2. ¡Un Absol en problemas! Dalia conoce a Satoshi.
Voten, comenten y síganme para más.
En la Región de Kalos, Dalia acaba de empezar su viaje como entrenadora pokemon, con un Fennekin como primer pokemon y un peculiar huevo que cuida con cariño, el viaje de Dalia continua.
.
.
.
La noche era hermosa en esa ocasión, las estrellas parpadeaban mientras la luna alumbraba todo el lugar con su luz plateada, los pokemon descasaban, salvo por algunos nocturnos que decidieron revolotear por el lugar aprovechando el bonito ambiente que se había generado.
Aunque no todos estaban pasando una buena noche, después de todo la vida salvaje, era la vida salvaje.
Esa noche un Absol continuaba su incierto camino en línea recta, no tenía donde ir, solo sabía por instinto que no podía quedarse en un punto fijo, pues aun no encontraba esa calidez de un nuevo hogar. Alzo la mirada viendo la hermosa luna de esa noche, un sentimiento de nostalgia entra en su pecho y de inmediato niega con la cabeza.
-- Siempre estaremos juntos, Absol.
Sus cortos recuerdos del pasado son interrumpidos cuando un ataque pasa a un lado de su cabeza, de inmediato su pelaje se eriza y gira mostrando los colmillos hacia el atacante, quien, para su mala suerte, no eran uno, sino tres.
El grupo de tres pokemon estaban conformados por dos Drapion y un Garbodor quien parecía ser el líder y el que lo había atacado en primer lugar.
Absol se giró completamente a la defensiva preparando su ataque, su cuerno comienza a brillar anticipando a sus enemigos quien se colocaron en posición de defensa. Esos tres buscaban proteger su territorio de posibles rivales por la comida, mientras Absol solo buscaba salir de ahí con vida, o al menos salir sin ninguna herida permanente.
[...] Tiempo antes.
Nos encontramos en otro lado de ese inmenso bosque, Dalia le estaba explicando a su pokemon, que estaba en su hombro, sobre los concursos Pokemon y que pronto ellas harían su debut.
-- ¿Lo imaginas Fennekin? -- pregunta la entrenadora con claros signos de emoción e ilusión combinada -- Tú y yo en el Gran Festival de Kalos.
Ambas estaban con la imaginación a más de 1000% imaginándose a sí mismas en el Gran Festival y siendo coronadas como las campeonas.
Claro que no se habían dado cuenta que por dejarse llevar por su imaginación el tiempo había pasado de una manera impresionante, puesto que ahora el cielo estaba pintando en hermosos tonos anaranjados y rojizos.
-- Vaya -- soltó en un suspiro -- ni siquiera nos percatamos del tiempo que había pasado -- ambas bajaron la cabeza al mismo tiempo -- Creo que no tenemos opción más que acampar aquí, ¿Cierto?
Fennekin le sonrió a su entrenadora con pena y se bajó de su hombro. Dalia siguiendo las enseñanzas de su madre junto a su pequeño pokemon buscaron un claro donde podrían alzar la carpa que llevaba en su mochila, cortesía de su inteligente madre.
-- ¿Aquí estará bien? -- le pregunta a su pokemon quien le da una afirmativa pues había espacio suficiente donde hacer la fogata, la tienda y un poco más lejos estaba un pequeño riachuelo -- Bueno, tendremos que empezar a trabajar antes de que se haga más oscuro... Fennekin, ¿Puedes traer algunas ramitas?
El pequeño pokemon de fuego le dio una afirmativa mientras movía su colita esponjosa, entonces así cada una comenzó a trabajar en su parte, Dalia comenzando a preparar la tienda con las instrucciones detallas del manual escrito por su madre, mientras Fennekin comenzaba a arrastrar ramas hacia la fogata mientras se aguantaba la tentación de comerse las ramitas que se encontraba, pues desde hace tiempo había percibido un olor proveniente de la mochila de su humana, por lo que esperaba recibir algo de eso cuando terminara su labor.
