, pero veía que había algo diferente en James, algo que no se relacionaba al hecho de olvidar a Kayla... era como si su amigo hubiera cambiado. Más de lo que ya lo había hecho.

— ¿Qué hacía él aquí?— preguntó James cuando Aria y Regulus se fueron

— Ya te dijo, solo vino a pedirme ayuda con herbologia— contestó Kayla sintiéndose un poco molesta por la actitud de James— ¿Pero sabes que? No tengo porque darte explicaciones de nada y menos cuando te estás comportando como un idiota

James cambió totalmente su expresión al escuchar a Kayla y sobre todo, al verla cambiar por completo su rostro.

Ella estaba molesta y James comenzaba a avergonzarse por su comportamiento... un comportamiento que ni siquiera sabía explicar.

Adara notaba como su amiga se iba enfureciendo cada vez más por los actos de James, por lo que se acercó hasta ella junto con Aria para brindarle algo de apoyo.

— James... creo que tienes que calmarte, estás creando una escena— habló Sirius acercándose también a su amigo— ¿Qué te está pasando?

— Lo siento, lo siento— se disculpó James de inmediato— No lo sé... Kayla, perdóname... el hecho de que Regulus no sea de mi agrado, no significa que por eso deba de hablarles así

El corazón de Kayla pareció hacerse pequeño ante el cambio tan notorio en el tono de voz y la imagen de James tan avergonzada, por lo que decidió tomó aire y se acercarse a James.

— Supongo que puedo dejar pasar esto, pero no soy a la única a quien le debes una disculpa— respondió la pelirroja viendo a James a los ojos

Fueron los ojos de Kayla, aquella mirada tan hermosa y tan llena de dulzura y calma, lo que terminó logrando que toda esa furia en el castaño fuera desapareciendo.

El enojo que había estado ardiendo dentro de él comenzó a disiparse como la niebla al amanecer. La mirada de Kayla lo envolvía con una suavidad reconfortante, como si cada preocupación y frustración se desvanecieran bajo su mirada.

Sus labios, que momentos antes estaban tensos en una mueca de irritación, se relajaron imperceptiblemente. Una sensación de calma y tranquilidad comenzó a inundar su ser, como si estuviera sumergiéndose en aguas tranquilas después de una tormenta.

James se sorprendió por la rapidez con la que el tumulto de emociones en su interior se transformó en una serenidad inesperada. Nunca antes había experimentado algo así, pero encontrarse con los ojos de Kayla parecía tener un efecto mágico sobre él.

No encontraba las palabras correctas para describir lo que aquellos ojos verdes le estaban haciendo sentir, pero lo que si sabía a ciencia cierta, era que la presencia y la mirada de Kayla, eran más que suficiente para hacer que su ritmo cardíaco se alterará.

— Hablaré con Regulus, lo prometo— dijo James sin dejar de ver a Kayla

— ¿Cómo es que un ser de un metro y cincuenta centímetros puede ser tan intimidante con solo una mirada?— preguntó Peter sorprendido— Kayla solo necesitó ver feo a James por unos segundos y logró que pidiera disculpas, aún cuando es uno de los seres humanos mas tercos que conozco

— ¡Un metro cincuenta y cinco por favor!— corrigió Kayla viendo ahora a Peter— Que mi trabajo me costó crecer esos cinco centímetros extra

Kayla volvió a sonreír y con eso el pecho de James comenzó a llenarse de alegría.

Y es que la sonrisa de Kayla era como un destello de luz en la oscuridad para James. Cada vez que sus labios se curvaban hacia arriba, una sensación cálida y reconfortante se apoderaba de él.

Era como si su sonrisa provocara una oleada de felicidad que se extendía por todo su ser. Era como si cada una de sus preocupaciones se disolviera en el aire al verla sonreír, dejándolo con una sensación de ligereza y alegría que no podía ignorar.

Además, la sonrisa de Kayla tenía el poder de calmar incluso la tormenta más furiosa en el corazón de James. Cuando sus ojos se encontraban con los suyos y ella le regalaba esa sonrisa, todas las tensiones se desvanecían, dejando solo un profundo sentimiento de paz y serenidad en su lugar.

