𝟰𝟳. ━ 𝐹𝑈𝑇𝑈𝑅𝑂 𝐹𝐴𝑀𝐼𝐿𝐼𝐴𝑅
El pelinegro miraba a la mujer frente a él, Uma seguía en silencio mientras miraba los papeles en sus manos.
—. Parece que los genes de Harry ganaron—mencionó con una sonrisa burlona—. Y también los de Evie y quiero suponer que los del príncipe del arco.
Phoebe los ojos, mientras sue Sienna seguia jugando con su blusa. Los tres se encontraban nuevamente en dirección por los disturbios que habían causado.
O se habían defendido, en palabras de Phoene quien golpeó a un chico por golpearle el trasero, Dylan se le unió porque estaba aburrido y Sienna terminó metida.
—. Pero como sé perfectamente que dirán que se defendieron, los dejaré ir por esta vez—mencionó, dejando los papeles en su escritorio—. Pero no se salvaran de que no le avise a sus padres.
Los tres se quejaron, siendo la puerta abierta por Harry, quién al parecer había llegado corriendo.
—. Dylan, puedes irte—mencionó Uma—. Ustedes dos no, hasta que sus padres lleguen.
—. Las veo luego—susurró Dylan, tomando su mochila y despidiéndose de ambas chicas.
Salió de la oficina sin mirar a su padre, la adrenalina en su cuerpo había bajado y sentía ardor en sus nudillos.
—¿Le dirás a mamá?—preguntó Dylan.
Harry se encogió de hombros—. Si no le digo se enterara de todas formas—respondió—¿Ahora porque fue?
—. Un chico golpeó a Phoebe, creo que fue el hijo de Anastasia.. Yo me uní y Sienna terminó metida—explicó el chico, ambos llegando al auto.
—. Bueno, se lo merecían, sube.. Tenemos que ir por tus hermanos—añadió Harry.
El chico se subió al asiento del conductor, dejando que el silencio llenara el lugar mientras llegaban al colegio de sus hermanos.
Miro a lo lejos la cabellera castaña de su hermana menor, sonriendo al saber el drama que haría su padre.
Solo escucho como su padre tocaba el claxon, asustando a su hermana y al chico que la acompañaba.
Se recargo en el respaldo de asiento, dejando que su padre se baje del auto para recoger a sus hermanos.
Sonrió burlón al mirar el ceño fruncido de su hermana, escuchando a sus otros dos hermanos burlarse de ella.
En cuanto llegaron a su hogar o castillo o mansión como quieran decirle, su hermana fue la primera en bajar, dejándolo a él y a los otros tres en el auto.
—. Mamá de seguro me extraño, le traje flores—mencionó el más pequeño, Nath.
—. Es lo más seguro..—respondió el otro chico, Cyrus—. Papá, ¿Podrías dejar de ser tan sobreprotector con Eleonor?
—. Como si tu no lo fueras Cyrus—respondió Dylan, tomando en brazos a Nathaniel—. Hola pirata.
—. Hola capitán, vayamos en busca de mamá—ordenó el pequeño.
—. Celos de padre, yo los sufrí, crean o no—fue lo único que respondió Harry hacia sus hijos.
Los cuatro entraron, dirigiéndose al salón principal donde se encontraron a una mujer de cabellos rubios hablando con Eleonor.
Eleonor rodó los ojos, agarrando su mochila y dirigiéndose hacia las escaleras ignorando la presencia de su padre y hermanos.
—. Hola mamá—mencionó Dylan, acercándose a dejar un beso en su mejilla, dejando que Nathaniel y Cyrus también lo hicieran.
—. Alto ahi—Helena tomó el rostro del mayor—¿Otra pelea?
Dylan solo asintió, sentándose a un lado de ella, haciendo una mueca cuando vio a sus padres besarse.
—¿Sigue enojada?—preguntó Harry hacia su esposa.
Helena asintió—. Y mucho.
