Capítulo 15. La Nigromancia.
"Mis sentimientos estallaron como un furioso volcán, regresé de la muerte para quemar la memoria de los viles traidores."
El cementerio era un lugar ampliamente poblado de tumbas antiguas, lleno de neblina y cruces invertidas que sobresalían de los panteones de cadáveres sepultados. El frío era fastidioso y gélido, misteriosamente, el cementerio parecía no pertenecer en su totalidad al interior de las catacumbas, se observaba el cielo nublado con las peculiares nubes negras que descendían con la niebla; cuando los truenos retumbaban las tinieblas parecía ser un estallido de bombas en la estratosfera, los relámpagos caían junto al corazón de Lucifer entre las flamas del pecado sobre las luctuosas lapidas que yacían en el abandono imperecedero, el gritar de los cuervos componía una tenebrosa melodía fúnebre que encumbraba mi fervor, los buitres y coyotes conspiraban el maleficio en la fosca que quemaba mi malévolo espíritu.
Era enigmático saber acerca de qué o quienes estaban sepultados bajo tierra, ¿Por qué habría un cementerio escondido en una catacumba? ×Me preguntaba dudosoØ El lúgubre perímetro hacía desconcentrarme de lo que realmente debía hacer, lo veía de una manera pulcra y original que creaba en mi mente quimeras de cómo sería morar allí. Tenía el toque diabólico y fastuoso que hacía enamorarme con simplemente un parpadeo.
¿En dónde está la bruja? ×Me intrigaba ver que era un lugar solitario y abandonadoØ, paseaba por el cementerio escudriñando a cada una de las tumbas, observando las lapidas con flores marchitadas y afligidas. De pronto, en una de las tumbas más lejanas vi a una maltratada sotana moverse con el viento detrás de una cruz, supe instantáneamente que era la bruja que esperaba por mí, era importante realizar un acto nigromántico en esa noche.
Tan pronto que la vi, comencé a correr tan rápido que saltaba encima de las lapidas hasta que llegué en cuestión de segundos, en aquel momento de prestezas me sorprendí al ver que la mujer había desaparecido, cuando me detuve a observar el sitio donde la había visto con su sotana ya no estaba. ¿A dónde se fue? ×BalbucíØ, con el candelabro iluminé a cada uno de los sepelios y no la encontré, era un sentimiento excepcional que se producía con los latidos de mi corazón al ver que no estaba alguien ahí; en ese fúnebre momento se escucharon unos pasos que hicieron sonar la grama, el sonido del viento parecía confundirme con lo que realmente sucedía.
– Buenas noches, jovencito. ¿Qué busca usted por acá? –Habló una voz bastante familiar que me erizó la piel–.
En el momento que volteé me congelé completamente del susto y de la sorpresa. Un rostro demacrado y seco, labios agrietados, un cabello maltratado de color amarillo, uñas largas y filosas como las de un gato, una nariz torcida y sobresaliente, era una mujer mal vestida que apenas podía cubrir sus genitales con una sotana destrozada, parecía que la tela de su ropa estaba siendo comida por polillas y cucarachas; no fue eso lo que me inmovilizó, la mujer que estaba en el cementerio era Aurora Scrooket, madre de Cesar.
– Buenas noches, señora, ×dije temblando con la voz temblando del pánicoØ. Simplemente vengo de parte de Grigori.
– ¡Oh! –Clamó la Señora Scrooket–, ¿Cómo poder olvidarlo? ¿Eres tú el aprendiz elegido por el patrono cabrío?
Aurora me circunvalaba con la frialdad en su mirada.
– Discúlpeme, Señora. No quise ocasionarle este tipo de sorpresas ×Dije mientras me alejabaØ No importa si esta noche es falible para mi último culto, podría ser después... Será mejor que me retire de aquí.
– ¡No! Perdóneme usted a mí, jovencito, –insistió–, ante ti estoy rendida y agraciada con todo mi ser designado a lo oculto. Creo que te he visto en algún sitio, tu piel blanca y tu simétrica fisionomía la reconocería siempre... Estoy más que segura de que le encantarías a mi hija menor.
Aurora se inclinó ante mí y puso sus manos en mis piernas.
– Ehmm, no, creo que nunca nos hemos visto ×Dije apartando sus mano de mi cuerpoØ. Mejor levántese de ahí Señora, me haces sentir avergonzado.
Estreché su mano y la levanté.
– ¡Claro! –Se levantó de un salto–. Simplemente estas aquí por lo único que te importa, –gruñó soltando mi mano–, es lo que te trajo aquí nada más. Que linda gema, ¿También te la obsequió tu querido padre cabrío?
Aurora refunfuñó, no paraba de mirar el bastón y la gema.
– Oh, sí, gracias, ×dije, soltando un ligero resoplidoØ. Digamos que es una radiante pieza que refleja siempre su corazón, no llevo mucho tiempo con ella.
– ¡No me interesa! –Gritó la mujer con discordancia–, quiero enseñarte unos hermosos cuerpos que esperan por ser descubiertos, la explicación será bastante breve y no creo que lleve mucho tiempo. ¡Ahora sígueme!
