🌹𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐬

El mocito estaba muy contento, sonreía más que aquella noche, pero ahora que el alfa recordaba ese día, había un pequeño recuerdo vagando en su conciencia, sentía que había conocido a Park de antes, pero no estaba seguro si lo que recordaba eran sólo sueños o era realidad.

—¿Por qué me miras así?

—He pensado mucho en ti estos tres días.

—Uh, qué compromiso —vaciló con una sonrisa mirando los ojos castaños del alfa.

—Siento que nos hemos visto antes. Cuando te vi... sentí algo, un presentimiento, pero, no logro recordar de dónde, me parece que fue muchos años antes...

—No lo creo, estuve en Estados Unidos mucho tiempo, además, dudo que nuestros rumbos sean los mismos. Nunca había escuchado de ti hasta que mis padres hablaron de... los pretendientes y todo eso.

—Estoy de acuerdo, no recuerdo haber escuchado tu nombre, esta ciudad es enorme, pero... sé que te vi alguna vez.

—Quizá fue otra persona.

—También lo creí, aunque mis memorias no pueden estar mal, no te veías como ahora... estabas más joven.

—Debe ser solo una confusión.

—Podemos dejarlo así o... solo una bonita casualidad —él sonrió antes de seguir comiendo, aunque estaba observando los gestos que Yoon Gi hacía al probar cada bocado—. ¿Ya te enamoraste de mí? —preguntó al mirarlo. Ji Min se había reído un poco coqueto mientras se tocaba los labios—. ¿Haces eso cuando afirmas o... cuando piensas?

—¿Qué cosa? —preguntó vacilante.

—Tocarte los labios, te vi hacerlo la otra vez, cuando te pedí ese tour de alta clase por el jardín. Pueden ser dos opciones, cuando piensas propuestas indecentes o... —el omega se había reído empujándolo suavemente—. Entonces tengo razón.

—Sí, es verdad —el silencio se apoderó en la habitación, tan solo mirándose a los ojos mientras compartían miradas poco inocentes bajo la luz de las ventanas.

—Tienes unos ojos hermosos.

—¿De verdad?, ¿qué pretendes, Min?

—Nada ¿Uno no puede ser cortés en estos días?, ¿te desagrada la cortesía?

—Me encanta la cortesía —Yoon Gi sonrió tomando su mano—, ¿y a ti qué es lo que te gusta?

—Tú —Ji Min sonrió con vergüenza antes de soltar la mano del mayor.

—No me mires así —balbuceó—. Sé lo que intentas, no lo vas a lograr, Min.

—¿Y según, que intento? —mencionó al cruzarse de brazos mientras se acercaba más al rostro del omega que desprendía un dulce olor a rosas.

—Besarme —susurró como si fuese prohibido escucharlo.

—¿No es el objetivo de nuestra aventura de dos meses?

—No preciso.

—¿Y cómo me voy a enamorar de ti si no te beso?

—Otros métodos —su aliento se había chocado contra sus labios, no pudo evitar mirarlos antes de verlo a los ojos, a esos celestes chispeantes por ¿afecto, confusión?—. No voy a besarte hasta nuestra boda —Yoon Gi se echó una risa breve antes de que ambos se comenzaran acercar despacio, tan idos en los ojos del otro y sus suaves olores apenas apareciendo en el ambiente, más el del omega.

—¿Y por qué te acercas más? —sus labios se acariciaban entre sí, incapaces de probarse una vez más.

—Joven Ji Min —ambos se alejaron y sólo el nombrado volteó a mirar mientras el mayor tomaba un poco de jugo de naranja que habían preparado exclusivamente por su llegada—. Disculpen... los caballos se encuentran afuera con el señor Han Min.

—Gracias, iremos en unos minutos.

Ambos siguieron con el desayuno sin mencionar demasiado, Yoon Gi no estaba seguro de lo que estaba haciendo, ¿iba a besarlo en verdad?, no iba a negar que su primer beso fue fantasioso y prohibido, pero no iba a quitar el hecho de que en vez de una bonita omega era un mocito el que hizo que sus labios se enfriaran por separarse.

Al principio no estaba de acuerdo que el tal Han Min los acompañase a dar un paseo, pero en parte lo agradecía, porque no estaba seguro de como carajo contenerse a esa bonita sonrisa y ojos chispeantes que le miraban con atención y quizá algo de afecto.

