➹ Capítulo Trece
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Shalow- Lady Gaga
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— Yo quiero ir contigo— insistió Thaily a Natasha
Natasha rodó los ojos ante la terquedad de la más joven
— No puedes, iré yo sola. Órdenes del jefe— volvió a negar Natasha
— ¡Pero es París! — casi dijo en un berrinche— nunca he ido a París— hizo ojitos de cachorro hacía la mayor buscando poder convencerla
— Sabes que esa mirada no funciona en mi, jovencita— regaño con diversión Natasha mientras empacaba
Thai maldijo por lo bajó y refunfuño
— Entonces me quedaré aquí… sola, aburrida… y con el fósil
— Te oí— escuchó la voz de Steve desde la sala y ambas mujeres rieron
— No es tan malo. Tu y Steve ya se llevan bien. Solo serán unos días
Thaily hizo una mueca pero asintió. Era cierto que ella y Steve se llevaban bien, se entendían y podían pasar horas conversando de todo y nada. Era cómodo y jamás pensó que se llevaría bien con él, pero era lindo hablar cómodamente de cualquier cosa.
— Okay… — se resignó Thaily sin muchos ánimos
Llegó la hora de que Natasha se fuera, pero sería la primera vez que dejaría sola a Thaily con alguien que no era Clint. Le daba cierto temor que Steve no pudiera manejar sus ataques o que no estuviera con ella cuando alguna pesadilla la atormentara.
— Volveré pronto. No se maten entre ustedes— advirtió— y Thaily, no abuses del helado— le señaló y Thaily sonrió con algo de travesura
— Tranquila, yo me aseguró de que no abuse del helado— trató de calmar Steve a Natasha
La pelirroja alzó una ceja sin creerle palabra alguna
— Sin ofender, Steve, eres muy fácil de manipular— declaró y Steve frunció el entrecejo— Thai, te manipula todo el tiempo
— ¿Cuando me ha manipulado según tu, Romanoff? — exigió saber
— Cuando se comió la pizza que quedaba, cuando se comió casi cinco litros de helado sola, cuando la dejaste usar tu motocicleta, cuando se quedó con tu sudadera… — enumeró Natasha
— Es cierto, no me has devuelto mi sudadera— recordó Steve entrecerrando los ojos al ver que Thai si lo manipulaba
— Oh… — Thai rió— no creo que tengas esa cálida y suave sudadera de vuelta— confesó con falsa culpa— y en mi defensa: eres fácil de manipular con un par de ojos de cachorro y pucheros
Natasha puso los ojos en blanco y negó divertida. También Clint era muy manipulable ante los ojos de cachorro de Thai. Al parecer los hombres eran débiles ante la ternura fingida.
— Bien, me voy— dijo Natasha— Rogers, te estoy confiando a lo más sagrado que tengo. Cuídala bien y no la dejes sola durante un ataque— advirtió Natasha
Steve asintió. Ahora sería el único adulto en casa así que cuidaría a Thai como lo hacía Natasha
— Aww.. Yo también te quiero Nat— le sonrió Thai— regresa o de lo contrario iré buscar tu trasero si es necesario— advirtió con seriedad
Natasha le dió un último abrazo a Thaily y se fué a su misión
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Steve observaba cómo Thai estaba concentrando toda su atención en las piezas de ajedrez en el tablero. Estaban muy reñidos pero la tenía acorralada. Ya sentía el Jaque mate en sus manos.
— Disfrutas ver mi desesperación— dijo ella con sus mejillas infladas y Steve rió burlón.
— Date por vencida, Thaily, no tienes oportunidad
— Oh… ni los sueñes— negó con determinación— he aprendido a ver los muros como un peldaño
Steve vió intrigado lo que acababa de decir. Había notado que para ser pequeña era muy filosófica, algo nada común en una persona aún siendo adulta.
»— Dime, Steve…— ella clavó sus verdes en los de él.
Él en ocasiones admiraba como las emociones se mostraban en aquellas gemas de forma muy clara, pero a veces simplemente no mostraba nada
»— ¿Eres feliz?
