O2O

CHAPTER TWENTY
"REPARATIONS"

❱❐❲↻❳➟ 𝟏𝟑 𝐃𝐄 𝐉𝐔𝐍𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟑𝟎, 𝟐𝟐𝟎𝟏 𝐇𝐎𝐑𝐀𝐒. 𝐌𝐎𝐘𝐔𝐋𝐀𝐍 𝐒𝐇𝐀𝐓𝐓𝐄𝐑𝐃𝐎𝐌𝐄, 𝐇𝐎𝐍𝐊 𝐊𝐎𝐍𝐆

EL CUERPO DE LA MARISCAL PERDIÓ CONSIENCIA debido al esfuerzo realizado en el levantamiento del Shatterdome y como si fuera una leve ráfaga su anatomía se fue a un lado alertando a todos los presentes. Una vez más casi se estrella con el suelo pero los brazos de Steve estuvieron ahí para sujetarla.

Al ver la escena el círculo cercano de la mujer no tardó en llegar hacia donde estaba; en en suelo, pero en el regazo del Capitán.

—Olympia—el rubio palmeaba su rostro—Olympia, reacciona.

—Hay sangre en su nariz—apuntó Hermann agachándose para observarla—El esfuerzo de levantar Moyulan fue demasiado y la carga neuronal la agotó por completo.

—Pero ¿Ella estará bien?—cuestionó Nate con preocupación inclinado junto a su compañera.

—Eso espero, sólo necesita recuperarse y que sus signos vitales vuelvan a su estado normal—siguió el doctor para luego hacerle señas a unos oficiales con el objetivo de que trajeran una camilla.

—Ella nos salvó y estas son las consecuencias del triunfo—habló Thor.

—Pues...No lo hizo sola—añadió Raleigh mirando a Stark para luego extenderle la mano—Eso estuvo genial.

Éste la tomó y sonrió—La genial fue ella—señaló a la mujer en el piso—Yo sólo di una pincelada.

—Ella se pondrá bien—quiso asegurar Gottlieb para la tranquilidad de todos—Con los medicamentos adecuados se va a reponer.

—Espero tengas razón—dijo Lambert para luego regresar la vista hacia Hansen.

Pero cuando lo hizo algo le llamó la atención. La delicada y pálida mano de la australiana estaba sujetando la mano del Primer Vengador. Estaba inconsciente, pero el gesto se notaba firme y para Steve parecía ser algo muy natural; no se notaba incómodo.

Todo aquello lo hizo fruncir el ceño pero no dijo nada.

Segundos más tarde la camilla médica se abría paso entre la multitud para poder llevar a la mujer desmayada. Steve pasó uno de sus brazos debajo de sus rodillas y el otro detrás de su espalda antes de que alguien se le adelantara. La levantó con cuidado y de la misma manera la dejó reposar en la indumentaria.

Posteriormente los oficiales se llevaron a su líder rápidamente al área de enfermería siendo seguida por varios miembros del equipo. No obstante, cuando Rogers estaba por hacer lo mismo, la voz de Nate le llamó:

—Oye—el aludido se giró—¿Te quedaste con ella?—no habían celos o inmaduras actitudes en su pregunta, era una simple e incesante curiosidad.

—Sí—respondió con naturalidad y firmeza—Por suerte—no quiso agregar ora cosa así que pegó media vuelta para seguir al resto del grupo.

El oficial tardó en reaccionar y sintió que sus pies estaban estancados en el piso. Tenía dudas; muchas dudas, y deseaba aclararlas en algún momento con su amiga.

La sala de enfermería no tardó en llenarse de movimiento cuando la Mariscal de Moyulan ingresó en un estado inconsistente. El doctor Gottlieb junto a otros enfermeros se encargaron de monitorear a la mujer y de aplicarle los insumos necesarios para acelerar su recuperación. La guerra estaba cerca y los Kaiju pronto llegarían al Monte Fuji; no podían darse el lujo de luchar sin su líder.

—Esto debería bastar—se escuchó a Herman inyectando un líquido en una intravenosa en el brazo de la platinada—No se levanta una base de gran tonelaje todos los días.

—La presión se está regulando—informó Liwen del otro lado de la camilla con una tableta holográfica—Sus signos vitales pronto regresarán a su estado normal.

Suspiros y susurros de alivio inundaron la sala.

—Te dije que todo saldría bien—dijo Jake golpeando levemente el abdomen de Lambert.

—Eso es bueno—se alegró éste—No podríamos seguir sin ella.

