O12

CHAPTER TWELVE
"SLYTHERIN VS GRYFFINDOR"

❱❐❲↻❳➟𝟏𝟐 𝐃𝐄 𝐉𝐔𝐍𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟑𝟎, 𝟐𝟐𝟎𝟎 𝐇𝐎𝐑𝐀𝐒. 𝐌𝐎𝐘𝐔𝐋𝐀𝐍 𝐒𝐇𝐀𝐓𝐓𝐄𝐑𝐃𝐎𝐌𝐄, 𝐇𝐎𝐍𝐊 𝐊𝐎𝐍𝐆

DESPUÉS DE SU INCÓMODA Y algo vergonzosa escena en el área de servidores, Olympia, Steve y Natasha volvieron a la fiesta como si nada hubiera pasado. Y una vez que los guardias los dejaron, dieron libertad a sus risas.

Aquella iba a ser una anécdota muy divertida.

Luego se reunieron con el equipo, anunciando que tenían algo de información que esperaban fuera útil, así que se despidieron y se fueron; evitando levantar cualquier sospecha posible.

El helicóptero los llevó de vuelta a Moyulan y al llegar se fueron con orgullo a Central. Cuando el Mariscal escuchó de su llegada no les dio ni siquiera tiempo para cambiarse de ropa, los quería ahí con la información en ese mismo momento.

—Qué gusto tenerlos de vuelta— dijo Quan viéndolos entrar— Y a todos con vida.

—No fue tan difícil como pensamos— respondió Stark quitándose la corbata.

—¿En serio? ¿Tú hiciste todo el trabajo?— dijo Hansen con sarcasmo y éste la miró mal.

—¿Qué encontraron?— preguntó Nate.

—La verdad es que aún no lo sabemos com exactitud— siguió la platinada.

—¿No lo saben? Dijeron que era algo importante— habló Banner.

—Sí, en efecto, es importante, pero no sabemos bien que es— agregó Romanoff.

—¿Y qué tanto estuvieron haciendo allá arriba? Unos guardias subieron ¿Acaso los encontraron?

Los tres involucrados se miraron ante el comentario del millonario y empezaron a hablar al mismo tiempo, algo nerviosos al recordar lo que había sucedido.

—Nosotros...

—Es complicado.

—La verdad es que sí, nos descubrieron pero...

—Es una historia larga.

—Pudimos evadirlos de una forma muy graciosa...

—Fue difícil y...

—Señores— el asiático interrumpió su vómito verbal— Su hallazgo.

Olympia hizo una mueca y asintió. Luego se acercó a la plataforma holográfica y de su mano salió un holograma que luego se proyectó en la base.

—Me metí en uno de los servidores centrales, específicamente en los archivos de construcción...Y esto fue lo que encontré.

Con sus manos agrandó la proyección y se podía ver que eran planos, y no de drones...De Jeagers.

Todos se sorprendieron al mirar lo que se había descubierto.

—Entonces es cierto...— dijo Raleigh— Liwen ha estado fabricando Jeagers además de sus drones.

—¿Qué es eso?— preguntó el doctor Gottlieb señalando una parte específica. La australiana lo notó y amplió la zona señalada.

—Parece...— ella frunció el ceño— Un agujero o un espacio en la cabina...— al darse cuenta de sus palabras y de lo que significaban se llevó una mano a la boca— No puede ser...

—Es un espacio para el cerebro— dedujo Steve— Para el cerebro de Kaiju.

La sala se tensó al oír eso.

—¿Es esto prueba suficiente para culpar a Industrias Shao?— preguntó Jake.

Lamentablemente el Mariscal negó con la cabeza— No estoy seguro, sigue siendo algo muy por la superficie— quejidos se oyeron—¿Eso es todo lo que consiguieron?

—Todo. Liwen no tiene nada más relacionado al tema— se lamentó la tecnópata.

—¿Entonces nuestra aventura fue para nada?—dijo Barton.

Steve soltó una risa nasal y miró a Olympia a su lado—Yo me divertí.

