𝟰𝟭. ━ 𝑉𝐸𝑁𝐶𝐸𝐷𝑂𝑅𝐸𝑆
¡LEAN LA NOTA FINAL!
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Helena soltó la espada, pero el escudo que la rodeaba no desapareció. Soltando un gritó al escuchar la flecha de hielo chocar contra este.
Su mirada se encontró con la de Arianne, quien se acercaba a ella.
—. No sabes cuanto tiempo espere para matarte, quitarles el Sol que tanto odie—musito con enojo, avanzando y sonriendo con cinismo.
—. Creo que tendrás que seguir esperando—habló alguien detrás de ella.
Golpeando a la pelinaranja en la cabeza, Helena seguía confundida al no encontrar la silueta de alguien. Mientras que Arianne intentó atacar a quien la golpeó.
Helena fijo su vista en el medallón que ella tenia, notando como este brillaba cada vez que Arianne utilizaba su poder.
"El medallón, necesitas destruir el medallón y vencerán" recordando las palabras que Irvette dijo antes de partir de su cabaña.
Levantándose con la espada en mano y empezando a luchar contra Arianne, ambas seguían la lucha tras golpes e insultos. La rubia jadeo al sentir una flecha rozar en su vientre, escupiendo sangre.
Antes de que Arianne pudiera darle un golpe más, fue detenida por Harry, quién le miraba fulminante. Golpeándola para luego acercarse a Helena, dejando su espada tirada.
Su pulso se aceleró al ver la sangre escurrir del labio de la chica, limpiandolo con su pulgar—. ¿Damisela en peligro? —intentó bromear.
Helena río pero volvió a toser sangre, recargándose en el pecho de Harry, este decidió tomarla en brazos y antes de que Arianne quisiera lastimar a alguno de los dos con la espada de Harry.
Una fuerza alejó la espada de la mano de esta, llevando la espada hasta el lago, el cuál empezó a brillar, distrayendo a Arianne quien volviendo a hacer golpeada por la persona camuflada.
—¡Ya sal! ¡¿Tan débil eres como para esconderte?!—gritó exaltada.
—. Hermosa en realidad, débil jamás—respondió Ivy, quitándose el yelmo de Aleksander y volviendo a golpear a la chica.
El golpe dejó aturdida a Arianne, la pelirroja aprovechó para quitarle el medallón entre forcejeos, lanzándolo lejos.
Harry seguía con su atención en su espada, corriendo hacia el lago con la chica en brazos, ignorando los gritos de los demás hacia él.
Mientras que Aleksander y Marcos seguían peleando contra Nolan, el rubio seguía con la sonrisa en su rostro.
—¿Creen que ganaron?—preguntó Nolan—. Esto no es nada con lo que pienso hacer.
—. Uy si, que gran pelea—comentó Marcos con burla, golpeándolo en la mandíbula—. Esto es por mi hermana.
Nolan intentó atacarlos pero fue detenido por el poder de Aleksander, que se volvieron cadenas, dejandolo inmovil y tirado frente a ellos.
—. Necesito esto para el álbum de fotos—Comentó Hugo burlón, que estaba peleando junto con ellos, acercándose a Nolan—. Y también esto debe volver a sus dueños.
Sacandole los medallones de Ben y Helena—. Sabía que algo estaba mal con ellos.
—¿Y creen que con esto podrán detenerme?—preguntó el rubio con sarcasmo.
—. Nosotros no, eso sí—Aleksander sonrió burlón, mirando hacia atrás del rubio.
La mirada de Nolan se encontró con la de Magnus, que a su lado tenía un monstruo con la apariencia de un perro con tres cabezas.
—¡Maldito traidor!—exclamó Nolan.
Magnus hizo movimientos con sus manos burlándose mientras se acercaba a ellos—. En primera, nunca estuve de tu lado—recalcó, entregandole una flecha de color verde y morada a Aleksander—. Ah.... Y buen viaje a Cerbero le gusta jugar mucho con sus comidas.
Nolan jadeo, sintiendo como las cadenas lo arrastraban hasta el perro, el cuál lo llevó hasta los árboles, dejando que únicamente los gritos de Nolan se escucharan.
Aleksander volteó en cuanto escuchó el gritó de Ivy, encontrando el medallón tirado. Su mirada bajó hacia la flecha que Magnus pudo crear para él.
Acercándose e hincándose frente al medallón, el gritó de Harry le distrajo. El chico seguía en el lago junto a una rubia inconsciente. Su mirada era de desesperación y terror,tartamudeando mientras intentaba despertar a la chica y el agua empezaba a moverse de forma antinatural.