Aurora se dio la vuelta y empezó a caminar.
– Está bien... ×Dije, desagradadoØ ¿A qué lapida vamos? ¡Estoy fascinado por realizar este paso!
Intentaba soslayar la petulancia de la mujer con paciencia.
– ¿Por qué? –Preguntó la bruja, malhumorada–, si tienes apuros mejor retírate, no me gusta hacer mi trabajo apresurada por gente como tú, pedazo de hipócrita y te advierto que no engañas a nadie con toda esa indumentaria de presuntuoso.
– No entiendo tu mal carácter, ×exploté con discordiaØ, además no estoy aquí para soportar tu patético comportamiento, créeme que decidí visitar a este cementerio simplemente por ser opción alterna. Y si no quieres instruirme algo de tu magia sobrevalorada, me iré de retorno con la frente en alto.
– ¡Es usted un miserable cretino desgraciado! –Gruñó coléricamente Aurora, señalándome–, ¿Cómo se atreve a hablarle de esa manera a una mujer tan reconocida como yo? –Respingó histéricamente–, eres un apostata, te detesto desde el primer momento que te vi llegar a este maldito mundo con tu cara de inocente.
– Que mal carácter, siento tanta lastima por aquellas personas que se comportan igual que tú ¿Quieres intentar herirme con tu resentimiento? ×Pregunté mordazmenteØ ¡Wow! Veo que tu ego está tan elevado que hace atomizar tu propia dignidad ¡Mírate! ×La observé de arriba abajo con hastío, estas totalmente arruinada y fea como para sentirse más miserable de lo que eres ¿Es eso lo que te hace sentir engrandecida?
Aurora se enrojeció de la histeria y dio unos pasos hacia mí.
– Nunca, vuelvas, a, hablarle, de-de esa manera a una bruja nocturna y poderosa como yo, –dijo, iracunda–, he tenido lo suficiente como para recibirte en mi casa y darte de comer, maldito animal. Siento repugnancia por ti, la razón por la cual te lleve a mi casa era porque quería asesinarte, el espíritu de mi madre se sentía colérico en un sitio compartido por pestes como tú, maldito asqueroso mortal pestilente.
– ¡HAHAHA! ×Solté una carcajada bufoneaØ, siempre supe que eras una demente y depravada como para asesinar al padre de tu hijo, ¡Oh! ×Gemí con furorØ ¿Acaso me convertirás en sapo? En un sapo que se parezca a tú espantoso rostro demacrado ¡Ya sé! ×Dije sonrientementeØ Harás otra vez que de mi boca salga una cucaracha que represente a tu cuerpo ¿Cierto? No me importa lo que hagas o lo que pienses de mí, bruja degenerada.
– ¡Pagarás muy caro toda tu maldita existencia! –Berreó–, vil traidor, no será ahora, no será mañana... Pero, te aseguro que seré yo quien tenga esa maldita piedra en mis manos, seré yo quien goce del poder de Balam.
– ¡Ah! ¿Es en serio? ×BuféØ, lo sabía, es tu envidia la que te ahoga en celos y jactancia. La verdad todos estos días pensé que debía ser amable contigo, y me equivoqué.
– ¡Pronto te quemaras en el maldito infierno! –Murmuró, agitada–.
– ¡Gracias! ×Dije soltando una sonrisa sonrojadaØ, tus palabras son deseos para mí, estoy seguro que serás tú quien se esté arrastrando bajo mis pies en el infierno. Mientras me queme en mi poder tú estarás pudriéndote del sufrimiento con el agrio sabor del olvido perpetuo, tus hijos siempre serán desiguales a lo que eres tú, no entiendo como no han quemado tu cabaña hundida de secretos y abominaciones. ×Reproché con indiferenciaØ
– Cuidado con lo que dices, niñito malcriado, –insistió, colérica–, tu poder es débil igual que tu fe, no eres nada y nunca lo podrás ser. Mis hijos siempre estarán a mi lado, son mis juguetes y la prioridad de la franquicia de mi vida.
– ¡No me importa! ×Subyugué con un gritoØ, nos vemos en el infierno, mi tiempo es realmente valioso como para dejarlo correr en alguien enfermizo como tú.
Le desvié la mirada y me volteé para ir a la encrucijada.
– ¡Ca! ¡Ca! ¡Castigado! ¡Castigado serás! –Exclamó con tartamudeos–, ni se te ocurra salir de estas catacumbas en esta noche, te lo advierto.
– ¡Mejor cállate ya! ¡Ya sé que no puedo salir en esta noche! ×GritéØ, ya me dijeron eso muchas veces, es bueno que te preocupes por mí.
– ¡No te vayas! ¡Regresa aquí! ¿Qué hay del hechizo? –Gritó Aurora–.
Aurora estaba cambiando de personalidad mientras me alejaba de ella.
– ¡No lo necesito! –Prorrumpí–, ¡Entiérrate en una tumba y dile a tu ego que ayude a regresar la honestidad en tu alma! ¡En ese momento practicaré yo mismo la nigromancia con tu cuerpo arrugado!
