Capítulo 14. Grigori Rasputín y los monjes oscuros: El Sacrificio.

"El amor se fusiona con el odio que quema los frutos de perdón y compasión."

El manantial comenzó a secarse enigmáticamente después de que Abraxas desapareciera, la sangre se evaporaba con el calor de las velas que se encendieron fuera del manantial. En ese instante me sentí nuevo y diferente, mi físico cambiaba masivamente como las fases lunares, tenía que atacar igual que un dragón antes de ser supliciado.

Muchos impulsos violentos habían dentro de mi mente, me generaban un desorden mental que se hacía acelerado y frenético, el incienso y algunas hiervas aromáticas predominaban el escaso oxigeno de la catacumba; cuando planificaba en medio de la caminata como llegar al monasterio que había hablado Balam, no paraba de estornudar alérgicamente y frotándome la nariz de forma ruda. Mi cara estaba bastante roja y constreñida, mis uñas estaban lo suficientemente afiladas como para arañar mi cutis.

¡Oh, Maldición! ×Grazné al ver mi desnudezØ, pero, no quería pensar nada relacionado a mi cuerpo desnudo, parecía un nudista en las playas americanas, mi indumentaria se había desechado, debía encontrar un atuendo correcto que cubriese mis partes íntimas, hubiese sido muy vergonzoso que alguien me mirase desnudo otra vez en medio de la calle. Mi propósito era guillotinar a cualquiera de los frailes para iniciar mi metempsicosis.

Sólo había algo, me costó concentrarme en cómo podía encontrar una morada para vivir en un largo período de tiempo, estaba muy de malhumor, observaba todas las paredes obstruidas que me bloqueaban y me sentía ávido ¡Era un laberinto! Muchos caminos estaban cerrados y otros estaban abiertos, el problema era que sentía una gran pérdida de tiempo en toparme con caminos bloqueados.

¡Altagracia! Pese a que no encontraba un lugar adecuado para progresar ya había visto un camino digno de continuar. Cogí uno de los candelabros y me adentré a las fosas, muchas de ellas estaban rodeadas de pequeños fragmentos de oro dorado en el suelo. Pero, ¿qué puedo hacer con oro en Pléyades? ¿Acaso tendrá un valor millonario en Memphis? ×PenséØ

Me levanté y alumbré el techado ya que habían más de ellos en el mismo, es probable que se trate de una trampa para los intrusos; lo primero que pensé. Era altamente importante no tocar algunas de las joyas que yacían sobre el suelo o en las paredes, y de imprevisto, se escuchó un extraño susurro que venía de la oscuridad.

– Ven conmigo.

Susurró la voz de una mujer.

Las pupilas de mis ojos estaban completamente dilatadas, mi cuerpo empezó a manifestar un intenso temblor en los músculos que me estremeció. Deslumbrado e hipnotizado comencé a seguir la voz femenina, en un ligero cerrar de ojos había llegado al monasterio que tanto había pensado, fue insólita la forma en la que encumbraban el convento de Balam.

Había enormes vitrales negros parecidos a los del Vaticano, moraban cabríos recién nacidos y adultos que al parecer los monjes cuidaban en el monasterio, ¿Pero en dónde están los monjes? ×Pensé con incertidumbresØ, lo único que veía era cruces invertidas colgando en los techos, decidí continuar caminando hasta la plataforma en busca de los monjes. En el centro del sagrario había un enorme libro rojo que estaba situado encima de una mesa de madera, cautelosamente, caminé en su dirección hasta que pude mirarlo más de cerca.

No tenía algún nombre específico ¡Que extraño! ×Dije en mi menteØ, dentro del libro salía un cinta purpura que colgaba de entre las hojas. Por curiosidad quise saber de qué trataba, sin pensar una vez más lo sujeté con ambas manos y lo abrí

– ¡Oh, no! ¡Aahhh! ×Exclamé deslumbradoØ

Cuando abrí el libro sentí un irresistible dolor en mi cabeza, parecía como si alguien hubiese arrojado una roca en mi cráneo.

¡Demonios! ¡Mis ojos! ×BraméØ, el libro emitió una energía tan potente y cegadora que irritó mis ojos. Por un momento quedé con la vista nublada. Lo único que alcancé a leer fue que hablaba del Éxodo, no obstante, pude observar rápidamente versículos bíblicos en aquellas hojas envejecidas, y, una pequeña ilustración de la crucifixión de Cristo.

Me sugestioné en saber qué ocultaba aquel libro y lo volví a abrir con atrevimiento, el resplandeciente fulgor había desaparecido, esa segunda vez que me arriesgué en leer lo que yacía en las escrituras, leí con esplendida claridad que el libro era una biblia proveniente de lo más profundo y caliente del inframundo.

Las escrituras detallaron con peculiaridad cada acción oculta en la vida de algunos profetas, me sorprendió haber leído el nombre de Juan el Bautista en aquellas escrituras. Se relacionaba con la vida privada de algunos discípulos de Cristo, la muerte da la enigmática Virgen María, o también, la íntima vida de Jesús y María Magdalena ¡Increíble! ¿Acaso será esto cierto? ×Me pregunté, confundidoØ, e incluso daba a conocer la verdadera manera en la que Moisés consiguió los 10 mandamientos en el Monte Sinaí.