—. Niños.. ¿Qué les parece si van a cambiarse? ¿Qué quieren comer?—preguntó Helena, sonriendo hacia los tres chicos.
—. ¡Nuggets!—respondió Nath, dejando otro beso en su mejilla y corriendo escaleras arriba.
—. Lo que hagas esta bien mamá, menos verduras por favor—pidió Cyrus, siguiendo al menor.
—. Usen protección por favor, con cuatro son suficientes—musito por último Dylan, riendo ante la cara roja de su madre.
Dejó que sus padres se quedaran en el salón, subiendo hacia su habitación que estaba en el lado derecho de la mansión.
Su cuarto era fácil de identificar por el color de las puertas, igual que las de sus hermanos. La de él era de un azul oscuro, con corazones.
La de Eleonor era de un rosa con muchas flores, Cyrus de color verde con algunas coronas y finalmente la de Nathaniel de un color amarillo con galletas y dinosaurios.
Todos dibujados por su madre. Helena siguió la costumbre de su madre, Rapunzel. Y Harry no se negó ante eso.
Al llegar a su habitación, dejó sus cosas en el escritorio, caminando hacia el baño y así poder ducharse.
Saliendo de la ducha con una toalla en su cintura, caminando hacia el armario y sacar algo de ropa para él. Dejando que su cabello se seque al aire libre.
Su mirada se encontró con uno de los autorretratos que tenía en su habitación. En la cuál salía él con sus dos mejores amigas.
Su amistad con Phoebe y Sienna empezó desde que los tres eran niños, o eso cuenta su madre. Aunque creía que también se debía a la amistad de su madre y los padres de las chicas.
Pero Phoebe era su mejor amiga, la chica era hija del mejor amigo de su madre, Hugo. Y era con quién más convive, mientras que con Sienna, eran amigos más no tenían una relación muy cercana por la distancia.
Sienna vivía en DunBroch, con sus padres y hermana. Pero al tener que entrar a la preparatoria Auradon, tuvo que mudarse a los dormitorios de la preparatoria.
Y no era un secreto a voces la antigua amistad del rey consorte de DunBroch con su madre y el padre de Phoebe. Pero era algo de lo que él no sabía con exactitud y ni quería investigar.
Salió de sus pensamientos cuando la puerta de su habitación fue tocada y después de decir "pase", su madre entró con una pequeña sonrisa.
—. Tu padre me dijo que tú tenias que decirme algo—mencionó su madre.
Dylan solo rodó los ojos maldiciendo a su padre por lo cobarde que era con su madre, pero en parte lo entendía, su madre daba miedo cuando se enojaba.
—. Solo fue otra simple pelea mamá—respondió Dylan, mirándola caminar por la habitación hasta encontrar el botiquín que siempre tenía.
—. Peleas siempre habrá Dy, ¿Cuál fue el motivo esta vez?—preguntó Helena, tomando un algodón con alcohol y pasarlo por su herida.
—. El hijo de Anas... tasia, golpeó a Phoebe, yo me uni para defenderla, Sienna también y terminamos los tres en pelea—siseo entre palabras al sentir el alcohol en su herida.
—. Creí que Uma arreglaría eso—mencionó la rubia—. Pero, bien hecho.
Dylan sonrió levemente—¿Tu también te metías en problemas de joven?
—. Sigo siendo joven cariño—mencionó Helena—. Pero no me metía en ese tipo de problemas como tu.
—¿A problemas te refieres a irte a la isla por papá?—preguntó intentando no reírse.
—¡Dylan!—exclamó Helena, pellizcando su mejilla.
—¡Mentira no es mamá!—respondió el chico riendo, contagiando a su madre.
—. Ush, igual a tu padre—mencionó por último, guardando el botiquín en su lugar—. Ahora, baja a comer. Antes de que tu padre y hermana vuelvan a pelearse.
—¿Por qué papá es tan sobreprotector con Eleonor?—preguntó el chico caminando por el pasillo junto a ella.
