O26
CHAPTER TWENTY SIX
"UNFAIR FIGHT"
❱❐❲↻❳➟ 14 DE JUNIO DE 2030, 0907 HORAS. HONSHU, JAPAN.
YA ESTABAN AHÍ; EN SU MOMENTO CÚSPIDE y por el que se habían estado preparando por tanto tiempo. El ejército de ahora nueve Kaijus estaba frente a ellos con las intenciones de seguir avanzando. Lo único que se interponía en su camino...Eran los pilotos.
El juego debía acabarse ahí...Y ahora.
—De acuerdo equipo —se alzó la voz de la Mariscal—. Es tiempo de actuar y de no mirar atrás. Nos dividiremos. Los cuatro Jaegers a mi derecha combatirán a los cuatro Kaijus de su lado. Asimismo nosotros los que quedamos pelearemos con el otro bando de monstruos. ¿Entendido?
—¡Sí Mariscal!
—Perfecto —miró a su compañero—. Es hora...A mi señal —todos se pusieron en posición—, tres...Dos...Uno...¡Ahora!
Al sonido de la exclamación de la líder todos los androides iniciaron su carrera hacia sus enemigos mientras éstos hacían lo mismo.
La batalla histórica dio inicio. La gente corría por todos lados tratando de evacuar la ciudad y si no podían, trataban de buscar algún refugio subterráneo suponiendo que aún no estuvieran completamente llenos.
Olympia agradeció al cielo de que su plan estuviera funcionando. Los cadetes y los Vengadores se habían adaptado bastante bien a subirse a un verdadero Jaeger por primera vez haciendo que la lucha fuera más fluida. Todos eran un gran equipo y se conocían ya desde hace tiempo, por lo que conectarse neuronalmente con sus compañeros fue todo un éxito.
Los Kaijus del nuevo ejército eran horribles; criaturas mucho más asquerosas que las que habían batallado años atrás. La pelea estaba siendo dura, pero con esa cantidad de androides estaban haciendo un buen trabajo hasta el momento.
—¿Hay alguna señal de Gottlieb? —cuestionó Jake.
—No aún —respondió la platinada mientras movía sus brazos en la lucha—, pero lo estamos buscando y monitoreando.
Al encontrarse concentrada hablando Olympia se distrajo, haciendo que el monstruo con el que estaban peleando los empujara a una potencia tan grande que arrasaron con algunos edificios a su paso. A pesar de estar dentro de la máquina y que estaban supuestamente bastante protegidos, el impacto dolió bastante.
—¿Estás bien? —le preguntó Nate mientras trataban de ponerse de pie.
—Sí —contestó un poco adolorida—. Debemos separarnos o causaremos demasiado caos.
—Tienes razón.
—Atención equipos —habló por el comunicador—, sepárense y vayan hacia la costa; mientras más lejos estemos luchando menos desastre causaremos.
—Entendido jefa —se escuchó la confirmación de algunos.
Después de unos segundos, Thunder Strike ya estuvo de pie una vez más y listo para regresar al combate contra su asqueroso adversario.
—Viene hacia nosotros —dijo su compañero señalando al Kaiju que se estaba acercando a ellos—, ¿Lista para seguir?
Sonrió de lado—Hasta la pregunta ofende.
Estando sus mentes entrelazadas no hubo necesidad de dar orden alguna, al mismo tiempo comenzaron a correr sobre la plataforma estática moviendo parte por parte al Jaeger que los envolvía para hacerle frente al monstruo que se les venía encima. Un acto tecnológico y único que pocos realmente lograban comprender. La magnitud y habilidad de estar en uno de los androides era sublime
Ningún reportaje televisivo de la mejor cadena de medios, ni el mejor artículo en la revista más prestigiosa, ni siquiera un capítulo en un libro escrito por un autor de mucha categoría podía describir con lujo y detalle lo que era aquella épica batalla.
