𝐎𝐎. 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐛𝐫𝐞𝐚𝐤𝐞𝐫
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El sonido de las botellas chocando entre sí y los vítoreos llenaban el lugar. En los barandales de las hinchadas descansaban distintos letreros con los nombres de las secundarias que participarían en la competencia. Todos estaban emocionados, porque sería la primera o última competencia de muchos.
Como en el caso de Misaki.
Era el último año de secundaria de la azabache antes de pasar a su primer año de preparatoria. Deseaba cerrar su último año en Kitagawa Daiichi con broche de oro, ganando todo lo que pudiera. Tenía tres motivaciones más; una de ellas era su hermano, Tobio. Desgraciadamente ese día no pudo asistir a su competencia porque tenía un partido de voleibol. Misaki lo entendió por completo, porque sabía cómo le apasionaba el deporte.
Otra de ellas eran sus amigas. Hikari y Yui se hicieron amigas de Misaki desde que entró a segundo año de secundaria. Tuvieron una conexión inmediata, y ahora, son inseparables. Hacen todo juntas. Eran unas personas de noble corazón, admirables y realmente amigables. Era de esas personas en las cuales podía confiar con toda su alma; siempre iban a estar a su lado y la apoyaban incondicionalmente. Esperaba que la amistad nunca acabará.
La tercera y última era su institución. Kitagawa Daiichi siempre fue una secundaria con mucho prestigio, sobre todo en los deportes. Ninguno de los equipos decepcionaba. La institución contaba con vitrinas repletas de trofeos de distintos años, competencias y categorías. Deseaba llevar el nombre de su secundaria a la cima por última vez; debía ganar y nunca decepcionar.
Sacudió su cabeza, acto seguido, guardó su mochila en su locker. Tomó la chaqueta de Kitagawa Daiichi para colocarsela; por último tomó sus lentes y gorro antes de salir de los lockers. Ya tenía su traje de baño puesto, lista para competir. En esta competencia decidió utilizar su bañador de carbono, diseñado especialmente para competencias internacionales y nacionales, porque tenían un código especial en la parte trasera. Esta vez solo iba a competir a nivel de secundarias, pero igualmente deseaba utilizarlo.
Al salir de los lockers, se encontró con una de sus compañeras de equipo: Yumi. La femenina tenía un ramo entre sus brazos, uno realmente grande. Era de rosas y tulipanes, sus favoritos. Yumi le sonrió dulcemente, para después hablar:
-¡Mimi, me alegra encontrarte! Te he buscado por todos lados.-la contraria le entregó el ramo, por eso, Misaki sonrió-Alguien especial te lo ha mandado.-Yumi le guiñó el ojo. Misaki le agradeció, luego, ella se retiró.
Al quedarse a solas, Misaki contempló con emoción el ramo, pensando en la persona que se lo mando. Tomó la nota que se encontraba encima del ramo, luego procedió a leerla. Decía lo siguiente:
Hola, linda.
Espero que te guste este detalle. Lamento no poder asistir hoy, realmente quería verte. Prometo hacer tu inicial y un corazón cuando ganemos. Se que le vas a ganar a todos, y esl espero. Te amo mucho.
-Yuuta
Misaki sintió como sus mejillas comenzaban a arder levemente; sonreía como boba enamorada al terminar de leer la nota. Una sensación de alegría llenó su corazón, a pesar que su novio no iba a estar ahí.
Misaki conoció a Yuuta en su segundo año de secundaria; Yuuta era un año mayor que ella, tanto como en edad como en tema académico. Actualmente estudiaba en la preparatoria Nekoma, en Tokio. Usualmente se veían los fines de semana, o entre semana, cuando él tenía días libres. Justo ese día tenía un partido de voleibol, y desgraciadamente no pudo asistir a la competencia. Pero a Misaki no le importaba, en absoluto. No porque le diera igual, sino, porque irían a cenar en la noche. Esos eran los planes que le había propuesto Yuuta a Misaki, y ella aceptó gustosa. Todas las medallas que ganara ese día se las dedicaría a su novio también.
La azabache corrió hacia los lockers para dejar sus flores ahí; por nada del mundo quería que se le arruinaran sus flores.