Un dolor se instaló en el pecho de Aleksander, bajando su mirada nuevamente hacia la flecha y mirando como su mano temblaba sin poder controlarlo. La mano de Marcos se posó junto a la de él, mirando a su hermano y con un asentimiento ambos lograron encajar la flecha en el medallón.
Este se alzó frente a ellos, iluminandose de un aura azul y acercándose al lago, el cielo tomo ahora un color azul y el agua se calmó.
La flecha se esfumó de la mano de ambos chicos y el medallón se rompió. Del agua empezó a emerger una luz, mientras que Harry seguía centrando en Helena preocupado por su estado.
—. Vamos tesoro, despierta... por favor—musitó, dejando que sus lágrimas bajaran por sus mejillas.
Sabía que debió haberle hecho caso a su instinto.
Alzó su mirada hacia la luz que se acercaba a ambos, cerrando sus ojos ante su intensidad. Al volverlos a abrir, se encontró con la figura de su madre frente a ella.
Irvette sonrió al ver a Harry, dejando que esta ponga su mano en su mejilla y limpie sus lágrimas, mirando como la mano de ella bajó hacia el rostro de Helena.
Alzó su mirada nuevamente y solo miro como Irvette le guiñaba el ojo, desapareciendo nuevamente.
Helena tosió, agarrándose de la ropa de Harry mientras este la pegaba más a él.
—. Te amo—musito entre lágrimas el chico, sintiendo las manos de Helena acariciar su rostro.
—. Yo igual te amo Harry—respondió Helena, besándolo.
Arianne corría entre los árboles, las ramas crujían a cada paso de ella, intentando alejarse lo más que podía.
Algo la hizo caer a la tierra, arrastrándose pero una figura frente a ella la detuvo. Grito ante la sombra que estaba frente a ella, arrastrándose lejos de ella.
La sombra se acercó a ella, ignorando los gritos de la chica, hasta quedar hincado frente a esta y tomarla de la mandíbula.
—¡Suéltame!—gritó Arianne, intentando soltarse.
La sombra solo puso su dedo en su boca, exigiendo que guardara silencio. Arianne seguía moviéndose, hasta que su mirada chocó con la de la sombra.
Encontrándose con unos ojos rojos, intentando volver a gritar pero ya nada salía de su boca, lo último que pudo escuchar fue la risa de la sombra. Sintiendo una espada atravesarle el corazón.
La sombra solo miraba como la chica agonizaba, dejando que ella se ahogara en su misma sangre. Para que en otro movimiento de su espada, su cuerpo se convirtiera en cenizas.
Y así, Arianne dejó de existir.
Un ruido detrás de la sombra, lo sorprendió. Moviendo su cuerpo y espada hasta rozar el rostro de la mujer detrás de él.
—. Interesante técnica—musitó esta—. Pero ¿Necesidad de la capa? Si de todas formas nadie sabrá que tu la asesinaste.
—. Digamos que las costumbres no se pierden—respondió Eugene, quitándose la capucha del rostro—. ¿Qué tal el encierro Calipso? ¿O debería decirte Irvette?
—. Fue mejor de lo que esperaba. Y tus hijos.... Son mejores de lo que mis profecías decían—añadió está, examinandolo con la mirada—. No eres el héroe que llegue a conocer alguna vez.... ¿Qué hiciste?
—. Nunca fui un héroe, pero...Un villano sí—recalcó, acercando su mano a la espada y tocando la sangre de Arianne que seguía en esta—. Las apariencias son algo que se me da muy bien... Y mientras...
Se acercó a ella, pasando su espada por su mandíbula sin lastimarla—. Mientras mi esposa e hijos... No se enteren de todo lo que hice por ellos, seguiré siendo su héroe.
Sonrió nuevamente, alejándose—. Porqué no soy el único que ha hecho eso....
Irvette asintió—. No es como si fuera a gritarlo a todo el mundo.
Eugene se encogió de hombros—. Más vale amenaza que verdad.
Ambos se miraron por última vez, caminando por diferentes direcciones.
—¡Helena!—gritó Cordelia, quien se encontraba en las escaleras de la entrada junto a Jay y Carlos.
La pelirroja se acercó corriendo a su amiga, quien venía caminando con ayuda de Harry. Los otros dos chicos se acercaron.
—. ¿Se acabó?—preguntó Carlos.
Harry asintió, suspirando con calma mientras veía a Helena en brazos de Cordelia—¿Y Uma?
