'TERREMOTO'

Kawaki

Conocerte fue de las experiencias más bonitas que he tenido. Desde el preciso momento en el que te ví y me sonreíste; no creo que haya algo más bello que eso. 

Y sé, con certeza, que me comporté como un idiota. En toda mi vida y justo cuando podía tenerte cerca, lo arruiné todo. Quise mantenerte a mi lado de cualquier forma pero no me detuve a pensar en ti y en cómo tratarte para que me correspondieras con la misma intensidad en la que te amo. 

Mis encuentros contigo eran placenteros, como los primeros rayos del sol. Tenerte cerca me traía satisfacción, como el más dulce de los chocolates. Y, al verte directamente a los ojos, encontraba esa calma que mi vida necesitaba, justo como al cerrar mis ojos cada noche.

Y es que tienes el poder para hacer conmigo lo que te plazca. No dudaría ni un solo segundo dejarlo todo si me lo pidieras. Te entrego mi corazón y mi alma con cada respiro y te dejo moldearme, como a ti te parezca mejor. No protestaré, nunca lo haría. Y a cada cambio, estaré dichoso, sabiendo que he tomado la decisión correcta al dejar mi vida entera a tus manos.

Sé, con seguridad, que no puedo dejar de visualizar una vida perfecta a tu lado. Por lo que no dejaré de insistir.

[...]

Se que has vuelto. Respóndeme, por favor.

Necesito aclarar las cosas contigo.

[...]

Los cafés se llenaban de estudiantes que iban y venían de su facultad. Atareados y apenas sobreviviendo.
El balcón de aquellos lugares eran los únicos espacios donde no sentías ese peso y en donde no te distraes fácilmente con platicas de otros.

– Yo... – mi vista iba enfocada al café que humeaba delante – Lo siento. De verdad lo siento mucho.

Ella, sentada frente mío, dejó su taza sobre la mesa con cierta fuerza.

– Eso ya lo has dicho más veces de las necesarias.

No hice más que removerme en el asiento y por instinto volví a tomar del café.

– Lo sé – suspiré – Pero no encuentro una mejor forma de disculparme – el corazón me latía con fuerza por los nervios – Tu recuerdo no me deja dormir por las noches, cada sentimiento que experimenté contigo fue el más desconocido y satisfactorio que jamás pude haber tenido y tú... solamente te fuiste. Sin que te importara nada.

Himawari se escondió tras la mentira de un mensaje de texto. Sus mejillas no podían ocultar el tono carmín recién provocado y eso, sin negarlo, me dejaba satisfecho.

– Tu y yo nos hacemos daño – reiteró – Si no te das cuenta de eso, estas entrando a territorio prohibido.

Siempre he navegado por territorio prohibido.

– Sé lo que hago – confirme – Sé que te quiero, más que a nada en este mundo. Te quiero tanto que me da miedo.

Sus dedos repiquetearon en el vidrio de la mesa. Impaciente.

– Himawari, no es mentira para mi que siempre has sido mi punto débil y por mucho miedo que me de eso, llega a ser emocionante.

Esta vez retomó una mejor postura y se inclinó hacia mi.

– Y según tu, ¿por qué es emocionante? – cuestionó.

– Porque tienes el poder de destrozarme todo lo que te plazca y yo no me arrepentiría de nada; al final agradecería por haber sido destrozado por ti.

– ¿Por qué yo? – su rostro era de confusión pura – Hay millones de personas allá afuera, ¿por qué tengo yo ese poder?.

Es demasiado ingenua.

– Porque eres el amor de mi vida.

Chyio67