Al regresar, pudo percatarse que la competencia iba a comenzar en unos minutos. Se apresuró a colocarse el gorro, luego, se colocó los lentes en la frente, por encima del gorro. Colocó su chaqueta en unas de las bancas asignadas para Kitagawa Daiichi; acto seguido, comenzó a realizar un par de entrenamientos para calentar. Sabía que esta competencia no iba a ser fácil, y por nada del mundo debía lesionarse o tener un calambre en media competencia.
Un par de minutos después, se escuchó la voz del presentador por los parlantes del lugar, dando la bienvenida a todos los presentes y comenzando la competencia de una vez por todas. Dio un par de instrucciones para las nadadoras y nadadores. Luego, dijo por qué categoría y género iban a comenzar. Misaki soltó un suspiro de alivio al escuchar la categoría-la cual no era de ella- y el género. Los hombres iban a abrir la competencia. La azabache siempre se ponía nerviosa al ir a una competencia, aunque le fuera bien.
La primera categoría de hombres y mujeres culminó, indicando que seguía la segunda categoría. Al igual que la primera, los hombres comenzaron. Luego, llegó el turno de las mujeres. Esa era la competencia de 100 metros crol, la primera de muchas. Por los altavoces comenzaron a decir los nombres de las nadadoras que iban a nadar en ese momento. Entre esos nombres, se encontraba el de Misaki. Sus compañeras silbaron y le desearon suerte. Misaki camino hasta la plataforma de salida, se colocó los lentes, presionandolos levemente para que el agua no se filtrara en ellos.
Uno de los encargados se acercó hasta los jueces, preguntándoles si ya estaban listos. Todos asintieron, preparando el cronómetro. El encargado hizo una señal, avisando al juez que todo estaba listo.
El juez tocó un silbato, causando que todas las nadadoras se colocaran encima de las plataformas de salida.
"En sus marcas..." dijo el varón. Todas se encorvaron un poco. "Listas...", las chicas se encorvaron un poco más, colocando las yemas de sus dedos en la orilla de la plataforma. "¡Fuera!" fueron las últimas palabras del juez, indicando la salida. Todas las femeninas salieron en posición de flecha, cayendo al agua de igual manera.
Comenzaron por ir debajo del agua, yendo en flecha junto a la patada de mariposa. Al emerger del agua, comenzaron a hacer el estilo crol. Rápidamente, Kageyama tomó gran ventaja, quedando de primera. Al llegar al otro extremo de la piscina, Misaki se impulsó con sus brazos y realizó una vuelta debajo del agua. Colocó su talón derecho en la pared, dio una vuelta para quedar en posición de flecha de nuevo; tomó impulso de la pared y continuó nadando.
La azabache fue la primera en culminar la prueba de 100 metros, teniendo un tiempo de 40 segundos. La hinchada de Kitagawa Daiichi estalló en vítores, aplaudiendo y chocando las botellas.
Colocó sus manos sobre el concreto que había al lado de las plataformas de salida, saliendo de la piscina. Yumi se acercó rápidamente a Misaki, extendiendo la mano para ayudarle.
-¡Eso estuvo increíble, Misaki!-sonrió, felicitándola.
Ambas regresaron a las bancas de Kitagawa Daiichi. Su equipo la felicito, abrazándola y repitiendo lo bien que lo hizo. Los nervios que sentía Misaki al principio desaparecieron por completo.
Así la competencia fue avanzando, empezando y culminando diferentes pruebas. Misaki participó en dorso, mariposa y pecho; además de las pruebas de 400 metros combinados. Esta prueba consistía en hacer 50 metros de cada estilo. Ese era el más divertido-en su opinión-; siempre lo hacían al final.
Misaki dio todo de sí misma en cada una de las pruebas. Participó en los 100 y 200 metros de cada estilo; ganó primer lugar en 100 y 200 metros de crol o libre, primer lugar en 100 metros de dorso y segundo lugar en la misma prueba, segundo y tercer lugar en prueba de pecho y primer lugar en 100 y 200 metros de mariposa. Ganó el segundo lugar en 400 metros combinado, también.
