𝟮𝟬. ━ 𝐼𝑁𝐹𝐴𝑁𝐶𝐼𝐴 𝑃𝐴𝑅𝑇.𝟭
Canción recomendada
Slipping Through My Fingers — ABBA
Maraton 2/4
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La mujer de cabellos rubios caminaba entre los pasillos del castillo, llegando hasta su recámara principal.
Mirando la habitación con determinación y silencio, en busca de sus hijos y esposo.
Cuando se dio la vuelta para regresar por el pasillo y buscar en otro lugar, un pequeño estornudo proveniente del gran armario que había en la habitación la detuvo.
Esperó algunos segundos antes de acercarse a la puerta, escuchando pequeños susurros.
—¡Los encontré!—exclamó la mujer victoriosa, asustando a sus hijos.
—¡Mami!—gritó la pequeña de cabellos rubios, haciendo un pequeño puchero por haber sido encontrada.
—. ¡Gane!, ¿Qué les parece otra ronda?—preguntó, tomando a la pequeña en brazos.
El pequeño de cabellos castaños negó—. No, por qué papá luego llora cuando perdemos—respondió, riendo ante la cara de su padre.
—¡Oh, vamos! ¡Su madre es la mejor en este juego!—comentó Eugene, saliendo del armario.
—. Mentiras, no sabes esconderte bien papá—Añadió Aleksander, arrugando su nariz al ser encontrado.
—. Por supuesto que lo soy cariño—dijo Rapunzel—. Y ustedes tres..—mirando a sus tres hijos—. Se tienen que ir a bañar.
—. Pero mami—musitó la pequeña, alargando la "i", no queriendo bañarse.
—. Yo si quiero—dijo Aleksander.
—. Papá tampoco se ha bañado—dijo Marcos de ocho años, señalando a su padre.
—. Entonces los cuatro se irán a bañar—respondió Rapunzel, sin dejar hablar a su esposo.
[...]
—¿Eugene? ¿Los niños ya est...—preguntó Rapunzel asomándose por la puerta del baño en espera de que sus pequeños ya estén envueltos en sus toallas para poder cambiarlos a su pijama.
Un suspiró salió de su boca, teniendo que cruzarse de brazos al ver la escena que estaba enfrente ella.
—. Los deje... 10 segundos, solos... por ir a buscar su ropa... Eugene, eres su padre—habló mirando a su esposo.
—. Lo siento querida, pero mis retoños pidieron más burbujas de colores—explicó Eugene, con una sonrisa en su rostro.
—¡Mira Mami!—exclamó la pequeña, alzando sus manos con espuma y burbujas de colores en estas.
—¡Son demasiadas! ¡Fiesta!—secundo Aleksander, jugando con la espuma.
—. ¡Burbujas, burbujas!—siguió Marcos, golpeando sus manos contra el agua y salpicando a su padre.
Eugene solo pudo pasar una mano por su cabello, al estar todo mojado de la cintura para arriba mientras intentaba terminar de bañar a los pequeños.
Rapunzel negó con una sonrisa, sabiendo lo susceptible que era Eugene con sus tres pequeños, pareciendo un hijo más.
Los tres retoños siendo ayudados por este en sus travesuras, mientras Rapunzel se encargaba del papeleo del Reino.
—. Hay que sacarlos antes de que se hagan pasitas—dijo la mujer, rendida y acercándose para sacar a sus hijos de la gran bañera.
Los niños no objetaron contra su madre, dejándose envolver en sus toallas para luego quedarse en la cama, mientras su padre se bañaba al estar ya empapado por su baño.
—. Bracitos arriba—pidió Rapunzel a la pequeña, pasando un suéter de pijama aborregado.
—. Listos, ahora a la cama—terminando de ayudarlos con su pijama, los niños se acomodaron en la gran cama de sus padres.
Helena en el medio, teniendo a Marcos a la izquierza y a Aleksander a la derecha, Rapunzel sonrió ante la escena.
—¡Cuento, cuento!—dijeron al unísono los pequeños, esperando que su madre les lea un cuento.