Las capacidades avanzadas de cada robot eran demostradas en aquel campo de juego. Los arreglos hechos por ambas industrias eran magníficos, haciendo que tuvieran más posibilidades de un enfrentamiento parejo. Además, en una pelea con un enemigo como aquel debían elevar sus posibilidades al más alto nivel.
Aunque eso costara.
Muchos Jaegers ya estaban cayendo al suelo pero levantándose con resistencia. El ataque era brutal y sin piedad alguna, haciendo que por unas fracciones de segundo comenzaran a debilitarse. Sin embargo, les alentaba el hecho de saber que tres de las bestias ya habían sido derrotadas por ellos; ahora quedaban seis.
Y por si eso fuera poco, otra cosa se les sumó.
—¿Qué es eso? —se escuchó a uno de los cadetes a través del comunicador.
Una especie de constante zumbido llegó a sus oídos haciéndolos mirar a todos lados en busca de la causante.
—¡Hay movimiento! —dijo una mujer desde Central—, múltiples hostiles, tres kilómetros al sureste.
Al oír la alerta sus ojos se fueron en dicha dirección, pero desde lo alto no veían nada.
—¡Es una de mis fábricas automatizadas! —esa fue la voz de Liwen en algún lugar. Después de una larga pausa la mujer respondió—: Fue Newt...Está en la ciudad.
—Hijo de perra —murmuró Nate.
—¿Y qué está haciendo? —inquirió Hansen.
—No lo sé...Voy a rastrear su ubicación —contestó Shao.
—Oye... —la platinada se volteó al oír a Lambert—, tú querías saber qué estaba haciendo Newt ¿Verdad? —ella asintió lentamente—. Pues...¡Hostiles a un kilómetro y acercándose rápido!
La alerta del hombre sacudió a todos los involucrados.
—¡Pilotos prepárense para impacto! —exclamó la australiana.
Se trataba de unas piezas motorizadas de tecnología que parecían escarabajos. Eran muchos, por no decir miles y a toda velocidad estaban avanzando como un tropel gigante hacia su dirección.
No obstante, ni siquiera les tocaron.
Las criaturas manipuladas por Newton y provenientes de una de las fábricas de Liwen pasaron por debajo de ellos como si no estuvieran ahí. Los Jaegers se giraron confundidos tratando de averiguar el propósito.
—¿A dónde se fueron? —preguntó Raleigh.
La pregunta del rubio quedó suspendida en el aire cuando con sus propios ojos observaron la respuesta.
Las criaturas robóticas se dirigieron al ejército Kaiju que aguardaba reunido frente a ellos. Comenzaron a escalar con frenesí y poco a poco empezaron a adherirse a sus extremidades, cuello, colas...Y todo lo que podía.
—¡¿Qué sucede?! ¡¿Qué están haciendo esas cosas?! —exclamaban algunos cadetes.
¿Qué estaba sucediendo? Las piezas de tecnología estaban uniendo seis Kaijus...En uno solo.
Y cuando éste comenzó a tomar forma se irguió ante sus ojos haciéndolos temblar asombrosamente.
—Es enorme en verdad... —susurró su compañero.
—Esta ya no es una pelea justa —siguió la mujer.
Nunca antes visto en la historia del Programa Jaeger y mucho menos en la de la humanidad, estaban presenciando al Kaiju más grande que jamás se había visto.
Y con un sólo rugido, la criatura creada los lanzó lejos.
De lo que pudieron trataron de aferrarse pero de una u otra manera terminaron arrastrados por tan potente vociferación.
—¡Maldición! —exclamó Olympia con Thunder en el suelo—. Las cosas se complican.
—Ni me lo digas... —trataron de ponerse de pie.
—¡No esperen! —exclamó ella al ver que dos Jaegers de los cadetes iban a toda prisa a combatir al monstruo enorme—. ¡No vayan solos! Repito, ¡No vayan solos! ¡Es una orden!
Como era de esperarse, ellos hicieron caso omiso a las palabras de su líder y eso les trajo consecuencias. El Kaiju los lanzó lejos terminando Dios sepa donde.
