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Es una ironía, nacer como Dios y aun así tener que morir.

Recuerdo muy poco de mi primera vida, solamente pequeños detalles sobre mi madre y hermana. Mis días se basaban en guerras, destrucción y muerte. Sentía que así podía llenar un vacío dentro de mí.

La sangre manchaba mi nombre pero realmente nunca me importó, sembrar el miedo y pelear por gusto. Era conocido como el dios de la guerra, algo bueno tenia que salir de ahí.

A diferencia de mi hermana, que prefería las guerras limpias y con justicia, más amada que mi persona. Pero a pesar de nuestras diferencias, éramos familia. Y mi madre, quién me seguía amando a pesar de todo lo que manchaba mi nombre, aquella mujer de mirada fría y cabellos tan oscuros como la noche, porque eso era.. La noche.

Mi vida era monótona, un balance entre las guerras y ver como solo un empujón llegaba a la muerte, nunca me importaba lo que los dioses principales decían de mí, solo cumplía lo que ellos necesitaban de mí.

Hasta que la conocí a ella.... cuando menos lo pensé, estaba dentro de un colapso de mi vida donde no sabía mi propósito inicial, pero al encontrarme con esos ojos verdes y facciones angelicales. Pensé que había muerto, pero ella me demostró lo contrario.

Su toque fue tan suave y delicado como una nube, la sonrisa no desapareció de su rostro y ni se diga como se movían sus cabellos dorados ante cada paso de ella hacia mí. Su olor a rosas naturales llegaron a mí, hipnotizándome y haciéndome caer en sus encantos. Pero tenía que alejarme de ella.

Un ángel como ella no podía caer en el mismo abismo que yo, pero la forma en que ella pronunciaba mi nombre, no mi sobrenombre. Ares, cada que ella me hablaba era imposible ignorarla, los dioses en un inicio aceptaron esto, aceptaron nuestro amor.

Los días y noches a lado de mi ángel fue lo mejor de mi primera vida, la forma en que ella era adorada por los del bajo mundo, llenandolos de abundancia y alegría. Mi amada Afrodita, mi amada diosa del amor.

Lamento mucho haber llegado tarde mi ángel, si tan solo hubiera sabido sobre esto, no te hubieran apartado de mi lado. Los días se volvieron agrios y las noches solitarias, nada ni nadie pudo llenar tu lugar, extrañando sus sonrisas y tu voz angelical.

Dejándome cegar por la ira y venganza, pero sin poder recuperarme, buscando alguna manera de volverte a tener en mis brazos aunque sean algunos segundos.

Finalmente, acepté la propuesta de mi madre, aquella propuesta que no sabia si seria la mejor pero siendo la única manera de volverte a tener. Nos encontraremos pronto angel.

De mi segunda vida recuerdo muchas cosas, no sabia donde estaba pero a la vez si. Despertando en una habitación muy diferente a las que solía tener en mi templo.

Aún confundido por todo, corrí hacia el primer espejo que encontré, mirando mi rostro. Sintiendo las lágrimas llenar mis rostros al descubrir que ahora mis ojos eran de un color verde, tan parecidos a los de mi ángel.

En mi segunda vida, mi nombre ya no era Ares o me conocían por ser el dios de la guerra. Revisando la habitación descubrí varias cosas, que realmente serían de gran ayuda para esta vida.

Mi nombre en esta vida era Eugene Fitzherbert, que para mí, poco ingenuo por favor, era el príncipe heredero del reino Shadowcrest al ser el único varón. Funcionaría por el momento.

Después de cambiarme a una ropa, realmente incómoda, odiando lo que parecía ser un suéter o saco colgado con la demás ropa. Fue bastante confuso ponérmela pero no negaré que me quedó mejor de lo que esperaba.

Caminando con mucha confusión por los grandes pasillos del lugar, encontré varios retratos, no negaré que la belleza era hereditaria. Sonríe al ver un retrato de mí mismo, sí que soy guapo.

Note el otro retrato a lado del mío, sorprendiéndome al descubrir que la mujer en el retrato era muy parecida a mi hermana Atenea. Pero sus ojos eran de color gris. Era linda, pero no más que yo.

Y finalmente, llegue al retrato de quien parecía ser mi madre, quien seguía siendo la misma, pero con pequeños cambios. ¿Esto era parte de su plan?, no entendía nada.

Los días como príncipe eran demasiado aburridos, teniendo que practicar para que entendi, una coronación, pero no era algo que me interesaba, queriendo escapar y recorrer el mundo. Saber que cosas podria descubrir y así poder contarselas a mi angel.