Al final de la competencia se acercó a un par de nadadoras para hablar sobre la competencia. Le pidió algunos consejos en dorso y pecho a las nadadoras con especialidad en esos estilos, para mejorar su técnica.
Minutos más tarde, comenzó la premiación. Todos comenzaron a acercarse a la tarima, en donde se encontraba el juez. Hicieron la entrega de medallas; también hicieron un par de menciones honoríficas. Al terminar terminar las premiaciones, Misaki salió con 7 medallas colgando de su cuello.
-Te debe de doler el cuello de tantas medallas que cuenta de el.-una de sus compañeras se acercó, sonriendole y chocando los puños-El entrenador dijo que iríamos a comer algún día de estos. Hoy no, porque probablemente muchos ya tenían planes.
-Hay que planear todo bien, nos lo merecemos.
-Si. Hay que pedirle un entrenamiento libre.-ambas soltaron una pequeña risa mientras se dirigían a los baños del lugar, para tomar una ducha y retirarse. A veces los entrenamientos eran pesados, y no les parecería mal tomar una clase libre para hacer lo que quisieran.
Al terminar, Misaki empezó a buscar a sus amigas y familiares. Había tanta gente que no podía ver bien, por lo tanto, se comenzó a poner algo ansiosa. Estaba cansada, y tenía ganas de ir a casa. Además, debía arreglarse para ir a comer con Yuuta.
De repente su teléfono sonó; rápidamente lo sacó de su bolsillo y chequeo de quien era.
Tontobio ❤️
Oye, Mimi.
Estamos en la salida, ven.
Si no te apuras te dejamos.
¿Acaso estás aquí?
Claro, mi partido terminó a tiempo.
visto
La mayor de los Kageyama se dirigió hacia la salida, para que, en efecto, Tobio, su mamá y su papá se encontrarán ahí. Ella corrió a su encuentro, abrazando a sus padres con afecto.
-Lo hiciste muy bien, hija.-el señor Kageyama la felicito, sonriéndole dulcemente.
-Estamos orgullosos de ti, Misaki.-su madre también la felicito.
-Lo hiciste bien al parecer.-Tobio se acercó, sonriendo picaramente-Pero parecías calva con ese gorro.
-¡¿Y tú cómo sabes cómo me veía!?
-Me mostraron los videos.-Kageyama soltó una pequeña carcajada.
-Jaja, que chistoso.-habló sarcásticamente, rodando los ojos-Yo se que me veía genial. Especialmente mientras nadaba mariposa.
-Puaj, pues en tus sueños será que te ves así.
La señora Kageyama intervino, antes de que comenzaran a pelear.
-No comiencen; están grandes para eso.
-No ma', Tobio está chiquito aún porque se comporta así.
-Exclamó la jubilada.-comentó, divertido.
-¡Tobio, ya ca...!-la pelinegra guardó silencio al ver la mirada fulminante de su madre.
-Lo hiciste bien, sigue así.-Tobio le dio un par de palmadas a su hermana en la cabeza. Luego colocó sus audífonos, dirigiéndose al auto.
Justamente, llegaron sus amigas, Hikari y Yui. Ambas la atraparon en un gran abrazo, el cual Misaki correspondió.
-¡Mimi, estuviste genial! Aun no me lo creo. Te adelantabas siempre y tenias mucha ventaja.-comentó Hikari, sonriendo.
-Es cierto. Estamos muy orgullosas de ti.
-¡Las amo!-Misaki las volvió a abrazar-Les dedico todas estas medallas.
-¡Son muchas!-Hikari comenzó a ver las diferentes medallas, quedando sorprendida al igual que Yui.
-Hay que celebrar, claro que si.-dijo Yui.
-Podemos ir por algo ahorita.
-¿Por qué no más tarde? Podemos cenar juntas.
-Iré a cenar con Yuu...
-No importa, otro día será.-Yui sonrió, al igual que Hikari.
A ninguna de las dos le caía bien Yuuta; sentían una espina con él. Al principio les caía bien, pero hace un par de meses atrás, comenzaron a sentir una sensación algo rara, como esa alerta que les decía que algo está mal. Hablaron con Misaki, pero ella les aseguró que todo estaba perfecto y que nada había cambiado entre ellos dos. Decidieron no interferir más, porque tal vez solo era cosa de ellas.