Al verse amenazados el resto de los pilotos quisieron atacar de la misma manera, trayendo consigo una inminente derrota que los dejó incapacitados probablemente al otro extremo de la ciudad.
La pequeña ventana de ventaja que habían tenido desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Con aquella maniobra tecnológica de Newt los monstruos habían logrado superarles en habilidad y sobre todo en fuerza, haciéndolos parecer simples hormigas junto a ellos. El panorama comenzaba a tornarse negro.
Y cuando Thunder Strike era el único que quedaba en pie fue el último en comenzar su carrera hacia la magnitud de criatura. El cañón de plasma de su brazo derecho lo impactó más de diez veces sin hacerle casi ningún daño. Trataron de colgarse en él pero sus brazos ni siquiera alcanzaban a rodear su enorme cuello. Ante esto, el Kaiju los tomó como si fueran un muñeco y los apartó. Pero antes de lanzarlos lejos, una de sus puntiagudas colas atravesó el centro de su androide.
La extremidad pasó junto a ellos dejando muy dañado su Jaeger. Pero mucho más importante...A uno de ellos.
—¡Nate! —el grito de Olympia probablemente se escuchó en toda la ciudad.
El piloto había sido herido en el abdomen por las espinas de la cola, se encontraba de rodillas y con su mano cubierta de sangre en la zona afectada.
—¡Nate! ¡Reacciona ya! ¡Levántate, tú puedes!
Todo el que podía ir se alertó con la situación.
—¡Piloto herido!
Aprovechando su inmovilidad y su desesperación el gigante monstruo los empujó lanzándolos lejos y chocando contra un edificio, así se permitió seguir avanzando para llegar a su objetivo en el Monte Fuji.
—¡Liwen! ¿Qué puedes hacer para ayudar? —se escuchó a Gottlieb desesperado.
—¡Necesito más tiempo! —dijo ella.
—¡No lo tenemos! —exclamó la Mariscal con desesperación viendo a su amigo—. Resiste por favor...
El tiempo se les acababa.
No podían perder esa guerra o sería su fin.
Debían hacer algo...Y ya.
—¡Hay que hacer algo! —seguía Hermann—. Si el monstruo llega al Monte Fuji nos...
—¡No! ¡No lo hará!
La voz firme de Hansen paralizó a un cuartel entero.
—¿Qué? —algunas voces se escucharon.
Ella le echó una última mirada a su compañero antes de decir—: Hay un propulsor a unos metros, puedo llegar a él y usarlo para acercarnos al Kaiju.
—¡De ninguna manera! —exclamó Jules—. La energía de Thunder está muy baja, no podrán moverlo.
—Y mucho más importante aún...¡No puedes hacerlo sin un copiloto! ¡La sobrecarga destruirá tu mente!
Clase básica de pilotos Jaeger. La carga neuronal para conectarse a un androide es demasiado potente para una sola persona. En los primero experimentos realizados hace años atrás para practicar esta teoría muchos murieron o quedaron en estado vegetal por las secuelas de intentarlo individualmente. Fue por eso que se creó el doble enlace; dos pilotos comparten la carga haciendo más fácil el manejo y quitando de encima el efecto mortal.
Hacerlo solo era un simple acto suicida.
—Axa...
—Las probabilidades son bajas... —contestó ella a su creadora.
—Gracias, no me interesa —tomó una gran bocanada de aire y se reincorporó—. Voy a hacerlo, debemos llegar al propulsor.
—¡Ya dijimos que no es una opción viable! —volvió a gritar el científico—. ¡Morirás!
Ella volvió a mirar a Nate y al darse cuenta de su grave estado tuvo fuerzas para seguir.
—¡Estaré bien! Si no llegamos antes que el Kaiju ninguno sobrevivirá...
—Olympia... —un cansado Lambert quiso detenerla.
—Estaré bien —repitió—, y saldremos de esta; te lo prometo.
