𝐕iper





BREAKFAST PANCAKES Y KISS


Advertencias: mucha pelusa.

Enlace: https://www.tumblr.com/divinegrey/694724855344644097/%F0%9D%90%9B%F0%9D%90%AB%F0%9D%90%9E%F0%9D%90%9A%F0%9D%90%A4%F0%9D%90%9F%F0%9D%90%9A%F0%9D%90%AC%F0%9D%90%AD-%F0%9D%90%A9%F0%9D%90%9A%F0%9D%90%A7%F0%9D%90%9C%F0%9D%90%9A%F0%9D%90%A4%F0%9D%90%9E%F0%9D%90%AC-%F0%9D%90%9A-%F0%9D%90%A4%F0%9D%90%A2%F0%9D%90%AC%F0%9D%90%AC-%F0%9D%90%AF%F0%9D%90%A2%F0%9D%90%A9%F0%9D%90%9E%F0%9D%90%AB-%F0%9D%90%B1-%F0%9D%90%9F%F0%9D%90%AB%F0%9D%90%9E%F0%9D%90%9A%F0%9D%90%9D%F0%9D%90%9E%F0%9D%90%AB?source=share&_branch_match_id=779942727449453665&_branch_referrer=H4sIAAAAAAAAA8soKSkottLXTyzRKynNTcop0kvOz9VPySzLzEtNL0qt1Fd1M1C1dFG1BJJOCLYjEtvSFYntiKTGBEncDYcaZyS2iy4SxxKHBnMkcWciLHZFtkwXWYMudh2ORjich6zb0Q2HBkscVjshaXYy1MUeMsSEKpDEYYN%2BqlGRYVqJoVFumaEpABVXBp3YAQAA





           ───¡Deprisa, coman la bazofia, niños!───Dices, dándole la vuelta a las tortitas en la plancha───¡Tienen entrenamiento en dos horas y tienen que hacer la digestión antes de trabajar! Te miro a ti, Neón.

───¡Yo vomité una vez!───El grito de Neon vuelve mientras transfieres las tortitas doradas a una pila───¡Has hecho hasta ahora una alineación de diferentes tipos! Canela, chispas de chocolate, fresa... hay suficientes tortitas como para ahogar a Breach, y el hombre puede comer muchas antes de caer rendido───Te ríes entre dientes, echas un poco de masa nueva en la sartén y ves cómo chisporrotea.

Dios, te encantan los lunes de tortitas.

Miras por encima del hombro justo a tiempo para ver entrar a Sabine, que pasa por alto toda la conversación y se dirige directamente a la cafetera. Dejas caer la espátula y silbas para llamar la atención de la mujer.

───Tengo tu desayuno aquí mismo───Dices agitando la mano. Sabine levanta una ceja, pero se sonroja cuando le preparas un bol con su desayuno habitual, pero aumentado al extremo: yogur griego, espolvoreado con granola, fresas troceadas y unos cuantos kiwis porque sabes que le gustan en secreto. También le preparas un batido de proteínas───¡Combustible! Hice tus favoritos.

Sabine parpadea, luego extiende la mano, aceptando ambos. Te mira, con una pequeña sonrisa en la comisura de los labios. La sonríes y coges la espátula para dar la vuelta a las tortitas y hacer una nueva tanda para los que quieran repetir.

Pasa a tu lado y se inclina para susurrarte:───Gracias.

───Por supuesto. Sé que vas a estar todo el día encorvada sobre tu mesa, ¡quiero que comas bien!───Te inclinas, con un tono cotilla en tus palabras:───Te guardaré unas tortitas para más tarde, ¡no te preocupes!".

El rosa de sus mejillas le queda muy bien. Tal vez si fueras un poco más atrevido, lo dirías en voz alta. En vez de eso, miras a Sabine irse con una sonrisa en las mejillas.





───Buenas tardes, Sargento───Dices, saludando a Brimstone mientras pasas junto a él en el pasillo. Escuchas su risita, complacido de poner una sonrisa en su cara mientras sigues con tu día. Es un día libre para ti, que te tomas con gusto manteniéndote activo y controlando a tus compañeros Agentes. Esa es la razón por la que llevas un termo de té hacia lo que a los demás les gusta llamar el Foso de la Víbora.

El laboratorio de Sabine.

Primero asomas la cabeza por la puerta y observas el lugar. Luego, te acercas a Sabine, que está sentada en su escritorio con los hombros echados hacia atrás y la cabeza encorvada hacia delante, con la luz de su pantalla iluminándole la cara. Ni siquiera levanta la vista, absorta en su trabajo.

Ves la comida que le habías preparado antes, el cuenco vacío y el vaso de batido casi sin nada. Justo a tiempo.

───Hola, Bean───Dices, dejando el vaso sobre la mesa de Sabine. Ella da un pequeño respingo, mira el termo y luego te mira a los ojos. La saludas con la mano───Te he traído un poco de té.

Sabine exhala un poco.

───Gracias, te lo agradezco.

Caminando, apoyas las manos en el respaldo de la silla.

───Pareces tensa, ¿cuándo fue la última vez que te estiraste? ¿Te levantaste y caminaste un poco? Aquí, quédate quieto.