— Bueno, yo me tengo que ir. Damon me debe de andar buscando y yo tengo que asegurarme que no haya arruinado las cosas con su cita de esta tarde— sonrió Adara al ver la manera en la que James veía a su amiga— Espero de todo corazón que no se le haya ocurrido contar la historia del caballo borracho

— ¿Caballo borracho?— preguntó Peter confundido

— Ven conmigo y te la cuento con mucho gusto— respondió Adara mientras tomaba su bolso— ¿Alguien más gusta oír esa historia?

— Me desbloqueaste una necesidad que no sabía que tenía. Escuchar la historia de un caballo ebrio, claro que quiero saber— dijo Sirius

— ¿A quien engaño? Yo también tengo curiosidad, vamos— dijo Remus— ¿James? ¿Kayla? ¿Vienen?

— He escuchado esa historia demasiadas veces, por hoy voy a pasar— les respondió la chica— ¿James? ¿Irás con ellos?

— No muchas gracias, prefiero solo cambiar mi ropa y descansar un poco, pero por supuesto que quiero escuchar esa anécdota en otro momento— le respondió James con una sonrisa

— Oh, bueno, si te vas a cambiar creo que lo mejor será que te de un poco de privacidad— dijo Kayla sonrojándose de manera ligera— Voy a aprovechar para ir con la profesora Sprout para preguntarle como sigue mi compañera de habitación. Los veré mas tarde

— Como si no le conociera hasta los lugares a los que el sol no llega— susurró Sirius recibiendo un codazo de parte de Remus

Kayla alcanzó a escuchar eso, por lo que solo le lanzó una mala mirada al pelinegro. Ya que si bien tenía razón, no deseaba que James escuchara eso y comenzara a hacer preguntas, después de todo, su intención era volverlo a conquistar, no asustarlo con esa clase de detalles.

La pelirroja le dio una ultima sonrisa al de lentes y salió del cuarto, dejando a los merodeadores y a Adara en silencio mientras observaban la manera en la que James veía a la Hufflepuff.

La puerta se cerró y solo hubo silencio... o al menos durante unos segundos. 

— A mi me debes una explicación— dijo Sirius rompiendo el silencio— ¿Qué dijiste sobre Aria y mi hermano?

— ¿De verdad te sorprendió eso? Creí que todos ya sabíamos del enamoramiento de Regulus por Aria— dijo Adara viendo al pelinegro— Los de Slytherin lo intentaron molestar durante un tiempo con eso. ¿O acaso tu crees que las detenciones que tenía eran de a gratis?

 — Es Sirius, no te sorprendas. Cuando Aria le habló del pan de muerto, le tomó seis meses descubrir que ese pan no estaba hecho realmente con cenizas de muertos— se burló Peter

— Bueno, esos temas no me corresponden— negó James buscando una playera y riendo

— ¡Cornamenta, es tu deber como mi mejor amigo contarme todas esas cosas!— protestó Sirius— Invoco al código del merodeador número 4

— ¿Al qué?— preguntó Adara entre risas

— Teníamos 12 años cuando escribimos eso— negó riendo Remus— Ni siquiera recuerdo que decía

— "Si estás enterado de algo que puede afectar tu relación con el amor eterno de tu compañero debes decirlo sin importar que sea"— recordó Sirius

— Es una estupidez, ¿A quién se le ocurrió?— preguntó James

— ¡A ti!— exclamaron Sirius y Remus al mismo tiempo

Adara no pudo evitarlo y soltó una sonora carcajada.