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—¡Mira Sol!—Aleksander extendió su mano hacia su melliza, mostrándole un pequeño camaleón.
—¡Bonito!—Helena tomó al camaleón entre sus manos—¿De quién es?
—. Tuyo, lo rescate para ti—respondió su mellizo, recordando como Helena había estado insistiendo en una mascota.
La pequeña sonrió, dejando al pequeño camaleón en su hombro, abrazando a su hermano.
—¡Gracias, gracias!—Ambos hermanos seguian abrazados, mientras que Eugene y Rapunzel llegaban con ellos.
—¿Que tienes ahí princesa?—preguntó Rapunzel, acercándose a su hija.
—¡Luna, él encontró al camaleón!—explicó la pequeña.
—¡Oww! Me recuerda tanto a Pascal—comentó la mujer con una sonrisa—¿Ya sabes como le pondras?
La pequeña asintió—¡Flyn!
Eugene que estaba con Aleksander y Marcos, se distrajo, siendo golpeado por su hijo a quién le estaba enseñando a usar la espada.
Los dos pequeños rieron a la cara de poker que su padre puso, mientras que Rapunzel intentaba no reírse.
—. Debí haber escuchado mal—dijo este—¿Cómo le pusiste al camaleón caramelito?
—. Flyn—respondió Helena, centrando su atención en su amiguito.
—. Si le queda el nombre—comentó Marcos, acercándose a su hermana.
—¿Acaso me ven cara de lagarto?—preguntó a sus tres retoños.
—. Yo pensé que de caballo—respondió en broma Aleksander, corriendo de su padre.
—¡Ahora verán!—Eugene no espero a perseguir a sus tres pequeños, escuchando sus risas cuando los tiraba al pasto y hacerles cosquillas.
Estos pequeños momentos con sus hijos era lo que más amaba Rapunzel, Eugene demostraba ser un padre perfecto con ellos.
Su esposo regresó con los niños abrazados a él, Marcos en la espalda, Helena en una pierna y Aleksander en la otra.
Rapunzel amaba las pequeñas diferencias de sus pequeños, Helena siendo un pequeño remolino, Aleksander solía ser muy tranquilo mientras que Marcos era una combinación de ellos dos.
—¿Ya saben que quieren para su cumpleaños número cinco?—preguntó su Abuelo.
—¡Un arco!—respondió Aleksander—. Papá prometió enseñarme a usar uno.
—. Yo quiero un príncipe—respondió Helena, todavía dibujando.
Eugene que estaba tomando de su vino, en un vaso normal, haciéndolo pasar por jugo por la curiosidad que tienen sus retoños.
Escupió todo—. Caramelito, creo que dejarte mucho tiempo con Lottie está haciendo que se te peguen sus ideas—dijo este.
Rapunzel rodó los ojos divertida, pasándole un paño a su esposo—. No le hagas caso a tu padre, entonces ¿Un príncipe?
Eugene iba a objetar contra ella, pero la mirada seria de Rapunzel lo detuvo, quedándo callado.
Helena asintió—. Si, yo quiero eso.
Marcos le paso algunas crayolas a la pequeña, mientras que a Aleksander le ayudaba a recortar.
—. Azul, quiero decoraciones azules—comentó Alek.
—. Yo las quiero moradas o rosas, no mejor verdes—Helena seguía de indecisa, dejando de colorear.
—. Sera de todos los colores que quieran, ahora, a dormir—hablo Rapunzel, sonriendoles mientras se levantaba y llevaba a los pequeños a su habitación.
Eugene se recostó en el sillón—. Un principe...—comentó pasando sus manos por su rostro.
—. Agradece que no pidió un villano o un pirata—comentó su suegra—. Con esto de que están pasando mucho tiempo con Wendy y su hijo.
—. Ni me lo recuerden, suficiente tengo con ese niño que solo viene a buscar a mi hija para jugar—Eugene frunció su ceño, sonando como un padre celoso ante la atención que el hijo de Wendy, Nolan, le daba a su pequeño caramelito.
