OO3
CHAPTER THREE
"DECISIONS"
❱❐❲↻❳➟ 𝟎𝟕 𝐃𝐄 𝐉𝐔𝐍𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟑𝟎, 𝟏𝟖𝟎𝟔 𝐇𝐎𝐑𝐀𝐒. 𝐂𝐔𝐀𝐑𝐓𝐄𝐋 𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐕𝐄𝐍𝐆𝐀𝐃𝐎𝐑𝐄𝐒, 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐘𝐎𝐑𝐊.
INMEDIATAMENTE AL OÍR AQUELLO el cuerpo de Olympia quedó estático en su posición. Su anhelado trayecto para poder salir de ahí se vio bruscamente interrumpido por las palabras del Capitán hacia ella.
No quería que aquello se notara más de la cuenta. Ya había establecido una posición y una apariencia dura ante el equipo y no podía dejar que aquello se quebrase.
Lentamente comenzó a darse vuelta y todos la miraron atentos.
—¿Disculpa?— masculló ella.
—Tal y cómo lo oyes— siguió el mismo rubio.
Ella suspiró—No es cierto, me están chantajeando.
Tony fue el que suspiró ahora—No, no es así—frunció el ceño para sí mismo— ¿Conoce a alguien llamada Liwen Shao?
El semblante de la mujer cambió.
—Sí— afirmó aunque su voz no sonaba muy segura— Es la primera proveedora de materiales de construcción para los Jaegers...¿Por qué?
Stark suspiró, tomó la misma pantalla holográfica de antes y le mostró un archivo a la rubia— El Programa está por encarar algo que lo puede dejar fuera de acción.
Al ver las imágenes los lentos pasos de Hansen comenzaron a acercarse a lo que el ingeniero le mostraba. Sus orbes azules recorrieron toda la escritura y cada vez que lo hacía algo dentro de ella se revolvía.
Simplemente no lo podía creer.
Tanto buscó alejarse del Programa y ahora estaba viendo frente a sus ojos lo que podía enfrentar.
—Liwen Shao, la presidenta de Industrias Shao en Honk Kong, ha estado desarrollando un nuevo proyecto de drones— explicó Tony—Busca implementar esto al Programa y eso haría que...— examinó el rostro de la platinada, ya que lo que iba a decir era delicado— Que los pilotos Jaeger se volvieran innecesarios.
—Es una noticia que nosotros mismos tuvimos que descubrir— siguió Romanoff— No ha estado en ningún lado, y al parecer así quieren que se mantenga.
—No es posible— susurró Hansen— Soy...— cerró los ojos y maldijo por lo bajo— Fui— corrigió— La jefa de la construcción de Jaegers...Nunca se planeó algo así, Liwen jamás mostró aquella posición, solamente nos ayudó con materiales y nosotros hacíamos el resto. Y...
—Es verdad— Steve interrumpió la verborrea verbal de Olympia— Eso está por suceder.
Las manos de la mujer se fueron a su cara. Se sentía horrorizada de sólo pensar en que los pilotos desaparecieran y todo el trabajo ejercido por años se fuera a la basura.
—Habrá una cumbre...— retomó Stark al ver que su invitada no emitía palabra alguna— Es mañana y el tema de los drones se discutirá ahí...Nosotros teníamos la necesidad de ir ya que es un tema de mucha importancia que afecta a todo el planeta, pero no fuimos invitados...No nos quieren ahí y de cierto modo es injusto. Somos parte de esto.
Con cuidado los pasos de Tony se fueron acercando a la rubia que se mantenía aún con la cabeza agachada.
—Es por eso que necesitamos tu ayuda...Para llegar ahí.
El rápido movimiento que Olympia hizo para volver a levantar su cabeza hizo que el millonario se asustara un poco en su lugar.
—¿Dónde es la cumbre?— preguntó con una ceja alzada y todo el equipo se repartió miradas— Sé a dónde quieren llegar con todo esto pero quiero oírlo de ustedes mismos— pasó su mirada por todos— ¿A dónde necesitan llegar que tanto requieren mi ayuda?
Había algo que traía el corazón de la platinada muy acelerado, y era que supo a dónde iba todo el asunto desde que Stark le habló del problema de los drones.
En su corazón sabía la respuesta a su pregunta, pero no era capaz de responderla por sí misma, necesitaba oírlo de ellos.
Rogers se adelantó y soltó un suspiro—Moyulan; el Shatterdome de Honk Kong.
Al oír aquello Olympia sintió como si la atravesaran con una espada.
