𝟮𝟯. ━ 𝑃𝑅𝑂𝐹𝐸𝐶𝐼́𝐴𝑆

..Pasado

—. Las mareas se alinearon y los enamorados volvieron a reencontrarse, tal y como cada vida que vivieron..

—¿Volvieron a estar juntos?—preguntó un pequeño de ojos azules.

La mujer frente a el pequeño asintió—. El pirata y la princesa volvieron a estar juntos y esta vez fuera para siempre—respondió, tomando a una bebe de un año, acurrucandola en sus brazos.

—¿Y ese pirata cuido a su tesoro?—la curiosidad en la voz del pequeño causó una pequeña risa a la mujer.

—. Siempre lo hizo—respondió un hombre, tomando al pequeño por sus axilas y alzarlo—. Y tu capitán, debes ir a dormir.

—. Pero mamá no ha dicho eso—se quejo, abultando sus labios mientras se sostenía del cuello del hombre con sus pequeños brazos.

—. Tu padre dijo que ya es hora de dormir Harry, y tu hermana también está a punto de caer dormida—la mujer sonrió al escuchar los bajos ronquidos que salían de la pequeña dormida en sus brazos.

—. Si te vas a dormir en este instante, mañana me acompañaras a elegir la siguiente ruta—el hombre trató de convencer al pequeño, la mujer negando con la cabeza mientras recostaba a la pequeña en su cuna.

—. Bien.. iré a dormir—el pequeño logró ser convencido de ir a dormir con eso, dejándose arropar en la cama—. Mamá.

—¿Si cariño?—la mujer se acercó, quitando el pequeño sombrero y dejándolo en la cómoda.

—¿Crees... Que yo también consiga un tesoro bonito?—preguntó entre pequeños bostezos.

—. Y será uno hermoso cariño, créeme, el tesoro llegará a ti sin que te des cuenta—respondió la mujer, guiñandole el ojo para levantarse de la cama—. Buenas noches Harry.

—. Buenas noches mamá—respondió el pequeño, quedándose dormido, mientras que su madre apagaba la luz y cerraba la puerta detrás de sí.

—¿Le volviste a contar nuestra historia?—mientras el hombre terminaba de quitarse el saco, miró de reojo a su esposa.

—. A Harry le encanta escuchar la historia de sus padres querido, no podría negarme a contarsela nuevamente —respondió la mujer, quitandose las joyas que usó en el dia, guardandolas en el joyero.

—. Harry es un gran soñador, al igual que su madre—comentó el hombre.

—. Yo te dije que mis hijos saldrían a mí querido, y tuve razón—la mujer sonrió, levantándose y acercándose a su pareja.

—¿Así como con el tesoro de nuestro hijo?—preguntó el hombre, pasando sus brazos por la cintura de ella—¿Segura que esa pequeña es el tesoro?

—. Tan segura como se que esa pequeña es la luz del reino—respondió la mujer—. Tendrán dificultades, pero mi hijo es un Hook.

—. Y los Hook nunca nos rendimos por lo que queremos—el hombre terminó la frase por ella.

Ambos terminaron besándose mientras la luz de la luna les iluminaba por la ventana.






















Presente

—. Supe que la chica ya regresó a Auradon—comentó Garfio, recargándose en el marco de la puerta—¿Dónde habías estado?

—. No es de tu incumbencia padre—respondió Harry, aun sin voltearlo a ver, sus manos seguían ensangrentadas, tratándolo de limpiar.

—¿Mataste a alguien acaso?—preguntó Garfio con Ironía, pero al no obtener respuesta de parte de su hijo, su ceño se frunció—. Harry, contesta.

—¿Y que si lo hice? ¿Volverás a tomar tu papel de padre?—preguntó Harry, confrontando—¿Y que si ella se fue?, era lo correcto.

—. Para ella, no para ti—respondió Garfio, notando el sufrimiento de su hijo a través de sus ojos azulados.

—. Pero es lo que me importa—musitó Harry, apretando sus puños—. Ella no seria feliz a mi lado.