Pensando en las formas en que podría encontrarme con ella, ¿sería una princesa también? ¿o una doncella?, no me importaba, solo necesitaba saber que ella estaba con vida.

Mientras más pasaba el tiempo en mi segunda vida, descubrí bastantes cosas, como el hecho de que mi hermana, Esme... Y ahora si entiendo el porqué me pusieron tan horripilante nombre. Tenía más ambición que yo al querer gobernar, decidiendo cederle el trono.

En mi antigua vida, mi hermana Atenea vivía en la isla de Themyscira, así que sabía la forma en que ella lideraba, recordando que me debe unos buenos golpes. Volviendo al tema.

Cada que miraba a Esme, sentía parte de la esencia de alma de mi hermana, si madre tenía algo que ver esto, ella también estaba involucrada, pero necesitaba la forma de poder encontrar a mi ángel.

Mientras caminaba por los caminos del pueblo, intentaba no llamar mucho la atención, aunque era algo que me gustaba. Mire de reojo como dos hombres, de cabello rojizo y muy pero muy idiotas, robaban un puesto de quien sabe que era.

Sonriendo al saber mi plan de escape.

El viento golpeaba mi rostro mientras reía al escapar de los guardias del castillo, esto ha sido la mejor opción, no obligaciones, libertad en su totalidad. No negaré que esto era mejor que ser dios, pero no lo supera, amo el ser libre. Pero me seguía faltando algo y sabia que era exactamente.

Fue fácil ganarse la confianza de esos dos, dejando que pensaran que sería un debilucho ante ellos... y aunque no tuviera mis poderes en su totalidad, si que los podía vencer.

Finalmente pase la mayoría de vida siendo un fugitivo, buscando en cada reino y pueblo que se me cruzara, buscando y robando lo que sea. Burlándome de los mitos que se crearon al pasar de los años.

Entre tantas aventuras, si se le pueden decir, hice varios conocidos. Sorpresivamente mi carisma fue lo que más influyó. En una de tantas conocí a Killian quien era un ¿pirata? Pero prefería decirle Garfio ante su falta de mano, o a Naveen, quien fue quien mejor me cae.

En una de mis últimas jugadas, me interesé bastante por el reino Corona, y su pequeña princesa perdida. Terminando por quedarme con la corona de la princesa y llegando a un escondite después de haber traicionado por última vez a los hermanos Stabbington.

Encontrándome con una torre escondida, subiendo y entrando a lo más alto, decidiendo por descansar de ser tan gua......

Abrí lentamente mis ojos, sintiendo mi cabeza palpitar y algo picarme en los brazos. Esto era una humillación total, maldecía internamente ante mi error y enojándome más con ese camaleón que solo seguía burlándose de mí.

No visualice a alguien más, intentando soltarme pero una voz.... Tan.... hermosa me detuvo... Era la misma voz de mi angel. ¿Era ella? ¿Por qué no salía?

La desesperación se iba apoderando de mí, necesitaba comprobar que era mi ángel el que estaba aqui.

Ella...... es... Tan hermosa......mi angel......

Ella está frente a mi

Seguía tan hermosa como la última vez

Aunque ella no recordara algo de su vida pasada, sabía que ella seguía siendo la misma, su sonrisa me lo decía.

¿Cabello mágico? ¿No entendía nada? ¿estrellas flotantes? ¿Se refiere a las linternas?

No entendía nada de lo que pasaba pero al saber lo poco que ella sabía del mundo exterior, supe que sería mejor aceptar su trato.

Yo recuperaría la corona y a mi ángel, mientras que ella podría ver las linternas....podria hacer nuevos recuerdos con ella a mi lado y salvarla de su encierro.

Y mi corazón nunca fallo, volvería arriesgar mi vida si estar con ella era la recompensa.

No negaré que me encariñe con su cabello dorado y mágico, pero si tenía que deshacerme de este y que así, la vieja que se hacía pasar por su madre la dejara libre.

Tener a Rapunzel a mi lado era lo que prefería en este momento, saber que ella ya era libre, era la mejor noticia para ella.

Su mano no soltaba la mía mientras caminábamos nuevamente por los pasillos del castillo de Corona, pensar que ella estuvo dieciocho años alejada de esto.

El reencuentro con sus padres, su regreso como princesa, cada uno de los momentos que Punzie paso, estuve a su lado.

Y fue inevitable el amor que creció hacia ella, mi ángel nuevamente estaba a mi lado, después de tanto. Por fin pude vivir esa tranquilidad que siempre quise con ella.

Pero sabía que los problemas persistirán, sabía que los secretos debían salir a la luz. Tomando la decisión de contarle a ella de donde provengo, con una que otra mentira del porqué era un fugitivo pero siguiendo...