Sabía que aquello venía, pero no imaginó que oírlo y enfrentarlo fuera a doler así.
Ella retrocedió un par de pasos para poder pensar y despejar su mente de esa idea. Todo esto mientras los Vengadores la observaban con mucha atención.
Eran consientes que la rubia había dejado esa vida atrás pero se dieron cuenta que le afectaba mucho más de lo que creían.
—Realmente...— retomó Steve suavemente —Necesitamos que nos ayudes a llegar ahí, para impedirlo.
—¿Y desde cuándo los Vengadores quieren ayudar al Programa Jaeger?— habló de repente sorprendiendo a todos— Siempre han buscado evitarnos y nosotros a ustedes. Así ha sido hasta ahora.
—Pues pensamos cambiar eso— dijo Tony— Es injusto que el Programa pierda su esencia inicial: Los pilotos. Y además poner drones no es cualquier cosa...Es de importancia global. Cuando nosotros lo implementamos casi todos los gobiernos tuvieron que analizar la situación...— se acercó a ella— Ahora, usar drones para Jeagers es diez veces lo que nosotros hacemos...Debemos evitarlo o al menos averiguar de qué se trata todo esto.
Olympia analizó las palabras del millonario y en especial la frase: Es injusto que el Programa pierda su esencia inicial: Los pilotos.
Su corazón se dividió entre lo que era correcto hacer para todos y lo que era correcto hacer para ella misma. Estaba en una encrucijada y debía tomar una decisión.
—Yo...— suspiró— Dejé eso atrás. Lo lamento mucho pero no voy a poder ayudarles.
—Pero...
—El Programa me rechazó— interrumpió a Banner— Ellos hicieron que me fuera...Volver ahí es volver a encarar todo lo que dejé abandonado. Nuevamente, lo siento mucho.
Les miró una vez más un poco apenada y volvió a pegar media vuelta para irse de ahí.
Su momento en el cuartel de los Vengadores había acabado y debía volver a su realidad con las manos vacías.
—¿Y si te ofrezco un cheque en blanco y un acceso ilimitado a toda nuestra área de materiales?
Olympia paró nuevamente su andar en seco. El resto de los Vengadores miró a Stark con algo de confusión al oírlo hacer esa oferta.
—Bien, el millonario sabe qué cartas jugar— dijo Axa— El balón está en la zona a punto de hacer anotación.
Lentamente Olympia se volteó a mirarlo. No había duda en sus palabras, realmente estaba decidido a cumplir, se notaba.
Hansen necesitaba ese dinero, el cheque en blanco la podía sustentar por el resto de su vida y tendría acceso al paraíso de materiales infinitos.
—Y si no lo haces por eso...Hazlo por ellos— dijo ahora Steve pero señalando la pantalla al decir lo último.
Olympia volvió a caminar hacia la pantalla y observó la noticia del Programa Jaeger. Pensó en sus cadetes; los aprendices. En sus amigos, en sus compañeros, en todos...A los que había dejado porque no fue capaz de tolerar que todos la hicieran pedazos.
Quizás sí, había sido una cobarde, pero de una u otra manera la vida te da una oportunidad para arreglar las cosas. Y al parecer esta era la de ella.
Le aterraba, era a lo único que Olympia Hansen le tenía miedo en ese momento. Volver y enfrentar lo abandonado.
Luego de meditarlo unos segundos y soltar un largo suspiro le extendió una mano a Stark y él la tomó.
—Hecho— al oírla el equipo dejó salir el aire que retenían en sus pulmones y sonrieron agradecidos.
Se soltaron las manos y antes de que el millonario dijera algo Olympia se le adelantó:
—¿Quieres saber algo? En el fondo iba a aceptar igual, pero tenía que ver si hacían una oferta— se encogió de hombros— Funcionó.
La mandíbula del ingeniero casi cae al suelo y por un segundo casi le dio un ataque cardíaco.
—¿¡Qué!? ¿¡Fue una estafa!?
Ella negó tratando de no reír— No, para nada—su voz sonó sarcástica— Ustedes lo dijeron, sólo soy hábil.
Tony quería rebatir otra cosa pero parecía no tener palabras. Sólo miraba a la rubia apretando la mandíbula, sin ganas de reconocer que ella había ganado.
—Ya no hay momento para retractarse— dijo ella antes de que él hablara.
—Bien— se rindió y se retiró.
Olympia soltó una corta risa que llamó la atención de todos. A diferencia de las otras no era una nasal o una sarcástica, había sido una real.