Garfio negó—. Un Hook..

—¡Nunca se rinde! ¡Lo sé, carajo!—gritó Harry, señalando a su padre—¿Pero dime? ¿Tu hiciste algo por recuperar a mamá? 

Garfio sintió una opresión en su pecho—. Prometimos no mencionar eso.

—¡¿Prometimos?! ¡Tu fuiste el único que nos dijo eso a Jeannette y a mi!—el dolor y angustia era clara—. Preferiste esta mierda de vida antes de aceptar lo que sea que tenías que aceptar.

—. Hay una razón por la cual no acepté—dijo Garfio—. Tu madre me hizo prometerme que nunca se los diría.

—. Vamos con lo mismo, promesas y más promesas, mejor toma tu mierda y vete—el chico tomó su saco de la silla, chocando su hombro contra su padre, caminando hacia la puerta.

—. Lena—habló Garfio, haciendo que Harry detuviera su caminata—. Helena Fitzherbert y Aleksander Fitzherbert, son la razón por la cuál no acepté la propuesta.

—¿Qué quieres decir con eso?—Harry volteo hacia su padre, exigiendo una explicación.

—. Acompañe—respondió Garfio, tomando camino hacia su oficina, moviendo su cabeza hacia su hijo.

Harry a regañadientes entró a la oficina de su padre—¿Y bien?, explica todo.

Garfio con un suspiro, sacó uno de los cajones de su escritorio un libro desgastado, pasando sus dedos por este al notar la caligrafía de su esposa.

—. Cuando los reinos se unieron, se crearon dos libros—Garfio hablo, dejando el libro enfrente de su hijo pero sin que este lo toque—. El libro de cuentos legendarios..—alzó el libro que tenia en sus manos—. El libro de las profecías.

—. Cada libro tiene su propósito, el libro de cuentos legendarios tiene cada historia, de cada reino—explicó—. En su mayoría aparecen los hijos o hijas de reyes y reinas.

—. Mientras que la función del libro de las profecías era contar el propósito por el cual cada hijo llegaba al mundo—le paso dicho libro a su hijo—. Lo único que tenían en común, era que una sola persona podía borrar y escribir dichas historias.

—¿Por qué tu tienes el libro?—preguntó Harry, pasando por cada hoja.

—. Porque tu madre es la persona que tiene poder sobre dichos libros—respondió Garfio.

Harry alzó su mirada, procesando la respuesta de su padre—. Entonces mamá ¿Es una deidad?

Garfio asintió—. Una diosa realmente, ¿Recuerdas la historia de la Diosa Calipso?

—. ¿Aquella mujer que te salvo de tu casi muerte?—preguntó Harry, mirando a su padre—¿Calipso es mamá?

—. Ese era su nombre de diosa—respondió él, suspirando—. Tu madre sabía que el libro de las profecías era muy peligroso en manos equivocadas, muchos reyes la buscaban con tal de que ella cambiara el destino de sus herederos.

—¿Quienes la buscaron?—preguntó el chico, mirando con atención una de las hojas.

Helena Alaia Fitzherbert de Corona 

Princesa del sol

"La princesa de la luz, a quién la oscuridad quiere tomar, debera pelear para poder vivir o se condenara."

El chico sintió un nudo en su garganta al pensar en perder para siempre a la rubia, temía que el destino de sus padres, le sucediera a él también.

—. Mucha gente la busco, tu madre siempre temió por lo que podía pasarle y pasar a ti y a tu hermana—respondió Garfio—. Ella fue quien me pidió que guardara el libro, porque sabían que no vendrían detrás de mí.

—¿Por qué?

—. Porque ella estaba en una pelea constante con su hermanos y aunque ella no podia tener descendencia por una regla, ella decidió tenerlos—respondió Garfio con una sonrisa—. Pero aquí están, Harry y Jeannette Hook, hijos de la profeta y el capitán.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Harry—¿Ellos que tiene que ver con todo esto padre?

Pasando de la página de la chica, se topó con la del mellizo de esta.

