𝟭𝟬. ━ 𝑅𝐸𝐺𝑅𝐸𝑆𝑂 𝐴 𝐿𝐴 𝐼𝑆𝐿𝐴

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—. Estoy bien..—musitó la rubia, terminando su desayuno.

Cordelia la miraba fijamente—. Parece que no dormiste anoche.

—. Dormí y demás, mi hermano se quedo dormido conmigo y me desperté tarde..—explicó la chica entre risas.

Ambas se encontraban en la alcoba de Cordelia, su habitación al igual que otras, tenía vista hacia el mar.

—. Cordelia—hablo Helena.

—¿Qué sucede?—preguntó esta.

—. Tu, no tienes.. ¿curiosidad de como es la isla?—preguntó Helena, mirando a la isla y la barrera que protegía esta.

Cordelia se encogió de hombros—. No es algo que esté en mi interés.. Si están los villanos de nuestros padres y bla bla bla, pero también puede que haya gente que fue encerrada injustamente.

—. Pero, ¿No te da curiosidad como es la vida en la isla?—

La chica negó—. No realmente Helena, ¿Por qué tanta curiosidad?

La rubia sonrió levemente—. Desde hace días he soñado con algo así, además de que Evie y Mal me dijeron que Gothel tuvo un hijo, o eso quiero suponer.

—¿Él no sería como tu tío en ese caso?—preguntó Cordelia.

—. En dado caso de que ella lo haya tenido si, quizas y se lo robo como a mi madre—respondió riendo.

Su amiga solo negó riendo, decidiendo cambiar de tema por las dudas que ambas se plantearon.

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—¡¿Qué hiciste qué?!—la rubia miraba sorprendido a Ben, el cual estaba con la cara tapada.

—. Lo arruine...

—¡Por supuesto que lo arruinaste! ¡La pobre ha estado bajo presión como para que tu vengas y te enojes con ella!—exclamó Helena, agarrando una almohada y golpeándolo—. Ben.. pensé que ya habías entendido eso.

el castaño sabía a lo que se refería, las consecuencias lo seguían atormentando cada noche, intentando superar ese cabello rojizo y esos ojos azules que la última vez lo miraron con decepción.

—¡Lo sé! Pero.. no se ..—exclamó este—¡Ay! ¡Oye!—Ben se cubría como podía pero la chica seguía golpeándolo.

Después de varios golpes más, la rubia dejó la almohada—. Arregla lo que tengas que arreglar y vas y hablas con tu novia.

—. Lo haré.. ¿podrías..—habló Ben.

—. Iré a ver como esta, no te aseguro de ayudarte para que te perdone pero iré con ella—dijo por último saliendo de la habitación sin recibir respuesta.

La chica caminaba a paso rápido hacia la habitación compartida de Mal e Evie, a lo lejos, miró a Hugo, quien intentó acercarse a ella pero decidió irse por otro pasillo para no toparse con él.

Las pocas palabras que el moreno le dijo la noche anterior todavía estaban grabadas en su mente.

Le dolía más por ser Hugo quien se las dijo, su mejor amigo junto con Ben desde que eran niños.

Sabía que el enojo y la situación anterior a la pelea con Hugo, lo habían alterado, pero tampoco significaba que él fuera a decirle eso.

Eran príncipes, herederos o como les dijeran, pero nadie tiene asegurado un "Felices para siempre", de niña siempre soñó con ello.

Pero mientras crecía y todo a su alrededor iba de bien para mal, se dio cuenta que debía salir de su burbuja de felicidad.

Algo que agradece por parte de su padre, era el que siempre él la ayudó a entrenar para defenderse, sea cual sea la amenaza.

Así como los demás también habían sido entrenados, Ben era bueno para las distracciones mientras que Hugo era bueno para el combate cuerpo a cuerpo.

—¡Ay!—chilló en cuanto chocó contra James, el cual venía saliendo de un aula.

—¿Escondiendote de Hugo?—preguntó este con una sonrisa.

—¿Cómo sabes?—respondió la rubia, mirando hacia atrás esperando no encontrarse con el mencionado.