—. Aqui—respondió la morena, llegando con Gil—. El hechizo se ha desvanecido, ya nadie está hecho piedra.
Todos suspiraron, algunos con golpes y rasguños pero estando con vida. Los gritos de los padres de los chicos se escucharon a la lejanía.
Siendo Rapunzel la primera en salir corriendo hacia sus hijos, al igual que Tiana que terminó cayendo al piso con Hugo.
Bella busco con la mirada a Ben—¿Y Ben? ¿Dónde está?
Los demás no sabían qué responder, preocupando a la mujer, hasta que Mal llegó, mostrando una mueca—. Yo sé donde está.
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La figura de Audrey postrada en su cama fue lo primero que vieron al entrar a la habitación, Ben estando en una de las sillas con su rostro enterrado en sus manos.
—¡Chicos!... —hablo esté, levantando e intentando acercarse a ellos.
Helena alzó su mano, ejerciendo distancia entre ella y Ben, el chico asintió—. Audrey... la encontré mientras caminaba de regreso. Esta en un tipo de sueño profundo.
—. Mal intento despertarla pero creemos que el hechizo que usaron para dormirla es más poderoso.
—. Debe haber alguien que pueda despertar—comentó Uma—. Pero yo no sé de nadie.
—. Yo si sé de alguien—hablo Magnus, sonriendo ante la cara sorpresiva de Mal—. Mi padre.
—¿Qué haces aquí?—preguntó Mal—. Se supone.. que debes estar en la isla—susurró.
—. Así como Harry y Gil salieron, yo también pude salir—respondió Magnus, mirando a Ben—. Como decía, mi padre puede ayudarla a despertar, pero no lo puede hacer desde la isla.
—. ¿Quién...—preguntó Cordelia, estando a lado de Jay.
—¿Que si quien es mi padre?—Magnus sonrió, volteando a Mal—. ¿Por qué no se lo dices tu? Hermana mayor.
Las últimas dos palabras dejaron sorprendidos a todos, Mal intentó pronunciar algo pero de su boca no salía nada.
El chico rodó los ojos—. Saquen a Hades de la isla y él, les ayudará a que la princesita problemática despierte. Él es mi padre y él de Mal.
—. ¿Por qué estas tan seguro de que nos ayudara aunque sean sus hijos quienes se lo pidan?—preguntó Harry.
—. Hades me debe un favor—anunció Eugene, estando recargado en la puerta—. Así que yo me encargaré personalmente de traerlo.
Helena no pudo correr hacia los brazos de su padre, sonriendo en cuanto Eugene dejó un beso en su cabeza.
—. Si la barrera se cerrará, prefirire quedarme en la isla—hablo Uma—. Es mi hogar y nada lo hará cambiar.
—. Yo también me ire—añadió Gil, poniéndose de su lado.
—. Yo no tengo nada en Auradon, así que también me regreso—dijo por último Magnus, ignorando la mirada de Mal sobre él.
Harry seguía metido en sus pensamientos mientras los demás hablaban de lo que pasaría de ahora en adelante.
—. Bien, en unos minutos salimos—Eugene miro a todos por último, saliendo de la habitación.
Helena se regresó a lado de Harry, notando como este no notaba su presencia y después de haber mirado a Marcos por algunos segundos. Este asintió.
La rubia tomó de las manos a Harry—. Ven conmigo...—susurró para él, queriéndolo llevar a otra habitación y poder hablar a solas con él.
—. Helena espera...—mencionó Mal, intentando acercarse a ella, pero la figura de Evie se interpuso.
—. Ni se te ocurra..—dijo esta.
Helena y Harry abandonaron la habitación, Hugo suspiró minutos después, imitando a Helena y antes de salir de ahí con Evie, se volteó hacia Ben.
—. Reunire al consejo y con ello, a todos... Así que preparate—dijo hacia Ben.
El castaño asintió, dejando que los pocos que quedaban empezaran a irse también.
La rubia abrió la puerta de su habitación, dejando que Harry entrara primero. Dejando que la chica lo llevara a la cama y hiciera que este se sentara.
Harry dejo que la chica se pusiera entre sus piernas, sus brazos rodeando su cintura y su rostro quedó enterrado en su vientre, suspirando mientras sentía los dedos de la chica pasar por su cabello.
—¿Quieres hablar?—preguntó Helena en un susurró, Harry negó—¿Quieres que nos quedemos así?
El chico volvió a asentir, cerrando sus ojos mientras intentaba no llorar. Helena sonrió levemente, bajando sus manos hasta los hombros del chico, masajeandolo.