—¿Perdón? — alzó una ceja atención la súbita pregunta
— ¿Que si eres feliz? — repitió
— ¿Estamos jugando ajedrez y me estás preguntando si soy feliz? — preguntó crédulo
— Soy mujer, podemos hacer varias cosas a la vez en comparación con ustedes que concentran su cerebro en una sola actividad debido a su muy limitada capacidad mental, es decir,.que puede resolver mis dudas existenciales mientras te pateó el trasero en ajedrez… — sonrió brillantemente mostrando inocencia falsa
— eso sonó muy feminista— soltó divertido
— bienvenido al siglo XXI— respondió ella viendo fijamente la tabla frente suyo — ¿Y bien? — insistió.
— ¿Me veo infeliz? — contestó y ella ladeó el rostro viéndolo fijamente y analizándolo.
— Me parece que no eres infeliz, pero tampoco estás feliz, solo… solo tibio y sin que hacer
Thai movió una de sus torres y Steve de inmediato se movió quitandola del tablero, matándola.
Thai hizo un pequeño puchero al ver sus pocas piezas protegiendo al rey.
— ¿Por qué tanta insistencia en saber si soy feliz o no?
— Soy muy analitica y reflexiva, me encanta ver a través de las cosas o personas, y tu eres un gran enigma…, para nada quiero analizarse para luego destruirte por dentro con comentarios hirientes o explotando tus peores-
— Respira— le recordó y Thaily jadeó tratando de respirar
— Ya respire… — dijo después de haber soltado uno de sus parloteos— ¿Y… ? — insistió
Steve sonrió y negó divertido. Sabía que ella no dejaría de insistir, así que decidió responder
— Bueno, antes de quedar atrapado en el hielo mi mejor amigo murió y no pude salvarlo, me enamoré de la mujer de mi vida y… bueno cuando desperté me sentí muy solo… una completa-
— Inexistencia… — terminó ella pues también se sintió así cuando Bogdan murió.
— Exacto— asintió Steve— es cómo flotar en el mar sin rumbo alguno, solo dejando que la marea te lleve
Thai sonrió con tristeza. Conocía muy bien esa sensación; estar perdido sin saber a donde ibas a parar. Pero Steve era diferente, pues notaba que él sentía melancolía y anhelo por regresar al pasado, todo lo contrario a ella, que buscaba dejarlo atrás. Pero Steve estaba estancado y a la deriva por no querer dejar el pasado ir, él se aferraba al pasado y por opinión suya, eso no era sano
Movió uno de sus peones en lo que resolvía qué hacer.
— Yo tengo una respuesta a esa pena tuya…
Steve la vio expectante
»— Estás estancado. Te estás concentrando más en lo que perdiste que en lo que puedes obtener. Sí, es difícil continuar, pero… a veces ver en las cosas pequeños de tu alrededor te traen felicidad— murmuró Thaily
— ¿Cómo cuáles? — interrogó él
Era cierto que muchas veces se sentía fuera de lugar, aunque tenía que admitir que desde que se concentró en ayudar a Thaily esa sensación era cada vez menos
Movió una pieza del tablero amenazando con acercarse y matar al rey de ella.
— Un amanecer…, una rica taza de chocolate con malvaviscos… o ver un pajarito volando— sonrió Thaily
Ella amaba ver las cosas simples, siempre se había concentrado en lo poco que podía obtener
— He visto muchos amaneceres— se defendió Steve.
— ¿Pero te has detenido a disfrutarlos?— interrogó Thai— Que cuando más negra está la noche es cuando el solo está pronto a salir. El hermoso contraste de azul a morado que luego pasa a ser rojizo, rosado y dorado para luego hacerle paso a el hermoso azul, los pajaritos recibiendolo con alegría y la brisa fresca en tu rostro— contó emocionada, el amanecer y el atardecer era lo que más le gustaba y le traían gratos recuerdos
— Ah… no— respondió dudoso.