Hunter Aleksander Fitzherbert de Corona 

Principe de la luna

"Aquel príncipe que fue olvidado, del que no hubo rastro, volverá por quienes ama y peleará contra quienes le quitaron todo, aun cuando el sol y la estrella no lo recuerden".

—. Porque hay algo detrás de ellos, o más bien alguien—Garfio tomó asiento, acercándose al escritorio—. Tu madre nunca me explicó detalladamente, pero se que ellos peligran.

—. Gothel está muerta, Hans es un cobarde que no sabe defenderse, ¿quién sería?—Harry miró a su padre.

—. Me he preguntado lo mismo casi dieciséis años Harry—Garfio tomó el libro en sus manos, ignorando la mirada de enojo de su hijo—¿Leiste la tuya?

Harry negó—. Solo leí la de ella.

Garfio busco la pagina perteneciente a su hijo, sonriendo al leer su profecía.

—. Harry Hook, capitán de las mareas, hijo de la profeta y el capitán renegado—leyó en voz alta—. Su destino está marcado por aquel tesoro que busca en cada vida, tratando de encontrar la forma de salvarse sin perder aquel tesoro que ama por la eternidad.

—¿Esa es mi profecía?—en la cabeza del chico seguía rondando su profecía, tratando de buscar una respuesta.

Garfio asintió—. Tu profecía siempre fue la favorita de tu madre, y no solo porque seas su hijo.

Dejó el libro de vuelta en el escritorio—. Hay más cosas de las cuales les debo explicación a ti y a tu hermana.

—. Pero todo a su momento.







Auradon

—. Mamá y papá están ocupados junto con los abuelos, regresarán dentro de un día y medio—comentó Marcos.

Ambos hermanos se encontraban en su reino, la rubia ya había tomado un baño, teniendo puesto un vestido lila con su cabello recogido.

Mientras que Marcos portaba una camiseta azul junto con su traje, dejando de lado el saco.

—¿Cómo los traeremos?—preguntó la chica.

—.Podríamos decir que queremos ir a dar la vuelta, nos llevamos el auto de papá, vamos a la isla y nos regresamos con Aleksander y sus amigos—respondió Marcos con una sonrisa.

—. En primera, se les sera muy raro que queramos ir a la isla, en segunda, Papá nos matara si agarramos su auto y en tercera, se cuestionaran el cómo dos hijos de villanos y un príncipe perdido volvieron a Auradon sin alguna explicación exacta—explicó la rubia, mientras miraba a su hermano.

—. Yo solo quería usar el auto de papá—dijo en queja el chico.

—¿No recuerdas la última vez que manejaste?—preguntó la rubia.

—¡Shh!—dijo Marcos—. Estaba borracho y prometiste no decir nada.

Helena negó con la cabeza—¿Cómo crees que reaccionen?

La pregunta de su hermana tomó por sorpresa a Marcos—. No tengo la menor idea.

—. Lloraran, eso es claro, pero ¿acaso ellos también habrán olvidado a uno de sus hijos?—el chico se preguntó a sí mismo, pasando sus manos por su rostro en estrés.

Helena solo mordió sus labios, aguantando los sollozos—. Solo habrá que esperar para poder traer a Aleksander.

La puerta fue tocada, dejando ver a una de las sirvientas—. Princesa, es hora.

Helena asintió, levantándose del asiento y acercándose a su hermano—. Iré a arreglarme para el baile ¿Iras?—su mano subió al cabello de su hermano.

Marcos negó—. Buscaré respuestas sobre el hechizo, disfruta el baile por mí—respondió el chico, regalándole una sonrisa a su hermana.

Helena sonrió, dejando un beso en la frente de su hermano para luego seguir a la sirvienta hacia su habitación.

El sol ya estaba en su punto más bajo, dando paso a la Luna para iluminar el cielo.

La chica estaba metida en sus pensamientos mientras las sirvientas le ayudaban a terminar de arreglarse.

Sintió como su cabello, era peinado en media coleta, dejando su cabello suelto y una pequeña tiara en su cabeza.

Sonrió al mirar el collar que Harry le dio en su cuello, contrastando con el color lila de su vestido.