Sus suegros rieron ante las quejas de Eugene, despidiéndose mientras subían las escaleras en dirección a su habitación.
Eugene poco tiempo después los imito, caminando hasta la habitación que los pequeños compartían.
En un inicio, Marcos no compartiría habitación con los mellizos, pero su pequeña estrella insistió tanto en estar junto a sus hermanos que no se lo negaron.
Al entrar, las luces ya estaban apagadas, dejando algunas cuantas que servían para iluminar una pequeña galaxia en el techo.
Juguetes, colores, pequeñas espadas de madera, peluches, eran algunas de las cosas que estaban tiradas en el piso.
Tratando de no pisar alguno y así no despertar a los pequeños que ya estaban a punto de dormirse.
—. Y la princesa fue finalmente salvada con el hechizo del amor—Rapunzel cerró el libro, sonriendo al notar las caras somnolientas de los tres pequeños.
La cama donde estaban era lo suficientemente grande para los tres, Marcos en el lado izquierdo, Helena en el medio y Aleksander en la derecha.
Aleksander era el que estaba más dormido de los tres, mientras que Helena cabeceaba aun agarrando su peluche entre sus manos, un pequeño oso con vestimenta de pirata, algo que hizo negar con diversión a Eugene, finalmente Marcos todavía seguía despierto.
—. Buenas noches príncipes—Rapunzel dejó un beso en la frente de los tres.
Eugene la imito, arropando de nuevo a Aleksander que era el que más se destapaba cuando dormida.
—. Mami, tengo miedo...—susurró Marcos, no queriendo que Rapunzel y Eugene se vayan de la habitación.
—¿Que sucede estrellita mía?—preguntó Eugene.
—. Hay algo.. que nos observa..—respondió casi sollozando.
Esto preocupó de manera a los mayores, mirándose antes de hablarle al pequeño.
—. Nada pasará mientras mamá y papá están aquí príncipe—calmó Rapunzel, dejando caricias en su cabello castaño, casi del mismo tono que el de su esposo.
—. Mamá y papá los protegerán, eso es una promesa—dijo Eugene—. Por la estrellita.
—. Por la estrellita—respondió Marcos, dejándose llevar por el sueño.
La pareja dejó la habitación, Eugene acercándose a uno de los guardias que custodiaban el pasillo y ordenando que vigilarán la puerta de la habitación de los pequeños, mandando a otros guardias a revisar el área del reino.
[...]
—¡Papi, papi mira! ¡Mi vestido!—exclamó Helena, llegando con Eugene.
El vestido de la pequeña era en un color lila, pomposo y con flores en la parte de la falda, Rapunzel había decidido dejar su cabello suelto con algunos rulos.
—¡Qué precioso caramelito!—Eugene la tomó en brazos, dejando un beso en su mejilla—. Me sentiré celoso de quien se quiera robar mi caramelito.
—. Deja de querer quitarte el moño—regaño Marcos a Aleksander, ayudándolo a acomodarse el moño.
—. No me gusta—respondió Aleksander, arrugando su nariz.
—¿Ya todos listos?—preguntó Rapunzel, llegando con ellos.
Eugene creó la mágica tradición de renovar el cuadro familiar cada año, teniendo la perfecta excusa de que sus pequeños crecerán demasiado rápido.
Eugene usando un traje en color negro, Marcos uno en color azul y Aleksander en un azul oscuro, resaltando sus ojos azules.
Rapunzel usaba un vestido del mismo color que Helena, con la diferencia de que su vestido no era tan pomposo como el de su pequeña.
La familia se acomodó para las diversas fotos que les tomaron, prometiendo que luego elegirían la perfecta para el retrato.
Después de las fotos, uno de los guardias llegó con una pequeña caja, Eugene sonrió ante esto.
—¿Que encargaste?—preguntó Rapunzel, curiosa al igual que sus pequeños.
—. Algo para mi sol y mi luna—respondió éste, acercándose a Aleksander y pasando el brazalete en su muñeca, haciendo lo mismo con Helena.
