Hikaru se encontraba en su salón pensando en que estaría haciendo su novia en el suyo, no prestaba atención a la clase pero según ella ya lo sabía.

—Equipos de cuatro para el siguiente trabajo.

La Pelinegra miró como todos hacían pareja, ella casi no tenía amigas así que no sabía con quienes juntarse.

—Hey, no tienes grupo aún, ¿verdad?— le preguntó la chica que se sentaba detrás suyo y Hikaru sólo asintió.— Entonces sólo nos faltan dos más. Me llamó Jiwoo.

—Ezaki Hikaru.

—Entonces eres tú la famosa Hikaru.—la nombrada frunció el ceño—. O más bien dicho, felicitaciones.—rió un poco para luego seguir hablando— las amigas de Bahiyyih te apodaron así. Yo sólo conozco a Youngeung pero me contó que su amiga tiene su novia de este salón, ya sé que eres tú.

—Puedes llamarme el conejo Romeo.

Bueno, al parecer este trabajo no sería tan aburrido según Hikaru como los demás.

—¡Princesa!—Hikaru llegó al salón de Hiyyih y corrió hacia el lugar donde ella se sentaba.

—Ka-Karu unnie...—dijo la rubia al notar las miradas de todos sus compañeros luego de que su novia entrará gritando ese apodo.

Los demás empezaron a hacer ruidos como uhh. Huening no pudo evitar sentir un sonrojo y le pidió a Hikaru que salieran del salón para hablar mejor.

—Karu Unnie.. ¿Por qué me llamaste así?—dijo mientras caminaba con Hikaru tomadas de la mano por los pasillos de la escuela en el receso.

—Porque eres mi princesa. Serás mi reina cuando dejes de ser una bebé.

Bahiyyih detenió su paso con un pequeño puchero en sus labios mirando a Hikaru para luego cruzar sus brazos y caminar lejos de su novia.

—Hey, bebé.— dijo mientras la seguía.

Hiyyih sonrió mientras recordaba que cuando se enojaba con Hikaru ella se comportaba como una niña e incluso le decía que iría a quejarse con su suegra.

—Hiyyih, bebé, no puedes ignorarme toda la vida. Además compre una cincha de pingüino.

—¡Lo quiero, lo quiero! ¡Unnie, dámelo por favor!

—Sabía que dirías eso.