Te inclinas, colocando las palmas de las manos sobre los hombros de Sabine. Esperas cualquier señal de descontento mientras empiezas a amasar con los dedos en el músculo, pero no encuentras ninguna. En lugar de eso, Sabine se apoya en tus manos y se agarra a la silla mientras buscas los pequeños nudos que mantienen sus hombros tensos como la cuerda de un arco. Un suave gemido de alivio sale de su boca y sientes que te empieza a arder el cuello.

Sin embargo, cuando miras a Sabine, su rostro se sonroja de vergüenza.

Carraspeas y dices:───¿Así de bien se siente?.

Sabine tararea───Tienes unos dedos talentosos".

───Mucha gente dice eso───Respondes, moviendo las cejas sobre todo para ti. Sabine se ríe, el sonido es suave, pero está ahí, y el corazón te estalla en el pecho. Es tan mona y ni siquiera se da cuenta.

Le deshaces los nudos de los hombros lo mejor que puedes antes de apartarte.

───Me llevaré esto, y cuando tengas hambre, hay un plato en la nevera detrás de la leche de cabra de Sova que lleva tu nombre. Estaré pendiente por si se acaba, así que vete a comerlo pronto, ¿vale? Genial───Barres los platos viejos antes de dirigirte hacia la puerta del laboratorio───¡Adiós!

Sabine no tiene tiempo de decir nada antes de que salgas por la puerta, sonriendo para ti mismo como un niño que acaba de recibir un cubo de caramelos de la tienda.





───Hola───Te inclinas hacia Cypher, sentado en su tablero de ajedrez en medio de una partida con Fade, sentada frente a él con un merodeador en su regazo───¿Alguno de vosotros vio a Viper durante la cena? Yo estaba tan ocupada que no pude captar si entró o no.

Cypher levanta la vista───No entró. La última vez que salió de su laboratorio fue sobre las cuatro y diecisiete.

───Entró y cogió un plato de la nevera, luego volvió a su laboratorio───Dice Fade, la cola de su merodeador con forma de gato golpea contra su pierna───Creo.

───Está en lo cierto───Coincide Cypher.

Te enderezas, con el ceño fruncido───Gracias, chicos. Voy a buscarla.

Alejándote de los dos, te diriges de nuevo al vestíbulo, bajándote más las mangas de la chaqueta por los brazos. Esta noche hace frío en los pasillos y es tarde. Casi medianoche, y sabías que Cypher y Fade estarían jugando al ajedrez en el salón porque siempre juegan al ajedrez los lunes.

De vuelta al laboratorio de Sabine, entras con cuidado. Oyes la centrifugadora dando vueltas y el escritorio está vacío. Frunces el ceño, pero te relajas cuando ves a Sabine encorvada sobre la mesa de trabajo, con la cabeza apoyada en el metal.

¿Está... durmiendo?

Mierda, ¿cuánto tiempo lleva trabajando? Te quitas la sudadera con cremallera, te acercas a Sabine y se la echas sobre los hombros. Estás preocupado, pero lo más importante es que Sabine no ha comido desde las cuatro. ¿Ha salido siquiera de esta oficina para algo?

Maldita sea.

Vuelves corriendo a la cocina, coges un plato de la comida preparada para esta noche y lo calientas rápidamente en el microondas. Cuando suena el timbre, coges el plato y el tenedor y regresas, completamente ajeno a las miradas (y sonrisas) de los dos ajedrecistas que te observan.

Cuando vuelves al laboratorio, Sabine se ha despertado.

───Buenas noches, dormilona───Le dices, entrando───Te perdiste la cena y me preocupé por ti. Vine a buscarte y te encontré durmiendo───Dejas el plato en el suelo y se lo acercas───Por favor, come. Has estado demasiado tiempo sin descansar.

───Estaba descansando───Refunfuña Sabine, incorporándose. Se mira la chaqueta que lleva sobre los hombros, perpleja ante su repentina aparición. Al ver tu sonrisa, suspira───¿Es tuya?

───Parecía fría. Mantienes este sitio helado.

Sabine acerca el plato a sí misma, dejando escapar un suave sonido que te atreves a calificar de curiosidad. Luego, gira su cuerpo hacia ti───Haces todas estas cosas bonitas... ¿por qué?

───Porque yo...───Te relames los labios, descubriendo que se han secado───Me importas mucho, Sabine, y sé lo duro que trabajas. Tú también mereces que te cuiden.

Sabine te mide, y en el momento en que se levanta recuerdas lo alta que es. Sin embargo, tienes poco margen para quejarte porque Sabine acapara toda tu atención sin esfuerzo al inclinarse para robarte un beso. Te quedas sin aliento, un poco sorprendido, pero muy feliz de apretar su boca y sujetarla por las caderas.

───¿Es raro decir que ya he pensado en eso antes?───Susurras, mirándola a los ojos con una sonrisa estúpida en la cara.

───No. Porque yo también───Responde Sabine, y luego te rodea el cuello con el brazo para enroscarte de nuevo.

Como lo haría una serpiente, pero no te importa. Sonríes en el beso, con el corazón floreciendo.




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