Chapter l: Winterfell
Charter I:
Winterfell
Jon Arryn estaba muerto.
La Mano del Rey había muerto, y eso solo significaba una cosa. El rey, Robert Baratheon, mi padre, iría al aburrido Winterfell a pedirle a su amigo de la infancia, Lord Eddard Stark, que sirva como Mano del Rey.
Por eso me encontraba caminando por los pasillos de la Fortaleza Roja en dirección al despacho, o mejor dicho "Sala de holgazaneo" de mi padre, donde sabía que estaría mi madre, Cersei.
Al llegar, en la puerta haciendo guardia, como siempre, se encontraba mi Tío, Ser Jaime Lannister— mejor conocido como "El Matareyes"—,lo que significaba que mis padres estaban peleando, como siempre.
Cuando entré en su campo visual, me dió una sonrisa juguetona, él sabía a lo que venía.
—Veo que ya te enteraste.— Dijo, manteniendo su sonrisa.
—Claro que me enteré, tío. Sabes que nada sucede en esta ciudad sin que yo me entere — Le respondí, con una sonrisa forzada, se podía notar mi enfado a Millas de distancia.
Uno de mis espías llegó esta mañana con la notícia, al parecer interceptó una carta que salía con destino a Winterfell. —¿Por qué crees que vine? ¿Para hacerle una visita amistosa al Rey? — Pregunté sarcasticamente.
Ensanchó su sonrisa al oír mi respuesta.
—Destrozalos. — Me dijo, dándome paso al despacho del rey.
—Siempre. —Sonreí
Al entrar, lo primero que encuentro es a mis padres discutiendo, como había predicho. Ellos aún no notaban mi presencia, así que avancé hasta llegar a ellos, para hacerme notar. Me sitúe al lado de mi madre, quien volteó a verme e inmediatamente dejó de gritarle a mi padre. Compartí una mirada con ella, para luego dirigir mi vista hacia el Rey.
—Ned Stark no puede ser mano del Rey. — Empecé, él me dio una mirada de cansancio, anticipando mis palabras. — Padre, entiende que hay personas más capacitadas.
—Así como tu tío Jaime, ¿No? Ó aún mejor, el viejo León Lannister. — Dijo con burla. —Tu madre vino a lo mismo.
Mi madre rueda los ojos con cansancio y yo volteo a verla.
—¡Dioses! —Exclama con exasperación ella.—Sabes que Jaime no está capacitado, mi padre sería una mejor opción.
—Padre, Madre tiene razón. El abuelo Tywin sería perfecto para-.. — Me interrumpió dándole un golpe a la mesa que hizo que tanto, mi madre como yo nos sobre saltaramos, cosa que a ambas nos molestó.
—Ya tomé mi desicion, en dos dias partimos a Winterfell.— Nos dio una mirada severa.—Prepárense.—Dijo por último y salió azotando la puerta.
Mi madre y yo soltamos un suspiro de cansancio. Ya encontraremos la manera de que Ned Stark no sea Mano del Rey.
Llevábamos cerca de un mes viajando, Mi madre, mis hermanos y yo estábamos en el carruaje. El carruaje era espacioso y contaba con una segunda planta, con unas áreas separadas para descansar, lo que hacía que nuestra estancia allí fuera más comoda.
Cada uno estaba metido en sus asuntos, Mi madre en su vino, como siempre, Myrcella y Tommen estaban jugando a algo que no presté atención, y Joffrey y yo estábamos en mi alcoba acostados, mirando al techo, agarrados de las manos, algo común en nosotros desde que nacimos, nosotros dormiamos en la misma cuna y madre nos decía que siempre estabamos agarrados de las manos.
—Atarah, ¿Como crees que sea ese pueblucho? —Preguntó, frunciendo el ceño.
—No lo sé, Joff. —Respondí — Sólo se que ninguna persona estará a nuestra altura. —Dije, girando mi cabeza para mirarlo.