La noche fue cayendo poco a poco sobre la prefectura; las estrellas iban apareciendo, decorando el oscuro cielo. Los rayos de luz que emitía la luna iluminaban la habitación de la femenina, lo suficiente como para iluminar gran parte de la habitación.
Misaki se encontraba sentada en la orilla de su cama, mirando por la ventana, esperando por su novio.
Portaba un vestido elegante de color azul marino, junto a un par de tacones-no tan altos-de color plateado. Sus mejillas estaban decoradas con un rubor leve con un poco de iluminador sobre ellas. Tenía un poco de sombra plateada sobre sus párpados, haciendo que sus hermosos orbes de color violeta resaltaran. Su cabello, tan profundo como la noche, caían como cascadas sobre sus hombros, perfectamente planchado, con ondas en las puntas. Se veía sumamente linda y elegante esa noche. Yuuta la invitó a cenar a un lugar elegante, así que tenía que estar vestida de acorde a la situación.
Su corazón palpitó con fuerza al ver que el carro de Yuuta se estacionó frente a su casa. Rápidamente se acercó a su espejo, chequeando que se viera bien y que todo estuviera perfecto. Salió rápidamente de su habitación, dirigiéndose a la puerta.
No tardó en sonar el timbre; Misaki se acercó y abrió la puerta, mientras que en sus labios descansaba una sonrisa algo tímida. Yuuta sonrió al verla, se acercó y plantó un dulce beso sobre los labios de la femenina.
-Te ves hermosa.-Yuuta tomó de la mano a la contraria, acercandola a él para abrazarla. Ante tal acción, Misaki se ruboriza un poco, claramente nerviosa. A pesar de ser novios hace mucho tiempo, ella seguía poniéndose nerviosa como si fuera el primer día de novios.
-Que lindos.-comentó con sarcasmo Tobio, quien apareció de la nada al oír que Misaki ya se iba. A él no me caia tan bien Yuuta que digamos. Desde el principio sintió algo raro en el varón, haciendo que desconfiara plenamente en él. Misaki fulminó con la mirada a su hermano, quien siempre interrumpía sus momentos con su novio.
-Traela temprano, Ishikawa.-dicho eso, se retiró, dejando a la pareja a solas.
-Disculpa, ya sabes como es Tobio.
-No importa. Mejor vámonos, tenemos que aprovechar la noche.
Ambos salieron de la casa, dirigiéndose al auto. Yuuta abrió la puerta para Misaki, quien le agradeció con una sonrisa antes de entrar. El varón me indicó al chófer que ya se podían ir.
-Mi familia nos acompañará. Mamá insistió mucho en verte, te extraña.
-Que linda.-Misaki tomó la mano de su novio, sonriendo de oreja a oreja. En ese momento, se sintió tan afortunada de tener a un novio tan bueno y que su familia la quisiera.
El resto del viaje hacia el restaurante hablaron sobre la competencia, y Misaki le enseño las fotos de las medallas.
Al llegar al lugar, la pareja bajó del auto y se dirigió hacia el interior del lugar. Todo estaba decorado de manera oriental, pero de manera elegante a la vez. La mayoría de las decoraciones eran de colores cálidos, haciendo juego con el lugar. Había muchas mesas por el lugar, la gente conversaba alegremente y una música algo tenue se reproducía, dando un poco de ambiente.
La madre de Yuuta, la señora Ishikawa, fue la primera en saludar. Misaki la saludó de manera alegre, tal y como la saludó ella. Luego, procedió a saludar al resto de la familia de su novio.
Poco después de su llegada, la comida fue servida sobre la mesa. Se encontraban una gran variedad de platillos sobre la mesa, humeantes y con un aspecto agradable. Todos se sirvieron mientras compartían un par de palabras. La familia de Yuuta sacó a relucir el tema de la competencia de ese día, enfocándose en el. Luego, comenzaron a hablar sobre el voleibol, y como los jóvenes eran unos grandes deportistas.