Algunos de los controvertibles escritos umbrosos establecían lo siguiente:

Phopheticum Spectrums.

La iglesia cristiana-católica ha mantenido un omnipotente negocio con el reino infernal a lo largos de los años, podría decirse que los altos cleros eclesiásticos no podrían vivir sin nuestra máxima presencia. Sin duda alguna, ambos imperios conservamos nuestros magnos secretos que nunca saldrán a la luz pública, pese a la gran suma de bienes que podemos compartir en el nombre de Cristo.

Podía decirse que Juan el Bautista fue decapitado luego de haber sido encontrado profanando las reglas de Dios, es normal que la iglesia haya querido interpretar un papel victimario, después de ser decapitado su cabeza fue arrojada a los leones.

Cristo nunca confió lo suficiente en sus discípulos como para hablarles de su romance con Magdalena.

La Virgen María fue asesinada a piedras luego de haberle mentido al pueblo de Israel con su castidad.

6 de los discípulos de Cristo fueron acusados de practicar actos impuros contra la sociedad, los persiguieron hasta el día de sus muertes. Es axiomático que fueron incriminados de robos, violaciones o asesinatos.

Moisés hizo creer al mundo que había encontrado los 10 mandamientos que Dios le había mandado, la diáfana realidad es que se topó con algunas reglas y leyes establecidas por el Antiguo Egipto.

Misteriosamente, apareció a un lado del libro una fabulosa roca de color violeta que brillaba como una estrella, como si fuese un camaleón ésta cambiaba de color violeta a color rosado cada vez que parpadeaba. Su brillo era tan potente que podía hacerme sentir hechizado con su luz ¡Madre mía! ×Grité, maravilladoØ Estaba petrificado con el rimbombante fragmento de mineral ¡Es numerosamente tangible que su nombre se me hace bastante conocido! ×Exclamé con vanguardiaØ La preciosa piedra poseía una figura hexagonal que destacaba su aspecto quebradizo y cristalino ¿Acaso esta gema es una Espinela? ×Inseguramente, me pregunté a mí mismoØ ¡Estoy seguro que es un mineral oxido! Recuerdo que alguna vez la estudie en la universidad para clases de metales, es un oxido anhídrido, ¡Claro! ¡Es una Taaffeíta! ×Asentí con firmezaØ.

¿Pero por qué apareció clandestinamente? ×Me pregunté con la voz ronca mientras cerraba el libroØ, curiosamente, cogí la roca y la examiné por cada uno de sus perspectivos ángulos. La levanté con mis manos y la observé a la altura de mis ojos, dentro de ella contenía una pequeña flama de color carmesí que se brotaba como la lava, de pronto, en ella se relució el nombre de Balam con mucha fluorescencia, supe entonces que era obra divina de mi padre infernal, en ese momento una sonrisa maligna iluminó mi rostro y me dirigí a la cripta de los ermitaños, con la piedra en la mano podía sentir el poder de la reencarnación suprema en aquella noche sombría.

– ¡Ya casi llegamos, mi Príncipe! –Dijo una voz ruda dentro de mi menteØ

Entre zumbidos y murmullos dentro de mi cabeza me conduje embelesado a la cripta del convento.

– ¿Dónde están los monjes? ×Pregunté hipnotizado como si hubiese sido hechizadoØ.

– Sólo camina –insistió la voz–, ya estamos más cerca... Debes cuidar muy bien la Piedra Prodigiosa.

La voz manipulaba mi cuerpo como una máquina.

– ¡Es hermosa, me encanta! –Exclamé–.

– Sabía que te encantaría, –murmuró la voz–, en ella está mi espíritu y te acompañaré siempre que necesites ayuda.

– Al salir de la cripta te esperará un jolgorio para el día sábado en tu honor, conocerás personas increíbles. –Dijo la voz de Balam–.

– ¿Acaso hay un festejo en mi nombre? –Pregunté, pasmado–.

– ¡Exacto! –Gritó en mi mente y se esfumó de ella–.

¿En dónde estoy? ×Me pregunté con la sensación de estar desoladoØ Todo parecía haber sido un sueño o utopía mental, fue como estar narcotizado durante el tiempo en que la misteriosa voz me condujo a la cripta de las catacumbas. ¿Ya no había estado aquí antes? ¡No! ×PenséØ, era finalmente la cripta de monjes donde realizaban sacrificios, la gran diferencia de estos sitios era los distintos aspectos de Reyes y simples monjes.

Cada monje se encontraba arrodillado en acto de oración, se cubrían de largas túnicas cárdenas que tapaban sus pies. Lo único que podía resaltar de sus pies eran las filosas renegridas uñas torcidas que sobresalían, los susurros mantenían la serenidad del silencio en la cripta sacrificial, era repulsivo la inmensidad de extremidades, cerebros, tripas y cuerpos descuartizados que yacían sobre el cemento.