– ¡AAAAH! ¡MALDITO! ¡MALDITO SEAS! ¡COBARDE! ¡BASTARDO! ¡HIJO DE PERRA! ¡VE PARA QUE BALAM TE DE POR EL CULO! ¡MALDITO! ¡IDIOTA! –Estalló en gritos–.
¿Quién se está creyendo esa mujer? ×Me pregunte a mí mismo mientras huía de ella serenamenteØ, los berridos de la bruja fueron desapareciendo cada vez que me alejaba más, misteriosamente, un par de minutos se detuvieron en el tiempo para confundirme y trastornarme. Me topé con una tumba cubierta de cuervos, curiosamente, quise acercarme a ella para poder observar el cuerpo que estaba sepultado ahí dentro; los cuervos se ahuyentaron y mostraron el cadáver sepultado, el sepelio exhumado arrancó las palabras de mi boca como una víbora irascible.
¡No puedo creerlo! ×Murmuré asombradoØ, el cadáver de ese chico ilustraba la imagen de mí mismo el día que fui enterrado vivo, estaba vestido exactamente igual que cuando fui drogado en el laboratorio de la Zona 13. Vestía con mi vieja bata médica que representaba el símbolo de los Nazis, el ataúd de madera color barniz estaba despedazado como si un oso hubiera roto el ataúd.
A pesar de que los cuervos invadieron el sepulcro, mi antiguo cuerpo se conservaba como si hubiese sido momificado. Las manos del cadáver estaban entrelazadas sobre su pecho, el claror marrón de sus ojos irradiaba misterio junto al delicado castaño de su cabello, mi antiguo cuerpo sin vida yacía en una tumba desenterrada que hacía una referencia hermética, significaba el renacimiento celestial al que fui sometido durante el bautizo en el manantial sangriento, del mismo modo, mi primera muerte en el otro mundo era profanada al estar exhumada en el cementerio.
Una sombría idea golpeó mi mente como un bate de béisbol, con los conocimientos monopolizados después de la consagración podía realizar mi propia nigromancia con el cadáver que había encontrado. ¿Será lo correcto? ×Me pregunte ansiosoØ, sin perder más el tiempo bajé a la tumba con mucho cuidado para sacar el cuerpo del sepelio, situé el candelabro con el cayado a un lado de la lápida y comencé a bajar sosteniéndome del suelo.
Ya una vez abajo, levanté al pesado difunto situándolo a una orilla de la pared arenosa y pedregosa, me quité la túnica delicadamente y até sus brazos con ella. Lo cargué despacio y con ambos brazos lo apoyé sobre mi espalda, tomé bastante impulso y con tan solo un brinco lo arrojé hasta que cayó cerca de la lápida; después, rápidamente comencé a trepar la pared como una araña y logré salir del sepelio, ya una vez arriba desaté la túnica de sus brazos y la puse de nuevo en mi cuerpo para cubrirme del frío.
Lo sostuve de los pies y comencé a caminar mientras arrastraba el cuerpo, me dirigía hasta la encrucijada para así mismo usar los diversos caminos como pasaje a nuevos sitios. Cuando regresé al constreñido túnel que conectaba con el cementerio, pude llegar sin ningún tipo de adversarios que me impidiera continuar por los múltiples caminos; en aquella intersección relativa tuve de alternativa seguir un pasillo que relucía una luz parda, buscaba diferentes expectativas que modificasen el valer de mi tiempo en las catacumbas, sin embargo, procuraba no maltratar el cadáver cuando lo arrastraba sobre la tierra serpenteada.
Por unos segundos pensé que había sido una terrosa pérdida de tiempo en visitar a la necrópolis, lo único que parecía ser interesante era que me acompañaba otro Jericco, pero era ese que algún día subsistió en las tribulaciones que lo mataron. ¿Estoy cargando mi propio cadáver? Era algo que todavía no lograba captar con el conocimiento, balbuceaba con la mente para entender lo que haría a continuación, ya que podía ser lo más sombrío que nunca antes había hecho.
De cada uno de los caminos que tenía frente a mí se hacían oír fuertes bullicios, pero sólo uno de ellos encarceló a mi atención y me llevó hasta seguirlo. Apretaba fuertemente los pies del cadáver y me adentraba a la extraña guarida, antes de entrar observé desde afuera a una mujer sentada en el suelo llorando clementemente lágrimas de sangre, vestía con un manto morado que arropaba la tierra con todas sus lágrimas, en ese entonces apareció un hombre vestido como granjero que estaba de pie frente a ella con la mano levantada, el hombre la estaba golpeando mientras ella lo esquivaba gateando hasta un rincón, de repente, un niño salió y comenzó a golpear al hombre en defensa de la quejumbrosa mujer.
La mujer se cubría la cara con un pequeño pañuelo que secaba sus lágrimas, de pronto, el hombre levantó al niño con sus grandes manos y comenzó a ahorcarlo, la mujer se levantó y atacó contra el violento hombre que estrangulaba al niño. Pero sin importar nada él agarrotaba cada vez más fuerte al pequeño, las manos del agresor estaban marcándose rojizamente en el cuello del niño, la mujer en plena desesperación cogió una pesada roca y la trituro en la cabeza del hombre.