La noche iba tan bien, con muy buena compañía y platica. No faltaban las risas ni chistes, el ambiente era ameno, algo digno de disfrutar. Misaki no pudo evitar pensar en que todo iba tan bien, que parecía irreal.
De pronto, el teléfono de Yuuta comenzó a sonar. El varón, al ver la pantalla, se inquieto, diciendo que tenía que tomar la llamada en ese instante. Salió rápidamente del restaurante, sin dudar en algún momento. A Misaki le dio un mal presagio, causando que un sentimiento raro se apoderará de ella.
Los minutos pasaban, y Yuuta no regresaba. Misaki ya estaba ansiosa, pensando en que algo malo le pudo ocurrir, o surgió alguna emergencia.
-Puedes ir a ver a Yuuta si quieres, querida. Se nota en la cara que estás preocupada.-la voz de la señora Ishikawa la sacó de sus pensamientos rápidamente.
-No, no. Esta bien.
-Insisto. Asegúrate que no esté haciendo algo malo.-con una sonrisa algo apenada, Misaki se levantó de la silla, yendo por el mismo lugar que Yuuta.
Al estar afuera se sintió algo insegura de su decisión. ¿Y si necesitaba su espacio? Tal vez era algo de amigos, llegó a pensar. Pero algo dentro de ella se quería asegurar que todo estuviera bien. Lo siguiente que hizo fue ir hasta el parking del lugar, buscando a su novio. Sus ojos vagaban ansiosamente por todo el lugar, buscándolo. Hasta que, por fin, sus ojos chocaron con la silueta del varón.
Su corazón dio un vuelco al ver qué estaba acompañado por una chica. No quiso pensar lo peor, sin embargo, la situación en la que se encontraba no ayudaba en nada. Se acercó sigilosamente, escondiéndose detrás de uno de los autos ajenos. Quería escuchar con claridad sobre lo que hablaban.
-Ya hablamos sobre esto, Akane. No puedes venir desde Tokio hasta acá, y menos cuando estoy con Misaki. Te di toda mi atención en el día. ¿Sabes que por eso no asistí a la competencia de Misaki? Claro que lo sabes.
Akane, Akane. Ese nombre resonó en su cabeza. Supo de inmediato que era una de sus compañeras de secundaria. Una amiga, que a lo largo del tiempo, se distanció de ella. ¿Qué estaba ocurriendo en ese momento? ¿No había ido a su competencia por estar con ella? Necesitaba saber más.
-Yo se.-respondió la pelirroja-Pero te extraño. Ella siempre tiene tu atención. Y yo te quiero solo para mi.-peligrosamente, se acercó poco a poco, jugueteando con la corbata del varón. Misaki se asomó un poco para ver la escena. Su corazón se desplomó al ver que Akane le robaba un beso a su novio. A su Yuuta. Lo peor de todo, es que él no la alejó.
-Bonita, sabes que no deberías hacer esto. Si Misaki nos ve...
-Misaki, Misaki. Solo ese nombre tienes en la boca. Mejor callate.-nuevamente, Akane beso a Yuuta, pero esta vez, el beso duró un poco más.
Las lágrimas no tardaron en aparecer en los ojos de Misaki, deslizándose por sus mejillas hasta llegar a su mentón. No lo podía creer. ¿Cuánto tiempo vivió en esta farsa? ¿Yuuta nunca la amó de verdad? Mil preguntas aparecieron en la cabeza de Misaki en ese momento.
-Debería volver adentro. Misaki se puede preocupar.-Yuuta se alejó de ella, limpiando los restos de gloss que quedaron en él-Mañana nos veremos.
-Pues espero que la pasen bien.-de un momento a otro, Misaki salió de su escondite, secando sus lágrimas. Si no confrontaba a Yuuta ahorita, no lo haría nunca.
-¿Mimi?-la voz del varón tembló al ver que su novia apareció de la nada-¿Qué cosas dices? Escuchaste mal.
-Escuche perfectamente bien. Creo que deberías estar con ella mejor. Dedicarle tu tiempo, ya que ella te lo demanda.-la pelinegra miró mal a Akane, quien tenía una expresión de sorpresa en el rostro.