Sonreí mientras lo miraba, él era tan perfecto, sus rosados labios, sus mejillas, sus hermosos ojos esmeralda, tan profundos que te perderias en ellos. Es simplemente perfecto.
—Pero claro que no, gente de su tipo jamás estaría a nuestro nivel — Respondió, sonriendo también.
—Cariño, Si sabes que no son solo plebeyos, ¿verdad?.—Dije y el asintió rodando los ojos. — Son los guardianes del norte y su familia, por lo tanto, debes comportarte.
A mi tampoco me agradaba la idea de ir hasta allá y tener que interactuar con gente que no merece mi atención, pero soy la princesa y debe parecer que me importan mis súbditos.
Estuvimos, al menos, una semana más viajando, hasta que por fin llegamos al norte, era todo blanco y hacia tanto frío, que hasta con todos mis abrigos puestos podía sentirlo. Estabamos todos sentados en la pequeña sala del carruaje, mientras esperabamos llegar a las puertas de Winterfell, el carruaje se detuvo e inmediatamente por la ventanilla que estaba abierta apareció mi tío Jaime.
—Lo siento por tener que detener tan abruptamente el carruaje. —Empezó, mientras nos daba una mirada para luego fijarse en mi madre —El Rey quiere que Joffrey haga el resto del viaje a caballo. —Terminó y fijó su vista en Joffrey.
Mi madre y yo hablamos antes de que Joffrey pudiese quejarse : —No.
—Joffrey no hará tal cosa. —sentenció mi madre, con una mirada determinada.
—Se congelará allá afuera.— Dije yo, no dejaria que Joffrey estuviera tan expuesto.
—Lo siento, Pero no hay alternativa — Empezó y antes de que cualquiera de nosotros pudiese decir algo, nos interrumpió. —Les prometo que Joffrey estará bien, no falta mucho para llegar y yo estaré con él. —Nos aseguró antes de abrir la puerta para que Joffrey saliera y montara su caballo.
Al llegar a las puertas de Winterfell tuvimos algunos problemas pasando el carruaje por el arco de la entrada, pero luego de unos segundos pasó sin problemas. Inmediatamente al detenernos, un guardia abrió la puerta para que salieramos, Mi madre fue primero, seguida de Mis hermanos y por último yo. Los cuatro nos posicionamos a la derecha de mi madre, en orden de mayor a menor, yo soy mayor que Joffrey por unos minutos pero él al ser el heredero al Trono y el Varón tenía que ir de primero, así que, yo estaba de tercera, a la derecha de Joffrey, seguida de Myrcella y por último Tommen.
Estábamos a unos metros de los Stark, quienes estaban ordenados en una fila, primero estaban Lady Stark junto al menor de sus hijos, a su derecha se encontraba lord Stark, seguido de su hijo mayor, un joven alto de cabellos castaños, a su lado se encontraba la hija mayor de los Stark, una jovencita de cabellos rojizos y mirada soñadora, –Que no le quitaba la mirada de encima a mi hermano, quise reirme de su cara, de verdad que es ingenua si cree que Joffrey le prestará atención –, a su lado estaba la hija menor de los Stark, una pequeña, de cabellos castaños y expresiones duras, y por último estaba otro varón, se veía más joven que la menor de las niñas pero mayor que el pequeño al lado de Lady Stark.
Cuando mi padre terminó de saludar a los Stark, le pidió a Ned Stark el favor de llevarlo a las criptas para presentar sus respetos a la difunta Lyanna Stark.
Dioses, esa mujer murió hace años, ya superalo.
Por suerte mi madre intervino.
—Querido, llevamos un mes viajando, seguro los muertos pueden esperar.— Dijo, tratando de hacerle cambiar de opinión, Mi madre odiaba a esa mujer. ¿y como culparla? , Lyanna Stark y su fantasma son sólo una carga. Desafortunadamente mi padre ignoró las palabras de mi madre y le insistió a Ned que lo llevara a las criptas.