—. Tu padre es un celoso de primera y Eleonor es su flor. Los celos y sobreprotección vienen en su sangre—respondió Helena con una pequeña sonrisa—. Aunque bueno, no se comparan a los celos de tu abuelo.
—¿Sigue en el crucero con mis abuelos?—preguntó Dylan, abriendo la puerta de la cocina para que su madre entrara.
Helena asintió—. Si, los cuatro siguen en el crucero y al parecer todavía falta que regresen..
Al acercarse a la mesa, se encontraron con Harry, Eleonor y Nathaniel esperándolos para comer. Dylan ayudó a su madre a sentarse para luego imitarla, quedando a lado de Eleonor.
—. Lucian me invitó a salir—mencionó Eleonor, mirando a su madre en apoyo.
Harry casi se atraganto con la comida y ya se preparaba para quejarse pero al ver la mirada de su esposa en él, mejor se quedó callado.
—. Eso es fantástico cariño ¿No te dijo que dia?—preguntó Helena sonriéndole con complicidad.
—. Mañana después de la escuela ¿Puedo ir?—Eleonor preguntó.
Helena asintió—. Por supuesto cariño, solo no regreses tarde—pegandole con su pie a Harry.
Este solo suspiró con desgano—. Mucho cuidado y marcame en cuanto te quieras ir, ire por ti—dijo mientras asentía.
Eleonor celebró, levantándose de su silla y corriendo para abrazar a su madre y dejar un beso en la mejilla de Harry, subiendo hacia su habitación.
—. Déjame capturar este momento—mencionó Nathaniel, teniendo el teléfono de Dylan en sus manos, apuntando hacia Harry.
El hombre solo tenía sus hombros bajos mientras Helena reía ante esto.
Terminaba de dejar sus joyas en la caja, sonriendo al notar el collar de corazón perfectamente cuidado. Tomando una de las pequeñas toallas y pasarla por su rostro para quitarse los restos de maquillaje.
Por el espejo miro la silueta de su esposo, sintiendo sus mejillas rojas al mirar su espalda descubierta. Podrían pasar los años pero Harry la hacía sentir nuevamente una adolescente de diecisiete años.
Carraspeó intentando mantener la compostura y terminar de alistarse para dormir, la mayor parte del día se la había pasado entre juntas y el dolor de espalda no la dejaba.
Levantándose de su tocador, se encaminó hacia el armario. Donde Harry terminaba de ponerse su ropa para dormir, la rubia intentó bajar el cierre de su vestido.
—. Cariño ¿Podrías?—preguntó Helena.
Harry asintió, tomando con sus manos el cierre del vestido y así bajarlo, sin poder evitar dejar un beso en los hombros de ella al estar espaldas de él.
—. ¿Sabes que te amo mucho?—preguntó Harry, bajando sus manos hacia su cintura.
Helena asintió, dándose la vuelta y encontrándose con esos ojos azules que tanto ama.
—. No hay día que no lo digas cariño—respondió Helena, subiendo sus manos por los brazos de su esposo, pasando por su pecho y tocando levemente la cicatriz en su pecho.
Cicatriz que a pesar de todo, nunca desapareció. Un recuerdo amargo que a ninguno de los dos les gustaba recordar.
A nadie de la familia exactamente.
Sintió como Harry la tomaba de la mandíbula, alzando su rostro y juntando sus labios.
Jadeo al sentir como Harry pasaba sus manos por su cuerpo, solamente vistiendo su ropa interior. El beso se hacía cada vez más intenso y con ello las caricias.
—¡Ya sé que tienes a mamá ahí! ¡Es mi mamá!—exclamó Nath detrás de la puerta de su habitación.
Ambos se separaron del beso y Helena dejó un último beso en sus labios—. Iré a cambiarme, tu distrae a Nath.