La platinada frunció el ceño con diversión y levantó la cabeza para mirarle. No había caso, debía reconocer que ella también lo había disfrutado.

—Esperen...— la voz de Pentecost volvió a resonar— Hay una niña; una cadete que identificó algo en Obsidian Fury.

—¿Y eso cómo demonios lo hizo?— preguntó Hansen.

Jake hizo una mueca—Pues...Ella y otros jóvenes se metieron a curiosear adentro.

La oficial se llevó una mano a la frente y gruñó despacio— Ay, estos adolescentes.  Pero bien, sigue.

—Dijo algo sobre que Obsidian está construido con algo llamado metamateriales. Un cableado demasiado a la izquierda, que sólo puede pertenecer a Shao.

—Trenzado a la izquierda— dijo Olympia entendiendo el punto de todo— No puede ser...

—Ahí lo tienen— habló ahora Tony— Otra prueba más.

—No podemos perder esa oportunidad— apoyó Thor.

—Y al parecer está utilizando a Newt también— agregó la oficial.

Todos la miraron con confusión.

—¿Cómo dice?— preguntó Quan.

—Nos encontramos con él en la fiesta. Se veía distinto, como ansioso y preocupado. Además tenía algo de sangre en su rostro— explicó ella.

—Esa maldita— se quejó Gottlieb. A pesar de sus diferencias, él y Newton eran muy amigos y compañeros.

—Hermann— le llamó el Mariscal— Ya no puedo enviar a este equipo nuevamente a Industrias Shao, así que quiero que vaya a ver al doctor Geizler, averigüe por medio de él que está sucediendo.

Este abrió los ojos con emoción— ¿Tengo una misión? ¡Sí!

—Pero ten cuidado, quizás Liwen sospecha de nosotros— aconsejó la platinada.

—A la orden— sonrió emocionado.

—Quiero que vaya mañana con todas las precauciones posibles— siguió Quan— El resto...— los miró— Pueden ir a descansar, ya es tarde. Los necesito alertas y descansados para toda la labor que tienen para mañana. Retírense.

—Sí señor.

El grupo comenzó a desarmarse y a caminar a la salida. Había sido un viaje y una misión agotadora, así que lo único que deseaban era dormir.

Hansen dejó salir el aire de sus pulmones y masajeó su cuello mientras observaba el holograma por última vez. En eso, sintió que alguien llegaba a su lado.

—¿Todo en orden?— cuestionó Nate.

Ella se giró— Sí, sí. Sólo estoy agotada.

Él asintió pero luego frunció el ceño al ver algo en el cuello de su compañera, lo cuál era un rasguño.

—¿Y eso? ¿Te hirieron?— tocó la zona afectada.

—Oh— sonrió— Sólo un guardia que trató de detenerme, pero no lo logró— se encogió de hombros y apartó la mano de Lambert.

—Así veo— suspiró sin apartar los ojos de ella
—Te ves muy bien.

Olympia cerró los ojos y soltó un largo suspiro, no queriendo empeorar las cosas o que el hombre se sintiera peor de lo que ya estaba.

—Nate...Ya hablamos de esto.

—Yo no he dicho nada sobre ese tema— alzó las manos a la defensiva— Sólo digo lo que veo.

Ella negó con la cabeza divertida mientras trataba de no reír.

—Ve a descansar, quién sabe lo que nos espera mañana— dijo él.

Asintió— Igual tú.





















Al día siguiente las actividades del Shatterdome continuaron con total normalidad, sólo que un poco más estresados por la futura prueba de drones que Liwen realizaría.

La mayoría odiaba el hecho de que esto abriera una puerta para su desmantelamiento y que el trabajo de años se fuera a la basura.

Pero debían acatar órdenes.

En sí su día no estuvo lleno de tantas obligaciones, ya que sólo estaban preparando todo para el arribo de los drones de Industrias Shao. Esto, y además aguardaban que el doctor Gottlieb regresara o les comunicara lo que sea que pudiera obtener de parte de su amigo.

Newt era alguien que podía catalogarse como ingenuo y manipulable, por su buena voluntad. Por lo que el equipo pensaba que Liwen sólo se estaba aprovechando de él.