De inmediato, el niño cayó al suelo tosiendo y ahogado intentando respirar en el sombrío sufrimiento. Se arrastró lo más fuerte que pudo y se aisló a la pared, mientras el peligroso hombre se levantó y contuvo su dolor para agredir a la mujer, el niño comenzó a llorar y el hombre se aproximó hasta la infortunada mujer golpeándola fuertemente en el rostro, el duro impacto la derribó después de apalearse contra la pedregosa pared, el cráneo de la mujer se partió luego de golpearse con una filosa roca que sobresalía de la pared.
El hombre se retrocedió y comenzó a alejarse mientras miraba a la mujer pereciendo, atemorizado y acobardado salió de la guarida y huyó rápidamente; cuando el protervo comenzó a correr parecía que todo fuese un holograma, era como escapar de mi realidad y encerrarme en una terrorífica hipocondría que me traía malos recuerdos. Cuando solté una mirada nerviosa hacia la mujer el pequeño niño corrió hasta ella, todo parecía ser una película que podía observar sin que nadie notase mi presencia, el niño no contuvo sus lágrimas e imploró a la mujer que era su madre para que no lo dejase solo, la madre moribunda levantó su mano temblorosa y la puso sobre el dorado cabello del niño, el pequeño la abrazó fuertemente y comenzó a gritarle de una forma desgarradora:
¡MAMI! ¡Levántate! ¡Despierta! –Gritó desesperado– ¡Todo estará bien! ¡Por favor! ¡No me dejes solo! ¡Sé que esto no es real! ¡TE LO RUEGO! –Suspiró moviendo de los hombros a su madre agónica–.
La mujer estaba bastante herida como para responder a los lamentos de su niño, apenas podía sollozar silenciosamente mientras en los últimos segundos de su vida era abrazada por su hijo. Cuando dio su última respiración parecía haberse quedado dormida, el niño se preguntaba llorosamente por qué se había dormido sin contarle su cuento de buenas noches, el simplemente pretendía que nada de lo que pasaba era real para llenarse de esperanzas.
¡Mami! ¿Mamá? ¡Despierta! ¿Por qué estas durmiendo? –Le preguntaba en pánico mientras la abrazaba fuertemente– ¡El hombre malo vendrá otra vez! ¡No quiero estar aquí! ¡Por favor, escúchame! ¡Sin ti no podré ser lo que siempre quise ser! ¡DESPIERTA! ¡DESPIERTATE! –Insistió fregoteando sus ojos con las manos–, tienes que despertar... Vamos, por favor.
Su voz se quebrantaba.
En ese momento regresó el agresor, (su padre), con una tropa de militares, el hombre tenía la cabeza cubierta con una venda blanca mientras ponía una tela con hielo en ella. Los militares se llevaron al niño forzadamente y lo azotaron con una fusta, abandonaron el cuerpo de la mujer agredida y se marcharon con el niño.
¿A dónde me llevan? –Preguntó el niño estremecido– ¡Déjenme! ¡PAPÁ! ¡SUÉLTENME! ¡MI MAMÁ! ¡MI MAMÁ ESTÁ MURIENDO! ¡AYÚDENLA! –Suplicó mientras se lo llevaban como un animal–, ¡ÉSE HOMBRE LE PEGÓ A MI MAMÁ! ¡EL QUISO MATARLA! ¡ESCUCHENME!
El niño gritaba de miedo y consternación señalando a su madre mientras lo ignoraban, cada vez que se alejaba volteaba para mirar a su madre fallecida en suelo.
Rápidamente, todo lo que había presenciado desapareció tan rápido que me dejo perturbado y atormentado, mi vista se desvaneció y parecía haberse turbado con las lágrimas que se retenían en mis ojos. Me aferraba en la pared llorando en el ahogo dolientemente, de mis pensamientos nacían tantos sentimientos que rompieron mi corazón como lo hicieron cuando niño, el espejismo que se manifestó en la cruda realidad fue la crueldad a la que tuve que vivir; ahora podía entenderlo todo, el niño ultrajado que vio morir a su madre en medio de la violenta escena familiar, se trataba de mí mismo en la temible infancia que me marcó para la eternidad.
Me sentía totalmente extraño como si hubiese revivido algo de mí que parecía haberlo superado, en toda mi vida quise denegar el paso a mi mente de toda aquella reminiscencia que me hundió en el averno. Era un enigma saber el por qué había resucitado esa escena de mi vida, momentáneamente, fue como caer del cielo cuando desperté de la pesadilla viviente.