— ¿Y por qué no? Has tenido una vida de libertad para disfrutarlo— señaló
Steve sintió algo removerse en su interior. Thai había sido privada de una niñez normal, pero aún así había esa pasión por vivir y conocer
— No lo se, supongo que nunca me detuve a pensarlo— contestó algo apenado
— Ese es el punto, Steve… solo cuando pasamos por el invierno crudo, valoramos la primavera. Yo crecí toda mi vida disfrutando la poquita belleza y calidez que podía alcanzar, es por eso que ahora valoro todo lo más pequeño que la vida ofrece— contestó alzándose de hombros
— ¿Cómo es que eres tan profunda? — atinó a responder.
— No eres feliz, Steve, por que no tienes una vida— volvió a hablar ella después de mover su reina matando a un caballo de Steve, quien sonrió al ver el mal movimiento de ella.
— Yo si tengo una vida— se defendió Steve
— No la tienes— afirmó Thai divertida— ¿La tienes?
— ¡Claro que la tengo! — afirmó él— yo limpio, cocino y… te ayudo— trató de defenderse
— En primera: cocinas muy mal, segunda: eso No es una vida y tercera: ¿tu vida se basa en ayudarme con mis problemas de ansiedad? —alzó una ceja divertida
— Se me olvidaba que no te gusta mi forma de cocinar— murmuró Steve
— No es mi culpa que tu sazón no sea bueno, además no me cambies de tema— regaño con una sonrisa
— ¿Ahora eres terapeuta? — preguntó con diversión sabiendo que ella no tenía una buena relación con ellos
— No, creo que has notado que no me llevo muy bien con ellos— sonrió ella ligeramente— pero es verdad; solo vas a S.H.I.E.L.D. haces misiones, vuelves y estás conmigo y con Nat
— pero antes de ustedes estaba completamente solo— confesó en un suspiro
— Te hace falta un hobby, algo que te haga feliz… No se, un pasatiempo, algo que quieres hacer… ¿Un fetiche extraño?
— ¿Fetiche extraño? — rió él
— Es que estás estancado, ¿No hay algo que te haga feliz? Algo a parte de patear traseros y salvar al mundo, ya sabes… algo que todo ser humano hace— trató de explicar Thai
— Pues… No se— respondió con sinceridad y ella rió poniendo los ojos en blanco.
— He ahí la respuesta a tu no-felicidad— señaló— aunque estés pasando por un buen momento o simplemente estés ahí sin una vida, no serás feliz… por que estás deseando otra cosa o otra persona. No valoras lo que te rodea y eso te puede conducir a una gran amargura y soledad— Thai dijo esta vez de forma seria.
El ya no respondió, solo movió su torre y mató a la reina de Thaily, su pieza más fuerte y que la podía llevar a ganar.
— ¿Y tú eres feliz? — cuestionó él.
— ¿Se puede ser feliz cuando sientes que te arrastran al fondo de un océano de ansiedad, donde cada vez que sientes que estás por atravesar la superficie algo te jala hacia el abismo y por más que bajas no tocas el fondo?
— Creo que no— dijo Steve viéndola con compasión.
— Esa es la cosa, Steve… aún cuando te arrastran…, te aferras por nadar hacia arriba, y aún cuando estás bajando tienes la vista puesta en la tenue luz que se asoma desde la superficie, la luz que te impulsa a querer alcanzarla y salir—ella dijo y él sonrió, esa era una buena forma de verlo— pero tu estás estancado… ¿Qué harás entonces? — le preguntó ella viéndolo expectante.
El pareció meditarlo pero sonrió
— Ví a alguien tratando de nadar y me sumergí a ayudarla a subir a respirar— respondió con una sonrisa
Thai sintió su corazón acelerarse en los confines de su pecho, no entendía la razón exacta de esa sensación ni el extraño revoloteo en su estómago, solo aclaró su garganta y sonrió, aunque sentía sus mejillas algo acaloradas
— Buena respuesta— felicitó ella.
Steve vió ansioso como tenía rodeado a su Rey. Estaba a un movimiento de ganar, pues si su rey se movía él podía darle jaque.
Lo que no esperaba era que ella moviera el peón olvidado y acorralara al suyo.