Sus hombros al descubierto, teniendo un corte recto en el escote del vestido, la falda llegando casi abajo de sus rodillas, usando unos tacones no tan altos pero que le quedaban perfectos.

La chica pasó su mirada hacia la ventana de la habitación, la cual daba vista hacia la isla.

Un sabor amargo sintió en su boca, junto con el picor de las lágrimas queriendo salir, sabía que debia ir a la fiesta de compromiso de Ben y Mal.

Volvió a tomar el collar entre sus manos, planteándose que si lo que haría sería lo mejor, aunque ella no tuviera ganas de asistir a esa fiesta y encontrarse caras falsas.

Pero no le importaria regresar a la isla, si volvía a ver a ese pirata.

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—¡Rey Marcos!—gritó uno de los guardias, entrando a la oficina—. La princesa se fue.

Marcos frunció su ceño, tomando entre sus manos la nota que el guardia le dio, sonriendo al leerla.

—. Si alguien llega a preguntar por mi hermana, digan que ella se siente mal y prefirió descansar—ordenó, volviendo su atención a los papeles—. Y avísame en cuanto vuelva por favor.

El guardia se consterno pero al sentir como el rey lo volvía a mirar, trago en seco y asentía—. Entendido mi rey. ¿Algo más que necesite?

—. Prepara la limusina y dile a los cocineros que preparen demasiados cupcakes de vainilla con chocolate y que también saquen el mejor de los vinos, mis padres lo necesitaran para lo que se avecina—respondió, sonriendo al encontrar una foto de él y los mellizos de pequeños.

El guardia asintió y sin cuestionar nada, salio de la oficina.

La mirada de Marcos volvió hacia la nota negando—. Al parecer alguien quiere que papá vuelva a ser sobreprotector.

"Regresare a la isla, ya te imaginaras el porqué así que prepara la limusina y a mamá y a papá, me encargare de que Aleksander regrese a casa.

Pd: también regrese por Harry, asi que no ire a baile.

Atte: Lena."

Marcos negó con una sonrisa, dejando la nota en el cajon de su escritorio, siguiendo con la lectura del libro que encontro entre las cosas de su padre.












Harry suspiró en cuanto pudo llegar a su habitación.

Después de la conversación con su padre, tuvo que regresar al barco de Uma, ya que esta al no estar, entre él y Gil, se encargaban de que todo siguiera en orden.

Unos pasos rápidos se escucharon a través de las maderas del barco, junto con algunos susurros y luego su puerta fue tocada.

El chico gruño, queriendo tener un momento de descanso—. Que parte de que no quiero ser.... Helena—tallo sus ojos al mirar la silueta de la chica frente a él—¿Que haces aqui?

—. Tenía que devolverte algo—respondió la chica, mordiendo su labio.

Harry sintió un dolor en su pecho al pensar que la chica solo venía a devolverle el collar, pero los labios de esta lo sacaron de sus pensamientos, tomándolo desprevenido.

El sabor a fresas por el labial que la chica había aplicado en sus labios llegó a él, suspirando mientras la tomaba de la cintura y como pudo, cerró la puerta de su habitación, quedando ambos dentro de esta.

—. Te quiero, tu eres a quien quiero Harry—hablo la chica, separándose de los labios de este.

Harry, que sonrió en cuanto escuchó las palabras de la chica, tomó su mentón entre sus dedos—¿Tomarás el riesgo de enamorarte de un pirata?

Helena asintió, pasando sus manos por el cuello de Harry, acercándolo a ella—. Mi madre cambió a un ladrón para hacerlo suyo, ¿Crees que yo no te hare mio?

Harry rió ante las palabras de la chica, su mano bajando hasta la cintura de ella y apretandola—. Quiero ver eso preciosa, pero aceptare ser tuyo, si tu aceptas ser mia.

—. Soy tuya desde el momento en que te volviste mi salvador Harry—terminó de decir la chica, volviendo a juntar sus labios contra los de Harry.

Muak, besasos.
—Barbs.

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