—Y no lo haremos—Gottlieb volvió a tomar su bastón y se desplazó por el lugar—Un equipo ya se está encargando de extraer la sangre Kaiju...Buen trabajo, por cierto—miró a los Vengadores—En cuanto Olympia despierte podremos tomar acciones para iniciar las reparaciones.

—¿Hay alguna novedad sobre el movimiento Kaiju?—cuestionó Nate a una oficial.

—Se detuvieron en Hino hace casi una hora, no han habido más reportes.

—Bien, eso nos da algo de tiempo—hizo un asentimiento en signo de agradecimiento—Con suerte podremos reparar algunos Jaegers.

—No necesitamos algunos Jaegers —enfatizó Liwen—,necesitamos más que eso. Es de un ejército del que estamos hablando.

—Creo que podemos lograrlo —habló Rogers—Con los recursos de su compañía y de Industrias Stark hay una luz de esperanza.

—Sí, también nos serviría una tecnópata—agregó Tony e inmediatamente todos voltearon a ver a la susodicha que descansaba con una mirada neutra y párpados cerrados.

—Va a despertar —remarcó Hermann—Pero cuando lo haga no podemos presionarla a que haga mucho esfuerzo.

—¿En serio?—satirizó Becket—¿Pedirle a nuestra Mariscal Olympia Hansen que no sea parte de un trabajo y espere sentada?—miró a Pentecost para juntos decir—:Imposible.

—Además, sabemos que ponerse en su camino es una muy mala idea—agregó el último.

—Tienen razón, lo lamento. Pero si queremos...

Las palabras del doctor se vieron interrumpidas cuando súbitamente escucharon un quejido a sus espaldas. Se giraron rápidamente y se dieron cuenta de que la platinada se había despertado de sopetón quedando sentada en la camilla.

Casi por inercia, todos se cercaron a ver a una muy agitada Olympia.

—Oye, oye, oye—Nate se le acercó primero—Gracias a Dios ya despertaste.

—¿Qué pasó?—murmuró mientras su pecho subía y bajaba. Luego miró a su alrededor—¿Cómo llegué aquí?

—Te desmayaste—ella casi se ahoga al oír a Raleigh—El esfuerzo por levantar la base te dejó completamente agotada.

—Oh cielos—llevó una mano a su frente—Maldita Axa—lo último lo susurró en referencia a que su asistente le había advertido sobre aquello.

¡Punto para mí!

—¿Entonces lo logramos?—preguntó después.

El grupo frente a ella se observó con pequeñas sonrisas.

—Por supuesto que sí—le hizo saber su compañero sacándole una cansada sonrisa—Tenemos la sangre así que ya podemos empezar a trabajar.

—Asombroso. ¿Qué estamos esperando?

Sus palabras fueron acompañadas de un chasquido de lengua y su firme intención de pararse de la camilla. Inmediatamente las voces de negación de todo un grupo se fueron hacia ella dejándola algo tensa.

—No, no—negó Gottlieb—Necesitas descansar aunque sea unos minutos.

—Pero si me siento en perfecto estado—rebatió.

—Te desmayaste—le recordó Liwen—Y levantaste un Shatterdome. Necesitas aunque sea un momento para reponerte.

Hansen sabía que seguir oponiéndose a ello iba a ser nulo así que terminó asintiendo.

—Como digan—se acomodó en la cama—Pero sólo un rato—sentenció con un dedo al aire.

El grupo se alegró de que ella accediera y afortunadamente se encontrara bien, además de consciente. Había estado conectada a un Kaiju y luego levantó mentalmente una base que pesaba toneladas. Aquellas hazañas las hacía una persona en un millón, y ella lo era.

La mayoría del equipo se alejó para hablar de diversas cosas y Nate permaneció junto a su amiga.

—Nos diste un gran susto, Olympia.

Ella sonrió de lado y se encogió de hombros—Les dije que estaría bien y aquí me tienen—alzó las manos.

—Confieso que la idea me parecía absurda e imposible—la miró—Pero lograste un milagro. Fue asombroso.

—Todos fuimos parte de aquel milagro, Nate—torció su cabeza—Aunque la que se llevó el feo dolor fui yo—rieron.

—Otro día más admirando como nunca a Olympia Hansen—sonrió—Es imposible no hacerlo.

La platinada se removió en su lugar un poco cuando el sentido del tono de voz del piloto llegó a su sistema. No quería llegar a ese tema otra vez pero parecía que el destino siempre la hacía llegar ahí sin importar cuánto lo evadiera.