—No tuve oportunidad de agradecer por la comida, eres un grandioso chef.

—Me alegra escucharlo. Aprendí a cocinar solo para saber qué hacer cuando me case —sonrió—, pero terminó por gustarme.

—Es... ¿caótico no? —Ji Min apartó su mirada al frente. Se encontraban en una hermosa pradera bajo las sombras de los árboles, compartiendo de un picnic y con el señor Han Min cerca, pero no demasiado de ellos—. Esto de casarse, ¿alguna vez te has imaginado así?

—La verdad es que sí. Fui criado con ese propósito, pero creí que el día que me casaría... yo estaría muy enamorado y siendo correspondido por un alfa que diera todo por mí como yo por él.

—Lamento escucharlo. Quizá eso nunca suceda.

—Lo sé —suspiró tomando una de las uvas del tazón—. Entonces fue ahí que supe que solo eran fantasías tontas... Probablemente nos casaremos y... cada quien vaya por su lado, tú quizá con una bella omega de alta clase y yo... trataré de afrontar lo que vendrá.

—Ji Min, no hables de mí como si no tuviera sentimientos.

—Has dicho que no te veías casado.

—No implica que tampoco quiera enamorarme, quizá quiera amar tanto a un omega como me vaya amar, quizá también en el fondo quiero creer que no son fantasías tontas —ambos se voltearon a mirar—. Quizá quiera que un omega con tus ideales se case conmigo.

—Cielos, hemos dado un paso aquí. Quieres alguien como yo, pero no a mí.

—No puedo decir que sí. Apenas nos conocemos —sonrió mirando esos bonitos ojos—. Tenemos dos meses para averiguarlo.

—En realidad... no seguiré con esto —Yoon Gi dejó su sonrisa en ese jodido segundo—. La atracción física es importante y... dudo que yo te guste, lo mejor es que desistamos. Estos últimos tres días... lo he considerado, no quiero estar contigo y aceptar que te gustara más la compañía de una omega que la mía...

—Me gustas.

—Odio las mentiras.

—No te miento. Mírame a los ojos —alzó su mirada cayendo en esos ojos verdes que parecían sonreírle—. Quiero intentarlo. Estos tres días... estuve esperando con ansias volver a verte. Palabra de alfa —Ji Min se sonrió apenado—. Me gustas físicamente, así que la atracción física de mi parte la tienes, ¿pero y tú?

—Considero que eres lindo.

—¿Solo lindo?, vaya —dramatizó al tocarse el corazón haciendo sonreír al menor.

—También me gustas físicamente.

—Y tú a mí. Así que nuestro plan debe seguir —Ji Min asintió mientras compartía las uvas con el mayor. Yoon Gi acariciaba la mejilla del menor sin perderlo de vista—. Creo que por mi honestidad me merezco algo —Park sonrió con pena—. Tu timidez me parece adorable.

—No es mi culpa que seas...

—¿Qué sea qué?, ¿cómo te gusta? —su rostro estaba más cerca a la suya—. Que no puedes evitar sentirte nervioso con solo una mirada mía sobre ti.

—Eres un lechuguino —susurró sobre sus labios, pero Yoon Gi mordió con cariño su labio inferior.

—Y tú un tragavirotes —el menor jadeó con vergüenza, nadie jamás había hecho algo como eso, pero antes de arrepentirse, pegó sus labios contra los del mayor, este le correspondió con cariño, pero no duró lo que hubiera deseado con Min Han serca de ellos eran imposible.

Ambos retomaron el paseo en caballo, jugando a quién iba más rápido, aunque Espina, el bello semental de Ji Min sin duda era el mejor de la caballeriza, Yoon Gi estaba en desacuerdo, porque los caballos en su finca eran los mejores sin dudarlo.

Cuando regresaron a la mansión Park, ambos se quedaron en el jardín conversando de su siguiente salida, aunque debían esperar un par de días porque Ji Min recibía clases en casa toda la semana.

—Cuándo quieres verme aquí estaré.

—Bien, entonces hasta luego —mencionó Ji Min al cruzarse de brazos.

—¿No hay un beso de despedida?