-- Vaya, mamá es muy específica -- murmura para sí misma viendo que incluso había dibujos dentro del manual de supervivencia de su madre -- Bueno... esto se pone aquí, luego lo coloco... así... hmm~
Y así el resto de la tarde entrenadora y pokemon comenzaron a hacer manos a la obra mientras el huevo disfrutaba del hecho de no haber nacido.
[...] Tiempo después.
-- ¿Qué tal, te gusta?
Dalia estaba junto a Fennekin teniendo una cena tranquila, la chica mezclo comida pokemon, bayas y ramas para el alimento de su compañera, mientras ella comía sándwiches que le había preparado su madre.
Estaba replanteándose intentar practicar cocina cuando llegara a un centro pokemon, pues no podría depender de puros sándwiches o dulces.
-- No olvides dejar espacio para el postre, Fennekin -- le dice con dulzura recibiendo un asentimiento -- Tú también podrás comer cuando salgas de ahí, pequeño -- la chica le hablaba al huevo que estaba a su lado, abrigado por una manta -- Me pregunto qué clase de pokemon eres... ¿Puedes escucharme, pequeño?
Tenía la esperanza de que a pesar de lo oscuro que debía ser dentro de ese huevo, pudiera escuchar su voz o al menos algo del exterior, a ella no le parecía muy bonito estar solo y sin saber cómo era afuera, aunque no estaba segura si en verdad los pokemon dentro los huevos pudieran sentir, pues su tío nunca se lo había confirmado.
-- No puedo creer que la primera noche lo pasare en una carpa -- murmura para sí misma viendo la luna que brillaba -- pero bueno, peor sería que no tuviéramos donde dormir, ¿Verdad?
Fennekin suelta un sonido afirmativo concordando con ella, su cola se mueve cuando es cargada y apapachada por la chica que estaba sonrojada por la lindura del pokemon.
-- Moh~, eres demasiado linda.
Lo curioso de esto es que mientras Entrenadora y Pokemon estaban pasando un bonito momento entre ambas, un pokemon salvaje estaba a punto de tener problemas debidos a las leyes del más fuerte.
[...] Al día siguiente.
¿Nunca han sentido que a pesar de haber estudiado la distintas formas de afrontar situaciones peligrosas, al momento de la verdad te quedas paralizado?
Pues bueno, eso era lo que le sucedió a Dalia antes de soltar un gran grito de espanto y terror total que fue escuchado desde lejos.
No podía creer lo que veía, solo había ido al rio por algo de agua y se encontró con la espantosa escena de un hermoso Absol gravemente herido. El pánico la había invadido mientras veía ese cuerpo inerte.
-- ¡Fennekin! -- llamo desesperada a su compañera que estaba igual de asustada que ella -- Se supone que más adelante debería haber un Centro Pokemon.
Con la mano temblando, saco como pudo una hoja de su libreta, escribió la palabra ayuda y se lo dio al pokemon para que lo llevara, esta lo tomo en su hocico y comenzó a correr a toda velocidad.
Sus manos no dejaban de temblar, intento sacar el botiquín de su mochila, pero termino botando todo, dejando un desastre en el césped.
-- ¡Cálmate! ¡Por favor, cálmate, Dalia! -- intentaba darse valor recitando una y otra vez esas palabras.
El aire le faltaba mientras sacaba alcohol y algodón, hubo un momento donde suelta un chillido de espanto al creer escuchar un gruñido proveniente del Absol.
-- Por favor... mantente tranquilo -- le pidió al pokemon cuando se dio cuenta que la estaba observando con demasiada atención -- no quiero hacerte daño.
Absol al ver las manos de la humana tan cerca intento morderla y comenzó a gruñirle de nueva cuenta.
-- N-No quiero hacerte daño... -- señalo como pudo la herida que tenía -- p-por favor... vendrá pronto la ayuda.
El pokemon la estaba viendo con amenaza, prometiendo de manera silenciosa que al mínimo movimiento la atacaría.
Dalia creyó que, si se movía lo más lento posible, el pokemon no mostraría agresividad a su persona. Con la mano aun temblando, intento poco a poco acercarse a una de las heridas del pokemon.
Lento... en silencio... sin movimientos bruscos.