Intenté olvidar todo lo malo para poder continuar con la nueva oportunidad de vivir, recordé la sonrisa de mi madre y lo feliz que me hizo en conocerla a pesar del corto tiempo. Sin perder un segundo más enaltecí mi optimismo y me adentré a la misteriosa guarida para explorarla, curiosamente, era un domicilio encerrado que estaba completamente rebosado de cadáveres de niños y adultos; no obstante, el aposento tenía una alacena de hierbas variantes en tamaños, flores blancas y negras, sapos muertos, recipientes con orina enrojecida, vino agrio, pan de mijo negro, carne de humano descompuesta, ojos, velones negros encendidos, calderos, mandrágoras diseñadas en yeso, mangos de escobas, gorros de brujas y un cofre de óbolos; eran las monedas que se colocaban en la boca de los muertos para pagar su paso a la barca de Caronte.
Cogí del suelo un par amuletos usados esencialmente en la magia, negra o blanca. El amuleto principal era el Mistonorcu, este símbolo era usado mayormente para sojuzgar el mal y a los espíritus que vaguen por el mundo, el Mistonorcu se ha usado generalmente por si gran aspecto poderoso sobre el mundo espiritual; sin embargo, puede usarse por todos aquellos que no tengan maldad, ha de ser así éste amuleto podría quemar, electrocutar o hacer lo posible para salir de las manos del maligno, ya que no pude ser usado para un evento diabólico.
El otro amuleto era el Mistican, creado por los mismos Satanás, Belcebú, Metatron y Luzbel por ello éste amuleto se caracteriza por ser peligroso y maldito, solía ser usado mayormente por los magos malignos. Los demonios y espíritus malignos encumbran a esta reliquia como si fuese su creador, todos los hechizos o artes ocultas se usan generalmente con este amuleto son heroicos.
El Mistonorcu era reconocido mayormente en la Europa de la edad media, ya que cuando las brujas eran condenas a la hoguera los verdugos se encontraban estos amuletos intactos, y sin saber su fin eran tirados a la basura. El Mistican fue creado a partir de la venganza de Satanás ¡Era todo lo que necesitaba! Este amuleto se utilizaba para tentar, etimológicamente, su significado es Magia Tentadora en el español.
Los dos brillaban divinamente como si esperasen ser esgrimidos, cuando me agaché para coger uno de ellos quise tomar primero al Mistonorcu. Pensaba reservadamente en que nada sucedería, en el momento que lo sostuve en mi mano de inmediato comenzó a recalentarse, tan pronto que lo arrojé al suelo empezó a soltar fuego por todos lados, era totalmente axiomático que la luz blanca no era para mí; cuando seleccioné el Mistican me sorprendió mucho en ver que éste no me haría daño, me puse de pie con el Mistican en la mano y lo puse sobre mi cuello para resguardarlo siempre y cuando sea necesario, por supuesto que debía usarlo para la nigromancia u otros cultos requeridos.
Un dato realmente maravilloso que me hundió en un mar de sorpresas fue cuando vi el retrato de Orias, el gran demonio de los astrólogos y adivinos. La imagen era una sencilla pintura en un recuadro de bronce, el gran Marqués infernal con figura de león montado a caballo y llevando una víbora en cada mano; no podía evitar de sonreír cuando el hermoso toque artístico de aquella pintura se relucía como el cielo estrellado, con mi divina percepción podía sentir la fuerza de los espíritus prostrofios, la energía negativa y maleficente me hacía sentir más vigorizado y capacitado para continuar mi último rito.
¿De quién será todas estas cosas? –Pregunté en mi mente–, de inmediato supe que era un aposento de hechiceros y nigrománticos. Sin ayuda de alguien que fuese experto en las artes oscuras decidí iniciar el acto sacrílego, arrastré mi cadáver y lo acosté en el suelo dentro de un pentagrama invertido que lo contorneaba, cogí de una repisa de cristal una bolsa de sal que estaba ligada con cenizas de cadáveres carbonizados, después, la use para remarcar el círculo mágico; era importante no salirme del círculo mientras realizará la ceremonia.
Apresuradamente, tomé la botella de vino agrio y me serví una copa para ingerirla gustosamente. Siguiendo la fruición de mis deseos, cogí un cuchillo y dividí el pan de mijo negro en dos partes equitativas, para después poder comerlo con el fin de seguir la dieta del ritual, después de que lo mastiqué hambrientamente regodeando y complaciéndome, tomé de la copa de vino agrio tres veces hasta terminar de comerme el pan y dejando la botella vacía.
Con el mismo cuchillo que corté el pan, lo usé exactamente para cortar mi brazo y untar la sangre en los labios de mi cadáver. Quemé las hierbas mágicas encima del cuerpo y el vapor se fue absorbiendo en el mismo, coloqué la hierba recalentada sobre el vientre, el pecho y su cabeza; abrí su boca e introduje un dispositivo de plomo, situé los velones negros de manera que rodease el pentagrama invertido donde estaba el cuerpo que profané, en su contorno ubiqué 7 copas vacías de cabeza y un trozo de carne del propio cadáver.