»— Jaque mate— dijo con suficiencia y él vio sin creerlo el tablero.
— ¿Pero qué...? — Steve vió los posibles movimientos de su rey y notó que estaba hábilmente rodeado y sin salida— ¿Cómo lo hiciste?
— Sacrifique a mi reina— él alzó la mirada incrédulo y ella sonrió más—: al poner mi reina a tu merced no te resististe a matarla y dejarme "vulnerable" Así que en tu afán de matarla desprotegiste a tu rey y mi pequeño e insignificante peón lo mató— le dio una sonrisa brillante y agitó sus tupidas pestañas— jaque mate. Buen juego
— Hiciste trampa— le acusó.
— ¡Claro que no! — se defendió ella— en ocasiones se tiene que sacrificar algo grande para que al final un pequeño peón venza. Aunque sea una pieza pequeña puede ser letal
— Eso suena como un movimiento de guerra— pensó en voz alta Steve.
— Tómalo como quieras… el punto es… ¡Te vencí!— se levantó e hizo un pequeño bailecito de victoria ante la divertida mirada del rubio
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Estaba atada en una camilla, con una bata de hospital. La llevaban al quirófano, era la última prueba para ser completamente una viuda.
Tenía miedo, no quería eso. El que le quitaran la oportunidad de tener una familia. El pasillo era interminable, pero no quería llegar ahí, solo quería salir corriendo.
Una luz encandiló sus ojos y sin saberlo ya estaba siendo rodeada por médicos. Su corazón subió a su garganta y comenzó a forcejear por liberarse.
Pusieron una mascarilla de oxígeno en su rostro y lentamente comenzó a caer en profundo sueño… o despertaría en una pesadilla.
Thaily gritó y se sentó en su cama con el sudor frío bajando por su frente. Parpadeo desorientada y con un molesto zumbido en los oídos.
A su alrededor había personas en llamas corriendo y gritos, muchos gritos y personas llorando. Apretó los párpados y cubrió sus oídos. Ya no lo soportaba, no quería eso.
— ¡Thaily! — escuchó y sintió una mano en su hombro
Thaily gritó y abrió los ojos viendo que todo solo había sido una pesadilla. Ya había pasado.
»— ¿Estas bien?
Thai apenas se dió cuenta que Steve estaba en su cuarto. Aun estaba algo desorientada
— Ah… s-si— titubeó y suspiro tragando en seco— solo fue una pesadilla
Steve la vió preocupado. Había tardado un poco en volver en sí. Parecía en una especie de desconexión o shock, hasta que logró que ella reaccionara
— ¿Quieres hablar de ello?— sugirió con cuidado el Capitán
Thaily llevó una mano a su pecho y negó. Buscó la cadena en su cuello la sostuvo jugueteando con ella
— No, es mejor así… siento haberte despertado— se disculpó sin verlo a los ojos. Aún parecía aturdida
Thaily se recostó de nuevo en su cama, pero no soltó su cadena. Steve se aseguró de que estuviera cómoda y se dispuso a salir para dejarla descansar.
Thaily aún escuchaba los gritos de dolor, los rostros sin vida… la sangre por el suelo. Jadeó aturdida y tomó la muñeca del mayor llamando de nuevo su atención.
— ¿Thai? — la vió con confusión buscando saber qué pasaba
— Uhmm… ¿te quedarías conmigo… hasta que me quede dormida?... Por favor— pidió con temor a quedarse sola y tener un ataque
Steve se sentó a la orilla de la cama en silencio. Parecía que Thaily no podía cerrar los ojos, solo jugaba con la fina cadena en su cuello.
— ¿No puedes dormir? — indagó buscando saber que la afligía
Thaily por fin lo vio a los ojos y negó. No quería cerrar los ojos y tener esa pesadilla donde volvía a la Habitación Roja, el infierno mismo.
— ¿Alguna vez tus pesadillas se volvieron realidad? — le preguntó Thai
— No…
— ¿Alguna vez tus recuerdos se volvieron una pesadilla?