Ella estaba cerca de tocar la primera herida, cuando...
-- ¡Escuchamos gritos! ¡¿Están todos bien?!
Un grito que vino de la nada, dos chicos y una niña apareciendo de entre los arbustos, Dalia quien se asustó ante el grito repentino y un Absol que actuó por instinto.
¿El resultado?
Absol no sería el único que necesitaba atención médica.
[...] Tiempo después.
Gracias a la velocidad de Fennekin y la rápida reacción de la enfermera Joy, las cosas pudieran estabilizarse de cierta manera.
La enfermera Joy junto a su compañero Wigglytuff habían comenzado a atender de urgencia al Absol herido, mientras que uno de los chicos que habían interceptado a Dalia estaba curando el brazo de la mencionada.
-- Lamento mucho lo que sucedió -- se disculpó el que tenía el cabello rubio -- fuimos imprudentes.
-- Yo también lo siento mucho.
-- Yurika también lo siente -- se expresó la menor.
La chica de cabello bicolor hizo un gesto despreocupado con su otro brazo.
-- No se preocupen, ya no me duele.
Disculpándose una y otra vez, mientras la herida era limpiada y vendada correctamente.
-- La verdad es que estoy más preocupada por Absol que por mi brazo -- confeso algo avergonzada, pues era un pokemon salvaje.
-- La enfermera Joy dijo que se recuperaría -- aseguro el chico azabache -- pero lo vi muy herido.
-- ¿Por qué esta así? -- pregunto la niña.
-- No lo sé -- la chica negó con la cabeza -- había ido al rio por algo de agua cuando me encuentro con Absol en ese estado.
-- ¿No eres su entrenadora? -- cuestiono la niña.
-- No, no -- negó de inmediato -- nunca dejaría que un pokemon mío estuviera en ese estado.
En ese momento su Fennekin salto a su regazo, sacando un chillido de emoción de la pequeña.
-- ¡Qué lindo~! ¡¿Es tuyo?!
Dalia asintió.
-- Esta pequeña es mi reciente amiga, Fennekin -- presentó -- Fennekin, saluda.
El pequeño pokemon de fuego movió su colita afelpada ante la evidente emoción de la niña por verlo.
-- ¡Que linda~!
-- Oh, un pokemon que nunca había visto... -- el chico saco su pokedex.
¡Fennekin! El Pokemon zorro. Para mantenerse cálido, libera un calor de sus orejas que puede alcanzar los 200 grados Celcius.
La pequeña niña estaba por tocar al pokemon cuando esta alzó su pata creyendo que se trataba de un saludo, la niña se comenzó a reír por esa reacción y comenzó a jugar palmaditas por Fennekin.
-- Así que un tipo fuego.
-- Es mi primer pokemon, lo recibí del tío Platane.
-- ¿Tío PLatane?
Dalia se llevó la mano detrás de la cabeza mientras reía ligeramente.
-- En realidad es mi padrino, pero le gusta que le diga tío.
Un sonido se escuchó alrededor del Centro Pokemon, la enfermera Joy se apareció junto a su Wigglytuff, la mujer cargando el huevo pokemon de Dalia.
-- El pequeño dentro del huevo está perfectamente.
La chica se acercó y tomo a su pequeño amigo no nacido en sus brazos.
-- Gracias Enfermera Joy... pero... quisiera saber, ¿Cómo esta Absol?
La mujer la miro un momento antes de que su sonrisa decayera un poco.
-- Es un Absol salvaje, ¿Verdad? -- la menor asintió -- tiene varias heridas de pelea, seguramente se metió en una lucha por el territorio en la montaña y termino cayendo por el río.
-- ¿Pero se pondrá bien?
No solo ella, sus acompañantes también esperaban noticias sobre el estado del pokemon a pesar de su estado salvaje.
-- Sí, no se preocupen -- los menores celebraron -- tardará un poco, pero con los cuidados suficientes se recuperará pronto.
-- Ah~, que alivio.
-- De verdad nos generó un gran gusto -- confeso el rubio con rostro agotado.