Olympia estuvo toda la mañana en entrenamiento con los cadetes. Juntos trabajaron en el simulador y finalmente en su clase de defensa personal. Los ataques habían estado tan cerca que su graduación podía ser mucho antes de lo que esperaban.

Luego de eso estuvo entrenando sola en el área de lucha. Le gustaba hacerlo y siempre que tenía la oportunidad se daba el espacio. Ella era buena, pero nunca estaba de más ser mejor.

Y eso la llevó a pensar en algo que la llevó a probablemente hacer una estupidez.

—Axa...— detuvo su entrenamiento— ¿Podrías hacerme un favor?

Ella ni siquiera tuvo que explicarlo, ya que la inteligencia artificial estaba en su mente y pudo ver de qué se trataba.

Oh ¿Va en serio?

Sonrió— Será divertido.

Hansen aguardó en el área mientras su asistente la ayudaba a lograr su cometido.

No le haría mal a nadie lo que estaba a punto de hacer. Además, sería una buena idea para desestresarse.

Mientras se encontraba entrenando con una vara; girándola alrededor de su cuerpo, sintió que una persona entraba al lugar.

—¿Sabes de alguien que me mandó a llamar para que me presentara con ropa deportiva en el área de entrenamiento?

Ella sonrió triunfante y se volteó a verlo.

—Bienvenido Capitán.

El rubio frunció el ceño de manera divertida y se adentró a la estancia.

—¿De qué se trata esto, Hansen?— se puso en frente de ella con los brazos cruzados.

Ella se encogió de hombros y siguió moviendo la vara alrededor de ella— Nada importante, solamente estaba entrenando y recordé nuestro último enfrentamiento— detuvo su movimiento parando el objeto a su lado, erguido firmemente como ella— Quiero la revancha.

Rogers soltó una risa nasal—Pero tú ganaste.

—Casi no lo hago.

Él guardó silencio, la miró con los ojos entrecerrados y se acercó más. Sin embargo, ella ni siquiera se inmutó.

—¿Es en serio? ¿Venganza?

—Es lo que hago; soy muy competitiva— apretó sus labios—Soy una Slytherin contra un Gryffindor.

Steve negó con la cabeza mientras analizaba a la mujer, y sabía que no podía negarse aunque quisiera.

—¿Eres capaz? ¿O te aterra?

Levantó su mirada para encontrarse con la desafiante de la platinada. Era como una serpiente en el cuerpo de una figura de mármol, tan letal como la primera y tan firme como la segunda.

Sin embargo, ambas tenían una debilidad.

—De acuerdo— ella sonrió— Pero te advierto que no habrá ventaja alguna.

—Es lo que busco— alzó una ceja.

Steve asintió y se quitó la chaqueta bajo la atenta mirada de Olympia para quedar con una camiseta color blanco. La mujer se agachó y le lanzó una vara igual a la que ella tenía.

—¿Y esto?— preguntó confundido.

—Vamos con el enfrentamiento clásico de este lugar; el 4 a 4— él frunció el ceño— Cuatro puntos para ganar, cuatro golpes para triunfar— giró el palo y se puso en posición— El primero en llegar a esa cantidad se convierte en el campeón total. Así fue como eligieron mi copiloto para Thunder Strike, es una tradición aquí.

—Entonces...Si esto significa que el ganador es el campeón total...— se acercó— Si gano...Mi nombre estará en los registros...Sobre el tuyo.

Aquella no pareció una pregunta, sino una afirmación.

La sonrisa de Hansen pareció deformarse un poco pero puso todo su esfuerzo para que no se notara demasiado.

—Eso no va a suceder.

—Entonces no tienes de qué preocuparte— respondió él.

Nunca en su vida Rogers había sido tan competitivo y desafiante como lo estaba siendo en ese momento. Pero el punto era que lo estaba disfrutando, y ella igual.

Una risa nasal salió de los labios de la platinada— De acuerdo...Como digas.

Ambos tomaron distancia para prepararse para su enfrentamiento.