—. Casi corrías y no escuchaste cuando te hable antes de salir del aula—explicó James—. Como sea, ¿Que te tiene la mente tan ocupada princesa?

—. Bueno.... digamos que—respondió Helena, sintiendo la mirada curiosa del rubio en ella—. ¿Qué piensas sobre la isla?

James la miró por unos segundos, sin sorprenderse por la pregunta—. Bueno, realmente me causa curiosidad el cómo es que viven, Carlos me contó algunas cosas pero aun así, la curiosidad sigue en mi.

—¿No te gustaría saber algo más?¿Algún hijo de un villano?—preguntó Helena.

James negó—. Anoche también supe que Evie es la hija de la Reina Malvada, no me causa conflicto, ella no tiene culpa de lo que su madre hizo.

<<Además, se que puedo llevarme bien con ella, me encanta su sentido de la moda y se que mi madre también la entenderá.

—. Me alegra escuchar eso James..—musito con alegría la chica.

—. Es lo que todos debemos hacer princesa, asi como tu, ni yo, tenemos la culpa de lo que hayan hecho nuestros padres—dijo James.

—. Bueno, yo te dejo, iré con Mal—hablo Helena después de despedirse del rubio..

—. Corre princesa, que Hugo ya te encontró—dijo por último James, mirando la silueta de la chica alejarse y deteniendo a Hugo.


—¿Evie?.. ¿Sabes donde está Mal?—preguntó Helena entrando a la habitación y mirando a la chica.

—. Creo que está con Carlos, ¿Qué te parece esto?—preguntó la chica, mostrándole un vestido en color morado con detalles en amarrillo.

—. Es hermoso—musito, mirando de reojo la chaqueta de Mal colgada—. Evie.

La peli-azul musito un "mhh" hacia la rubia, siguiendo con su trabajo.

—. Tu, ¿No extrañas estar en la isla?—preguntó Helena.

La chica paró su trabajo—. No mucho verdaderamente, extraño a mi madre, pero las pocas veces que he hablado con ella me hacen sentir mejor—respondió Evie.

—. Entiendo.. Iré a buscar a Mal—dijo Helena—. ¡La parte de abajo queda con morado mejor!

Evie escucho la puerta cerrarse, quitando los alfileres al vestido, sonriendo en cuanto noto que el vestido se miraba mejor con el final en color morado.




















—. Es demasiada presión para mi, te juro que lo intento—escucho los sollozos de la platinada a través de la puerta de la habitación de Carlos y Jay.

Tocando dos veces, escucho pasos rápidos, abriendo Carlos—. Busco a Mal.

El chico asintió después de unos segundos, dejando entrar a la chica y está noto con rapidez a la platinada sentada en la cama del chico.

—¿Qué sucede Helena?—preguntó Mal, intentando aparentar que no estaba llorando.

—. Quería venir a verte, Ben me dijo...—respondió la chica con calma.

—¡Ben te mando!—exclamó con irritación la chica.

Carlos y Helena se exaltaron por las chispas que salieron de la mano de Mal, sus ojos poniendose de color verde.

—¡Oh genial!—hablo Chico, haciendo que los tres chicos se miran sorprendidos.

—¿Hablo?—preguntó la rubia.

—. Por supuesto que sí, ahora rascame la panza—respondió Chico.

—. Ya lo oíste, rascale a panza—hablo Mal, caminando hacia la puerta.

—. Pero..—musito Carlos.

—. Tu eres el dueño, te toca—añadió Helena, siguiendo a Mal.

—. Ya las oíste—dijo por último Chico.

Carlos bufo, haciéndole caso al perro y quedándose en la habitación con el.

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Helena seguía en silencio a Mal, no sabia que decir y que la chica volviera a alterarse.

—¿Por qué todavía me sigues?—hablo Mal, llegando a su habitación y notando que Evie ya no estaba.

—. Somos amigas, y sé que lo que pasó no fue tu culpa—respondió Helena, cerrando la puerta detrás de si.

Mirando como la platinada agarraba su mochila con rapidez guardando sus cosas.

—¿Qué haces?—preguntó rápido, acercándose y sacando las cosas para detener a Mal.