-No, Misaki.-el varón se acercó a ella, tomándola por las muñecas-Yo te amo a ti, ella...ella...-Yuuta no sabia que decir en ese momento. No se le ocurría nada.
-Si me amaras tanto como dices no me harías esto.-las lágrimas volvieron a aparecer. Misaki se soltó de él, queriendo estar lejos-Terminamos.-la azabache comenzó a alejarse, pero Yuuta la siguió.
-Yo te llevo a casa, hablemos de esto. Arreglemos las cosas.
-No, Yuuta. Yo no quiero compartirte. Yo quiero exclusividad. Y tú no me vas a dar eso.-fue lo último que dijo antes de retirarse.
Regresó a su casa de inmediato, aunque fuera a pie. Le tomó un poco más de tiempo llegar, pero no le importo.
Al llegar, se topó con su hermano, quien la esperaba en la puerta. Al verla llorando se preocupó, tomándola de los hombros, debido a que ella lo quiso evadir.
-¿Misaki? ¿Qué ocurrió?-la contraria lo miró, para luego, romper en llanto y abrazarlo con fuerza. No podía con aquel sentimiento tan horrible que consumía su pecho. Aún no podía creer que el chico que más amaba la traicionó de tal manera. Ella siempre lo amo, estuvo para él, ¿y así le pagaba? Aún no lo podía creer.
-¿Fue Yuuta, no es así?-Misaki negó, a pesar de que estuviera mintiendo. Sabía que Tobio era capaz de ir a buscarlo y armar un escándalo a esas horas de la noche. Tobio se rindió, llevándola a su habitación. En el fondo sabía que si fue Yuuta el que la hizo llorar, pero aún no sabía la razón.
-No llores por ese imbécil, no vale la pena.-dijo mientras sentaba a Misaki en la cama. Decidió buscar un poco de algodón y desmaquillante para ayudar a su hermana.
-¿Yo me merecía eso?-preguntó entre sollozos.
-¿Merecer que?-al ver que su hermana guardaba silencio de nuevo, soltó un suspiro-No, no te merecías eso. Aunque no sepa que te hizo, sé que no te merecías eso. Tienes un gran corazón, uno de los más puros que he conocido.-el varón se arrodilló enfrente de ella, tomando su mejilla con delicadeza y comenzando a retirar el maquillaje de su rostro.
Misaki continuó llorando al oír las palabras de su hermano. Si era así como él decía, ¿por qué le ocurrían ese tipo de cosas? Ella sentía que no merecía eso. Se esforzó tanto en la relación, que sentía una gran decepción en ese instante.
-¿Quieres que me quede hasta que te duermas?
-No te quiero molestar.
-No es una molestia. Siempre has estado conmigo en los momentos difíciles. Además, eres mi hermana, no me gusta verte llorar.
Con el vestido que andaba, Misaki se acostó en la cama, tapándose con su cobija. Tobio se quedó a su lado, acariciando su cabello. A pesar que siempre peleaban, ambos se preocupaban mutuamente por el otro. Misaki sentía un poco de confort al sentir que su hermano estaba ahí para ella, a pesar de no saber qué había ocurrido con exactitud.
Así, Misaki lloró hasta quedarse dormida. Un millón de preguntas pasaban por su mente, y ninguna tenía respuesta fija. Pensó en que había hecho algo mal, o si había fallado como novia en algún momento. Pensó en cada momento compartido con Yuuta, y aún así, no entendía que lo llevó a eso. Supo en ese instante que no se iba a volver a enamorar de alguien. No quería experimentar el mismo sufrimiento que había experimentado esa vez. Si eso ganaba por entregar todo el amor que estaba dispuesta a dar, prefería no tener nada con alguien. Ahora, evitaría tener algo con alguien a toda costa. Al menos, sentir tanto por alguien. No estaba dispuesta a pasar por algo así otra vez.
Después de mucho, les actualizo!! Gracias por todo el apoyo que ha recibido el fic, a pesar de no tener actualizaciones constantes. Este próximo año trataré de organizarme mejor para traerles más capítulos <3.
Espero que les haya gustado!! No olviden votar y comentar :)
PD: Sin trauma no hay trama.
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