—. Cuando regresen mis padres, los enviare con ellos, a los cuatro..—mencionó Harry en queja ante el momento interrumpido con ella, saliendo del armario para caminar hacia la puerta de su habitación.
Helena carcajeo, tomando su vestido y dejándolo en el cesto de la ropa sucia, tomando su pijama y colocandosela para regresar a su habitación.
Al entrar se encontró con la escena de Nath en los pies de su cama con su peluche de dinosaurio, mientras que Harry cerraba las cortinas.
—. Hola bebe—saludo la rubia al pequeño—¿Listo para tu cuento de dormir?
Nath asintió con emoción, corriendo hacia el centro de la cama y así poder acomodarse.
La puerta volvió a ser tocada, dejándole paso a Cyrus y Eleonor, quienes también venían con sus pijamas puestas.
—. Nosotros también queremos escuchar—mencionó Cyrus, siendo seguido por Eleonor.
Los dos chicos se acomodaron en la cama junto con Nathaniel. Harry en esos momentos agredecía que su cama fuera lo suficientemente grande para que todos pudieran caber sin problemas.
—¿Que cuento quieren hoy?—preguntó Helena, mirando los cuatro libros frente a ella.
El primero, teniendo el lomo de color dorado, con un sol y un garfio.
El segundo, el lomo de color azul, con una estrella y un corazon rojo.
El tercero, de color verde, acompañado de una luna y una manzana.
El cuarto, teniendo una combinación de colores azules y verdes, con varias agujas y utensilios de cocina.
Y el quinto, de color blanco, con diferentes formas y diseños.
La rubia recordaba como poco después de su coronación, Irvette le regaló los cuatro libros. Al inicio estaba confundida pero entendido que era un regalo de su suegra.
Y dichos libros se volvieron los favoritos de sus hijos, a pesar de que tenían un sin fin de cuentos en la biblioteca, ellos preferirían esos cuatro.
Así que cada viernes, ella y Harry les leían uno de los cuentos, dejando que los cuatro niños se durmieran ahí con ellos.
—. ¡El de la princesa soñadora!—exclamó Nath, puesto que su cuento favorito era el de color dorado.
—. Naa, el del villano gruñón—respondió Cyrus, siendo el rojo su cuento favorito.
—. Yo quiero el de la villana amada—añadió Eleonor, que tenía su cuerpo recargado en el pecho de su padre.
Harry solo asentía, jugando con el cabello castaño de la chica, sonriéndole al mirar sus ojos verdes, esos que heredó de su madre.
—. Pues yo quiero el de principe odiado—respondió Dylan, uniéndose a sus padre y hermanos en la cama.
—. Todavía me pregunto porque los recuerdan así—susurró la rubia—¿Qué les parece si les leo los cuatro?
—¡Si!—exclamaron todos, dejando que Helena se uniera a ellos en la cama.
Y mientras ella empezaba a leerles, Harry no pudo evitar sentirse pleno ante la vida que formó junto a su tesoro, aquel que sigue amando y cuidando como prometió.
Dylan Hael Hook Fitzherbert
18 años
El mayor de los cuatro
Principe de Auradon
Color/objecto representativo: negro/azul y corazones
Eleonor Hook Fitzherbert
14 años
Melliza mayor
Princesa de Auradon
Color/objecto representativo: rosa y flores
Cyrus Hook Fitzherbert
14 años
Mellizo menor
Principe de Auradon
Color/objecto representativo: verde/blanco y coronas/libros
Nathaniel Hook Fitzherbert
9 Años
Principe de Auradon
El menor de los cuatro
Color/objecto representativo: amarillo y dinosaurios/galletas
¿Les gusto?
Yo amo a mis criaturas.
Y vengo a confirmar que después de mucha tristeza el ship ArchiexBen, es canon en el futuro, siendo Sienna su hija.
¡Muchisimas gracias por todo!
¡Nos vemos en el epílogo!
Y tomen atención a lo que esta en cursiva y en negrita...
—Barbs.
B
esos
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