—¡Quiero irme!—gritó Mal, volviendo a activar sus poderes.

Alzando su mano para detener a Helena, algo de magia terminó por salir de esta, chocando contra el pecho de la rubia.

Helena sintió como la magia entraba en su cuerpo, agachándose ante el dolor.

—¡Helena!... p-perdón... no, no quise—musita Mal, sintiéndose peor por haberle lanzado algo de su magia a la chica.

—. Mi cabeza duele..—susurró Helena, al intentar levantarse—. Que..carajos..

La rubia pasó sus manos por su cabello, notando como este había crecido, sorprendiendo a ambas.

El cielo se tiñó de un color rojizo, mostrando que la luna ya casi llegaba a tapar por completo al sol.

—. T-Tu.. cabello..—tartamudeo Mal, acercándose a ella.

—. Creció, como a mamá ¿Tendrá los poderes?—preguntó para sí.

—. ¡Es mejor que no lo averigues!—interrumpió Mal—. Por favor.

Helena asintió con lentitud, mirando su cabello, y mirando de reojo a la platinada, la cual ya tenía los ojos llorosos por todo su descontrol emocional.

—¿Por qué quieres regresar a la isla?—preguntó Helena.

Mal abrió su boca—. No me siento cómoda aquí... siento que no encajo a pesar de que lo intento.

Helena analizó las palabras de la chica, entendiendo por gran parte, llegar a un nuevo lugar con un objetivo que ni quería, para luego redimirte y aceptar el amor de alguien.

Cambiar por esa persona, sus costumbres, forma de hablar y demás, debía ser demasiada presión para alguien, sobre todo si llegas a extrañar lo que hacías antes.

—. Iré a la isla contigo—habló convencida Helena—. Quiero saber como es la Mal verdadera.

<<además, se que debo encontrar algo de ahí, no se que sea pero es como si fuera una necesidad importante.

—¿Por qué harías algo así?—preguntó Mal, mirándola y sintiéndose algo aliviada de que alguien le de otra respuesta a las demás.

Mal no lo entendía y hasta se sentía mal por haberse distanciado de la rubia, pero simplemente ella no se sentía cómoda con la cercanía de Helena y Ben.

—. Porque somos amigas y si tengo que ir a la isla para conocer a la verdadera Mal, lo haré—respondió Helena—. Me enseñaras a ser una VK.

Mal río por lo último, terminando por convencerse de llevar a la rubia a la isla—. Bien, serás mi compañía, pero primero... debemos cambiarte la ropa.

La platinada se levantó en dirección hacia el baúl de ropa de Evie, sabiendo que podría encontrar la ropa perfecta ahí.

Helena sonrió nerviosa ante la sonrisa de emoción de Mal.

—¿Estás segura de que me veo bien?—preguntó Helena, mirando a Mal buscar el hechizo para ir a la isla.

La chica tenia puestos unos pantalones negros con detalles en morado, usando una blusa de tirantes morada junto a una chaqueta negra con detalles en verde, el cabello, aunque batalló, logro hacerse una trenza para no lastimarse con este.

—. Te ves como alguien de la isla, no te reconoceran—dijo Mal—¿Lista?—preguntó.

—. Andando—respondió Helena, riendo en cuanto la moto se puso en marcha, llevándolas a la isla.




















—. Lamento lo de anoche, el enojo me cegó pero se que eso no es excusa para haberme enojado contigo y Helena—habló Hugo, disculpándose con Ben.

Ben sonrió levemente—. Todo está perdonado, pero quien debes pedirle perdón es a nuestra ricitos—respondió Ben, abrazando a Hugo.

El chico asintió, volteando en cuanto la puerta fue abierta y su novia entró por esta—. Mal se fue a la isla.

Ben dejó caer sus brazos a sus costados, quedandose paralizado—. Es mi culpa.

La puerta volvió a abrirse, siendo Cordelia la que entró—. Helena tampoco está.

—. Ambas se fueron.

Y eso no significaba bueno para ellos.

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Solo dire que tengan muy encuenta el eclipse, sera una herramienta que utlizaremos más tarde ;).

—Barbs.

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