En donde Kayla O'Connell conoce a James Potter por una broma que salió mal.

— ¿Podemos hablar de lo lindo que era el chico de lentes?— preguntó Kayla sonriendo

— Ese idiota me tiró una cubeta llena de sardinas— dijo Damon molesto— Para lo único que hablaría de él es para planear como asesinarlo, estúpido

— Eso no le quita lo lindo— siguió sonriendo Kayla

— Por el simple hecho de hacer eso ya me cae bien— dijo Aria riendo

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— Déjame ver si entendí— decía Adara confundida— ¿De todos los chicos que existen en el colegio te viniste a fijar en uno que lleva desde su primer año detrás de la misma pelirroja?

— Él cual por cierto vació un balde con sardinas sobre mi— añadió Damon

— Si, básicamente— asintió Kayla sonriendo

— Si que te gusta lo imposible— dijo Adara riendo— Suerte con hacer que Potter se fije en ti y no lo digo porque exista algo algo malo en ti, sabes que si no fueras mi mejor amiga, seguramente sería parte de las enormes filas de personas que buscan una oportunidad contigo

— Si Kayla logra salir con Potter le empezaré a rezar todas las noches— dijo Aria

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— Estás loca si piensas que voy a hacer eso— dijo Aria negando

— Aria, solo necesito que te lleves a Sirius a otro lado para poder hablar con James— pidió Kayla

— Black está saliendo con Olivia Thirwall, esa chica es muy celosa y no pienso acercarme... no quiero nada de drama adolescente— siguió negando la castaña— Además de que no pienso intervenir en alguna relación

— Sirius me contó que solo se acostaron en una fiesta, nada serio, no estarías interviniendo en nada— explicó Kayla— Por favor, te daré lo que quieras

— Vendrás conmigo a México este verano por esto— terminó accediendo Aria

— No lo veo como un castigo... Así que acepto— asintió la rubia

— Espera que los guajolotes corran sin parar detrás de ti— susurró Aria

— ¿Qué dijiste?— preguntó Kayla

— Nada— sonrió Aria

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— ¡Kayla besó a James!— dijo Adara emocionada

— ¿¡Qué hiciste que!?— preguntó Damon sorprendido

— ¿Cómo que Kayla me engañó con el puerquito miope?— preguntó Aria falsamente indignada

— ¡Le gusto a James Potter!— gritó emocionada la rubia