—Te lo he dicho hasta la boda —Yoon Gi sonrió tomando su mano y dejando un casto beso sobre ella.

—Hasta entonces, Ji Min Park. Me gustó pasar la tarde contigo —pero el menor no se veía convencido de eso, así que el alfa lo tomó en sus brazos—. Espero verte pronto —Ji Min dejó descansar su cabeza sobre el hombre del alfa mientras intentaba hacerse de la idea de que debía soltarlo y dejarlo ir.

Yoon Gi en vez de tomar el camino a casa, se fue por otro rumbo, las calles eran sus favoritas y a partir del anochecer todo se volvía más divertido. Llegó a una cantina cerca del centro, fuera estaba Jung Kook Jeon con un cigarro en mano y mala cara.

—¡Hombre!, pero es muy temprano para tener esa cara.

—¿Dónde has estado metido?

—Cortejando a un omega.

—Min —negó antes de soltar el humo de su boca—. Sé un hombre más serio, casi te he desconocido.

—Sabes que mis padres se empeñan porque me case, me han emparejado ahora con Ji Min Park —Jung Kook se rió mientras entraban al lugar. Así eran los problemas de los ricos, los pobres como él apenas si morían de hambre. Subiendo las escaleras vieron a Gary cruzarse de brazos.

—Hasta que aparecen bastardos. Llevo veinte minutos esperando su jodida presencia.

—No me culpes a mí —defendió Jung Kook tomando asiento frente a él. Yoon Gi sonrió copiando su acción.

—¿Ya está listo mi auto? —dijo Yoon Gi sin rodeos.

—Sí, Min, estoy bien, gracias por preguntar, sí mi madre también está bien, que considerado por preguntar —Jung Kook se rió mirando el fastidio en sus ojos—. Sí, ya está listo, ve por él mañana, el taller ya cerró —sonrió ampliamente tomando las llaves de su hermoso Aston Martin Vantage negro, un fabuloso deportivo británico que apenas había salido a la venta hace un par de años atrás, pero el pobre parecía desgastado, Yoon Gi no lo culparía.

—¡Ya era hora!, he estado tan aburrido sin él.

—Ya tienes donde pasear a tu mocito —dijo Jung Kook al reír, aunque se llevó un codazo de su parte. Gary levantó las cejas.

—¿Eres de esos maricones, Yoon Gi? Esperaba más de ti.

—No seas anticuado Gary, ya ha pasado de moda la distinción entre un omega varón y un omega mujer —vaciló Jung Kook—. Solo lo está cortejando porque es un Park, ¿sí o qué?

—Por supuesto —mencionó Yoon Gi—. Es parte de lo que debo hacer en la vida.

—Vaya por ti, ni por todo el dinero del mundo haría algo como eso, que repugnante —Yoon Gi respiró profundo para no golpearlo, no iba tener problemas, al menos no hoy—. Si eso es todo, me voy. Hoy hay una carrera y no me lo puedo perder, es Zico contra J-Hope, hoy apostamos dinero y por lo último que supe, hay plaza abierta —Jung Kook volteó a mirar a Yoon Gi, ambos no necesitaron decirse nada para saber que se hallarían ahí.

Ji Min cepillaba su cabello frente al espejo mientras pensaba en su alianza con Yoon Gi, no podía dejar de pensar en la forma que el alfa siempre lo miró, en su voz seductora, en su olor a roble y quizá en todo lo que escondía bajo la ropa.

Sacudió su cabeza con vergüenza, un jovencito como él no podía pensar en esas cosas, pero estaba ansioso por corromperse. Recordaba a Yoon Gi cabalgando y quizá era lo más parecido a un príncipe azul real, pero no podía quedarse con ese pensamiento fantasioso, aún no lo enamoraba, solo era su imaginación haciendo de las suyas. La puerta fue tocada y seguido a esto se abrió dando con su madre.

—Cariño. Mañana iremos con los Min, hemos quedado para comer, es una invitación de la señora.

—Creí que estudiaría mañana.

—Haremos una excepción, no se puede cancelar, después de todo se casarán —Ji Min mantuvo silencio, ¿en realidad se casarían?

Muchas gracias por leer🥰❤

-: ✧ :-゜・.FairyWinB

Lechuguino: Persona que se preocupa en exceso de su aspecto y de vestir según la moda.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top