—Si— respondió Steve recordando algunas de sus pesadillas
De él cayendo al agua, de Bucky, la guerra…
Thai mordió su labio. Era horrible la sensación de estar atrapado en tus recuerdos sin poder escapar de aquello, sentir que te ahogabas y te recordaban una y otra vez el dolor que habías sentido y lo que habías perdido.
»— ¿Esa cadena es importante para ti? He notado que juegas mucho con ella— habló Steve después de un momento de silencio
— Si… es una especie de promesa— susurró la ojiverde enfocando sus ojos en el pequeño pájaro— tiene otro pedazo faltante, ambos se complementan…
— ¿Y quien lo tiene? — dudó en preguntar
Thai sonrió con tristeza. Aún veía el cielo pensando en su madre y en donde estaría, haciéndose las mismas preguntas desde que tenía memoria
— Mi madre… — dijo con un fino hilo de voz— mi madre tiene el otro pedazo
Steve pareció procesar lo que acababa de escuchar. Hasta donde él sabía, Thaily era huérfana, o eso concluyó.
— Creí que no tenías familia— confesó— ¿Pero dónde está tu madre?
Thaily hizo una mueca ante la confusión del Capitán, pero decidió responder.
— No lo sé, ni siquiera la conozco— arrugó el ceño— me separaron de ella cuanto era una bebé, solo esta cadena nos une— relató sin muchos detalles, pues también ella los desconocía
— Lamento eso
Thai sonrió con tristeza
— No tienes por qué, no es tu culpa… además, creó que el encontrarla me da un propósito para seguir. Es a lo primero a lo que me aferro cuando una locura pasa por mi cabeza— confesó
— Esa es una gran manera de ver las cosas positivas— sonrió Steve a la menor
— ¿Para qué vivir si no te aferras a algo?
Pasaron algunos minutos más de charla hasta que poco a poco el sueño la venció. Steve fue hasta su habitación y se recostó con duda sobre la vida de Thai, pero algo que más resonaba en su cabeza era lo que le había dicho "¿Para qué vivir si no te aferras a algo? "
Algo inquieto y con sus pensamientos hechos un caos, se quedó dormido.
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Thai bailaba por el departamento en unos pequeños shorts de mezclilla y un enorme hoddie que cubría cinco dedos por encima de sus rodillas. Tenía el cabello atado en un moño desordenado y caminaba descalza mientras en su tocadiscos sonaba ' It's Been a long, long time' con una humeante taza de chocolate en sus manos.
Afuera había una lluvia algo fuerte, lo que ponía el clima agradable para estar en casa sin hacer nada o estar tumbado en cama leyendo un buen libro… o varios.
Sonrió y sus pies se movieron por la madera, moviéndose al compás de la música. Recordando uno de los momentos buenos atesoraba con recelo en lo profundo de su mente herida. Siendo 'It's been a long, long time' testigo.
— ¿Por qué esa cara triste? — le preguntó Bogdan a Thai de seis años
— Madame B. dijo que mis pasos son descoordinados y débiles— balbuceo con tristeza la pequeña ojiverde — odio bailar, es doloroso y Madame B. es una bruja— se cruzó de brazos con molestia
Bogdan enfocó sus grises ojos en la pequeña niña que tenía los labios fruncidos en un pequeño y tierno mohín
— Pajarito… no creo que odies bailar, bailar es hermoso— se arrodilló a la altura de Thaily
— No es hermoso cuando la bruja gruñona te dice que eres una buena para nada igual que tu madre— repitió
Bogdan suspiro ante la mención de la madre de la menor. Aún se preguntaba qué había sido de ella.
— El ballet es duro y muy disciplinado— asintió el mayor— pero existen otro tipo de bailes sencillos y muy lindos— Camino hasta su viejo tocadiscos y colocó un álbum viejo— podría enseñarte— ofreció
Thaily hizo una mueca, pero tenía curiosidad
Él sonrió con calidez y se paró en medio de la Sala ofreciéndole la mano galantemente a la menor. Ella dejó a su pequeño oso de peluche a un lado y tomó la mano de Bogdan con algo de duda, pero él era su tío y no le temía.