En este tipo de artes oscuras, el nigromante se ve obligado a ingerir la carne del cadáver para más seguridad, así mismo, evitaba ser atacado por algún ente inhumando que quiera poseerse en el cuerpo vacío, o si el espíritu del mismo regresaba furioso al cuerpo de manera furiosa. Cuando corté un pedazo de carne me pregunté sarcásticamente a mí mismo, ¿En serio te comerás a ti mismo? ×Me detuve a pensarØ, ¡Ya no importa! Era importante hacerlo para iniciar la ceremonia, introduje el frío pedazo de carne en mi boca y lo retuve con la lengua, después que comencé a masticarlo se sintió el avivamiento cuando fortalecí mi lado oscuro, un siniestro poder me hacía rugir como un dragón.
La carne era salada como el agua de mar, dura como una roca y fría como la noche. Ya luego que la boca del cadáver estaba abierta, me acerqué a 10 centímetros de ella y comencé a evocarle con oraciones abominables y palabras amenazantes, los susurros iban dirigidos con el fin de animar a algún espíritu que quisiera morarse en el vació del cadáver; lo obligaba a despertarse como si fuese un zombi, me detuve con una respiración para fortalecer la misa negra mientras suspiraba y meditaba.
Me levanté y salí del pentagrama invertido para buscar el recipiente que contenía la orina enrojecida, después que la cogí de la alacena me acerqué al cadáver y lo bañé de orina. Busqué los óbolos y lo coloqué dentro de la boca del muerto para perfeccionar el ritual, abrí sus parpados lentamente y me preparé para lo que estaba por llegar; antes de acudir a la nigromancia tomé como apertura en usar el nombre de Satán para los cantos y oraciones.
En voz alta y aclamada me ubiqué dentro del círculo mágico hasta que comencé a cantar y orar los siguientes textos, mientras observaba los ojos abiertos del difunto con el Mistican entre mis manos.
Satanás ante ti mi señor me descubro para que el poder de estas palabras arranque de mí todo maleficio de quien te desterró. Llévame ante la iluminación, ante la verdad y no dejes que el rebaño del castigo y del asesinato se apodere de mí.
Señor de los infiernos, apodérate de este cuerpo y de esta mente que te rinden incondicional culto y ante tu presencia se arrodillan.
Gran redentor acude a mí y dame fuerzas para aniquilar al ejército del hipnotizador y sus viles siervos.
Ejército de la verdad ven a mí y llévame ante el enemigo, ilumíname y déjame pertenecer a tu poderosa armada, dame el poder.
Temidos por quien fueron una vez condenados
Arrastrados por una corriente de pureza y verdad
Aquellos quienes quemaron la venda de la falsedad
Leviatán, Balam, Belcebú, Astaroth, Satanás...
Devolvamos sus tierras a los expoliados
Devolvamos la vida a los masacrados
Conformemos un ejército y asesinemos al asesino
¡Ven a mí gran señor de la luz!
¡Ven a mí!
Invoco tu fuerza demoniaca y tu valor maligno
¡En tu nombre reavivo a este cuerpo!
Este cuerpo es digno de posesión libre a tu mereced, en que ningún exorcismo sea capaz de sacar al ente que entre en este cadáver
Con el Mistican entre mis manos te ordeno que te presentes ante la ambrosía del pecado
Te conjuro para que te levantes en el nombre mi padre Balam
¡Levántate, siervo de la penumbra!
¡Regresad para servir ante mí!
¡Devuélvete en el camino que has de seguir y ven a mí!
¡Condenado y penado estarás para siempre si no te presentas en este digno momento!
¡Te ánimo y te absuelvo con mi corazón en el suelo!
¡Esos ojos que he abierto quiero verlos parpadear!
¡Regresa del descanso eterno y muéstrame la verdad de lo divino!
¡Dentro del círculo seré el predilecto para mis amos de la oscuridad!
¡Enseñadme el futuro y ante ti me desnudo con orgullo!
¡Que las puertas del infierno sean abiertas para que anides en este digno cuerpo!
¡Ante las fuerzas oscuras obligo a cualquier parasito o alma perdida a morar en este cadáver!
¡Necesito secretos del futuro!
¡Anhelo la verdad precedida en un presente!
El tiempo corría mientras los cantos y oraciones favorecían, mientras tanto el cadáver estaba temblando y retorciéndose maquiavélicamente. Lo golpeaba con mí bastón en la cabeza durante su reincorporación, por cada golpe se enfurecía y lanzaba rugidos de bestias infernales, bruscamente, un fuerte vendaval sometió el cubículo y apagó los velones encendidos, tumbando al suelo los objetos de la alacena y quebrando los mangos de las escobas.
Las luces se encendieron de repente y comenzaron a titilar, el cadáver se transmutó lentamente y empezó a levantarse. Las 7 copas que lo rodeaban se quebraron solas y se volaron por el contorno, la botella de vino agrio se sobrevoló violentamente en mi dirección y se estrelló contra la pared, se desvió de dirección cuando pasó por el lugar del círculo que me protegía y su fuerza se desvaneció.
Lo que alguna vez lucía físicamente como yo estaba transformándose en un violento hombre de baja estatura, de pronto, dos pequeños cuernos crecieron curvadamente en la frente del hombre enano. ¿Qué demonios? ×Brinqué de impresiónØ, era totalmente sorpresivo todo aquello que se manifestaba en el cubículo, para mi primera experiencia como nigromante parecía que todo se salía de control cuando él estallaba coléricamente.