Una vez que se fueron, mi madre indignada, volteó en dirección a mi tío Jaime y se acercó a él, al mismo tiempo que se escuchó a la niña menor de lo Stark hablar.
—¿Dónde está el enano?.— Preguntó mirando a su hermana, quien se puso de los mismos colores de su cabello.
Mi madre le dio una mirada despectiva a la pequeña, para luego voltearse hacia mi tío Jaime, para decirle algo sin que los Stark escucharan.
—¿Dónde está nuestro hermano?.—Le preguntó y él sólo se encogió de hombros. —Encuentra a la pequeña bestia.— dijo, Mi tio inmediatamente asintió y se fue.
hubieron unos segundos de silencio incomodo, hasta que Lady Stark dio un paso adelante, hizo una reverencia, se acercó a mi madre diciéndole que le mostraría su habitación y la guió a dentro del Castillo. Al momento se acercó a mi la mayor de las niñas Stark.
—Mi princesa. —dijo mientras hacía una reverencia, que respondí con un asentimiento, permitiéndole continuar.— Soy Sansa Stark, Su Alteza. Yo le mostraré su habitación.— Me dijo, a la vez que desviaba la mirada, señal de intimidación.
—Un placer conocerla, Lady Sansa.— Dije, y con un movimiento de mi mano le indiqué que avanzara.
Seguí al pequeño pajarito dentro del Castillo hasta llegar a la que sería mi habitación durante mi estadía en Winterfell.
Cuando llegamos a la puerta, me giré a mirarle.
—Gracias por mostrarme mi habitación, Lady Sansa, ahora si me disculpa, me gustaría descansar un poco antes del banquete.— Dije mientras le sonreía, cosa que pareció emocionarle, necesitaba deshacerme de ella cuanto antes.
—Por su puesto Su Alteza. —Dijo con una pequeña sonrisa, que parecía esconder la emoción que realmente sentía.
Siete infiernos, estos Starks son muy entusiastas.
—Más tarde una doncella vendrá para prepararla para el banquete. — Me avisó, asentí en respuesta. — Con su permiso. — Se disculpó y luego de un asentimiento de mi parte, se retiró.
Entré a mi habitación, no era tan grande como la que tenía en Kingslanding, Pero podría servir mientras estoy aquí, en la habitación predominaban los colores oscuros, la cama era de dos plazas y el soporte parecía estar hecho de hierro.
Mis cosas ya se encontraban en la habitación, por lo que, simplemente me lancé de espaldas a la cama, queriendo dormir y despertar en Kingslanding, aparentemente eso no sería posible, ya que, al segundo que cerré los ojos Se oyó un golpe en la puerta, seguido del sonido de alguien entrando.
—¿Por qué tocas, si igual vas a entrar? —Le pregunté, aún sin abrir los ojos. —Pude haber estado cambiandome. —dije, ahora si, abriendo los ojos y levantando la mirada para mirarlo.
—Créeme, me arrepiento de no haber entrado en ese momento. —Dijo con una sonrisa Pícara, solté una carcajada y me senté en la orilla de la cama, indicándole que se sentará a mi lado.
—¿Que necesitas Joffrey?.
—Escapar de los Stark, eso necesito.—dijo con cansancio. Teníamos apenas medio día aquí y ya se cansó, bueno, realmente Joffrey no es conocido por su tolerancia y paciencia.
—Pues viniste al lugar correcto querido hermano. —Respondí sonriendo. —La chica Stark ha tratado desesperadamente de llamar tu atención. ¿Verdad?
—Si, siempre está mirándome.—Dijo con desagrado.
Reí, no llevábamos ni un día en Winterfell y la ingenua ya tenía una vida imaginaria con Joffrey. —Pobre pajarito, realmente espera que el príncipe de Westeros le preste atención. —Me burlé y él rió.
—Lástima por ella, pues el príncipe de Westeros sólo tiene ojos para la princesa. —Dijo con una sonrisa, mirándome fijamente a los ojos.