Se dio un par de segundos para regular su respiración y concentrarse en su objetivo. Lo que estaba a punto de hacer había matado al noventa y ocho por ciento de las personas que lo habían intentado. Ella sólo conocía a dos: Raleigh, que había quedado con un daño cerebral que era tratado día a día y Stacker Pentecost —el padre de Jake—, pero él también había quedado con horribles secuelas radioactivas que lo siguieron hasta el día de su muerte.
El plan era fatídico por el lado que se mirase.
Pero era la única oportunidad que tenían...Y más valía intentarlo que quedarse de brazos cruzados mientras eran exterminados de la faz de la Tierra.
—No soy una cobarde —susurró para sí misma—, ya no más...
Y cerrando sus ojos para volver a abrirlos irradiando esa tonalidad azul eléctrica que aparecía cuando su energía era activada, empezó a ponerse de pie.
Fue duro; durísimo, le dolió hasta el último pelo de su clara cabellera. Sus dientes se apretaban con fuerza tanto así que se podían oír rechinar con el ahogado grito en su garganta.
—No lo hagas... —volvió a susurrar Lambert casi moribundo.
—¡Puedo hacerlo! —exclamó entre su esfuerzo.
Y así fue.
Poco a poco y con una efímera lentitud el Jaeger de toneladas empezó a levantarse siendo dirigido por un sólo cerebro: El de Olympia.
Un momento histórico.
Primero fue un paso, luego otro y otro. Pesados, lentos y torpes pasos que el androide daba pero que al menos los estaba dando. La gente en Central y en los otros robots caídos aguantaban la respiración mientras veían a su Mariscal hacer historia.
Historia que su mente pagaría.
—Sólo cuatro pasos más —comunicó Hermann en un hilo de voz.
Un gruñido se escapó de los labios de la mujer y sus párpados dolieron de tanto apretarlos. Pero esto no fue otra cosa que un impulso para seguir avanzando e incluso con un poco más de velocidad.
Era impresionante. No habían palabras para descubrir aquel épico acontecimiento.
Y cuando llegó a su destino junto a un propulsor la mujer cayó de rodillas haciendo que el androide hiciera lo mismo.
Gritos eufóricos en la base y de sus otros compañeros llegaron a su radar de sonido. Esto la alentaba y la reconfortaba, sabiendo que había logrado lo que probablemente era una de las tareas más difíciles del mundo.
—Listo... —murmuró con cansancio—. Está hecho... —su cabeza dolió por unos instantes—. ¿Ahora qué?
—Soldar el misil de alguna manera —se escuchó otra vez al doctor—. Pero tenemos un problema; ya usaste toda tu capacidad neuronal para llevar el Jaeger sola. Con Nate incapacitado no podrías llevarlo al Kaiju.
—Puedo hacerlo...Puedo hacerlo... —trató de ponerse de pie por su cuenta pero fue un fracaso.
—¡Que no! —insistió Liwen—. Ya hiciste tu acto heroico, pero no puedes repetirlo individualmente otra vez.
—¡Debo hacerlo! ¿No lo entienden? —miró a su compañero—. No hay otro piloto que pueda conectarse conmigo. ¡No tenemos otra alternativa!
No obstante, una voz acelerada llegó a sus oídos:
—¿Me copian? ¿Alguien? ¡Me dirijo a Thunder Strike!
Steve.
AAAAAAAAAAAA
LAS COSAS SE EMPIEZAN A PONER FEAS
sólo eso digo ahre
HOLA HOLA nuevo capítulo ya acá y con toda la presión pq la guerra iNICIOOOOOO. ok ahora sí puedo calcular unos 4 capítulos para el final más o menos.
vamos a llorar? vamos.
qué les pareció??
steve podrá conectarse con Olympia, ahora en serio?
llegarán a tiempo a detener al Kaiju?
you already know
50 votos para actualización <3
AAA QUEDA POCO PARA EL FINAL, VAMOS QUE VAMOSSS
les amo, tengan un buen día <3
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