- ᴠᴇɪɴᴛɪsɪᴇᴛᴇ: ᴇɴᴛʀᴇ ᴅᴇsᴇᴀʀ ʏ ɴᴏ -
Se preguntaba una y otra vez el qué le había llevado aceptar ser invitada, más sabiendo que era lo que significaba. Chaeyeon era bonita, y popular, solía caerle bien a la gente, toda esa tarde se la paso viendo los videos que solía subir a su cuenta, a pesar de que podría catalogarse como una creadora un tanto genérica, solía destacar, tenía algo que llamaba la atención y destacaba por ello, por lo que no comprendía su razón a aceptar a lo de Heeseung.
Se levantó de la cama bastante harta de la situación, saliendo rumbo a la casa de enfrente, poco le importó que fuera media noche e hicieran bastante frío, simplemente no podía estarse en paz sabiendo que pronto Chaeyeon ya no estaría con ellos, era algo que no le cabía en la cabeza por más que lo pensara, la noticia le fue como un balde de agua helada, era inaceptable. Cuando llegó, brincó la barda para entrar por la puerta trasera.
Todo estaba en silencio, solo la luz de lo que parecía ser el estudio encendido, con cuidado se fue acercando ahí hasta notar a Heeseung y Jay sentados uno frente al otro, cada uno sumergido en lo propio, ya sea un libro o el celular, al parecer no eran tan complicado saber dónde podía estar Jay, o quizás simplemente le habían mentido. Al notar que ninguno hablaba, decidió entrar a la habitación captando la atención de ambos, pero ninguno se sorprendió, volviendo su atención a sus respectivos artículos.
— ¿Por qué a Chaeyeon? — se dirigió a Heeseung.
Él chico se encogió de hombros, mantenía ambas piernas abiertas acaparando gran parte del sillón mientras seguía con su atención en el celular jugando. Hizo una mueca.
— Ella vino sola a mí — contestó — Ella misma me pidió serlo.
Por supuesto, ello era todavía un giro más a lo que sabía y por supuesto que no lo esperaba, por lo que retrocedió un par de pasos un tanto alterada, mientras que Heeseung se encontraba complemento calmado, sin expresión alguna.
— ¿Por qué? — articuló con dificultad.
Jay levantó la mirada de su libro observando a la chica que estaba a nada de colapsar por las palabras de su amigo. Recordaba ese día en el que la joven de cabellos teñidos se había acercado a ellos con aquella propuesta, había pasado bastante tiempo desde ese entonces.
— Fue cuando estuviste castigada, Chaeyeon fue a buscarnos — habló Jay.
Jiyu giró a él aún completamente aturdida. Él también lo sabía y se lo había estado ocultando, claro, recordaba esa ocasión dónde la joven había llegado con ellos a conversar muy animada, en dónde solo había sentido envidia por la facilidad con la que se desenvolvía con gente que no conocía, si hubiera sabido lo que acordó en ese entonces hubiera intervenido para alejarla, el sentimiento hubiera sido uno completamente diferente.
— ¿Estás insinuando que Chaeyeon busca morir?
— No es ninguna insinuación, es un hecho — volvió hablar Heeseung un tanto desinteresado acerca del tema — A los ojos de todos, Chaeyeon tiene una vida perfecta, es linda y popular, ¿Cómo crees que reaccionarían si se suicidara? Es más fácil aceptar que ha desaparecido estando con la esperanza de encontrarla algún día a que ella se haya quitado la vida sin razones aparentes.
Guardó silencio meditando las palabras del chico, después de todo tenía razón, ella si no supiera de todo esto, hubiera aceptado con mayor facilidad su desaparición que eventualmente sería declarada como muerta, por supuesto, la muerte de alguien nunca es fácil de sobrellevando, sin embargo lo aceptaría, en cambio, un suicidio jamás lo comprendería, jamás lo aceptaría.
Terminó soltando un largo suspiro llevándose una mano a sus ojos, presionando con fuerza por encima del puente de la nariz para evitar llorar. Ahogó un sollozo, que ambos chicos notaron, pero ninguno se movió de su lugar.
— ¿P-por qué ella querría morir? — tartamudeo.
Ninguno respondió, intercambio miradas entre ellos que Jiyu supo descifrar, ambos lo sabían, pero ninguno lo diría. Terminó pasando ambas manos por su cabello sentándose en la silla disponible que había dentro.
— Varias veces nuestro invitados es gente que llega por voluntad propia — volvió a decir Heeseung con voz suave — Chaeyeon no es la única, y tampoco será la última.
— ¿Ella cómo supo de ustedes? — preguntó notablemente molesta.