—Muchas gracias— dijo el Capitán llegando frente a ella— Haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudar.
—Espero— respondió ella— Sólo tengo dos condiciones— le pusieron atención— Que dejen de tratarme de usted porque siento que son mis cadetes del Shatterdome y segundo...— suspiró— Los dejaré ahí...Y regresaré.
El grupo no respondió, sólo le miró con sorpresa.
—Ustedes son los héroes, no yo— asintió para sí misma— Luego de eso volveré aquí y haremos que nada pasó.
No estuvieron muy convencidos de aquello pero de igual manera terminaron asintiendo. Todo dependía de ella así que no era conveniente ir en su contra.
—Como digas— retomó Rogers— ¿Y...Ahora qué...?
Hansen se mordió el interior de su mejilla y por unos segundos mantuvo su mirada en el suelo. Luego de haberlo meditado levantó la vista y dijo:
—Debo hacer una llamada.
Con un movimiento de cabeza pidió permiso para retirarse del lugar y poder realizar la acción mencionada.
—No escaparé, sólo esperen aquí— dijo mientras avanzaba y salía del laboratorio.
Sus pies se movieron casi inconscientes hacia ningún lugar en específico. Olympia no estaba pensando a donde ir, sólo avanzaba con la vista pegada en los blancos azulejos del piso que parecían reflejar levemente el contorno de su rostro y su expresión de preocupación.
Sin saber cómo, terminó en el final de un pasillo lleno de ventanales y con la vista de la ciudad lista para ser admirada.
Mientras estuvo allí se dedicó a caminar de un lado al otro con nerviosismo, por escasos segundos pensando en retractarse y salir corriendo.
Pero no, era suficiente tiempo siendo una cobarde.
—¿Estás segura de esto?— Axa rompió el silencio pero no la caminata de la mujer.
—¿Haces que me cuestione? ¿En serio?— bufó— Tú eres la que siempre me insta a regresar.
—Uy, perdón.
Ella sólo puso los ojos en blanco y de repente detuvo sus pasos. Tomó su muñeca y la frotó, gesto que siempre hacía cuando estaba nerviosa mientras sus dedos acariciaban el pequeño tatuaje que había en esa zona.
—Entonces...¿Qué vas a hacer...?
Cerró los ojos con fuerza— Cuando me fui...Al tiempo después recibí una inesperada llamada. Esta persona me dijo que si necesitaba cualquier cosa, lo que sea...Incluso volver...Ella me iba a ayudar.
—¿Segura?
—Definitivamente. Además me lo debe, le salvé la vida dos veces— volvió a suspirar y apoyó sus manos en una baranda que había junto a la ventana— Es el único contacto que tengo...Es la única persona que me puede ayudar ahora.
—¿Y estamos hablando de...?
—Mako...Quiero que llames a Mako Mori.
Hasta la misma Axa quedó en silencio ante la petición.
—Ahora ella tiene una posición como Secretaria General del Cuerpo de Defensa. Dejó el Shatterdome y dejó de ser piloto. Pero respalda el Programa desde ahí— se volteó y apoyó su espalda en la pared— El número está en mi cabeza...Sólo contáctalo.
—¿Estás completamente segura? Es la última oportunidad para arrepentirse.
Hansen se tomó unos segundos para meditarlo. No era cualquier decisión, no debía tomarse a la ligera. En el momento que ella llamara a su vieja amiga; la ahora secretaria Mori, estaría abriendo el paso par que su regreso a todo diera inicio.
—Sí, llámala...— suspiró— Pero redirígela al audífono, no a mi cabeza porque siento que me va a estallar.
—Llamando...
Olympia sintió en su oído los tonos mientras el número era marcado y aunque sólo fueron unos pocos aquello le pareció una eternidad.
Se balanceó sobre sus pies como si estuviera en un columpio, pero este era un columpio de emociones. Su corazón le estaba abriendo paso poco a poco nuevamente a lo que era la vida Jeager.
Su plan era ir y volver; nada más. Pero tenía miedo de pensar en los efectos secundarios que aquello podía traer.
—¿Hola?
Hansen casi se queda sin aire y se ahoga con su propia saliva cuando logró reconocer aquella voz. Luego de toser levemente se atrevió a decir:
—Mako...Soy yo, Olympia.
La línea permaneció en silencio por los primeros ocho segundos y la platinada temió por su vida.
—¿Olympia...? ¿Esto es en serio?
—Sí, sí. Te juro que soy yo.
Un largo suspiró de alivio se escuchó en la otra línea.