Los velones se apagaron en su total oscuridad y el silencio estremeció el sombrío contorno, en medio de la penumbra podía escuchar las paredes desmoronarse cada vez que el espíritu gritaba sonidos anómalos y guturales. La sensación del miedo me convirtió en alguien neurasténico y sobresaltado, el trastorno parecía ser tan agudo que de mi mano dejé caer el candelabro y sonó estridentemente al golpearse en el suelo.
Cuando me incliné para sujetarlo ya se había ido rodando fuera del círculo, era peligroso salirme de él y quedar bajo la disposición del maligno espíritu. Me preocupé tanto en perderlo que no podía imaginar cómo sería recorrer la catacumba a oscuras, sosteniendo el cayado con ambas manos pude iluminar un poco el recinto, la gema era de excelencia sutileza para servir como luz fluorescente.
De repente, los ojos del espíritu se hicieron centellear como si fuesen dos esferas de fuego. Estaba arrastrándose en el suelo como un gusano, reñía contra el poder del círculo para intentar traspasarlo y embestirme con ferocidad, la gran influencia era tan severa que apartaba al cadáver revivido con una fuerza astral, instantáneamente, el cabello de éste comenzó a caerse como si hubiese sido arrancado al igual que una zanahoria de la tierra.
Sus rugidos parecían hacerse más estentóreos y ensordecedores, a medida que iba gritando expulsaba lombrices enrolladas desde su boca que al caer en el suelo se reventaban de sangre, de su nariz salían pequeñas serpientes que se conectaban con la boca expandida hasta que la masticaba. Había llegado el momento que tenía que dirigirme a él, así como hice llegar su espíritu al vacío cuerpo, tenía que encargarme yo mismo de realizar la plática con el huésped demoníaco.
– ¡EXIGO TU NOMBRE! ×Grité con potestadØ, solicito conocer tu origen con clemencia y claror.
Le dije durante los segundos que sostenía el cayado con temor, sabía exactamente que no podía demostrar una actitud medrosa ante el espíritu.
– ¡AAAAAAAAHH! ¡AAAAGRRR! –Gritó el cadáver revivido mientras se ponía de pie–.
– ¡Soy yo quien te ha traído a este mundo en busca de oráculos infalibles! ×Exclamé sosteniendo la mirada en aquellos ojos rojos que me horrorizabanØ ¡HABLA AHORA MISMO! ¡TE LO EXIGO! ¡SERÁS CONDENADO EL RESTO DE TU PERPETUIDAD SI NO DEMUESTRAS CONFIDENCIA!
Mi voz estaba temblorosa y aturdida.
– ¡AAAAAAAAAAAHH! –Gritó más fuerte el espíritu– Nolo enim vita tua –Susurró en latín lanzándose al suelo–.
Traducción: No quiero tu vida.
– ¡Enseñadme el futuro! ×Subyugué desviando la mirada al espectroØ ¡Dime cómo encontrar mi fortuna! ¿O quieres decir tu nombre?
– ¡Maledicti sunt! –Maldijo ferozmente en latín–
– ¡Defínete! ¡Pedazo de carne podrida! ×Dije señalándolo con el cayadoØ
– ¡Detestado eres, detestado serás! Vil desgraciado, la Luna te manchará de sangre antes del amanecer y los muertos te perseguirán –Dijo el cadáver poseso–. Estás destruido y tus segundos están contados.
El espectro se lanzó hacia mí de golpe.
– ¿Me estas amenazando? –Pregunté mientras le enseñaba el Mistican dentro del círculo–.
– ¡AAAAAAAAAAAAAAAHH! –Vociferó, colérico– Rat sale dégénéré, je ne te dirai rien.
Traducción del francés: Rata sucia degenerada, no te diré nada.
– ¡Te obligo por última vez! ¡Define tu nombre! ¡Muestra una parte de lo que ahora viene para mí! ×ExclaméØ.
– Tod, Folter, Verrat. –Murmuró en alemán–, ¡No habrá algo más que deba revelar! Habló otra vez en español.
Traducción: Muerte, tortura, traición.
– ¿Es eso una proterva profecía? –Pregunte, aterrado–.
Sentí un frío helado que congeló mis sentidos.
– ¡Mors solum initium est! –Gritó en latín, guturalmente–.
Traducción: La muerte apenas será el comienzo.
– ¡No creo en lo que dices! –Prorrumpí–, ¡Simplemente te rehúyes con apostasías!
– ¡AAAAAAHH! ¡La muerte se aproxima en tu dirección! –Amenazó–, ¡Reiré demasiado de alegría cuando sepa que ya hayas sido torturado como mereces!
Berreó rompiendo la carne de su cuello hasta rasgarse los brazos.
– ¿Me convences? ×Pregunté pensativoØ Prefiero sufrir lo que sea ante de creerte, hay algo de ti que no me convence en su totalidad esplendida. A ver... ¿Cómo te llamas? ×InsistíØ.