¿Por qué los frailes no se mueven? Parecían estar muertos en vida, cada uno de ellos se abstenían a parpadear, tenían los ojos completamente secos y enrojecidos, sus edades estaban alrededor de 20 o 33 años. Era sugestivo pormenorizar a los insólitos hombres, instantáneamente, entrelazaron sus manos y se pusieron de pie en un salto inopinado, se voltearon lentamente y fijaron su vista en mí; durante ese momento enmudecieron los susurros, en medio de la helada mirada abrieron sus bocas y de ellas salieron moscas con el fétido aliento.

¡Qué horror! El interior de sus bocas era negro y pútrido como la de un hipopótamo, no obstante, los dientes de aquellos frailes parecían a los de un fumador adicto. De pronto, los monjes introdujeron sus manos bajo las largas túnicas y de ellas sacaron cada uno cuchillas Bowies ¿Qué harán con esas cuchillas? ¿Seré yo quien será sacrificado? ×Me pregunte angustiado y atemorizado mientras daba un paso atrás para alejarmeØ

En cada paso que retrocedía, los frailes daban un paso más en frente para acercarse a mí, súbitamente, enaltecieron sus manos y todos se quitaron la capucha que ensombrecía sus rostros. Con sus cuchillas comenzaron a cortarse cada uno de sus dedos, específicamente, eran 18 monjes que participaban en el oscuro convento de las catacumbas; 6 de ellos se inclinaron y lentamente se arrancaron las uñas de sus manos, otros 6 fueron quienes levantaron sus manos y luego de cortarse los dedos amputaron su mano completa, finalmente, los últimos 6 se desvistieron poco a poco y presumieron del hermoso tatuaje que ilustraba una preciosa cabra en sus dorsos.

¡Oh, Diablos! ×Dejé escapar un gemido con un gesto de desconciertoØ 12 de ellos estaban desangrándose en el suelo, era una extraña ceremonia que rendía homenaje a Balam con el fin de ofrecer el sacrificio venturoso para el próximo príncipe. De repente, los hombres cogieron una vasija de sangre de caprino y gallina negra que yacía sobre el suelo, era la misma sangre que provenía de sus corrales y de ellos mismos.

Después de sostener las vasijas en sus manos, la levantaron y dejaron regar toda la sangre contenida en ella en sus cuerpos desnudos. Los frailes gozaban al ser humedecidos por la sangre, con sus cuerpos bañados de sangre empezaron a lamerse unos a otros con el fin de erotizarse, mientras los 12 frailes continuaban descuartizándose lentamente, estos disfrutaban de ser los candidatos para el sacrificio; cuando retrocedía a la entrada en busca de algún objeto letal para acontecer al sacrificio, choqué de espalda con alguien que obstruía la puerta de ingreso.

– ¿Lo estas disfrutando, querido príncipe? –Dijo el hombre que estaba obstruyendo la entrada–.

– ¿Tú quién eres? –Pregunte al hombre después voltear–.

– ¿No te han hablado de mí? ¡Oh, Perdón! Mi nombre es Grigori Rasputín, soy el abad del monasterio. –Dijo el extraño hombre que se acercaba a mí de manera desafiante–.

Un hombre de unos 40 años de edad y bastante alto, en su cara poblaba una enorme barba que cubría sus labios y mentón, vestido de monje con cabello castaño y ojos azules claros como el día.

– Un placer conocerte,×Estreché su manoØ¿Acaso puedes explicarme en que se basa toda esta desdicha? –Pregunté cruzando los brazos–.

– ¿Así es como llamas a tu celebración, su alteza? –Preguntó Grigori a regañadientes–.

– Me parece ineficaz y de poca gratitud llegar a un sitio en el que de pronto comiencen a actuar como idiotas. ¿A eso le llamas celebración, amigo? –Dije contorneándolo–.

– ¡Ajá! Digamos que aún no sabes los acontecimientos de esta ceremonia, es por ello que todos dicen que no eres el elegido eficaz. –Habló Grigori acercándose a mí–.

– ¿Es factible que 18 frailes se trunquen y se desnuden ante mí? –Le pregunte sintiéndome ultrajado–.

– Vendrán cosas peores –dijo él– en este culto todos estamos sobrexcitados por el sacrificio, hemos elegido a 6 candidatos del cual tú mismo deberás elegir a uno de ellos. Se someterán a un duelo en que, en ese mismo momento, tú debes cerrarlo con broche de oro.

– ¿Qué clase de duelo? –Pregunté respingando con un parpadeo–.

– ¡Empiecen hermanos! –Exclamó Grigori dirigiéndose a los frailes desnudos–

En aquel momento los 6 hombres desnudos comenzaron a masturbarse entre sí.

– ¿Qué? ¿Es este el duelo? –Le pregunté a Grigori en voz alta– ¡Que sorpresa! ×ExclaméØ ¿Qué se supone que debo hacer mientras esos hombres se masturban?

– ¡Sólo vive el momento, su alteza! –Dijo Grigori acariciando mi cabello– esta es mi parte favorita, ahora observa lo que viene ahora. Dijo el hombre entusiasmado acercándose a los hombres desnudos.

– ¿Qué sigue ahora? –Pregunté, intrigado–.

Él se acercó al grupo de hombres desvestidos, cogiendo una alabarda que yacía sobe una mesa de madera.