—Nate...—se limitó a murmurar.

—Ya sé, ya sé—interrumpió—No tienes porqué darme explicación alguna. Ya...—suspiró—Ya entendí mi lugar.

Hansen no sabía que la sorprendía más; el hecho de que Lambert había entendido lo que le pasaba con respecto a él o la voz de calma y normalidad que había usado para comunicarlo.

—¿Qué...?

—Me tardé en darme cuenta simplemente porque me negaba a creerlo—se dedicó a mirarla a ella y a su expresión de asombro—Pero el tiempo sí cambia las cosas, y sé que así fue con nosotros.

—Nate...—quiso pedirle que dejara de hablar pero sólo se limitó a tomar su mano—Perdóname por favor.

—Oye, no tienes porqué disculparte—se sentó en la camilla frente a ella—Estas cosas pasan.

—Confieso que me ponía nerviosa tener que contártelo...Ya que no estaba lista para perder a mi mejor amigo...Y que eso causara un quiebre en nuestro enlace neuronal.

—Fuiste buena ocultándolo—ella torció la boca con incomodidad—Pero déjame asegurarte algo—tomó su mano—Nunca vas a perderme. Somos compañeros—sonrió—Siempre lo hemos sido y siempre lo seremos...Sin importar la situación en qué estemos.

Aquellas palabras no hicieron más que sacarle una sonrisa de alivio a la australiana. Se inclinó en su camilla y abrazó a Lambert que no dudó en corresponderle.

Agradecía que la situación haya tenido un desenlace así; calmado, normal y completamente sincero, sin el temor de perder a uno de sus más grandes amigos. Se sentía con un peso menos encima y eso la alegraba.

—Gracias—susurró con su cabeza apoyada en su hombro.

El resto de las palabras del piloto se perdieron poco a poco en su burbuja ya que su mente seguía analizando todo lo sucedido. Y en eso, cuando su mirada divagaba en la nada, ésta halló curso para terminar en Steve que estaba a unos metros más allá. El rubio se encontraba charlando con Gottlieb, pero como si pudiera sentir la mirada de la mujer sobre él se volteó para hacer lo mismo. Una cálida y reconfortante sonrisa coloreó su rostro y contagió a la causante de la misma. Un gesto disimulado del que sólo ambos fueron espectadores y eso era lo perfecto.

Una mirada que devolvía las energías en un segundo era más valiosa que el discurso más motivador que cualquier persona podía dar.

Los minutos pasaron y la Mariscal cedió de estar restringida en una camilla sin hacer nada para luego levantarse y caminar con su equipo a Central. Habían muchas cosas que hacer y no podían darse el lujo de bajar la guardia aunque los Kaiju estuvieran detenidos.

Cuando su figura se hizo visible en aquella sala, ésta volvió a llenarse de aplausos hacia su persona, los cuales llenaron su corazón de satisfacción, dándole a entender que estaba haciendo un buen trabajo; que era querida pero mucho más importante aún: era respetada.

—Gracias—habló luego de un rato haciendo que la euforia cesara—Hemos ganado una batalla...Pero no la guerra. Los Kaiju han detenido por el momento su trayecto al Monte Fuji, así que eso nos da unas horas de ventaja para trabajar, construir y reparar todo lo que sea posible.

Hizo una seña con la mano para que Jules Reyes—la técnico de reparaciones—se acercara.

—¿Nuestra situación sigue así de mala?—le preguntó.

—Así es, jefa. Gipsy y Thunder son lo único habilitado que tenemos.

Ella hizo una mueca—De acuerdo. Hay que iniciar las reparaciones ya. Quiero a todas las personas posibles con una herramienta en su mano listos para reparar Jaegers y con los materiales de Shao y Stark ocupando cada espacio que se pueda.

—Pero los Jaegers que tenemos no son suficientes; recuerda que se trata de un ejército—comentó Liwen.

—Entonces construimos más.

La simpleza de las palabras de la Mariscal fueron motivo de asombro y murmullos entre la audiencia.

—¿Con-Construir más?—Hermann casi se ahoga con su propia saliva—Olympia, con todo respeto...No tenemos manera de hacer eso.

—Yo sí—se acercó al grupo—Mientras ustedes reparan los existentes yo construiré otros tres—se encogió de hombros—Puedo hacerlo, no será mayor complicación. Sólo necesito algunos hombres que me ayuden.

