- ᴠᴇɪɴᴛɪᴅᴏ́s: ᴇɴᴄᴜʙʀɪʀ -

Jiyu fue la primera en despertar, la habitación era iluminada por los rayos de sol que se colaban por su ventana, era cálido el ambiente, acogedor, fue abriendo los ojos de poco en poco, soltando un bostezo, había dormido mejor que noches pasadas, incluso se atrevía a decir que había descansado lo que no en toda su vida, aún Jay permanecía a su lado izquierdo profundamente dormido; ella se fue reincorporando de a poco hasta quedar sentada, la cama era un caos, de su lado estaban todas las cobijas y varios cojines con los que acostumbraba, mientras que por el lado de Jay muy apenas tenía una almohada bajo su cabeza. Se quedó algunos minutos observando al joven a su lado. Más bien contemplado.

Su cabello negro estaba desordenado, cayendo sin orden alguno, cubriendo su frente y parte de sus cejas, sus pestañas eran cortas pero abundantes, mantenía los labios entre abiertos soltando el aire en cada exhalación de manera tranquila. Notó de una marca en su cuello, la había visto anteriormente cuando se dedicaba a solo observarlo a la distancia, jamás lo había visto a detalle y con tan poca distancia, era una marca de nacimiento algunos tonos más oscura que su tono de piel.  Tenía las clavículas expuestas, había desabrochado los primeros tres botones de su camisa dejando de estos al aire, su pecho subía y bajaba despacio, no parecía que fuera a despertar pronto, y a decir verdad, Jiyu tampoco quería despertarlo.

Se llevó sus dedos índice y medio a sus labios tocando muy leve sobre estos, aún tenía la sensación de los labios del joven sobre los de ella, y es que no se habían detenido a un único beso, aún sentía de su sabor en su boca. Suspiró, pasándose una mano por su enmarañado cabello, acomodó los tirantes de su blusa, de manera sigilosa se levantó de la cama, tomó un cambio de ropa e ingresó al baño para ducharse. 

Para cuándo salió, Jay aún seguía durmiendo en la cama, verdaderamente era alguien de sueño pesado, lo que le pareció tierno; seco su cabello y volvió a sentarse en la cama junto a él para seguir observando su rostro, hasta que despertó.

Había abierto sus ojos un poco, levantó uno de sus brazos empujando a Jiyu algo leve, pero hizo que quedará acostada, y él en un movimiento rápido se había posicionado sobre ella, tenía ambas manos apoyadas a cada lado de su cabeza y aún tenía esa expresión de somnoliento en rostro, varios mechones de su cabello caían en desorden, abrió un poco sus ojos, aún parecía estar más dormido, pudo notar gran parte de la piel de su hombro expuesta. Aquello era una imagen que recordaría por un gran período de tiempo.

— Buenos días — dijo Jiyu para intentar calmarse.

Jay no dijo nada, aún seguía con sueño, agachó su cabeza, y luego dejó un beso en el cuello de la joven sin ninguna otra intención, ocasionando de un cosquilleo en el interior de Jiyu. Él se levantó, sentándose en la cama y comenzó a acomodar los botones de su camisa.

— Buenos días — pronunció ronco.

Ella le sonrió, se escuchó el timbre de la casa alertando a ambos, en realidad más a ella que a él, pues aún permanecía medio dormido, Jiyu se levantó y salió de la habitación, bajando las escaleras con rapidez, la persona tras la puerta volvió a timbrar aún más insistente.

Jiyu finalmente abrió la puerta para encontrarse con la señora Choi quién le sonría de manera vacío, apenas iba a decirle algo cuando ella entró a la casa dejando sus cosas en la sala.

— Ayer ví que entraron tres hombres aquí, pero solo dos salieron, ¡Que irreverente es la juventud estos días!

Jiyu solo rodó los ojos cruzándose de brazos, mientras recordaba la conversación que tuvo con Park en la noche, tenía razón, ella ya sabía que estaba dentro de su casa.

— Hacíamos un trabajo escolar — explicó.

— Eso es aceptable, lo que no lo es, es que pases la noche con un cualquiera siendo una señorita — dijo.

Suspiró cansada, entendía bien como era que su madre había terminado llevándose tan bien con la vecina de la casa de alado. No quería lidiar con personas así a tan tempranas horas. El timbre volvió a sonar llamando la atención de ambas girando su rostro a la puerta, Jiyu se dirigió a abrir la puerta quedando completamente sorprendida por quién estaba tras la puerta.

— Buenos días — Saludó Jay y Ni-ki a la vez.

¿Por dónde había salido Jay? ¿En qué momento? Se hizo a un lado para que ambos entrarán a la casa aún estando completamente confundida. Cerró la puerta para caminar tras de ellos a la sala, para notar que al igual que ella, la señora Choi estaba muy sorprendida.