– ¡A ti soy sincero, ante ti soy leal, llenadme de la fe y honestidad que siembras en mí cada noche! –Profirió Grigori inclinado ante uno de los hombres–.

Apuntó contra el pene del hombre más joven y levantó su alabarda, de repente, la bajo con tanta fuerza que terminó amputando el órgano sexual del hombre, provocándole un grito estridente.

– ¡NO! –Exclamé mientras él cortaba el pene del fraile– ×Lanzando un gemido de terrorØ

– ¡A esto le llamo la vasectomía del amor! –Gritó Grigori, entusiasmado, mientras el triturado pene del monje caía al suelo– ¿Ahora sabes porque me llaman el monje loco? ¡Maldita sea, ahora sólo quedan 5 para ti!

Grigori soltó una carcajada perversa.

– Supongo que debo acostumbrarme, ×murmuréØ.

– ¡Tú lo has dicho! Son tus labios quienes revelan lo poco adiestrado que estás en esta trama. Pero descuida, será cuestión de tiempo. –Añadió, exclamando–.

– ¿Qué es lo que debo hacer ahora? –Pregunte con las manos en mi cabello–.

– Los hermanos están por terminar su duelo. –Habló él entre los dientes, muy concentrado en los hombres–, ahora coge esa cuchilla que está en el suelo y selecciona a tu carnada.

– ¡Está bien! ×Asentí moviendo la cabezaØ. Antes del amanecer quiero completar la oscuridad de mi espíritu.

– ¡Ve por lo tuyo! –Gritó Grigori sobreexcitado e intransigente–.

Llenándome de valentía y energía cogí el cuchillo del suelo y observé peculiarmente a los 5 hombres, quería que mi primer asesinato fuese lo mejor posible para recordarlo siempre. ¿Cómo lo hago? ×Me preguntaba a mí mismo, preocupadoØ, apenas era un neófito para realizar un sacrificio, en aquel momento urgido supuse que sería conveniente seleccionar al hombre más vulnerable, mientras Grigori dibujaba un pentagrama con la sangre de los animales pensé insensatamente en arrancarle la vida con mis propias manos, quería asesinarlos a todos.

Por cada vela que encendía rodeando el pentagrama me sentía salvaje y dispuesto a mancharme de la sangre de quien sea, simultáneamente, los 5 hombres comenzaron a eyacular una sustancia fuliginosa y adherente. Apreté con fuerza el cuchillo que cargaba en mi mano derecha, paulatinamente, me aproximé al fraile más mayor en edad y comencé a caminar despacio.

Ahora serás carnada para los demonios en el maldito infierno, ×musité mientras me concentraba en el hombreØ tomé del cabello al fraile y lo lancé contra el suelo, el hombre lazó un bramido con su respiración. Me puse de rodillas y me lancé con mi cuerpo desnudo encima de él, lo sujeté del cuello y levanté su cabeza halándolo del cabello forzadamente, con el cuchillo afilado pude marcar una larga hendedura que sirvió para cortar su garganta a sangre fría.

Su cuello se abrió en una rebana como un pastel de cumpleaños, la sangre comenzó a regarse como un vaso de agua rebosándose. Al atravesar su torrente sanguíneo de forma lenta se hizo crujiente y seductor, era provocador y tentador ver como mi cuerpo desnudo se rociaba de sangre caliente, al retirar el cuchillo de su garganta lo enterré como a una tumba en su abdomen. Metí la mano en el agujero que se abrió en su garganta y extraje la lengua con el puño, le arranque su pútrida lengua ennegrecida y la introduje dentro de mi boca con deleite.

¡Esto se siente delicioso! ¡No puedo soportarlo más! ¡Oh! ×Gritaba en silencio dentro de mí, mientras gemía cerrando los ojosØ todos los frailes miraban encantados de la escena sanguinolenta ¡Aquí viene de nuevo! ×Murmuré mientras respiraba profundoØ, era esa sensación divina de rencor y satisfacción, podía haberlo hecho una y otra vez mientras me sintiera poderoso y apasionado. Revolvía mis manos dentro de su estómago como si fuese un remolino tropical, se sentía tan caliente y suave como la arena del desierto; en ese momento Grigori llevó un enorme espejo y lo situó en frente de mí, él sabía que yo disfrutaba el ardor y del suculento poder tentador de asesinar a alguien en el nombre de mi nuevo padre.

Mientras el fraile moría no paraba de sonreír con placer, el hombre estaba feliz de poder ser recibido por el Señor de la Oscuridad. En su mirada veía el respeto hacia mí y su agradecimiento eterno, de sus brazos musculosos corté la piel y de ella extraje las venas con mis dientes, exprimiendo y mordiéndolas hasta vaciarlas en mi boca como a un globo, lamía la sangre que fluía sobre su piel igual que a un helado en el lejano verano.