— Uhhh— dijo Peter riendo— Te chingaron bien y bonito

— Pensar que dijo eso por si alguno de nosotros llegaba a saber algo sobre Lily que fuera importante para él— dijo Remus uniéndose a las risas de Peter

— ¡Habla ahora James!— dijo Sirius

— Bien, solo lo diré porque se que no dejarás de molestar con eso— accedió James—A Regulus le gusta Aria. Ella lo sabe porque él se lo confesó en la última fiesta a la que fueron

— Uhhhh— dijo Peter— Te quieren bajar el mandado, Canuto

— Adara... ¿tú que sabes?— preguntó Sirius viendo a la chica— Y antes de que me digas que no puedes decirme nada, recuerda que fui yo quien te ayudó a librarte de Rabastan la última vez que te quiso besar

— ¿Qué Rabastan hizo que?— preguntó Remus viendo también a la rubia— ¿¡Cuándo!?

— ¿Tú por qué crees que ya no se quiere casar conmigo? Lo golpee por eso, historia de otro día— respondió ella alzando los hombros— Pero bueno, no se tanto como piensas. Lo que se, es que desde que Aria y tu hermana se hicieron unidos en nuestro quinto año, los rumores comenzaron a sonar en las mazmorras. Muchos decían que Regulus estaba interesado en Aria y que por eso la defendía tanto

— ¿Y tú crees que eso era verdad?

— Si, si lo creo. No creo que el que se peleara con el tonto de mi hermano tantas veces, fuera de a gratis— volvió a responder ella— Lo que si te puedo decir, es que Aria y él pasaron varios días juntos, incluso él fue su tutor durante unos meses para ayudarla con hechizos de defensa. Probablemente así surgió su interés en ella...

Sirius no dijo nada, se quedó en silencio y salió de la habitación.

— Lo tomó mejor de lo que esperaba— dijo James terminando de cambiarse

— Si eso...

Remus no dijo nada puesto que un grito lo hizo saltar, era Sirius.

— Ese es el Sirius que conozco— dijo Peter— Mejor iré a asegurarme de que no mate a Regulus o arme otra escena

•••

La semana se pasó más rápida de lo que Kayla hubiera querido, y para su desgracia apenas y había tenido tiempo para hablar con James, todo a causa de la enorme cantidad de trabajos que tenía que entregar, además de estar demasiado ocupada estudiando para los exámenes finales. El día parecía no tener las horas suficientes para que ella pudiera seguir el plan y eso la llegaba a poner algo triste.

Aún así, Kayla trataba de aprovechar al máximo cada pequeño momento que tenía en compañía de James... cosa que a cierta persona no le generó mucha alegría, ya que a la mitad de la semana, la pelirroja volvió a recibir una carta acompañada de una rosa color rojo.

amada kayla:

Durante años, he sido testigo silencioso de tu gracia, tu encanto y tu bondad, y en cada momento mi admiración por ti ha crecido más y más. Sin embargo, sé que mis sentimientos son solo susurros perdidos en el viento, mientras tú continúas tu vida ajena a mi presencia.

Es doloroso para mí verte cerca de alguien como James. Conozco los oscuros secretos que él oculta detrás de esa fachada de encanto, sé cómo traicionó tu confianza y rompió tu corazón. ¿Cómo puedes seguir permitiéndole entrar en tu vida después de todo lo que ha hecho? ¿Acaso no ves que mereces mucho más que sus mentiras y engaños? Te engañó, te lastimó, y sin embargo, ahí estás, permitiéndole entrar en tu vida una vez más. Es inaceptable.

Anhelo estar a tu lado, protegerte de cualquier daño y llenar tu vida de la felicidad que mereces. Pero sé que soy solo un espectador en las sombras, condenado a admirarte desde la distancia mientras tú continúas tu camino sin mí.

Desde el momento en que pusiste un pie en mi vida, te convertiste en mi obsesión silenciosa, en el centro de mis pensamientos más oscuros y profundos. He observado cada uno de tus movimientos, cada sonrisa, cada gesto, sin que tú te dieras siquiera cuenta de mi existencia.

Deberías saber que no pienso permitirlo más. Tú, Kayla, eres mía, incluso si aún no lo sabes. No toleraré que nadie más se interponga en nuestro camino, ni siquiera alguien como James, que no es digno de tocar siquiera la sombra de tu mano.