Por un momento todos se rieron hasta que Dalia se dio cuenta de algo.
-- Por cierto... ¿Cómo se llaman?
[...] Tiempo después.
-- Con todo el ajetreo de hace un momento no tuvimos oportunidad de presentarnos.
Dalia estaba junto a los dos chicos y la niña en el área de cafetería del centro pokemon.
-- Si, estábamos realmente preocupados que todo lo demás lo olvidamos en el proceso.
-- Soy Dalia -- se presentó con una sonrisa cordial -- y esta es Fennekin, hasta hace poco comencé mi aventura por Kalos, mucho gusto.
-- ¡Quiero presentarme primero! -- se adelantó la menor -- Yo soy Yurika y este pequeño es Dedenne.
De su pequeña bolsa salió un Dedenne bastante animado que no tardo en regresar a su casa luego de saludar.
-- Yo soy su hermano Citron, gusto en conocerte.
-- Y yo soy Satoshi y este es mi compañero Pikachu.
Los ojos de Dalia brillaron al ver al pokemon ratón eléctrico.
-- ¿Un pikachu...? ¡¿Un pikachu de verdad?! -- pregunto exaltada.
-- S-Si...
-- ¡Genial! ¡Es la primera vez que veo a un Pikachu de verdad! ¡Mamá había dicho que eran muy raros de hallar! -- sin pensarlo tomo una de las patitas del pokemon -- Mucho gusto Pikachu.
El pokemon estaba algo incómodo ante la evidente fascinación de la chica.
-- Me pregunto si encontrare un Pikachu salvaje en mi viaje -- Dalia hablo luego de soltar la pata del pokemon -- realmente me gustaría tener uno cuando me inscriba a mi primer concurso.
La última palabra llamo la atención del trio, en especial de la niña que la miro interrogante.
-- ¿Concurso?
-- Si -- asintió -- la verdad... es que estoy viajando para ser una coordinadora pokemon.
-- ¡¿Una coordinadora pokemon?! -- pregunto el azabache.
-- ¿Qué es ser una coordinadora?
-- Jeje, veras Yurika -- la chica alzo uno de sus dedos -- podríamos decir que es muy parecido a un entrenador pokemon, pero mientras ellos se centran en obtener medallas, los coordinadores buscamos listones de concursos, estos los obtienes ganando un concurso pokemon que se dividen por dos pruebas, al obtener cinco listones puedes participar en las ligas mayores, para un entrenador seria la Liga Pokemon, para un coordinador es el Gran Festival.
-- Waa~ -- la niña la escuchaba maravillada.
-- Los entrenadores se fijan en el poder y resistencia de un pokemon, los coordinadores vamos más por la belleza y destreza de los pokemon, ya que uno de los principales puntos a tomar en cuenta es siempre sacar el mejor lado del pokemon.
-- Increíble... pero suena bastante complicado.
-- ¿Y eso no lo hace más genial? -- le pregunta emocionada -- Aun no sé dónde puedo empezar con mi primer concurso, incluso no sé si estaré lista para ese entonces... pero es mi sueño desde que era muy pequeña.
Lo ultimó lo dijo con mucha nostalgia, pues todavía recuerda como estuvo emocionada hasta el final cuando se dio la final del Gran Festival de Kalos, no hubo nadie que pudiera callar sus gritos de emoción.
-- Dalia... eres genial.
-- ¿Lo soy?
-- ¡Si! ¡Si!
-- ¡Pues eso me hace muy feliz!
Dalia comenzó a reír de una manera bastante contagiosa, terminando que los demás también se rieran.
-- Por cierto... ¿A dónde se dirigían?
-- Ah! ¡Estamos yendo a Ciudad Hakudan por mi primera batalla de Gimnasio!
-- ¿Ciudad Hakudan? -- repite la bicolor -- Espera, batalla de Gimnasio... ¿Satoshi, eres un entrenador?
-- ¡Si! ¡Quiero entrar a la Liga Kalos!
Los ojos de Dalia brillaron.
-- ¡Eso es genial! -- alabo -- Eso significa que ya tienes un equipo pokemon, ¿Verdad?