Ambos pequeños miraron curiosos los brazaletes que su padre les dio.
El brazalete era de color dorado para ambos, junto con las iniciales H y A, pero con la diferencia de que cada uno tenia un sol y una luna respectivamente.
—. Yo también tengo uno igual—comentó Marcos, mostrándoles el brazalete con sus iniciales M y A, teniendo una estrella.
—¡Woow!—exclamaron los mellizos, lanzándose a los brazos de su padre.
Marcos los siguió, Rapunzel río ante las quejas de Eugene al caer de espalda y tener el peso de sus tres pequeños encima de él.
Sin poder evitarlo, ella también se unió a ellos, dejando besos en los rostros de los cuatro.
Amando cada momento con sus pequeños y esposo.
Sin pensar lo que se avecinaba.
La envidia, la codicia por poder llenan de manera indescriptible a cualquier persona en el poder.
—¡¿Ese niño?! ¡Tomando mi reino!—exclamó la mujer, golpeando la mesa.
—¡Imposible! ¡Algo como esto no puede pasar!—gritó, mirando a los diferentes concejales en su mesa.
—. Es lo que dicta la sucesión y es lo mejor—habló la mujer de cabellos blancos enfrente de ella.
—¡¿Sucesión?! ¿Solo por eso?—la mujer estaba fuera de sus casillas—. Elsa, haz algo—pidió a su hermana.
Esta negó—. Eres mi hermana Anna, pero lo que haz hecho… Es imperdonable—dijo esta—. Y las cosas serán así, el niño será el siguiente en el trono al cumplir la mayoría de edad.
Terminando por levantarse de su silla y caminar en dirección hacia las puertas.
—¡Eres una perra! ¡Todo lo hice por el reino! ¡Por nuestro legado! ¡¿Y así me pagas?!—gritó mirando a su hermana.
—¿Por el reino? ¿O por querer asegurar tu lugar?—respondió Elsa, dándose la vuelta, enfrentando a su hermana menor—. Deja toda esta mierda Anna, tarde o temprano te darás cuenta de todo esto.
—¡Eres mi hermana! ¡Deberías apoyarme!—Anna se acercó a su hermana, mirándola e intentando dar lástima.
—. Mi hermana no es una asesina, ni una mujer llena de envidia—respondió Elsa, mirándola fríamente.
—. Te arrepentirás, ¡todos lo harán!—gritó Anna, Elsa alejándose del lugar aún sin voltear.
—. Busquen a esa maldita mujer y traiganla ante mí—ordeno, volviendo a su semblante serio.
—. Tengo una buena propuesta para esa mujer y se muy bien que me servirá de algo—dijo por último, caminando en dirección hacia el trono real.
—. Como ordene alteza—respondió, saliendo del lugar.
—. Espero estes disfrutando tus últimos momentos en familia, Rapunzel—susurró para sí, sonriendo ante lo que se avecinaba.
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Chan chaaaan chaaaan
Se los dejo como regalo de la tremenda asustada que les di con el tiktok que subí ayer JANSNSNS.
Aquí les dejo unos headcanons de los tres retoños (y de Eugene).
1. A Aleksander chiquito no le gusta que le digan Hunter, mientras que Helena chiquita no me gusta que le digan Alaia.
2. Marcos es muy cuidadoso con sus hermanos, puesto desde que supo del embarazo de su madre, siempre los estuco cuidando.
3. Lottie (la amiga de Tiana, por si no se acordaban) es quién suele cuidar a Helena, ya que ella, ama el rubio cabello de Helena.
4. Eugene es él dominado.
5. Eugene es un padre celoso con los tres, pero sobretodo con Helena, enseñándole a escondidas a Aleksander y a Marcos ser sobreprotectores con ella.
6. El color representativo de Marcos seria un verde esmeralda, mientras que para Aleksander es el azul indigo y para Helena es el lila.
¡Ya porfin supimos como Flyn llego a Helena!
*cry*
¿Teorias de lo que pudo haber pasado?
¿Otra cosa que se les ocurra?
—Barbs.
Besos, besos!!
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