Ha llegado el momento de que salga de la oscuridad. Estoy aquí, esperándote, listo para ser tu todo, tu protector, tu dueño. Ya no permitiré que sigas ignorando mi presencia, mi amor, mi deseo.

Es hora de que te des cuenta de que no puedes escapar de mí. Estoy en todas partes, siempre observándote, siempre esperando. No pienses que puedes seguir ignorándome, porque ya no lo permitiré.

Sabrás muy pronto de mi, así que espero estés preparada.

Con amor y tal vez un poco de posesión, R.

Aquel miércoles que Kayla sostuvo la carta con sus manos temblorosas, una sensación de incomodidad y temor comenzó a arrastrarse por su piel mientras sus ojos recorrían cada palabra impregnada en el papel. El corazón le martilleaba con fuerza en el pecho, como un tambor frenético anunciando peligro inminente.

Vaya que aquellas palabras la habían afectado.

Y es que por mucho que deseara mostrarse valiente ante lo que estaba viviendo, existían momentos en donde el miedo era demasiado e incluso se llegaba a sentir un tanto atemorizada por Evan. La idea de que alguien la viera como su propiedad, como un objeto que podía reclamar a su antojo, la llenaba de repulsión y angustia.

La unica ventaja que encontró de aquel terrible momento, fue que James logró verla a la distancia, y vaya que se preocupó cuando la vio arrugar la hoja y recargar su cabeza contra un muro.

"¿Estás bien?" preguntó James cuando se acercó

"Si, lo estoy... solo fue una mala nota en transformaciones, nada de que preocuparte" mintió Kayla ocultando la carta

"¿Tú? ¿Sacar malas notas? Te he visto participar en clases estos últimos días y eres realmente inteligente" le dijo James, haciéndola sonreír. El escucharlo decir eso, significaba que la estaba notando en clases

"He estado algo cansada por todas las tareas, supongo que solo fue un mal momento" le respondió ella.

Aquella había sido una interacción algo corta, pero que había ayudado a que James y Kayla pudieran acercarse cada vez un poco más.

Después de ese día, James se encargaba de llevarle un caramelo diferente a cada clase que compartían. Esto según él, para lograr mantenerla despierta y concentrada en lo que sea que los profesores explicaran.

Por supuesto que Kayla se sorprendió por el gesto. Sabía que James era alguien demasiado atento, sin embargo no esperaba que lo fuera considerando la situación en la que se encontraban.

"¿Sabes? A veces pienso que hicimos el plan de reconquista a lo menso. Aún no haces gran cosa y ya traes a James babeando por ti" le llegó a decir Damon a su amigs

"Sigue con Lily" decía Kayla con tristeza.

"Por mucho que lo intentamos, no podemos mantenerlos separados todo el tiempo. Es complicado porque son de la misma casa y comparten todas las clases, pero ten por seguro que Remus, Peter y Sirius hacen lo mejor que pueden para que dejen de estar pegados como chicle" le respondía Aria en un intento de animarla

Pero tristemente, esos pequeños momentos entre Lily y James, solo provocaban que el corazón de Kayla saliera herido y se cuestionara si todo lo que estaba haciendo, realmente valía la pena.

•••

El domingo llegó y Kayla ya llevaba cerca de diez minutos buscando a Damon y Adara para ponerse a estudiar como lo habían acordado algunos días atrás, sin embargo, ninguno de sus amigos parecía encontrarse en el lugar planeado.

Después de quince minutos de búsqueda, Kayla se rindió y optó por pasar a las cocinas para pedir un poco de café a los elfos. Si sus amigos no aparecían, ella estudiaría por su cuenta.

— Hola, buenas tardes. ¿Creen que podrían obsequiarme una taza de café con dos de azúcar?— pidió amablemente la chica a uno de los elfos

— Por supuesto que si— asintió la criatura— ¿Desea algo más?

— Solo, el café. Muchas gracias

— En un momento se lo entrego

Kayla volvió a agradecer con una dulce sonrisa y tomó asiento en uno de los bancos de las cocinas.