No podía descifrar que sentía en ese momento, en realidad no sabía cuál emoción era la que salía a relucir, estaba molesta, decepcionada, se sentía traicionada, pero también estaba triste, quería largarse a llorar, aún sin poder creer todo lo que estaba ocurriendo en las últimas horas. Ninguno se dignó en responder, volviendo a lo suyo, ocasionando solo que su enojo aumentara.
— Les he preguntado algo.
— Ya te hemos escuchado, no te queremos responder —dijo Jay — Es mejor que te vayas, por tu bien.
Se giró a él, levantándose de su silla para plantarse frente a él, quedando incrédula por la rudeza en que lo había dicho. Heeseung guardó su celular poniéndose en pie para salir de la habitación.
— Le debes muchas explicaciones, no hagas esperar más a Sunoo, me voy — su vista de estar en Jay, pasó a la joven, avisando desde el umbral de la puerta — Ah, Jiyu, no te preocupes tanto por ella, la he tratado con todo el cariño que nunca se le ha dado, será feliz hasta el día del brindis, me hizo prometerle que sería caballeroso con ella hasta el final.
Ambos quedaron en silencio por un largo rato en donde solo podían sentirse incómodos con la presencia del otro, él por su parte no era capaz de voltear a verla, sabía que debía ser un momento difícil para Jiyu el tener que procesar todo eso que le habían ocultado por bastante tiempo, pero no era la única, a su vez, él también estaba pasando por lo suyo, Sunoo y Heeseung había puesto aún mas presión por acabar con su brindis la siguiente luna roja, algo que él no quería hacer, inclusive Sunghoon y Jake se había metido a intentar convencer a ambos que no sería como la vez anterior, pues a diferencia de Sunghoon, en teoría ambos eran humanos, sin embargo, la decisión de Sunoo era algo que no estaba en discusión, no cambiaría de parecer.
— ¿Qué debes explicarme? — rompió ella con el silencio — Deja de huir, y enfrenta todo de una buena vez.
Jay se levantó de su asiento quedando frente a ella, era notoriamente más alto que ella, su mirada era gélida, intimidante, pero jamás retrocedió, la sostuvo sin titubeos, sintiendo de la respiración de ambos mezclarse, él mantenía la mandíbula apretada, el pecho de Jiyu subía y bajaba, su corazón se había acelerado, estaba harta de nunca obtener una respuesta clara de él, comenzaba a cansarse de él. De que siempre tuviera que enterarse por otros, y nunca de su boca, que siempre huyera sin decir absolutamente nada.
Dio un paso al frente, a lo que ella retrocedió sin apartar su mirada, Jay repitió su acción, dos, tres, cuatro pasos más, los mismos que Jiyu retrocedió hasta quedar con la espalda pegada a la pared, aún manteniendo esa conexión entre sus miradas. El fue acercando su rostro de poco, dudoso entre si continuar o no por ese camino, sus respiraciones se fusionaron, y a tan solo unos milímetros de unir sus labios, frenó.
Cerrando sus ojos con fuerza, debatiendo internamente, mientras ella solo lo miraba con los ojos entreabiertos ansiosas por su próximo acto, ambos estaban quietos, el uno frente al otros, con milímetros que los separaban, esos mismos que los hacían desesperar y desear más por aquel tacto.
La tensión en ambos incrementaba, sentían como el aliento del uno con el otro los acariciaba con gentileza, sus ojos estaban entrecerrados, las descargas eléctricas entre ambos cuerpos habían comenzado, reprimiendo sus impulsos, la piel de la joven se erizó en el primer instante que el aliento de Jay la tocó. Sus respiraciones iban agitándose a pesar de seguir estáticos frente a frente. Tan quietos como una estatuas, limitándose a mirar los labios de manera deseosa del otro. La joven ante su anhelo pasó su lengua en un vano intento por humedecer su labio inferior o quizás, de provocar alguna reacción en Jay.
Ambos estaban quedándose sin aliento tan solo por la cercanía, aún no se tocaban siquiera, sintiéndose arden como el mismísimo infierno. Tan cerca, como también, tan lejos.
— No puedo hacerlo — murmuró con la voz agitada sin romper con la cercanía que tenían — Me gustas, Jiyu, por eso no puedo besarte.
Ella terminó por cerrar sus ojos, sintiendo los brazos de Jay envolver su cuerpo apegándola a su pecho logrando escuchar así su acelerado palpitar. Él lamentaba bastante el haber sido tan egoísta en un principio.
『Playlist』
♫︎ Fear - Seventeen
♫︎ Contempress - Motionless in White
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No sé si revisarán las letras de las canciones que pongo, pero muchas dan ¿Pistas? ¿Spoilers?
Ahora sí, se viene capítulo de Heeseung, aún me faltan unas cositas para acabarlo, pero escribiendo eso, en sí noté que también Heeseung da para fanfic ._.
En algún punto saldrá toda una saga de aquí, no puede ser, jaja no debí hacer eso
En fin, coman bien y beban agua.
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