—Sabemos que eres capaz de hacerlo...Pero ya llevaste sobre tus hombros dos grandes esfuerzos seguidos...¿No crees que es demasiado?—dijo Nate.

—No—negó inmediatamente—Sé que me he expuesto bastante pero si no tenemos esos Jaegers cuanto antes—extendió sus brazos—Vamos a perder la guerra. No tenemos opción.

Volvió a girarse para quedar más a la vista de todos mientras pasaba su mano por su frente.

—No se preocupen por mí, soy lo que menos importa en este momento—dijo volteándose—Vamos a trabajar dando todo de nosotros. Tenemos una guerra allá afuera—apuntó al ventanal—Y el mundo entero depende de lo que pase aquí...¿Vamos a quedarnos sin hacer nada?

Al inicio nadie respondió, solamente se miraron en silencio o con murmullos, haciendo que la expresión de la platinada se endureciera.

—Pregunté...¿¡Vamos a quedarnos sin hacer nada!?

—¡No señora!—se escuchó eufóricamente por los presentes.

—Entonces ¿Qué estamos esperando? —sonrió orgullosa al darse cuenta que ya había captado la atención de todos—¡A trabajar!

Las instrucciones estaban dadas, ahora sólo había que actuar.

Todo el Shatterdome se dividió para iniciar las reparaciones y tal como la Mariscal había indicado, absolutamente todos se dispusieron a ensuciarse las manos con el trabajo duro; la pereza había quedado atrás para dar lugar al activismo colectivo.

Shao y Stark dirigieron las reparaciones de los Jaegers existentes ya que los materiales de sus propias compañías habían sido la clave para lograrlo. Los pilotos, los ingenieros y los técnicos estaban a su cargo, siendo el área central de éstas actividades el hangar principal de Moyulan. El amplio espacio ahora estaba casi repleto de gente por todos lados y de los androides gigantes tomando forma poco a poco.

Olympia, por su parte, también había llevado a su propio equipo con ella. Su labor era diferente y notoriamente más pesada. No obstante, era mayoritariamente un trabajo que debía hacer por ella misma y sus asistentes haría solamente algunos detalles. De todas maneras consideró importante llevar a Steve, Thor y otros técnicos para ser de ayuda.

Sus delicadas manos se habían mantenido en el aire por horas, y el cansancio era tanto que ya se había acostumbrado a él. Sus eléctricos ojos de tecnópata no habían cambiado su peculiar tonalidad al estar construyendo Jaegers a una velocidad considerable. Los materiales se balanceaban de un lado a otro, subían y bajaban guiados por las órdenes de la mujer.

En eso, el agotamiento la hizo distraerse un poco causando que un tubo de metal cayera del pecho de un robot en dirección al suelo. Aguantó la respiración esperando que nadie saliera herido pero un suspiro de alivio salió de sus labios al darse cuenta de que Steve lo había atrapado.

—¿Se te cayó algo?—quiso burlarse moviendo la pieza en su mano.

Ella puso los ojos en blanco—¿Estás presumiendo?

El aludido sólo negó con la cabeza de manera divertida para luego extenderle el objeto a Hansen. Ella lo hizo levitar para poder volverlo a poner en su lugar. Cerró los ojos para acomodarlo, soldarlo y asegurarse de que pudiera cumplir su función para luego alejarse y contemplar su creación con orgullo.

Sus ojos por fin se apagaron—Era la última pieza que me faltaba—ambos alzaron sus ojos ante la imponente figura—Finalmente está listo.

—Es asombroso...—confesó para luego mirarla—No puedo creer que hayas construido tres en tan poco tiempo.

—Créeme, ya siento el esfuerzo—masajeó su cuello.

—Oh, ten—dijo extendiendo una botella con un líquido semi marrón claro en su interior—Gottlieb dijo que te entregara esto; que era para que recuperaras energía.

Ella sonrió—Lo que me hacía falta—tomó la botella, la destapó y en un dos por tres ya tenía el objeto en su boca mientras su garganta recibía aquel lubricante con gusto. No pasaron más de unos segundos cuando la platinada ya se había acabado todo el contenido y miró al rubio con un poco de vergüenza—Lo siento...Por suerte no era una cerveza—rieron.

Luego regresaron sus vistas al Jaeger que se erguía frente a ellos para simplemente contemplarlo.

—En serio no puedo creer que yo soy capaz de hacer estas cosas—susurró con la vista en alto.

—¿Por qué lo dices?

