3.09
────❛enredos y planes y ¿qué está pasando?❜
ELIJAH ESTABA frente a Klaus, viendo a su hermano jugar con un garrafón de gas y un encendedor, queriendo prender fuego la casa de Bonnie. Bonnie la había dejado extra protegida a cargo de Alaric y Enzo que cuidaban el ataúd de Finn mientras lo estudiaban.
—Déjalos en paz, Niklaus. —habló en tono firme. —que Casandra no esté no significa que ahora tengas vía libre para hostigar a sus amigos.
—¿¡amigos!? Uno es su profesor y el otro intento matarla bajo mi techo. Ahora están usando de conejillo de Indias a mi indígena y mamero hermano mayor ¿¡para qué!? —grito colérico y a punto de incendiar todo. —para seguro saber cómo matar un original. Como matarme a mi.
—¿no habíamos pasado esta etapa? —Alaric preguntó con las manos en sus bolsillos y del lado de dentro del marco de la puerta. —si sabemos cómo matar a un original, adiós Finn. Te daríamos la solución que conseguimos para que estés pendiente. No vamos a usarlo en tu contra.
—tu paranoia no tiene cura. —Elijah suspiró. —están bajo mi supervisión, no harán nada malo. Es seria hacerle daño a Casandra. O a Castiel.
—¡yo le daré muerte a Finn! Déjenme enterrarlo en el fondo del océano en una caja fuerte, bajo unas rocas en una cueva donde nadie pueda encontrarlo. —sonrió pero Elijah miraba las armas en sus manos. Obviando que no estaba capacitado.
—¿por qué no mejor vas a preparar las cosas para ir a ver a Casandra? —le preguntó, Enzo. —Bonnie me mandó que tu suegro te quiere conocer.
Klaus entrecerró sus ojos en su direccion.
—y esta en Forks. —secundó Alaric metiendo leña al fuego —pueblo de vampiros.
—pueblo de Edwin. —asintió Enzo. Los dos sonriendo.
—donde se conocieron.
—a unos kilómetros de su casa.
—donde se besaron...
—donde... —Enzo comenzó a sonreír más. Esa sonrisa comenzaba a enrojecer el rostro de Klaus que sentía humo saliendo de sus orejas. Su vista se volvía roja ante el simple pensamiento de todo lo que Forks traía de Edward para Casandra. Estaba en la boca del lobo, en una Laguna de recuerdos y memorias. En un pozo, hundida y al alcance del vampiro. —hicieron a... —dijo lentamente, eso no le estaba gustando. Enzo y Alaric le estaban poniendo de los nervios. —Castiel.
Elijah a velocidad sobrenatural sostuvo a Klaus cuando este amagó prenderlos fuego y Enzo y Alaric cerraron la puerta para meterse dentro.
—los voy a matar ¡matare a todos! Matare a ese pelo de estropajo, maldito tornillo oxidado, cabeza de ladrillo, pelo bañado en caramelo derretido y quemado, cabeza de zanahoria podrida, pelos de elote, ¡y su peluca barata! —se sacudió de Elijah y se alejó a su auto.
—deja su cabello en paz. —se arregló el traje para ir detrás suyo.
—ah, no, hermano. —se rió con molestia. —tu no lo viste. Y Casandra no sabe que ese mal peinado es solo una peluca. ¿Cómo explicarle que a ellos el cabello no les crece, que cuando se lo arrancan, queda así, calvo? Y encima es frágil. Seguro no tiene más que cuatro pelos locos propios. El resto es una peluca que se pega con su propia ponzoñosa.
—¿y cómo estás tan seguro? —ya sabía, solo que Enzo y Alaric le habían contagiado la diversión de ver a Klaus celoso.
—vi el cuarto de pelucas de los Volturi y sus cabellos en partes. Parecen una muñeca Barbie maltratada. Carlisle fue parte suya por cientos de años. Usa peluquín. —se sentó en su auto.