Se tomó un tiempo para observar y pensar en la cantidad de elfos que trabajaban en esas cocinas. Pensó que aquellas criaturas parecían estar recibiendo un trato digno pese a de alguna manera ser esclavos, cosa que la hizo ponerse triste durante unos instantes, ya que sabía que no todos los elfos domésticos vivían de esa manera.

— Hola, buenas... oh, hola Kayla— sonrió James entrando a las cocinas y viendo a la pelirroja— ¿Cómo estás?

— James, hola— sonrió de vuelta ella— Estoy bien, solo quería venir por una taza de café para antes de estudiar. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?

— También tengo la intención de estudiar y venía por algo de beber— contestó James— Y... ¿Estudiaras sola?

— Eso parece. Se supone que estaría con Damon y Adara, pero no los logré encontrar, así que mejor vine por café para estudiar sola— respondió ella mientras veía al elfo acercarse con la taza que había pedido— Muchas gracias Frizz

— De nada, señorita O'Connell— sonrió el elfo de regreso— ¿En que le puedo ayudar señor Potter?

— ¿Qué? Ah si... ehhh, un emparedado de jamón con queso— respondió James alejando momentáneamente la visita de Kayla

El elfo asintió y volvió a alejarse para preparar lo que el Gryffindor le había encargado.

— Creí que venías por algo de beber— rio la chica

— ¿Qué? Ah si, lo olvidé... bueno, el emparedado me funciona también— sonrió James

Ella volvió a reír.

James siempre había creído que entendía todo sobre el amor y la atracción. Incluso tenía una especie de manual interno que le decía cómo actuar, qué sentir y cuándo alejarse. Pero entonces, Kayla se rió. No fue una risa calculada ni ensayada para encantar; fue un estallido espontáneo de alegría que resonó en el aire y, de alguna manera, se instaló en lo más profundo de su ser.

Su risa era como una melodía para la que no estaba preparado, pero que necesitaba escuchar una y otra vez.

Pero entonces, al sentir eso, no pudo evitar sentir también bastante confusión.

¿Cómo era posible que en un lapso tan corto, Kayla consiguiera evocar tantas emociones en él? Sentimientos que se suponía no debían surgir, especialmente cuando su corazón estaba, o al menos debería haber estado, resueltamente ocupado por Lily Evans.

James tenía a alguien en su vida, alguien importante por quien había luchado durante años, tenía lo que tanto había anhelado. Pero entonces, ¿por qué el sonido de la risa de Kayla causaba tal agitación en su interior?

¿Cómo podía una simple risa derribar las murallas que había construido alrededor de sus emociones?

Kayla, con su risa, se convirtió en un enigma para James. Algo en ella, quizá la autenticidad de su alegría, logró que se sintiera vivo de una manera que no esperaba. La risa de Kayla, sin intentarlo, le mostró lo que había estado perdiendo, lo que había estado ignorando dentro de su corazón.

Era como si ella le recordara cómo era sentirse genuinamente atraído por alguien, cómo era querer conocer a una persona más allá de la superficie.

James luchó internamente. Sabía que no estaba bien albergar esos sentimientos, especialmente cuando ya estaba comprometido emocionalmente con otra persona. Pero, ¿Cómo ignorar lo que su corazón le gritaba? La risa de Kayla no era solo un sonido para él; era un despertar, un llamado a explorar lo desconocido, a cuestionar lo que creía saber sobre el amor y la conexión con otra persona.

— ¿James? ¿Estás bien?— preguntó Kayla al notar que el chico no decía nada

— Si... estoy bien. Lo siento no se que está pasando conmigo hoy. ¿Me preguntaste algo?

— Si. Te pregunté si querías estudiar conmigo... solo en caso de que no estés ocupado o quedaras con alguien más...

— Me encantaría estudiar contigo— sonrió James

Ambos se sonrieron y salieron juntos de las cocinas una vez que a James se le entregó lo que había perdido.

Kayla estaba nerviosa ante la cercanía con James, pero sabía que esa era la única manera en que podría lograr el chico volviera a fijarse en ella. Cosa que llevaba anhelando desde que el chico había roto su corazón.