Ambos siguieron en silencio por unos minutos más, hasta que Harry levantó su rostro encontrándose con la mirada de la chica.
Helena limpio con su dedo una de las lágrimas que bajaba por el rostro de Harry, dejando un beso en su frente—. Creo que se de algo que te hará sentir mejor.
Tomó de la mano al chico, haciéndo que la siguiera hasta el baño de su habitación. Ambos entraron en este y mientras Helena templaba el agua. Harry examinaba el baño, el cual era de color blanco con diseños en dorado y muebles en lila.
Sonrió al notar varios productos de cuidado del cabello en el lavabo junto con cosas de la chica. Helena se volteó, agachándose a los gabinetes y sacando un botiquín con algunas toallas.
Harry se sentía algo confundido por el silencio de la chica pero dejó que esta lo hiciera sentarse encima del inodoro, acercándose con un algodón en sus manos.
El chico se alejó al notar que su mano se acercaba a su rostro—. Es desmaquillante, tranquilo. Solo no quiero que tu delineado se arruine con el agua.
—. Y tranquilo, no pasara nada malo—susurró a lo último, besándolo en la mejilla y pasando el algodón por su rostro.
—¿Te bañarías conmigo?—preguntó Harry.
—¿Quieres que lo haga?—respondió la chica, mirando el asentimiento de Harry—. Tu entra, ire por ropa.
—. Entra conmigo, luego puedes ir por la ropa—pidió Harry, tomándola de la cintura y acercandola a él.
Helena pasó sus manos por el cuello del chico, acercando su rostro para besarlo. Sintiendo como las manos de Harry la ayudaban a quitarse la chaqueta junto con la blusa. Helena no se quedó atrás, ayudando al chico con ropa y cuando ambos estuvieron esnudos, Harry la tomó de la cintura para adentrarnos a ambos a la ducha.
El agua corría por sus cuerpos, quitando la sangre seca y mugre, sus besos continuaron y con ello las caricias, sin intenciones de otra cosa. Simplemente caricias.
La rubia tomó el envase del champú, para luego empezar a lavar el cabello de Harry, sus mejillas estaban rojas mientras sentía las manos del chico en su cintura y el cómo este le miraba con ojos de amor.
Duraron bastante en la ducha, entre risas y tropezones lograron salir, envolviendose en las toallas que la chica logró sacar.
Al regresar a la habitación, Harry se volvió a sentar en la orilla de la cama con una toalla en su cintura, mirando como ella se iba directo al armario de la habitación y sacando varias prendas de ropa.
—. Puedes usar esta ropa, es de Alek—hablo la chica extendiendole un par de pantalones de chandal y una camiseta de color gris.
—. Gracias..—susurró Harry, volteandose para cambiarse y así darle privacidad a ella.
Eran pareja sí, ya la miro desnuda.. también, pero sabía que la chica apreciaba esos momentos donde él le daba su privacidad al cambiarse.
Ya al estar cambiados ambos, Helena lo hizo recostarse en la cama, dejando que Harry se abrazara a ella. El chico enterró su rostro en su cuello, escuchando el pequeño canto de la rubia.
Desde hace tiempo el chico había estado insomnio, esto debido a pequeñas premoniciones que tenía gracias al poder de su madre, Helena al saber esto, cada que iba a visitarlo.. Lograba cantar para él y así por lo menos dormir aunque sea un rato.
También la rubia había logrado llevarse de contrabando un reproductor de música y que así Harry pudiera escuchar su canto al dormir.
Harry al pasar los minutos, sentía sus lágrimas bajar por su mejilla, sollozando mientras apretaba a la chica en sus brazos.
Helena dejó que él llorara, sabiendo que era muy difícil que el chico llegara a un punto de quiebre. La última vez que lo recordaba así, fue cuando Gothel la secuestró.
Pero no era algo que tenía que recordar en ese momento, susurrando pequeñas palabras a Harry junto con besos en su cabello. Hasta que el chico logró quedarse dormido.
Helena como pudo, logró taparlos a ambos con la cobija, dejando un último beso en la frente de él y unirse al mundo de los sueños.
Ambos se quedaron dormidos mientras el desastre real seguía afuera de la habitación, pero no era algo que les importaba en ese momento.
No a ellos.
¿CREYERON QUE ESTE SERIA EL FINAL?
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
¿Que les parecio?
Aviso que faltan varios capítulos:>
Espero les guste, comenten lo que más les gusto, muak
—Barbs.
Besos
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