Elijah sonrió y negó divertido. Sabía eso. Sabía que a los vampiros de naturaleza no les crecían las uñas, el cabello, nada. Pues eran cadaveres. Mientras que ellos, siempre y cuando tengan sangre en su estómago, su sistema sería tan humano como siempre. El pelo les crecía, las uñas también, fuertes y admirables. La otra raza era una condena ¿la suya? La gloria.
—y no acabe con esto de Finn, hermano. No me rendiré hasta ponerle mis manos en su cuello.
Hablando de Roma...
El cuerpo de Finn, descansaba en aquel ataúd de madera rojiza, perfectamente hecho a la medida, barnizado y sellado. El logo Mikaelson resposaba como un símbolo estremecedor sobre la superficie, marcando y reclamando al vampiro cómo propiedad privada.
—aún sigo sin entender que le ve Cass. —hablaba Alaric, viendo su teléfono. Enzo se rio.
—la ama y protege. —se encogió de hombros y notó su forma de textear. —¿con quien hablas?
—Matt no contesta sus mensajes desde hace días. Usualmente se enoja con nosotros por solo estar involucrados en el mundo vampírico, pero quiero saber si esta bien. No lo he visto. —Comentó yendo a la cocina.
Enzo se encogió de hombros, no le interesaba en lo más mínimo.
Alguien tocó la puerta así que fue tranquilo a abrir, reconociendo el olor humano. Sonrió amablemente al ver al repartidor de pizza y puso un pie en el porche para sacar su billetera y pagarle.
No obstante, una jeringa con verbena estalló en su cuello y jadeó antes de ver como el repartidor trataba de clavarle una estaca. Lo detuvo de antemano, saliendo totalmente de la casa, sosteniendo su muñeca y a punto de quebrarle el cuello sino fuera porque una entidad de perfume caro y femenino apareció detrás suya y le quebró el suyo.
Enzo cayó al suelo.
—muy bien. —ella sonrió y le hizo una seña al repartidor y a otros dos chicos más. Adolescentes simples e hipnotizados de Mystic High. —Vayan a buscar el ataúd.
Se fue meneando sus caderas, sus tacones resonando.
LOS PÁRPADOS de Alaric pesaban, trató de acostumbrarse a la luz hasta que finalmente pudo. Se acarició el abdomen, donde sentía un ardor como si alguna vez lo hubieran golpeado ahí. Luego se tocó la parte trasera de la cabeza y sintió un vendaje.
—al fin despiertas. —Liz le dijo, Alaric se dio cuenta que estaba en una sala de hospital. —ya me estaba preocupando.
—¿qué pasó? —preguntó confundido.
Los pasos resonantes y molestos por el pasillo hicieron que ambos volteen a la puerta donde entró un furioso Klaus.
—¡pasó que les dije que tenía razón! Finn estaba mejor conmigo. —grito enojado y detrás entró Enzo con Rebekah.
—¿de qué hablan? —balbuceó mientras Rebekah se acercaba a darle un pequeño frasco con su sangre para que se cure.
—nos tendieron una trampa. —Enzo le contestó. —El repartidor de pizza estaba bajo compulsión, me atacó y luego entró con más. Peleaste en la cocina pero obviamente tú no querías lastimar a unos adolescentes que parecían ser tus alumnos. Te ganaron obviamente...
—y se llevaron a Finn. —Terminó, Rebekah.
—estaba a punto de irme a Forks, cuando Enzo me llama y me dice que no pudieron con unos adolescentes.
—Klaus. —Liz lo miró obvia, ella no quería en sus manos los cadaveres de unos jóvenes de su pueblo.
—no estaban solos. —Enzo se excusó. —alguien los tenía bajo su poder, los mandó y ayudó. Alguien me rompió el cuello.
Empezaron a discutir y Enzo revoloteó los ojos. No obstante, se centró en ver una esquina. El vampiro tenía el bajo recuerdo del perfume, del aroma natural de esa persona. De esa mujer. Y recordaba haberlo sentido antes a la lejanía.
¿Quien estaba detrás suya?
—si los Cullen tienen algo que ver...
—por favor, Nik. —Rebekah lo calló. —ellos no tienen la compulsión y son muy incompetentes, hay alguien más molestando. La verdad, tenemos una larga lista de enemigos que pueden cumplir esos requisitos.