– Los sabios sufren, los héroes fracasan, los exitosos temen y los sucios como tú mueren en las dudas, –murmuró– ¡No estás en la disposición de creerme, y tampoco estoy en la obligación de darte explicaciones!
Oprimí el Mistican y le apunté la cara con el mismo.
– ¿Te gusta esto? ×Le preguntéØ.
El espectro rugió de furia y se lanzó al suelo de espalda.
– ¡AAAAAAGRRRRR! –Rugiendo como león–, ¡DÉJAME SALIR DE ESTE CUERPO! ¡QUIERO IRME! ¡BASTARDO!
Liberó un pestífero olor de su boca putrefacta.
– ¡En el nombre de Satán exijo que liberes el secreto que ocultas! –Bramé–, ¡Déjalo salir con tu nombre y seré yo quien me encargue de liberarte!
– ¡No sé nada de él! ¡No me maten! –Hipó con una voz femínea–
Incomprensiblemente, habló idénticamente con la voz de Christine Le Bousier antes de der asesinada.
– ¡Por favor! ¡No me asesinen! –Prorrumpió con una risa ahogada– Soy una mujer inocente, no, no, no quiero morir.
Las palabras que decía eran las mismas que Christine dijo antes de morir.
– ¿Primero jergas y ahora quieres intimidarme con esto? –Proferí–.
– Eres una de las mejores personas que conozco, me has hecho feliz como nunca antes lo haya hecho alguien. –Habló con la voz de Cesar Scrooket–.
Eran algunas palabras que me dijo Cesar antes de irme de su cabaña.
– ¿Qué quieres intentar con tus burlas? –Pregunté mientras iluminaba su rostro con la gema–.
– ¡Hipócrita! ¡Porquería! ¡Maldito seas! –Increpó vulgarmente–.
Cada vez que la entidad gritaba rompía mis tímpanos con una voz grave e iracunda.
– ¡Silencio! ¡Retorcido insolente! ×ProrrumpíØ .
En ese instante le arrojé el Mistican en su cara y comenzó a quemarse al culminar el conjuro. Enigmáticamente, un hexagrama se dibujó en su cara cuando el Mistican se adhirió en ella.
– ¡NOOOOOO! ¡AAAAAA! ¡YOO! ¡YOO! ¡HUYEE! ¡NOOO! ¡SOY! ¡AAAAAAA! ¡AARÓN! –Suspiró luego reconocer su nombre– ¡Te he fallado! ¡NO! ¡NO LO HAS HECHO! –Gritó contrariando otra voz en él– ¡POR SUPUESTO QUE LO HE HECHO! ¡He profanado!
Aarón: Era un mago griego que vivió en tiempos del Emperador Manuel Comneno, dícese que obtuve sus legiones demoniacas gracias a la Clavícula de Salomón. Practicaba artes oscuras como la nigromancia, la su pena de muerte fue desollado después que se le cortó la lengua.
– ¡Vaya! ¿Así que eres Aarón? ×Pregunté en el mismo tiempo que las velas se encendieronØ ¡Quémate! ¡Regresa al maldito infierno!
– ¡NOOOO! ¡NOOO! ¡ME QUEMO! ¡ESTOY CALCINÁNDOME! –Profirió–
El demonio comenzó a incinerarse con el Mistican adherido a su frente, su cuerpo se transformó igualmente a como yo lucía en esa noche. A su vez, quería interpretar un mensaje con el hecho de quemarse con mi imagen.
– ¡Adiós! –Dije–.
Escupí el suelo 3 veces para cerrar el culto y el círculo mágico desapareció. En el suelo crecieron pequeñas rosas negras que goteaban sangre desde los pétalos.
De pronto, el suelo se dividió en 2 partes por una fuerza sobrenatural, el abismo creado por el espaciado entre ambos extremos hizo sonar relámpagos y gritos de sufrimiento. Bruscamente, se hizo escuchar un estruendoso sonido que parecía sonar igual al motor de un avión despegando, del abismo salieron nubes negras de azufre que marchitaron a las flores negras cuando absorbieron el calor; de inmediato, el reo desapareció fantasmalmente después de que la tierra se lo tragara como una ballena. Persigné mansamente un hexagrama en la tierra y salí del círculo con las manos en alto, inhale y exhale lentamente hasta que pude sentir el cualificado oxigeno bufando dentro de mis pulmones.
Oprimí el cayado con mi mano derecha y me aproximé hasta la salida, mantuve mi mentalidad optimista después que todo lo que necesitaba estaba hecho con mi fervor. Caminaba muy rápido buscando la manera de huir de la catacumba, no obstante, quedaba un largo camino del cual no quería ni imaginar debido a lo difícil que sería llegar a la entrada, después de todo, había descendido exageradamente a lo más profundo de Pléyades como para salir tan rápido y eclipsarme con la madrugada.
En cuanto llegué al callejón que seguía hasta la encrucijada no tuve tiempo de imaginar que otra cosa se ocultaba en el lóbrego abismo pleyadiano, ya que, era inaudito sumergirme en las tinieblas sin algún fin necesario.
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