— balancéate de un lado a otro, como si las olas te mecieran suavemente en el mar— él la tomó por los hombros y ambos se balancearon en sincronía siguiendo la música. Bogdan la subió a sus zapatos y ella se abrazó a su cintura. Era lindo.
»— Ya verás que algún día… bailaras así con el hombre de tu vida
— Lo dudo— respondió ella — prefiero bailar contigo— declaró con inocencia
Bogdan sonrió con tristeza
— No está bien, ser pesimista… Siempre debes buscar ver lo positivo, eso evitará que tu corazón se marchite— aconsejó
Ella asintió de acuerdo. Bogdan sabía lo que decía y siempre seguiría sus consejos.
Thaily limpió una lágrima que se le escapó de sus verdes. Decidió quitar aquella canción y mejor puso la de 'Put your Head in my shoulder' y siguió la pieza sola, con sus recuerdos volviéndose amargos y lejanos
Steve entró al departamento y encontró a Thaily bailando con su taza en las manos.
Thai dio una vuelta y notó a Steve y dejó su taza sobre un posavasos.
— Steve— caminó hasta él y sonrió— ¿bailas conmigo?
Lo tomó de la mano y lo guió hasta estar ambos en medio de la sala.
— Ehh… no sé hacerlo— dijo dudoso.
— ¡¿No sabes bailar?! Eso es… ¡Eso es un pecado! — dijo con incredulidad— Bien, yo te enseño— dijo decidida— si yo, que estuve encerrada los primeros doce años de mi vida, se bailar, tu podrás hacerlo
Steve sonrió al ver como ella entraba en modo decidido.
»— bien, ¿has ido al mar?
— Si— respondió algo extrañado de la pregunta.
— Suertudo, yo no— se quejó y él sonrió divertido— ahora balanceate de un lado a otro… como… como si las olas te mecieran suavemente en el mar— ella comezón a mecerse y Steve le siguió el paso e imitó a la menor— bien, sencillo—
Tomó las manos de Steve y las llevó a cintura y ella trató de poner las manos en sus hombros pero era muy alto y no lo alcanzaba bien
»— ¡Eres muy alto! — se quejó.
Él sonrió burlón.
—Tu eres la bajita— murmuró Steve y ella jadeo indignada
— malvado— le dió un golpe juguetón y rió haciendo un puchero— ya crecere, ya veras— asintió.
Thai media 1.50 no era bajita para su edad
Steve siguió los pasos algo nervioso pero se fue relajando con la música. No era difícil y aprender a hacerlo por fin lo ponía algo melancólico
— ¿Cómo aprendiste a bailar?— intento hacer conversación
— Me enseñó… mi tío— Thai sonrió con melancolía— de él adquirí mi gusto por la música— sacudió su cabeza intentando disipar la tristeza. Odiaba estar triste todo el tiempo— ¿Cómo es que el Capitán América no sabe bailar? — preguntó con una ceja arqueada.
— Antes no era así de alto y no atraía a mujeres, así que nunca saqué a bailar a ninguna— contestó con una sonrisa
— Oww cosita— se burló — y tú me dices bajita, descarado…
El mayor alzó una ceja ante lo dicho por su amiga
»— ¿En serio a ninguna?
— Hubo una, una vez— él sonrió con melancolía—; Peggy
— ¿Y qué pasó? — preguntó ella queriendo saber.