Frenético e indetenible me comía el cuerpo del hombre como si en mi boca hubiesen crecido filosos colmillos, parecía un lobo feroz desgarrando su presa en un estado hambriento e iracundo bajo la Luna llena de octubre. ¿Por qué no puedo detenerme? ×Me preguntaba con pasión entre gemidos y bramidosØ,con el cuchillo despedazaba sus genitales y los aplastaba con los pies descalzos, arranqué la carne de su fisionomía y reventé los ojos verdes del fraile como a una burbuja; los monjes comenzaron a aplaudir y a danzar en círculos tomados de las manos, y misteriosamente, mi reflejo en el espejo había desaparecido hasta que me detuve con la cara bañada en sangre, de inmediato, recordé a mis primeras noches en Núremberg en donde había experimentado una mala anécdota, ¡No importa! ×Pensé con detenimientoØ, nada ni nadie se podían comparar conmigo en ese momento, antes era absolutamente nada a diferencia de lo que me había convertido con orgullo.

– ¡Levántate! ¡Ya hiciste lo correcto! –Gritó Grigori apartándome del cuerpo con sus monjes–.

– ¡Quiero más! ¡Lo necesito! ¡Déjenme! –Les gritaba violentamente al igual que una bestia–.

Los monjes me sostenían fuertemente de los brazos.

– ¡Recuerda que no puedes perder más tiempo! ×Profirió Grigori una exclamaciónØ No puedes quedarte aquí toda la noche ¿Acaso quieres que te lleven a la hoguera esta misma noche? Antes de las 4:00 am los profetas vendrán a explorar la catacumba, a ellos nadie puedes mentirles. Sabes que el viejo profeta es un conjurador y puede descubrir cualquier mentira con una mirada.

– ¡Cierto! No puedo pasar la noche aquí, será mejor que me marché ahora mismo. –Dije–.

– ¡No puedes huir todavía! ×Exclamó con los ojos dilatados y brillantesØ Debemos ir al cementerio, quiero enseñarte algo que será más interesante y beneficioso para ti.

– ¿Qué viene ahora? –Quise saber–.

– ¡La nigromancia! –Respondió levantado su rostro–.

– ¡Vamos! –Dije, inquieto–.

– ¡Tranquilo! Es algo serio y delicado, no puedes hacer esto en forma de diversión. –Dijo Grigori dando 3 palmadas sobre mis hombros–, te dejaré con alguien que te explicará ese importante proceso que debes cumplir.

– ¡De acuerdo! ×Afirmé con la cabezaØ ¿Quién estará conmigo en el cementerio?

– Ehh, es sólo una vieja amiga. Ella nos estará esperando en la zona más oscura de la catacumba, –explicó–, ella es bastante amistosa e interesante como para ayudarte con la hechicería básica.

– ¡Vale! –Bramé–, ¿Puedo estar seguro que ella es de confiar?

Mi estado de ánimo cambió en ese momento, presentía que no era buena idea acudir con aquella mujer.

– No te preocupes, ella es de confianza –afirmó con su cabeza–. Quiero recordarte que a partir de ahora tu transmutación será más fuerte, antes del amanecer tu cambio será más notable y maravilloso. No quiere decir que puedes hacer la magia que piensas, tu nueva vida será de poder y riquezas en cuanto encuentres tu tesoro.

– ¿Tesoro? No recuerdo con exactitud haber escuchado algo relacionado con un tesoro... ×Comenté petrificadoØ

– Balam ha dejado una gran fortuna en Pléyades –Dijo Grigori caminando en círculos–, en cualquier lugar de este mundo puede estar escondida. Pasará el tiempo necesario para que consigas lo tuyo.

– ¡Está bien! –Asentí con la cabeza–, Sólo necesito hacer algo... Necesito ropa, no puedo estar desnudo en busca de una fortuna.

– ¡Hahahaha! Tengo algo para ti –Comento estallando de la risa– ¡Hermanos, por favor, busquen las prendas que hice para Jericco! –Ordenó a los monjes–.

Los frailes sangraban continuamente, estaban malheridos luego de la orgía sangrienta.

– ¿De verdad hiciste algo para mí? –Pregunte, simpatizado–.

– ¡Claro que sí! ¿Acaso el Rey de Pléyades no puede vestirse como se lo merece? –Dijo Grigori amistosamente–.

– ¡Estoy agradecido! –Clamé–.

Grigori le habló a uno de los frailes para que buscase la indumentaria que tenían para mí.

– No es nada, –habló en voz baja–, ¡Cristóbal no te demores! –Apresuró al fraile–.

Después de cinco minutos Cristóbal el fraile regresó con la indumentaria.

– Aquí está señor. –Habló Cristóbal, tímido–.

– ¡Pueden retirarse! –Exclamó Grigori–.

Los frailes hasta que se retiraron.

– ¡Wow! Que genial, eh. –Dije mientras observaba mi nueva vestimenta–.

– ¿Te gusta? –Preguntó sonriente–.

– ¡Sí! –Clamé, contento–, se nota que te demoraste bastante en hacerlo.

Cuando estiré los brazos para recibir la vestimenta Grigori me lanzó un manotazo en la mano.

– ¡NO! ¿Acaso crees que te pondrás esta pieza de arte encima de toda esa sangre? –Preguntó satíricamente–, ¡Claro que no! Ve ahora mismo a ducharte con esa agua que cae entre las rocas del techo y la pared.