—Cuatro puntos a cuatro— dijo Hansen en su lugar haciendo maromas con la vara— Buena suerte.

—Para ti— respondió él haciendo lo mismo con la suya.

—Axa...El reloj— éste apareció en la pared— Cuenta regresiva.

Buena suerte a ambos...Pero espero gane Olympia— dijo la asistente y su dueña sonrió—Tres, dos...Uno.

El tiempo comenzó a correr pero se demoraron en atacar al otro. Solamente se dedicaron a analizar cuál sería su próximo movimiento.

Steve fue el primero que lo dio, se abalanzó contra ella con la intención de atacarla por arriba, pero ella desvió el ataque con su vara y esto le permitió obtener un punto cuando su arma llegó al costado del hombre.

No había que golpearse, sólo llegar al punto de ataque.

Ella sonrió— Uno a cero— se separaron.

Luego vino el segundo intento. Ahora fue la australiana la que tomó la iniciativa y se dispuso a atacar. Ambos se defendieron con las varas pero finalmente fue Steve quien consiguió un punto cuando su arma llegó junto al rostro de la mujer; sin dañarla.

—Uno a uno— respondió el con la misma mirada triunfante que la platinada tenía hace rato.

Nunca alguien había conseguido un punto contra ella en tan poco tiempo.

Pero no se dejaría vencer.

No esperó que el Primer Vengador tomara un respiro, solamente lo atacó. Se defendió con el palo pero ella giró sobre una de sus piernas, con la otra lo empujó y este cayó sentado al suelo. Esto le dio la ventaja a Hansen para poner su vara en el espacio entre las piernas del hombre.

—Uh...— dijo con una mueca— Eso estuvo cerca—sonrió— Dos a uno.

Él negó con la cabeza y se puso rápidamente de pie.

Olympia pudo sentir unos murmullos a lo lejos, como si alguien estuviera cerca de ellos. No obstante, no tenía tiempo para preocuparse de eso; debía ganar.

Su batalla siguió. Ambos eran demasiado buenos como para estar enfrentándose el uno al otro, como si dos bombas nucleares estuvieran a punto de hacer explosión.

Olympia volvió a triunfar en un nuevo punto cuando su vara llegó junto al cuello de Steve y nuevamente sonrió triunfante.

—Tres a uno...— se alejó— Por favor; Capitán, no vaya a hacerme esto muy fácil.

Éste bufó y volvió a abalanzarse hacia ella, negado a dejarse vencer.

Unos segundos pasaron de ventaja por parte de la mujer hasta que todo pareció tomar un giro inesperado. Tal vez se confió mucho, ya que Rogers empezó a lanzar ataques mucho más certeros. Y el primero recayó junto a sus piernas.

La platinada bufó cuando él dijo:— Tres a dos.

No se dio por vencida, siguió golpeándolo y éste defendiéndose con su arma. Sin embargo, él aplicó una maniobra bastante similar a la que ella había aplicado momentos antes. Logró desestabilizarla y que cayera de espalda al suelo, luego dejó la punta de su vara a un lado de su rostro.

Hansen le miró a los ojos algo preocupada, mientras que él solamente estaba complacido.

—Tres a tres.

Ella soltó un gruñido y se impulsó con sus manos hacia atrás para dar una voltereta y ponerse de pie con vara en mano para continuar en la lucha.

—Es sólo un punto Olympia— le hizo saber el rubio— Con que fácil ¿Eh?

—No he cambiado de opinión.

Volvieron a correr hacia el otro y a continuar con su enfrentamiento. Lo único posible de detenerlos en ese momento era que uno perdiera, pero eso parecía estar muy difícil de averiguarlo.

Uno golpeaba y el otro se defendía, uno atacaba y el otro esquivaba. Era imparables.

En eso, Hansen tomó distancia para correr, saltar y con sus piernas atrapar el torso de Rogers, haciéndolo caer al suelo. Oportunidad perfecta que aprovechó para quedar sobre él e impactar la punta su vara en el suelo, justo arriba de la cabeza de su contrincante.