Sonreí con picardía, mientras me acercaba cada vez más a él, Mi mirada paso de sus ojos a sus labios y cuando estábamos a punto de unirlos, alguien toca la puerta.
—Mierda.— Masculla y nos separamos, ambos frustrados y enojados con la persona el otro lado de la puerta.
—¿Quién Es?.—Pregunto hacia la persona afuera del cuarto, levantándome de la cama.
Oímos la voz de nuestra madre responder a la pregunta.—Tu Madre.—Dijo.
—Pasa.— Avisé y ella entró, cerrando la puerta a su espalda, inmediatamente al entrar llevó su mirada a Joffrey, que seguía sentado en la cama.
—Joffrey, gracias a los dioses estás aquí, así no tengo que buscarte.—Dijo mirándolo, para luego fijar su vista en mi. —Tengo que hablarles de algo importante, será mejor que te sientes, Alyssa.
Hice caso y me senté donde estaba sentada antes, junto a Joffrey. Parecía ser un asunto de gran seriedad, pues ella no me llamaba por el apodo de mi segundo nombre, a menos que tenga malas notícias. Ella agarró la silla del escritorio en la habitación y se sentó frente a nosotros.
—Quiero que sepan que yo traté de evitarlo.—Empezó y nos tomó de las manos, respiró profundo, Joffrey y yo nos miramos con algo de miedo por lo que madre iba a decir. —Robert hizo un acuerdo con Ned Stark, quiere casar a Joffrey con la hija mayor de Lord Stark, Sansa.— En el momento en el que mi madre terminó de hablar, quise matar a Robert en ese mismo instante. ¿Como se atreve a comprometerlo sin siquiera preguntarnos?. Joffrey, por otro lado, parecía que iba a explotar de la furia.
—¿Es Enserio?.—Pregunta él con incredulidad y se levanta, para caminar por la habitación mientras habla. —¡Ella es TAN molesta! ¡No deja de mirarme, como acosadora!. Además, es una Stark, ella está por debajo de mi rango, esa gentuza solo sirve para congelarse los traseros en el estúpido Norte.—Joffrey terminó su berrinche y volvió a sentarse.
—¿En qué momento sucedió esto?.—Pregunté mientras cerraba los ojos y respiraba profundo para calmarme.
—Pasó durante su visita a las criptas.—Respondió, acariciando mi mano.
—¿Cuanto tiempo hasta la boda?. —Preguntó Joffrey, aún molesto.
—No lo sé, no pusieron fecha, pero quieren que sea antes de tu coronación.—Le dijo.
Yo lo miré, y él me devolvió el gesto. Ninguno queria casarse y nunca nadie sería lo suficiente mente digno para casarse con alguno, ambos sabíamos que no podía negarse pero que haríamos todo lo posible por que esa boda no suceda y cuando digo todo. Es todo.
Primer Capítulo SIIIIIIIII
Porfin, ya pueden vivir felices, que ya actualicé el primer capítulo, lamentablemente deberán seguir esperando para el segundo, porque aún no está terminado.
Si quieren tomar este como el Prólogo, pueden hacerlo, ya que es un capítulo más introductorio, en el segundo es donde se prende el beta '-'
Y aprovecho para recordarles que las actualizaciones serán lentas, pues GOT es una serie muy larga, y al momento de escribir los capítulos es bastante cansón, pues hay que saltar escenas, cambiar diálogos, tratar de no estresarse por la ineptitud de los Stark y así.
Pero no se preocupen que no voy a dejar botada a esta historia, gracias a todxs lxs que estuvieron pendientes, preguntándome si iba a actualizar ❤️
Recuerden que comentar y votar es gratis c;
Amo leer sus comentarios, incluso si son nada más para saber si voy a actualizar JAJAJAJA.
Sin más que decir, me despido y espero que hayan disfrutado el Capítulo 💀
~K
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