-- Bueno... en este momento solo tengo tres pokemon.
-- ¡¿Tres?! -- repitió impresionada -- ¿Tan rápido? Yo solo tengo a Fennekin y a este amigo -- señalo el huevo pokemon a su lado.
-- ¿Qué pokemon hay en el huevo? -- se atrevió a preguntar Yurika quien desde hace un rato estuvo mirando el huevo.
-- No lo sé -- Dalia negó con la cabeza -- el tío Platane me dijo que el huevo es de la región de Sinnoh, pero además de eso no se nada.
Dalia y sus tres nuevos amigos miraron fijamente el huevo pokemon de la chica.
¿Qué pokemon abría dentro?
[...] Tiempo después.
La enfermera Joy se había aparecido diciendo que Absol tardaría en sanar pero que posiblemente en unos días estaría listo para volver al bosque.
-- ¿Podría verlo un momento?
Su pregunta tomo por sorpresa a la mujer y a sus acompañantes.
-- ¿Estas segura? -- preguntó -- Yo no tengo problema mientras entres con las medidas de seguridad... pero este Absol es un pokemon salvaje, así que no creo que reaccione de la mejor manera...
Dalia sabia eso, pero, aun así, por alguna razón, no quería dejar a este Absol, lo había visto tan herido, tan vulnerable, que simplemente era insoportable el pensar que podría pasar de nuevo.
-- Seré cuidadosa, lo prometo.
-- Dalia...
-- ¿Por qué quieres ver a Absol? -- pregunto Yurika en su curiosidad infantil.
La mujer se había retirado para conseguir el equipo que necesitaba para que la chica ingresara.
-- La verdad... quiero capturar a ese Absol.
Los tres reaccionaron al instante, mostrándose sorprendidos por la respuesta.
-- ¡¿En serio quieres atrapar a ese Absol?!
-- ¡Si!
-- ¡Pero ese Absol es peligroso, te dejo el antebrazo malherido!
Dalia arrugo la nariz a la vez que ojeaba el vendaje en su brazo donde había recibido la mordida del pokemon.
-- Absol solo estaba asustado, seguramente quedo bastante afectado por el ataque que debió haber sufrido, incluso puedo asegurarlo teniendo en cuenta lo que dijo la Enfermera Joy... la verdad es que siento que podríamos ser grandes amigos.
-- Es como si sintieras una conexión con él, ¿Verdad? -- Satoshi la veía con una gran sonrisa.
Puede que no haya tenido mucho sentido lo que dijo, pero para él era suficiente la mirada determinada de la chica para entenderlo.
-- Entonces te deseo suerte.
--... -- se quedó sorprendida de que el chico haya comprendido -- ¡Si!
[...] Tiempo después.
Como ella lo había imaginado, en realidad ese ambiente no era algo nuevo para Dalia pues ya había estado en la habitación de recuperación que tenía su padrino en el laboratorio.
Pero no recuerda cuando fue la última vez que vio un pokemon tan herido como ese Absol que estaba observándola con cautela desde su sitio a pesar de sus heridas.
-- Tranquilo, no he venido a hacerte nada -- aseguro entre murmullos teniendo la atención del pokemon.
Absol no parecía emitir sonido alguno, ni siquiera se movió cuando vio a la chica acercarse a su vendado cuerpo.
-- Debiste haber peleado bastante, ¿Cierto? -- le pregunto -- la enfermera Joy dijo que tenías demasiadas encima.
El sonido de un bufido caprichoso saco una sonrisa en ella.
-- La verdad... es que he venido aquí porque quiero llevarte conmigo.
Dalia no se sorprendió de la negativa que mostraba los ojos del pokemon.
-- Ya lo sé, ya lo sé, seguramente debes estarme viendo como una especie de loca, ¿Quién en su sano juicio le contaría a un pokemon que quiere atraparlo?
En un momento que la chica alzo sus brazos para dar un gesto a su explicación, la venda que cubría su herida se hizo notar. Ella al darse cuenta a donde iba a parar la mirada del pokemon, sonrió con un poco de pena.