— Escucha... aprovechando que estamos a sola... quiero volver a pedirte una disculpa por mi manera de actuar hace con Regulus hace unos días— dijo James— No sé que me pasó, no quiero que me veas como un celopata o algo por el estilo, tú eres libre de abrazar a quien quieras y...

— Está bien, no te preocupes— lo interrumpió Kayla— Solo por favor no vuelvas a actuar de esa manera, odio los celos y los conflictos

— Te prometo que no lo volveré a hacer.

— Gracias. No quisiera volver a lidiar con esa versión tuya... no me gusta— le agradeció ella— Además no tienes motivos para ponerte así, Regulus y yo solo somos amigos, además de que como lo dijiste, le gusta alguien mas

— Lo sé, lo sé, es solo que llevó años con una imagen de Regulus muy diferente a lo que he visto últimamente y desconfió de sus intenciones. Pero tu pareces confiar en él, así que si tu lo haces, yo también lo haré

Kayla le dio una sonrisa al Gryffindor, sintió su corazón acelerarse cuando él detuvo la caminata para verla fijamente a los ojos.

— Tienes una sonrisa muy bonita— le dijo sin parar de verla— Y unos ojos preciosos

— Gracias— agradeció sintiendo sus mejillas ruborizarse

James no sabía que sentir. No tenía mucho tiempo de que había conocido a Kayla, pero a su lado todo se sentía como si llevaran años de conocerse. Junto a ella sentía paz y tranquilidad, todo era muy inesperado... podía estar con ella hablando sobre metas a futuro y en cuestión de segundos cambiar el tema a cuando Kayla fue a México y terminó siendo correteada por un guajolote. Historias que no eran escuchadas todos los días, pero así era Kayla, alguien inesperada.

Y eso le gustaba.

— ¿Por qué cada que te veo directamente a los ojos siento como si ya te hubiera conocido?— preguntó James encantado por la belleza de la Hufflepuff

— Siento lo mismo cada que te veo— admitió Kayla sin parar de sonreír

La distancia entre ellos iba desapareciendo, ambos sentían sus corazones latir con velocidad, se olvidaron por completo de que estaban en un pasillo donde pasaba gente, en ese momento solo eran ellos dos, era un momento lleno de magia para los dos.

— ¡Kayla, Adara me quiere golpear!

El grito de Damon provocó que los dos se separaran de inmediato, Kayla en ese momento quería matarlo.

— Ay, creo que acabo de arruinar un bello momento— dijo Damon al ver al Gryffindor y a la Hufflepuff

— ¿Tú crees?— preguntó Kayla sarcástica

— Ya no se si tengo que correr de Adara o de ti— dijo Damon nervioso— O incluso hasta de James

— ¡Damon, ven acá!— se escuchó el grito de Adara—

— Creo que primero será de Adara, adiós— dijo Damon para luego volver a correr

James no sabía como recuperar el momento que Damon había arruinado, pero volvió a juntar valor y tomó a Kayla de la mano, causando que de nuevo todo quedara en el olvido para la chica.

— Algo me dice que tus amigos están algo ocupados y no los veo con la intención de estudiar— dijo James al ver a Adara correr— Así que... ¿Te gustaría que nos sentemos en el jardín a estudiar?

— Me gustaría— asintió Kayla, sintiendo todo un mar de emociones por volver a sujetar la mano de James— Me gustaría muchísimo

omg, creo que desde que empecé con la re edición de esta historia, este es el capítulo al que le metí mas cambios.

por fin estoy feliz con el resultado y espero que a ustedes les guste tanto como a mi.

un capítulo cargado de toda clase de emociones, desde lo que james siente por kayla, hasta más de la obsesión de rosier con ella, aaaahhh, me gustó mucho.

Pregunta: ¿Ustedes ya perdonaron a James por lo de Lily? ¿Opinan que está bien que Kayla esté intentando reconquistarlo?

lxs estaré leyendo, como siempre.

all the love, k.

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