OO5

Hikaru no era mucho de escribir cartas. En realidad a ella le cansaba demasiado escribir, en especial cuando tiene que salir de sus propias palabras.

No es fanática de la escritura pero es para salvar su último año escolar, después de todo debe darle un buen ejemplo a Bahiyyih y que su querida futura suegra la acepte.

Y hablando de su futura suegra, exactamente la carta que estaba escribiendo iba dirigida a ella. Una vez Hikaru le hizo una carta a Bahiyyih la cual casi todo el colegio malpenso cuando se enteraron de aquella noticia. Por eso ahora Hikaru usará más el Internet que su cabeza.

Oh vaya, y lo había olvidalo. Hoy saldría con Bahiyyih pero como Hikaru tiene demasiadas cosas en la cabeza lo olvido, por suerte lo recordó antes de la hora. Esta en la academia de la cual pronto saldrá y luego irá a almorzar para ir a la escuela.

El cerebro de Hikaru trabaja mucho y eso es notable.

Al terminar de almorzar, bañarse, alistarse, hacer la tarea de último momento y despedirse de su madre fue a su colegio. Donde curiosamente llegó más temprano de lo normal.

La puerta de su salón fue abierta y vio entrar a la rubia sonriente, quien traía una lonchera rosa en sus manos y fue directo a abrazar a Hikaru.

—Hola unnie, espero no se haya estresado tanto en la academia.

—Es lo normal de todos los días.—Hikaru se encogió de hombros para no preocuparla.

—Mm bueno. Le traje esto. —le entregó la lonchera que traía consigo desde que ingresó al salón —. No lo habrá aún, es para el receso. Pensé que su mente debería descansar un momento.

—Gracias Bahiyyih.

Hikaru no escucho nada de lo que dijo su novia en realidad, se le quedó viendo por como estaba vestida. Cuando salían Bahiyyih solía arreglarse más que otros días.

—¿Desde cuándo dejan los profesores venir a los estudiantes con esa ropa? —preguntó Hikaru.

Bahiyyih tenía ropa algo corta, bueno sólo la falda, y el top, porque la casaca podía cubrirla. La cual era de Hikaru.

—Bueno no me dijeron nada así que aquí estoy. También pensé que debía devolverle su casaca.

Huening comenzaba a quitársela pero Hikaru rápidamente negó.

—Puedes quedartela.

—La última vez que me dijiste eso tu madre casi te mata porque pensó que habías perdido tu gorra.

Hikaru recordó ese momento. Literalmente su madre estaba apunto de matarla.

—Bien, bien. ¿Pero has traído tu propia casaca? No quiero que pesques un resfriado. Aunque la idea no sería tan mala porque tendría que ir a cuidarte.

—¡unnie!

—Esta bien bebé, no dije nada.

—Ahora ya hizo que me sonroje...—Bahiyyih hizo un pequeño puchero para luego abrazar a la mayor.

Jiwoo que iba pasando miró ilusionada la escena, suspiró profundamente como si de una película se tratara.

—Cuanto amor, y una aquí bien sola desde su nacimiento. —y esa era Jiwoo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top