Grigori señaló a la fuente de aguas subterráneas formadas por la infiltración.

– Sí, seguro. ×AfirméØ ¿Sabes? Me siento extraño, parece como si volviese de nuevo a la pubertad.

– ¿Lo dices por los cambios físicos o emocionales? –Quiso saber Grigori–.

– No lo sé... ×Dije mientras caminaba a la fuenteØ Siento que mi cuerpo está cambiando, al tocar mi piel no se siente igual a como era antes.

– Es algo que está dentro de ti, es como volver a nacer en una vida recíproca. –Explicó–, es probable que en unos días te transformes en alguien que desconozcas, o probablemente esta misma noche.

– ¡Qué fría está el agua! ×Comenté con la dentadura temblandoØ .

Mientras el agua caía sobre mí limpiando la sangre de todo mi cuerpo mantuve el silencio por unos segundos, recordando algo tenía en mente si poder descifrar con exactitud.

– ¡Oye! ¡La piedra! ¡La piedra! ¿Qué la hice? ¿Dónde está? ×Pregunté alterado e inquieto buscando la preciosa piedra que había encontradoØ

– ¿Qué piedra? –Preguntó Grigori dando un salto de algarabía–.

– ¡La que conseguí sobre la mesa de madera que está en el sagrario! ¡La pierda valiosa! ¡Es mía! ×Insistí, observando todas las partes del sueloØ Es algo muy valioso para mí, no puedo perderlo así.

Me dije apesadumbré al no encontrar la piedra, no la veía entre la sangre.

– ¿Hablas de esto? –Dijo Grigori–.

Levantó la mano empuñada al nivel de sus ojos, al abrir su mano enseñó la piedra brillando en su palma.

– ¿Es esta tu piedra? –Pregunto mientras resoplaba–.

– ¡Sí! ¡Es mía! –Dije con la voz quebrantada–.

– ¿La quieres? –Preguntó Grigori–.

Sacó un pañuelo de su bolsillo y lo pasó por su frente sudada.

– ¡Claro! ¡Dámela! –Insistí, exclamando–.

– Sé que debo dártela –Refunfuñó– ¡Es mejor que te vistas! Procura no ensuciarte, hay una sorpresa para ti en la catacumba y debes lucir radiante como un príncipe.

– ¡Bien! –Exclamé– aun no entiendo la sorpresa, pero mantendré mi sofisticada actitud cada vez que deba participar en actos lascivos.

El vestuario estaba diseñado con una prestigiosa tela de terciopelo en forma de túnica, era negra y brillante como la noche estrellada que conllevaba a las pequeñas lentejuelas, reluciendo un toque abundante de brillantina azul que estaba esparcida en el capuz. Era el perfecto ropaje para un joven hechicero, aunque precisamente no tenía probabilidades de ser líder de la magia universal, podría intentar parecer serlo con un atuendo que combinarse con mi nuevo comienzo, en el interior de la impresionante túnica se componía un elegante pantalón cárdeno de cuero, no obstante, había un abrigo de piel atigrado que se colocaba bajo la túnica; ¡No olvides el calzado! –Dijo Grigori– era un espectacular calzado oscuro bañado en brillantina plateada, me emocioné al vestirme con las nuevas prendas de alta costura, en ningún momento me abstuve a sonreír después de pensar en el momento que pudiese encontrar la fortuna que me pertenecía.

¡Te lo agradeceré siempre! ×Le dije Grigori cuando me colocaba el pantalón de cuero cárdenoØ La vestimenta era medieval y renacentista, diseñado con resplandor y gala para iluminarme de la oscuridad que se aproximaba. Después de 18 minutos estaba completamente listo para irme de la cripta,

– ¿Quieres ver tu nuevo yo? –Preguntó Grigori aproximando el espejo–.

– No... no, no puedo creerlo. –Dije tartamudeando luego de mirar mi reflejo–.

– ¡Reluciente! –Aclamó Grigori aplaudiendo–.

– ¡Increíble! ×Susurré sorprendidoØ ¿Mi cabello? ¿Mi piel? ¿Mi rostro? ¿Mis uñas? ¿Qué sucedió con mis ojos? Me eché hacia atrás boquiabierto e impactado.

– ¿Algo está mal? –Grigori soltó un gemido de horror–.

Él sabía que algo pasaba dentro de mi mente.

– No, –repliqué–, nada está mal... Simplemente, que no reconozco esta piel extremadamente pálida, este color negro azabache en mi cabello, este rostro demacrado, las ojeras que ensombrecen mi rostro, estos repentinos ojos verdes que no me conciernen, estos colmillos puntiagudos que se ocultan entre mis labios, estoy asombrado.

Grigori se acercó a mí y me miró en el reflejo del espejo.

– La última vez que te viste en un espejo... Seguro que lucías como el chico tímido y cobarde al que siempre odiaste en otra vida, –explicó–, ahora eres un renacido de la oscuridad y la gloria que siempre crecerá en tu interior. Tienes 20 años y la nueva vida comienza a correr desde ya, dentro de ti hay un potente poder que seguro nunca puedas encontrar en alguien más, valora cada día y cada noche los temibles cambios que te derriben como un disparo, recuerda siempre que algún día serán ellos quienes te puedan llevar a la luna de ida y vuelta.