Soltó un lento suspiro—Ese Kaiju pudo haberme matado...—le miró y se dio cuenta que Rogers ya lo estaba haciendo—Pero me...Me envenenó y me convirtió en esto—hizo una pausa que pareció durar horas—A veces me pregunto que hubiera pasado si...Ya sabes, hubiera muerto—la preocupación se ciñó en el rostro del Capitán y se acercó más—O si tal vez hubiera sobrevivido sin ser alterada...Simplemente a veces...Pienso en todo eso y si podría ser igual de útil como lo soy ahora.

El Vengador le entendió perfectamente. Muchas veces él se encontró con esa misma encrucijada de identidad y de las infinitas posibilidad que su vida podía haber tenido. Por eso era capaz de comprender lo que pasaba en su mente sin necesidad de ver dentro.

—Olympia, estoy seguro de que serías increíble con o sin esas habilidades—dijo luego de un rato—Mira todo esto—señaló a su alrededor—Uniste a toda esta gente y les diste un propósito. Les diste la valentía para enfrentarse a una guerra y para no quedarse sentados esperando que alguien la pelee...Eso...Eso no lo hace cualquier persona, y mucho menos es causado por un ataque Kaiju. Esa eres tú, nada más.

Hansen quedó sin palabras. Aquello había sido como un balde de agua cayendo sobre ella y haciéndola ver la realidad en la que vivía. Estuvo de acuerdo con lo que el Capitán le había dicho y le alegró el hecho de que haya sido él quién le había animado de esa manera.

Trató de reprimir su sonrisa mas no pudo, la dejó salir contagiando al causante de ésta en un inicio.

—Gracias—contestó con sinceridad—En serio—regresó su mirada al Jaeger mientras meditaba en lo cómoda que se sentía cuando hablaba sus problemas con alguien, especialmente cuando ese alguien era Steve—Confieso que éste es mi favorito—retomó hablando del robot—Aunque no se me ocurre un nombre—soltó una risa nasal—Voy a dejar que lo elijas.

—¿Es en serio?—sonrió de lado.

—Claro—sonrió de igual manera—Honestamente me quedé sin ideas para nombrar éste Jaeger.

Rogers frunció el ceño nuevamente dedicándose a pensar en un nombre. Y como si fuera un chispazo en su mente una opción muy buena se presentó.

—Ya sé—Hansen se sorprendió ante la rapidez de su respuesta. Luego el rubio se dedicó a mirarla—Hercules.

Al oír eso Olympia sintió como el aire se le acababa. No podía creer lo que acababa de escuchar y mucho más aún que el Primer Vengador haya tenido esa idea para nombrar un androide; idea que a ella no se le había ocurrido.

Los ojos le picaron y trató con todas sus fuerzas no derramar una lágrima al darse cuenta que Steve quería llamar al Jaeger como su padre.

—Wow—fue lo único que logró articular luego de un rato—Es un gran nombre—un titubeante suspiro se escapó de sus labios—Gracias—rió para sí misma—Nunca había dicho gracias tan seguido así que aprovéchalo.

—No me agradezcas—se acercó un poco más—Apuesto que a él le hubiera gustado.

La platinada sintió como el hombro de Steve chocaba levemente con el suyo en un inconsistente acto que no incomodaba en lo absoluto. Tuvo que reprimirse las ganas de sentir aquella calidez que el rubio le transmitía y no apoyar su cabeza en él.

No obstante, y aunque quisiera hacerlo, no pudo ya que la voz y los pasos acelerados de una oficial llegaron hasta su posición.

—¡Mariscal! ¡Mariscal!

Al oír la alerta la aludida se volteó asustada.

—¿Qué sucede?—cuestionó preocupada.

—Los Kaijus...Retomaron su trayecto. Se están moviendo hacia el Monte Fuji.























































AAAA TAN TAN TAAAAAAN

siento que siempre les digo: CAPÍTULO INTENSOOO, pq la verdad todo de aquí hasta el final será así. yes sir.

no puedo creer que sea el capítulo 20 me voy a ir a llorar.

qué les pareció???

la verdad no tengo preguntas para hoy, pero sea lo que sea que tenga que pasar........

sí.

also el siguiente capítulo es uno de mis favs y sólo diré: ✨stolympia cuteness overload✨

una cosa así, ajá.

soooo, nos estaremos leyendo y gracias por todo el apoyo. no olviden votar y comentar ❤🥺

45 votos para actualización <3

nat

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