—No...No puedo creerlo— se oía emocionada— Realmente eres tú...Estás viva— rió para ella misma.
—Lamento que el no dar señales te haya dado a entender eso— sonrió de lado.
—¡Esto es increíble! ¿Dónde estás? ¿Qué has estado haciendo todos estos años?
Ella hizo una mueca— Sobreviviendo.
—No tienes idea de como el Programa cambió cuando te fuiste. Yo, Raleigh, Jake y Nate estábamos desesperados, sentimos que perdíamos un ancla, que el Programa perdía su ancla y...
—Mako...Mako— la detuvo amablemente cuando no me gustaron sus palabras— Yo...Siento mucho haber desaparecido pero el Programa no me necesitaba.
—Nosotros sí.
Uh, golpe bajo. Pensó la rubia.
Aquello le dolió a Hansen, a pesar de querer evitarlo eso revolvió su interior y la hizo sentirse mucho más culpable que antes.
—Lo siento— se disculpó la asiática al notar el silencio— No era lo que yo quería...No era mi intención.
—Tranquila...Tranquila...Yo entiendo— tomó aire y se volteó para quedar frente a la ventana— Sé que necesito un momento para redimirme...Y creo que lo encontré.
Olympia no la veía, pero imaginó a su vieja amiga inclinada en alguna parte, como siempre hacía para poner atención.
—Mako...Necesito cobrar un favor— apretó sus dientes— Es...Es una locura pero es por una buena causa.
—De acuerdo...— no sonó muy segura— Te escucho.
Tomó aire— Para contextualizar, cometí una estupidez y terminé en el cuartel de los Vengadores.
—¡¿Tú qué?! Dime que es una broma.
Chasqueó la lengua—Es una larga historia...Pero es cierto— ella iba a hablar pero la platinada la interrumpió—Sin embargo, ese no es el punto. El punto es que...Supieron de una reunión que habrá en Moyulan, y que Liwen Shao quiere poner drones en el Programa— repetirlo la incomodó— En serio no lo puedo creerlo...¿Es así, verdad?
La línea se mantuvo callada por unos segundos.
—Es verdad.
Olympia tuvo que aguantar una maldición en su boca— ¿¡Cómo pudieron permitirlo!? ¡Es ridículo e inaceptable!
—No fue mi idea. Liwen convenció a mis superiores de que sus productos podían mejorar el Programa.
—Eliminando a los pilotos.
—Eso no se sabe, quizás no suceda.
—Un quizás no me convence— suspiró y trató de dejar su tono molesto a un lado para no incomodar a su amiga—No pueden deshacerse de los pilotos, al menos no de esta manera tan privada...Y es por eso que te llamé.
—Eh...Adelante.
—Estos héroes Vengadores quieren asistir a la cumbre. Creen que es una decisión muy importante como para tomarse en privado y dejándolos afuera por una simple rivalidad. Además en cierto porcentaje son parte del Cuerpo de Defensa.
—Creí que estaban dentro de los invitados.
—Pues no...Es por eso que recurrieron a mí luego de encerrarme...— rió al recordarlo— Supieron quién soy y me rogaron para que los ayudara.
—Hubiera sido divertido verlos rogar.
La línea guardó silencio un rato hasta que ambas lo rompieron riendo.
—Créeme lo fue...— suspiró— Te lo pido por favor...Por los viejos días, por la amistad y por las veces que salvé tu vida.
Mako soltó una risa nasal— Qué bueno recordarlo...— se tomó su tiempo para pensarlo— Creo que es justo...— Hansen suspiró aliviada— Envíame tu ubicación y mandaré un transporte mañana a primera hora para que los lleve al Shatterdome.
—Dios, Mako, cuánto te lo agradezco— sonrió—Me salvaste la vida...Y me hiciste millonaria— la última frase la dijo para sí misma.
—¿Tú vendrás cierto?
La pregunta resonó en su cabeza una y otra vez. Cerró los ojos con fuerza y se dispuso a responder:
—Sí...Me necesitan para llegar, si los dejo ahí los pilotos los van a agarrar a palos— aquello hizo reír a la Secretaria General— Pero luego me iré.
Mori guardó silencio y se escuchó un largo suspiro de su parte.
—Pero...
—Mako— interrumpió— Por favor...— aquello pareció casi una súplica— No quiero oírlo.
La aludida iba a hablar pero otra voz se escuchó de fondo desde su línea— Señorita Mori, el Consejo la espera.
Hansen apretó los labios—Debes irte.