— Nunca logré llegar al baile— murmuró con pesar
Thaily hizo una mueca
— Nuestras vidas son una mierda, ¿No? — rió sin diversión alguna Thai
— Lenguaje— regaño ante la súbita declaración de la ojiverde
— Es que es cierto— se alzó de hombros— la vida es una maldita perra desgraciada, ya nos ha jodido bastante— dijo sin moderar sus groserías y Steve resoplo. Aunque tenía que admitir que era cierto
— Bueno, aún cuando la vida te hace caer, hay que aprender a levantarse— dijo Steve después de meditarlo un poco
— Supongo— arrugó el gesto Thai— ¿Pero no te cansas de hacerlo? Digo, yo he cuestionado mi existencia cientos de veces, perdí a mi única figura familiar por obtener mi libertad… La libertad tiene un precio demasiado alto, tanto que en ocasiones me pregunto si valió la pena… lo que quiero decir es: ¿Como es que no te rindes?— le preguntó
Steve continuó balanceándose con Thai en calma mientras pensaba la respuesta a esa pregunta. Tenía que admitir que era una muy buena pregunta
— Bueno— pensó un poco— he pensando tanto en todo lo que pasó, todo lo que perdí… todo lo que pude haber disfrutado, y si… también me he preguntado muchas veces por qué, ¿Por qué no me quedé en el hielo? ¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué no antes?...
Thai lo veía expectante y atenta
»— Hasta hace muy poco todavía lo hacía… hasta que llegó una chiquilla que al principio fue un dolor de cabeza y que creí que no le agradaba— sonrió Steve— y lo curioso es que a pesar de todo lo que mostrabas por fuera, esa frialdad, pude ver a una persona que a pesar de haber pasado por bastante durante su corta vida, aún tenías esa pasión por vivir y continuar, como tomaste el dolor y lo convertiste en un impulso. Eso es lo que admiro de ti Thaily, tal vez tu no lo creas pero eres muy fuerte y eres un gran ejemplo a seguir… me haz enseñado a ver la vida de otra manera— declaró Steve
Thai no sabía que pensar. Como él había visto a través de su muro; como estaba agrietandolo con facilidad y jamás creyó que aquello fuera posible.
Un potente rubor cubrió sus mejillas y su estómago se sintió extraño pero agradable, su corazón latía desbocado e incluso temía que él lo escuchará. ¿Por qué estaba tan nerviosa? ¿Por qué le temblaban las piernas? ¿Por qué su garganta estaba seca? ¿Y por qué no podía evitar pensar que aquellos azules ojos la atrapaban?
Y entonces cayó en cuenta de que era lo que le pasaba. Lo había leído en muchos libros, pero jamás creyó que fuera a pasarle aquello.
Steve frunció el ceño al verla muy roja. Estaba muy sonrojada.
»— Thai, ¿Te sientes mal? Estas muy roja— él colocó sus labios contra su frente y la noto algo acalorada
Thai se separó con algo de brusquedad y marcó algo de distancia con el rubio
— Si… es-estoy bien, cre… creo que iré a mi cuarto— balbuceo nerviosa
— ¿Segura? — preguntó preocupado Steve
— Si estoy bien, tengo que… ¡Tengo que hacer pipí! — chillo
Al instante se arrepintió de decirlo y salió casi corriendo de ahí para encerrarse en su cuarto y alejarse de Steve
Steve no supo exactamente qué pensar, pero la dejó ser. Las mujeres eran complicadas, más ahora que nunca
Thai azotó la puerta tras suyo y cubrió su acalorado rostro
"¿QUE ACABA DE PASAR? " pensó envuelta en pánico
No podía dejar de temblar y su corazón latía con demasiada fuerza, casi igual que con un ataque de pánico, pero no era un ataque, no se sentía para nada como un ataque
— Basta, cálmate— regaño a su corazón por seguir así
No podía aceptar la razón por la que estaba reaccionando así. No era posible, no debía ser posible. Había muchas razones por las que no debía. La primera y más importante; él era mayor que ella, mucho mayor -no tenía la idea exacta de cuánto- mínimo más de ochenta años
Eso no estaba bien, muy apenas estaba por cumplir catorce años, era una cría a su lado. Era imposible que él la viera de la misma forma y eso la ponía triste, increíblemente triste al punto de que quería llorar.
Pero por más que quisiera negarlo, por más que se rehusara a aceptar lo que su corazón había sentido y a la persona que se lo había ganado, no podía hacerlo, así que solo tuvo que aceptar lo que jamás creyó que haría; aceptó estar enamorada de Steve Rogers
"Mierda"
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" Enamorarse es una sensación maravillosamente terrorífica "
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Falling for ya - Grace Phipps
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