— ¿Sucede algo? — preguntó Jay con tranquilidad.

Notó que había una pizca de diversión en su voz, disfrutaba la confusión de ambas, y Ni-ki intentaba también no demostrarlo, ambos chicos tomaron asiento en uno de los sillones. Dándose miradas de cómplices. 

— Pero si eres tú el irrespetuoso que pasó la noche con ésta — lo acusó la señora.

Jay solo se encogió de hombros despreocupado. El rubio reprimió una risa.

— No podía dejarlo solo — apuntó con un movimiento de cabeza al rubio a su lado quién sonrió algo tierno — Esta bajo mi cuidado, mientras sus padres no están. 

La señora no dijo nada después de eso, mirando con desconfianza a ambos chicos y luego volvió su atención en la joven que se había permanecido en silencio todo este rato, se acercó a ella entregándole tres trastes envueltos en un trozo de tela rojo con puntos blancos. 

— Es arroz y carne de res, para tu comida — le dijo.

Tomó su bolso echando una última mirada a los chicos en la sala que le sonrieron con amabilidad, y finalmente salió. Jiyu fue a dejar la comida en la cocina volviendo a la sala en donde seguían ellos sentados sin hacer ruido, se cruzó de brazos frente a ellos.

— ¿Y bien? — tampoco ella se explicaba el hecho de como salió de la casa.

Jay rio cortamente levantándose del sillón, Ni-ki seguía con su atención en el celular jugando algún videojuego soltó una corta risa. 

— Los espejos son portales, es fácil y mucho mas rápido trasladarse por ahí — respondió con simpleza.

— Deberías intentarlo — agregó Ni-ki sin despegar la vista de su celular — Aparte en una situación complicada podría salvarte la vida. Es muy útil saber usarlos.

Lo último lo dijo en un tono algo decaído, y ambos lo notaron, Jay sabía la razón, pero no dijo nada, volvió a sentarse a su lado, recordaba que al enterarse de la historia del menor era de las que más le habían impactado, si no era la que más, revolvió su cabello para molestarlo un poco y el rubio le soltó un codazo. 

— Te enseñaré a usar los espejos como portales más al rato — se dirigió a Jiyu.

Ella asintió gustosa, estaba intrigada desde aquella ocasión en que lo vio huir con Jungwon, y ahora comenzaba a encontrarle una explicación lógica a como era que Jay lograba saltarse clases sin que nadie se diera cuenta o incluso colarse a ciertos lugares. Se levantó del sofá para descubrir el espejo de la sala, del cuál salió Sunghoon y Jake respectivamente, ambos tomaron asiento en el sillón desocupado saludando. 

— Ahora págame por encubrir tus marranadas — habló Ni-ki dejando el celular de lado.

Jay se sobresaltó, mientras que Jiyu se sonrojó un poco. Jake y Sunghoon se echaron a reír.

— ¡Ey! No paso nada, idiota.

— Pasaste toda la noche con ella, y ni creas que no nos dimos cuenta de tu labio —se burló Jake mientras lo señalaba. 

Ni-ki sonrió de manera pícara. Volvieron a reír, y Jay solo se cubrió la boca un tanto avergonzado. 

— Claro —alargó la palabra volvió a jugar en su celular — No pasó nada.

— No es la primera vez que tenemos que cubrir una situación así, Jongseong — dijo Sunghoon aún riendo —  A Heeseung seguido tenemos que cubrirlo.

— A Jake también — acusó Ni-ki.

— Es cierto — apoyó Jay.

Jiyu dirigió su vista a Jake quién sus orejas se habían vuelto rojas y tenía una sonrisa nerviosa en rostro, los chicos comenzaron a reír.

— Pero estamos hablando de Jay, no de mi — intentó defenderse. 

— No hubiera ocupado ayuda de ustedes, si no fuera por la señora Choi es una entrometida — dijo un tanto indignado. 

— Lamentamos que por culpa de la señora Choi nos hayamos enterado — volvió a decir el pelinegro.

— Mejor ya cállate.

Los chicos volvieron a reír, Jiyu se unió a ellos, ver a Jay enfadado de cierta forma le causaba gracia, había notado que gustaba de ellos molestarle, y él aún cuando se enfadaba, parecía también divertirse. 

Helloo

Nomás como aclaración, de mi parte en ningún fanfic que sea de idols contendrá smut, esto no quiere decir que pueda haber referencia a ello o algún comentario de esta índole por parte de los personajes ya que las relaciones sexuales no debería tomarse como tabú.

No estoy a favor a la sexualización de los idols, así que no esperen contenido de mi parte así. Si en algún punto creyera yo que es necesario para el avance de la trama, se haría una mención, sin detalles, sin descripciones, solo comentario al aire o algún guiño referente. Espero se entienda mi punto :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top