—Sí, lo lamento— respondió volviendo a la línea— Pero mañana el transporte llegará, lo prometo...Dije que te ayudaría y he cumplido.
—Gracias Mako— sonrió.
—Espero verte mañana, sin retractarse.
Soltó una risa nasal—Adiós.
Axa terminó la conexión y todo volvió a la normalidad.
Olympia apoyó su frente en el ventanal y suspiró. Lo había logrado, había trazado su camino de vuelta al Shatterdome.
No tenía tiempo que perder así que rápidamente giró sobre sus talones y comenzó a caminar de vuelta al laboratorio.
El único problema era que no recordaba como llegar.
—Ay— miró a todos lados— Ya me perdí.
Había llegado a aquella esquina con la mente en otro lado así que no estuvo realmente concentrada por lo que olvidó sus propios pasos.
Bufó molesta y solamente caminó hacia adelante sin detenerse, con su cabeza girando a izquierda y derecha, verificando si es que sus pies iban bien encaminados.
Cuando dobló en una esquina un grupo grande de agentes venía hacia ella atravesando el pasillo. Claro que iban ocupados en sus tabletas, audífonos y sus tareas diarias.
Olympia maldijo al verlos y al darse cuenta que tendría que atravesarlos para continuar. Tomó valor y se dispuso a caminar entre ellos.
—Disculpen...Disculpen— ninguno hacía caso, parecían zombies que solamente estaban enfocados en lo suyo—A un lado...Permiso, ¡Permiso!
Una vez que su cuerpo abandonó la multitud se sintió aliviada y pudo seguir. Fue como si hubiera salido de una burbuja.
Cuando pensó que todo estaba tranquilo dobló otra esquina y se llevó un susto que la hizo pegar un leve brinco.
La platinada se llevó una mano al pecho— Lo lamento, es que venía perdida y no te vi.
—Así vi...Y no hay cuidado— respondió Steve; la persona que la había asustado.
—De acuerdo— asintió— ¿Sucede algo?— preguntó por el hecho de verlo ahí.
—La verdad...Es que Stark me envió a asegurarme de que no te escaparas.
La mujer tuvo que aguantar su risa— ¿Es broma?— negó— ¿Son consientes que a veces tiene actitudes de una niña?
Él apretó los labios— Sí, lo somos— reconoció— Bueno eso y...Hay algo que debes ver.
Olympia sintió como su corazón tomaba nuevamente un ritmo acelerado pero terminó asintiendo y yéndose con el Capitán.
Su trayecto terminó en el laboratorio donde el ambiente se notaba tenso. Todo el resto del equipo se encontraba viendo una gran pantalla que proyectaba el canal de noticias.
—...Lo que inició como una simple idea, hoy podría volverse realidad— se escuchaba— El Programa Jaeger enfrenta una encrucijada que podría poner en riesgo su labor tradicional: El uso de drones. Dicho tema se dará a discutir en una cumbre masiva en...
Cuando se dieron cuenta que la platinada ya estaba entre ellos se voltearon a verla. Lo que encontraron fue un rostro perplejo que admiraba la importante noticia.
—Es de hace cinco minutos— explicó Tony— Lo acaban de soltar justo ahora.
—Astutos, publicaron la noticia cuando ya nadie puede impedirlo— secundó Clint.
—Nosotros sí— la voz de Olympia retomó su tono firme— Iremos.
—¿Cómo?
—Tengo una amiga— respondió a Natasha— Ella nos ayudará a llegar y un transporte vendrá por nosotros mañana a primera hora.
El equipo se repartió miradas esperanzadas, alegres y ansiosos porque Hansen había logrado ayudarles.
Su misión estaba por comenzar.
—¿Y qué están esperando?— les dijo Olympia— ¿Tienen cosas que empacar...? ¿O nos iremos Honk Kong?
TAN TAN TAAAAAAN
hola gente hermosaaa, espero estén bien<3
qué les pareció??
podrá olympia aguantar tanto junto a los vengadores?
cómo les irá en su viaje al shatterdome?
podrá olympia encarar todo lo que abandonó?
JAJAJA perdón, tenía que.
además, empecé a hacer capítulos más cortos de los que normalmente hago que son como 5000-6000 palabras djfjdjf y creo que me gusta, además así alargamos más la historia ahre
TUVE LA IDEA de hacer un mini maratón de 2 capítulos seguidos cuando la historia llegue a 1k uwu espero suceda aaaaa
gracias por estar aquí, les amo un montón <3 se vieneeee AAAA
nat
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