Un martes por la noche, Hanta permanecía recostado en su cama, pensando y pensando, viendo el blanco techo de su habitación. No había dejado de pensar en la inseguridad y el miedo que tenía Yuga respecto a salir del clóset. Quería entender el porqué la gente se volvía tan violenta cuando alguien dice ser algo que la sociedad no les impuso. Ahora lo pensaba, todo este tiempo, Yuga había dado indirectas de lo que era, y no se dio cuenta, o tal vez ya estaba pensando mucho.

Aoyama siempre fue alguien callado pero a la vez destacable, más allá de su rareza, también reflejaba una diferencia hacia los demás que nadie tomó en cuenta. Seguramente ya todos sabían que a Yuga le gusta los chicos pero desde el punto de vista en el que se cree que es gay. Yuga nunca dijo ser un hombre ni dijo ser gay, pero al tener un comportamiento que cumple los estereotipos que la sociedad puso, la gente la ve como eso y no pregunta.

Asumen sin saber nada.

Y ahora que lo piensa, el también asumió las cosas y se arrepiente. No era su intención pero supone que no es del todo su culpa si toda su vida le dijeron o le hicieron creer que las personas homosexuales son así, cuando en realidad Yuga no es en si homosexual.

Es una chica. Una chica que le gustan los chicos, por lo tanto, sería heterosexual. O heterorromántica, ya que aún no sabe si es asexual o algo parecido.

Suspiró, ya agotado de pensar tanto. Si seguía así, no iba a dormir nada y Aizawa lo va a regañar si se llega a dormir en medio de la clase.

De pronto, alguien tocó la puerta, tomándolo por sorpresa, ya que era bastante tarde. Puede que Shinso y Kaminari estarían despiertos a esa hora, pero sabía que sus demás compañeros estarían durmiendo. Se levantó y arrastrando los pies, abrió la puerta, encontrándose a Yuga, abrazando una almohada.

━━ Hola Hanta. ━━ le saludó con la voz baja y con timidez en sus ojos, tanto así que ni siquiera lo estaba mirando a la cara. ━━ Perdón por interrumpir tu sueño, es que... no me sentía bien estando sola. ━━ Sero notó como abrazaba la almohada con fuerza, como si quisiera calmar su ansiedad.

━━ Está bien, entra. ━━ sonrió levemente, queriendo que se sienta cómoda. ━━ De hecho no estaba durmiendo, así que me salvaste de toda una noche solitaria con mis pensamientos. ━━ la dejó pasar, mientras la escuchaba reír a lo bajo.

━━ Supongo que nos estamos ayudando mutuamente con la misma cosa.

Hanta también rió pero no dijo nada, vio a Yuga sentarse en el borde de la cama, nerviosa y mostrándose algo triste. Se sentó a su lado, preocupado, y posó su mano en la pierna de la contraria, queriendo llamarla sin decir su nombre.

━━ Perdón... ━━ fue lo único que se le ocurrió decir la rubia.

━━ No te disculpes. ━━ negó, sin querer esa disculpa. ━━ Solo me gustaría saber si pasa algo, así intento ayudarte.

━━ No es nada realmente, simplemente... ━━ se volteó a verlo, levemente sonrojada.  ━━ Quería estar contigo.

━━ Oh. ━━ expresó, comenzando a ruborizarse. Los ojos de Yuga brillaban como algún tipo de roca preciosa violeta. Como una estrella. Apretó los labios ansioso y de un momento a otro, se acercó lo suficiente para posar sus labios con los contrarios y así concretar un suave y lento beso que Yuga fue correspondiendo de a poco.

La mano de Yuga acarició la mejilla de Hanta inconscientemente, generándole una sensación de calidez al azabache.
Se separaron ni bien sus pulmones rogaron por aire y se quedaron mirándose a los ojos, mientras iban calmando su respiración.

━━ Vaya, eso fue... ━━ expresó Aoyama, alejando su mano de la cara de su pareja. ━━ Fue mí primer beso.

━━ El mío también. ━━ rió un poco, avergonzado, Sero, rascándose la nuca. ━━ ¿Puede haber un segundo primer beso, Yuga?

━━ ...si.

Y volvieron a besarse, esta vez con más sentimiento, con más deseo. Esta vez cayeron a la cama, abrazados, sin querer despegarse en ningún momento.

Aunque claro, nada pasó luego de eso, simplemente durmieron juntos, felices de por fin haber tenido su primer beso.