Por un momento llegué a pensar que ella se alejaría de mí, pero fue lo contrario, entendió mis decisiones y dejó de lado mi pasado como ladrón, dejándome llorar en su regazo después de tanto dolor.

A veces sentía que la vida era un sueño, siempre sentí que mi vida era un broma o un karma que de quien sabe estaba pagando. Pero después de todo, esto era una recompensa.

Mi vida volvió a ser iluminada ante la llegada de mi pequeña estrella ¿Irónico cierto? Pero al final de cuentas fue la estrella lo que me llevó a mi ángel.

Marcos, ese fue el nombre que elegimos para mi pequeña estrella, teniendo el mismo color de ojos de mi ángel, pero claramente salio igual de guapo que yo.

Después de tanto tiempo, Punzie logró convencerme en volver a Shadowcrest, con la excusa de querer que mi madre conociera a Marcos.

Fue inevitable no reír al encontrarme a Esme en mi misma situación. Ambos con nuestras copias en los brazos. Mientras que Punzie hablaba con mi madre.

Marcos y Circe lograron jugar mientras yo hablaba con mi madre, aunque no quise dejar a Punzie sola, Esme le hizo compañía.

Solo recibí..... cuatro...no seis cachetadas por parte de mamá, pudo ser peor pero entendía el porqué de sus golpes. Luego también me regaño por no haber traído a Punzie antes.

Así que esto era la calma después de la tormenta, aunque había algo...

Algo que no entendía, tenía todo....¿Pero porque seguía sintiendo una parte vacía en mi?

Mi ángel y mi estrella estaban a mi lado, pero tenía que buscar respuestas ante esto.

Y al encontrarme a Calipso frente a mi, sabía que ella sería quien me daría las respuestas, todo lo que necesitaba saber.

Pero para ello... Tenía que volver a trabajar para Zeus, aun en contra de mi rencor, pero si esto aseguraba el bienestar de mi familia, sería lo mejor.

Solo tenía que matar por aquí y matar por haya, algo fácil... o eso creí hasta encontrarme con la última orden que Zeus me dio.

Nunca creí que a la última persona que tenía que matar sería a mí mismo, pero no era yo. Mi rostro, mi verdadero nombre... esa versión de mí que pensé que no volvería a encontrar, estaba frente a mi.

Y aunque fue complicado, pude asesinar esa versión de mi, y finalmente.... El vacío en mi desapareció, toda mi primera vida volvió a mí, volví a ser el Dios de la Guerra.

En cuanto regresé a casa, me encontré con Punzie hecha lágrimas, preocupado por su bienestar me acerqué a ella, ignorando las heridas en mi cuerpo. Mi corazón dejó de latir en el momento en que ella volvió a pronunciar mi primer nombre, aquel que no pensé que ella volvería a decir.

Mis recuerdos no fueron los únicos que regresaron, los de mi ángel, de mi diosa. Volvieron a ella.

Volvimos a ser nosotros, a estar juntos, pero ahora mi pequeña estrella nos acompañaba.

Soy yo... ¿O tengo una jodida suerte? Marcos crecía cada vez más, regresenme a mi estrella llorona por favor.

Volviendo al tema, en una de tantas reuniones aburridas entre reinos, me encontré con viejos amigos. Ignorando el hecho de que Naveen y yo casi causamos un desastre con tal de hacer más divertida la reunión. Me interesó tanto la propuesta de Adam.

Aunque por una parte, podría salir mal, me alegro que Esme decidiera que Sha
dowcrest no fuera parte del acuerdo. Quedando en que solo serían socios al nuevo reino.

No es que yo fuera malo con el papeleo, simplemente me aburría y opté por la seguridad en lo que sería el nuevo reino de Auradon.

Claro con la condición de que el reino de mi ángel fuera el segundo al mando y que Maldonia también estuviera entre los altos mandos.

Y la decisión de encerrar a todos los villanos, en un inicio fue buena, sabía que habría complicaciones en un futuro, porque sabía que muchos villanos podrían salir.

Cuando Marcos cumplió cuatro años, Punzie y yo decidimos volver a agrandar la familia. Sorpresivamente nos salió doble, la noticia del embarazo de mi ángel fue celebrado por el pueblo.

Y al pasar el tiempo, su vientre crecía y Marcos cada día más estaba emocionado por ellos. Y mi pequeña estrella amaba las constelaciones, ayudando siempre a su madre a elegir un nombre para los mellizos.