– ¡Wow! Estoy seguro que nunca antes he oído algo como eso, quizás era muy joven para entender lo que mi madre habla acerca de los cambios. Pensé que vivir en un lado oscuro significaría crueldad, odio y venganza; sin embargo, son esos sentimientos que me hacen crecer sin importar lo que pueda afectar en otros.

– ¿Dices que aquellos que viven de la oscuridad no tienen sentimientos? –Preguntó Grigori con ironía– Todos tenemos emociones, no importa la maldad, el odio o cualquier tipo de resentimiento que te haga pensar que no vales la pena.

– No, no me refería a eso. Pero estoy de acuerdo contigo ×Expulsé un suspiroØ Por más negro que este mi corazón más grande y divino será.

– Nunca lo olvides, hermano, –dijo él–, ahora vámonos de aquí, lúcete y siéntete grandioso como lo que eres y no como que otros piensan que eres. Alguien dijo alguna vez algo muy profundo, no eres la opinión de alguien que no te conoce.

– ¡Eres sabio! ¡Mis respetos son para ti, Maestro! ×Expresé mi honradez, inclinándome tocando sus piesØ Ante ti soy indiano de agradecimiento.

Aclamé de rodillas.

– ¡Levántate, hermano! –Ofreciéndome su mano para levantarme– Ya debes irte con la bruja que seguro está en el cementerio.

– ¡Es hora! ¡Adelante! ×Sujeté su mano y me levanté de un salto en el aireØ Estoy ansioso por esperar el amanecer.

– No creo que llegue tan rápido ×Dijo, acariciándose la barbaØ, aunque falten un par de horas no hará que amanezca tan rápido. ¡Un segundo! He planeado una grandiosa idea para que puedas lucir de tu querida piedra.

Grigori me quitó la piedra.

– ¿Qué le vas hacer? Por favor, ten mucho cuidado ¿Si? ×Dije observando la hermosísima piedra entre sus manosØ Es que sólo mírala... Es tan frágil y perfecta, quiero conservarla para siempre.

Grigori se sentó en su sillón de madera.

– ¡Shhh! Me desconcentras, ella estará bien confía en mí. Hablas como si la piedra fuese un juguete para entretenerte, –comentó, soltando una ligera risa–, no le haré daño, simplemente, quiero que esto sea tu fortaleza más grande que nunca hayas tenido.

– ¿Y cómo vas hacer eso? ×Resoplé angustiadoØ.

– Te obsequiaré mi cayado, –contestó–, ya no lo necesito tanto como tú lo necesitarás ahora en adelante. Mi bastón no es tan lujoso como el de los profetas corruptos esos, esté bastón ha estado conmigo por largas décadas inolvidables ¿Puedes ver esta abertura? Es allí donde introduciré tu piedra, la ajustaré tanto que parecerá que fuese del bastón.

Grigori me señaló con su bastón.

– Ehmm... ¿Tú crees que se vea bien? ×Pregunté, frunciendo la frenteØ creo que pareceré a la parca con este aspecto y con tu bastón ¡Sólo impide que la gente termine burlándose de mí como siempre!

– ¿Siempre has sido dramático? –Preguntó, ajustando la piedra en la abertura de su bastón–, es por tu bien, todo va encajando. La abertura es lo suficiente estrecha para que tu piedra no se caiga en el camino, ah y quiero decirte otra cosa –Añadió, perturbado–, no vuelvas a mencionar a la parca en burlas, es por tu bien.

– Seguro que me preocupo más de lo habitual, –repliqué–, es un don en mí desde que nací. Ojalá y no la pierda por el camino, créeme, soy capaz de llevarte a la horca ×bromeéØ ¿Por qué no puedo mencionarla en burla?

– No... Puedes tener tono el poder más grande el mundo, pero, no, no quiero que repitas ese nombre en estas catacumbas –Dijo con la voz turbada y enronquecida–, no olvides que estas en el lugar más oculto de Pléyades, es aquí donde habitan las energías más malas y negativas en todo Memphis, sin importar quien seas puedes ser atormentado por algo más poderoso que tú.

Los ojos de Grigori cambiaron repentinamente y comenzó a hablar con una voz que no le pertenecía.

– Ah... ¿Bien? Procuraré no hablar de ello otra vez. ¿Estás bien? Algo no va normal contigo ×Comenté acercándome a su lugarØ

– Sí, nada está pasando fuera de lo habitual –Dijo con su actitud normal–, ¿Puedes acercarme ese viejo baúl que está detrás de ti? ¡Estás más joven que yo!

– Ajá...×Dije, con una escalofriante sensaciónØ. Ahí voy.

¡Que pesado! ×Pensé, mientras lo levantabaØ. Solté un ligero estornudo y me encogí de brazos. Grigori se levantó y arrastró el baúl hacia su sillón, abrió el baúl y sacó una peque esfera de cristal muy colorida.