-- No duele nada, solo basto un poco de agua y una venda y ya estoy como nueva.
No le creía.
-- Moh~, no me mires así, te lo digo enserio -- reclamo la menor antes de alzar un dedo -- 1 semana, ese es el tiempo que la enfermera Joy dijo que estarías en recuperación... Y yo estoy decidida a esperar para poder atraparte como se debe.
El pokemon le sostuvo la mirada, creyendo que se trataba de una mala broma de la humana, mejor dicho, ¿Qué tipo de humana era esta? Lo encontró desangrándose por ser débil, la mordió cuando intento ayudarlo y... ¡¿Y ahora quiere atraparlo?!
Lanzó un bufido y corrió el rostro, cerrando sus ojos para dormir, creyendo ingenuamente que cuando despertara la chica ya se habría ido de aquel lugar que llenaba su nariz de olores poco agradables.
Aunque... tal vez en el fondo, le daba un poco de curiosidad esa humana y por qué lo quería en su equipo. Eso y que le recordaba a alguien.
[...] 1 semana después.
Nunca creyó que los humanos fueran tan tercos, y es que si, al final la chica había cumplido su promesa de que se quedaría con él en todo el tiempo de su recuperación, aunque debía admitir que las atenciones que recibió fueron realmente satisfactorias, en especial en el que la chica cepillado por completo su blanco pelaje.
-- La verdad es que a diferencia de Satoshi, yo no estoy interesada en la Liga Kalos, aunque no niego que en los concursos también se necesita fuerza, no es lo principal.
Absol escuchaba con bastante atención las palabras de la chica mientras esta le peinaba con delicadeza.
-- Yo estoy enfocada en el Gran Festival.
Fennekin a su lado hizo un sonido de euforia a la vez que movía su colita.
-- Fennekin está ansiosa por hacer su debut -- menciono -- yo también pero aún tenemos que practicar más, además que me gustaría conseguir un par de compañeros más antes de participar.
Absol soltó un par de palabras en su idioma claro está.
-- Quiero que seas uno de ellos Absol, acabo de empezar mi viaje... pero me he instruido lo mejor posible y quiero aprender más sobre los concursos, quiero ser capaz de llegar al público como los coordinadores que veía de pequeña.
Pudo identificar anhelo y fortaleza, sintió como salía seriedad en la mención de su deseo.
-- Ese es mi sueño... y lo hare realidad.
Sonrió un poco.
-- ¿Qué dices? ¿Quieres acompañarnos?
Esa última pregunta se la hizo cuando la chica se iba junto a ese grupo de entrenadores quienes esperaban unos metros más atrás.
Tenía la pokebola frente a él, solo necesitaba tocarla y estaría en el equipo de esa humana, dudo, había aprendido que los humanos no siempre eran confiables, pero a la vez algo dentro de él le pedía seguirla a ella junto a su locura.
Una última mirada y Absol se acercó, toco la pokebola que estaba ahí y acepto la petición de la chica, quien no dudo en saltar de alegría.
-- ¡Llevémonos bien, Absol!
Esperaba que fuera así, sino tendría que averiguar la forma de salir de esa esfera atrapa pokemon.
Si les soy sincera, no estoy muy conforme con este capitulo, pero hasta yo estaba deseosa de actualizar esta historia, les juro que tengo capítulos que son mas adelantes ya completos o adelantados, pero este capitulo lo reescribí como cinco veces y sigo sin estar completamente satisfecha, pero bueno, estoy segura que mas adelante lo editare y este capitulo estará mejor, pero bueno, aquí les dejo el actual grupo de Shimizu.
Lo siguiente que me gustaría preguntarles es si les gustaría que Shimizu también entre al equipo Evee (ósea que tenga el suyo propio) o tal vez una de las evoluciones, la verdad es que ya tengo completo el equipo de Shimizu, pero quiero leer sus opiniones, tal vez al final cambie de idea, y agregue a un Evee o una de sus evoluciones.
Bueno, espero que al final de todo hayan disfrutado la lectura, yo soy Nozomi y nos vemos en el siguiente capitulo, bye bye~.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top