Una victoriosa y sonora risa salió de sus labios— ¡Sí! ¡Por su puesto que sí! ¡Cuatro a tres!

Rogers suspiró— Felicidades.

—¡Te dije que nadie podía vencerme!— siguió celebrando aún sobre el hombre—Yo gano,—se señaló— y tú pierdes— lo apuntó.

Nuevamente la melodiosa risa de la mujer inundó el área, cosa que le pareció demasiado peculiar al Capitán debajo de ella.

—Bueno, tal vez no me siento un perdedor del todo.

Ella frunció el ceño al oír aquello— ¿Por qué?

—Porque es la primera vez que te escucho reír de esa manera.

Ella detuvo toda su celebración cuando escuchó eso y se detuvo a analizarlo.

En efecto, era la primera vez que ella reía así en al menos ocho años.

Se sorprendió de ella misma al tener aquella actitud tan...Feliz. Pero también de Steve, que fue capaz de notar aquello.

Una media sonrisa se formó en sus labios y miró al Capitán, que tenía la misma expresión que ella.

—Ya levántate— le dijo.

Hansen se puso de pie para extenderle una mano y ayudarlo a hacer lo mismo. Cuando lo hizo no se dio cuenta que lo atrajo demasiado hacia sí misma, por lo que sus rostros casi chocan.

Fue extraño porque al parecer a ninguno le incomodó.

Sin embargo, Hansen rompió la cercanía alejándose un poco y sonriendo de lado.

—Ha sido un placer...— le extendió la mano y éste la tomó— Perdedor.

Éste puso los ojos en blanco— El placer fue mío...Campeona.

Ella sonrió e hizo un gesto de triunfo con sus brazos—No se te vaya a olvidar eso, que quede bien claro. Y sabes que estoy dispuesta a patear tu trasero cuando desees.

Soltó una risa nasal— Creo que ya he tenido derrota suficiente, pero gracias.

Ambos rieron y se miraron por unos segundos.

—Ya puedes irte, no te fastidiaré más— siguió ella alzando las manos.

—No lo hiciste— dichas esas palabras el Capitán pegó media vuelta y se retiró.

Olympia solamente sonrió para sí misma, satisfecha con el resultado y porque lo había disfrutado.

Luego se giró y alzó la voz:

—De acuerdo, ya pueden salir de su escondite.

Los primeros segundos nada pasó

—Hablo en serio, niños. Sé que están ahí.

Momentos más tarde tres jóvenes salieron detrás de una columna.

—Ahí están...— ella se les acercó— ¿Qué estaban haciendo ahí? ¿Y por qué espiaban?

—Veníamos a buscar nuestras cosas que se quedaron luego del entrenamiento— explicó una— Nos quedamos sólo por la curiosidad y lo sentimos mucho, oficial.

Los dos que la acompañaban asintieron rápidamente haciendo que la platinada soltara una pequeña risa.

—No quiero que algo así se vuelva a repetir con nadie ¿Entendido?— volvieron a asentir—Ahora retírense; hay mucho qué hacer.

—Sí señora— dijeron al mismo tiempo.

Los tres cadetes se apresuraron a tomar su equipo y salir del área. Sin embargo, la chica se volteó y susurró a su superior:

—Oh, por cierto...Yo sabía que usted iba a ganar— y con eso se retiró.

Hansen se quedó mirando la entrañas con su ceño fruncido de manera divertida.

Obvio que ibas a ganar...— susurró Axa.

En ese momento, y justo cuando Olympia se estaba disponiendo a irse para tomar una ducha. La voz del Mariscal resonó en todo el Shatterdome a través de los altavoces:

A todos los oficiales presentes, por favor presentarse a Central. Repito, por favor presentarse a Central...Los drones de Industrias Shao vienen en camino.


HELLOOOOOO

no saben como me divertí escribiendo este capítulo, realmente lo AMÉ.

qué les pareció ?

yo ya shippeo a mis padres. podrían patearme la cara y se los agradecería.

cómo irá todo con los drones¿

30 votos para actualización

gracias por leer, les amo muchoooo<3

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