– ¡Eres muy alérgico! –Exclamó–, ven yo te ayudo, quiero darte algo antes de que te vayas, quizás pienses que esto es una estupidez, pero, esto me protegió de muchas cosas que seguro me hubieran matado. Dame tú mano, cada vez que te sientas amenazado, simplemente, aprieta tu mano con la esfera dentro de ella y verás que lo malo se habrá ido.

Grigori puso la esfera en la palma de mi mano.

– ¡Oh, gracias! –Clamé–, la reservaré muy bien en mi bolsillo, cuidaré tanto de ella como a mí mismo.

Guardé la esfera dentro del bolsillo interno de mi túnica.

– Acá está tu báculo –Dijo, levantándolo con la piedra en él– ¡Debes cuidarte mucho! ¡Ahora vete! ¡Rápido!

– ¡Se ve asombroso! Ahora debo marcharme al cementerio, ¿Dices que está en la parte más baja de la catacumba? ¿Pero cómo sé si estoy siguiendo el camino correcto? ×Hable rápidamenteØ

– Tu simplemente debes bajar lo más que puedas, –respondió apresurado–, llévate un candelabro que te ilumine el camino y ten mucho cuidado que alguien te vea. ¡De prisa!

– ¡Bien! ¡Hasta pronto! –Exclamé –.

Cogí el candelabro y caminé a la entrada de la cripta.

– ¡Hey! ¿A dónde vas? –Preguntó Grigori en voz alta–.

– ¿Cómo que a dónde voy? ¡Se supone que debo irme! –Exclamé, irónico–.

Grigori se levantó del sillón emitiendo un quejido y me llevó a una puerta que estaba en el suelo.

– ¡No tonto! Olvide decírtelo... ¡Sígueme! –Vociferó–, es nuestro búnker alternativo, de allí encontraras un largo pasillo que te llevará a un camino oscuro y angosto, será mejor que camines en línea recta sin mirar a los lados, ignora lo que escuches o lo que veas. ¡Ahora baja!

Grigori abrió la puerta que se conectaba con unas escaleras colgantes.

– ¡Adiós! –Dije, bajando a las escaleras–.

– Sólo vete, ya es tarde, –insistió–.

Después que ya estaba bajando en el búnker, Grigori lazó de la puerta de golpe hasta que dejo todo mí alrededor en penumbras, de pronto, un gran vendaval sacudió las escaleras colgantes que se movieron con fuerza. ¡Diablos! no quiero caerme en todo este vacío, ×Dije aterrorizadoØ, las escaleras se tambaleaban para contrariar mi descenso; sujetaba fuertemente mi bastón cada vez que intentaba bajar, lo más admirable era el aliento que la piedra me cedía con su brillo en la opacidad.

Había una pared arcillosa que se cubría por las escaleras, el olor de humedad se hacía cada vez más nauseabundo que me acercaba al suelo. Cuando estaba a punto de llegar al suelo, sin consentimiento propio toque con mi mano derecha un insecto extraño que trepaba la pared, tenía cuerpo de tarántula y la fisionomía de un roedor nocturno; ¡Maldición! ×Grité perturbadoØ Era algo insólito que no se veía en la biosfera, emitía sonidos anómalos como si fuese el cantar de un anfibio, en el momento menos pensado había llegado finalmente al suelo.

Al mismo tiempo, sujetaba con una mano mi bastón correctamente y con la otra sujetaba el candelabro, me sentía cómodo para comenzar el largo camino al famoso cementerio de ultratumba. Misteriosamente, una humareda rebosó el oscuro camino recto que se agrisaba con el humo, era una energía funesta que me hacía sentir despreciable y miserable al momento de pensar a donde seguir, me empantanaba pensar con claridad la dirección exacta que Grigori me había indicado con exactitud.

¡No mires a los lados! ¡Ignora lo que escuches o lo que veas! ×Recordé momentáneamente las palabras de Grigori en mi menteØ, levanté el candelabro y sin importar lo que sucediera camine en línea recta en busca de mi destino. Caminaba más rápido cada vez que escuchaba cosas que evadían mi mente, era un pasillo constreñido y ligero para caminar directamente; cuando llegue la última pared que se observaba desde atrás, por suerte, no era tan difícil para llegar al camino que Grigori había mencionado.

Estaba en una encrucijada final que partía de 4 caminos, era la intersección de múltiples caminos que podrían llevarme a lugares diferentes. ¿A dónde me dirijo? ¿Qué camino puede ser el indicado? ×Me preguntaba confundido y extrañamente mareadoØ Cerré los ojos y solté un fuerte suspiro para evitar frustraciones, deje caer mis hombros y traque mi cuello para calmarme, intentaba concentrarme y pensar lo que venía luego de atravesar uno de esos caminos.

Afortunadamente, tome la buena decisión de seguir el primero que se dirigía a mi derecha. ¡No importa! ×Pensé calmadoØ Simplemente, continúe el camino con los ojos cerrados y caminé más de 19 pasos hasta que sentí una luminosidad en mis ojos, la luz podía atravesar los parpados cerrados como si fuese la luz del sol; al momento de abrir los ojos había llegado al sombrío cementerio que esperaba por mí, estaba ansioso por conocer a la bruja que parecía ser confiable para Balam y Grigori. 

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