Pero saber que el nacimiento de ellos sería complicado, fue algo que nunca esperé, buscando la manera de salvarlos a los tres, no me arriesgaría a perder a ninguno. Agradeciendo el apoyo de Adam y Naveen en la búsqueda de la flor de la luna.

Una flor que creció de la misma manera como la flor del sol y de la cual Punzie recibió su cabello mágico. Y cuando nacieron mis pequeños, grande fue mi sorpresa ante sus diferencias.

El mayor y a quién nombramos Hunter, era la copia de los rasgos de mi madre, su cabello azabache y esos ojos azules que eran hermosos, sabía que también el poder de la flor había influido, mi pequeño era tan calmado y dormilón.

Todo lo contrario a su hermana y mi pequeña adoración, Helena. No pude evitar dejar salir algunas lágrimas al notar el cabello dorado y esos ojos verdes en mi princesa. Su fuerte llanto paró al yo tomarla en brazos.

Y en el momento que Marcos entró y conoció a sus hermanos, supe que él también quedó encantado por ellos. Resaltando sus parecidos como el sol y la luna.

Calipso después de mucho volvió a aparecerse frente a mí, pidiendo mi apoyo para salvar a su familia. Entendiendo que yo no era el único que renunció a su honor como Dios por su familia.

Pero mi mundo se derrumbó ante la desaparición de mi luna, mi pequeño fue arrebatado de mis brazos y si no hubiera actuado a tiempo, también se hubieran llevado a mi pequeña.

Sin pensar que después de esto, la alegría que a ella la caracterizaba, desaparecía. Dejándola en una tristeza y hecha lágrimas. Mi estrella también fue afectada, teniendo que buscar alguna alternativa ante el sufrimiento de mis pequeños.

El dolor me siguió al pasar los años, sin saber el paradero de mi pequeño, sumándole el tener que ocultarlo a sus hermanos. Intentando de todo para aparentar estar bien.

Marcos y Helena crecían, sabiendo que ambos podían sentir esa pieza faltante en ellos. Y después de mucho, pensé que había tenido una señal de su paradero.

Mi angel y yo, nos embarcamos en la misión de buscar a mi pequeña luna al llegarnos noticias de lo que podía ser su paradero, pero esto no nos llevó a nada. Lo que antes era una cabaña con planes e información de mi familia, ahora solo eran cenizas.

Solo resultó que hayamos descuidado dos años a mis pequeños, lastimándolos indirectamente. Algo que nunca quise hacer.

Y después de casi dieciocho años. Mi hijo, mi pequeña estrella, Hunter estaba frente a mi. Tan parecido a mi por supuesto, igual de hermoso que su madre y yo.......

Finalmente mi familia estaba reunida y todo gracias a mi pequeña.

Aunque parece que esta se trajo al paquete completo. Parecía que tuviera cinco hijos en vez de tres y Punzie era la más emocionada ante esto.

Y aquí estaba, confundido al notar los restos de tierra en mi, preocupándome al encontrar a los demás hechos piedra, Punzie incluida.

Supe a donde ir al salir del castillo y ver el cielo rojo. Alguno de mis pequeños tomó mi espada y eso fue lo que logró sacarme de lo que parecía ser el hechizo.

Corriendo hacia el bosque en busca de que ellos estuvieran a salvo.

Solo eso importaba.

Solo mis hijos.

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Recordandole que todo lo referente a la mitología griega en esta historia, es una nueva versión que yo he creado.

Después de mucho, por fin que han podido aclarar varias cosas. Les juro que chille en algunas partes.

El amor que Eugene/Ares tiene por Rapunzel/Afrodita es tan puro y uno de los más hermosos.

Y solo dire que....

Nix se la pelo a Zeus, una master mi diosa de la noche.

Se que debieron confundirse con el hecho de que Eugene mato a "Ares", pero lo que realmente ella hizo...

Fue dividir el alma de Ares en dos, el carisma, bromista, alegre y buen ladron, eran cualidades que Ares solo mostraba con Afrodita, Atenea y Nix. Haciendole creer a Zeus que realmente Ares dejo de vivir y que la "version" que renacio era una nueva.

Pero esa "versión" solo era lo que el Dios de la guerra representaba, por eso mismo Eugene/Ares sentia una parte vacia, porque su alma estaba dividida en dos y al "asesinarse", su alma estuvo conpleta.

Medio me salte cosas, porque unas ya se saben otras no era tan necesario explicarlas.

Comenten sus dudas y yo les explicare con gusto ^^

¡Espero les guste!

¿Que les gusto más?

Y no se preocupen, habra muchos capítulos más (posiblemente lleguemos a los 40 y tantos).

Saludos y bonita semana <3!!!

—Barbs.
Besos