—quiero a Finn de vuelta.
Él hibrido salió molesto dando un portazo y suspiraron. Alaric solo bebió la sangre para curarse mientras trataba de hacer memoria. Rebekah se dedicó a quedarse cerca por su cuidado, enzo trataba de hacer memoria alguna.
El teléfono de Klaus llegó cuando él pisaba el pavimento y suspiró para atender.
—hola, mi amor.
—Klaus. —la voz de Casandra sonó al otro lado. —¿vas a venir?
¿Que podría decirle?
—hubo algunos inconvenientes, cariño. —se apoyó en su auto una vez abrió la puerta. —no te preocupes, iré en cuanto pueda una vez lo resuelva. Sigue disfrutando con tu padre y los demás. ¿Cómo está Castiel?
Casandra no fue para nada fan de ese tono, pero no iba a cuestionarlo. Si él decía que todo estaba bien, para ella así lo era. Así que solo le contó cómo Castiel había mordido a Damon en el trasero y como Damon lo encerró en el armario hasta que Stefan lo sacó y ambos fueron con un bate a golpearlo. Todo bajo el cuidado de Charlie que solo se reía y los dejaba ser.
—NO SÉ, lo note bastante raro en la llamada.
Casandra se sentó a un costado de la punta donde estaba Charlie. Todos sentados en la mesa, Castiel en medio de su mamá y su madrina. Bella le pasó su plato a Angela que estaba a su lado. En la otra punta, estaba Jeremy. Y al otro lado estaban Bonnie, Damon y Stefan. La mayor Bennett no podía parar de mirar a su hermanita en medio de los asesinos de su abuela.
—entonces... vampiros. —habló Charlie, dejando las tres pizzas sobre la mesa y dejando otra en el horno. —¿cómo... ahm...? —se sentó y balbuceó.
—es una muy larga historia, Sheriff mostacho. —Damon sonrió irónico. —tiene que ver con brujas, maldiciones, problemas familiares. Lo usual. Pero... —se encogió de hombros. —debes saber qué hay dos razas. La buena y la mala. Nosotros somos de la buena.
—Edmundo es de la mala. —Jeremy asintió, tomando una porción de pizza
—Edmundo malo. —repitió Castiel y rieron. Casandra aplanó los labios.
—¡Edmundo malo, muy bien! —lo felicito, Bonnie.
—pero... les afecta lo mismo. Son parecidos. —asumió más que preguntar, tomando una porción de pizza.
—prácticamente, casi. —Stefan le dijo. —no todos los vampiros son iguales, es más, algunos mejoran por practica propia. La verbena es un veneno para nosotros, pero comenzamos a tolerarla porque todos los días tomamos un poco a la mañana.
—es asqueroso. —asintió Casandra. —hoy tome mi primer trago. Con bourbon se disimula pero es como si tragaras ácido.
—verbena...
La voz de Charlie se hundió, su cerebro comenzó a pensar en eso. Luego recordó todos los mitos de los vampiros, los reflejos en el espejo, las estacas de madera, los crucifijos. De pronto, su rostro palideció y miró las pizzas.
Justamente la que tenía ajo y de la que Damon estaba por agarrar un pedazo y mandárselo a la boca.
Charlie le pegó un manotazo y dieron un sobresalto en lo que damon soltaba un 'ay!' Y miraba con indignación al policía que apartó la pizza de él. Se confundieron, pero Jeremy comenzó a reír.
—el ajo no los mata. —dijo rápidamente y comenzando a reír. Los demás comprendieron. Casandra soltó una risita con Bonnie en lo que Stefan formaba una 'o' con su boca y sonreía divertido.
—tranquilo. —Bella se rio también y Damon seguía viendo ceñudo a Charlie por sacarle la pizza, el Sheriff se sonrojó y le devolvió la porción que el vampiro comió gruñendo.
—¿entonces... no...?
—no, ni el agua bendita. —Casandra le dijo sonriendo. Dándole de comer a Castiel en la boca. —pero si el sol y las estacas.
—pero no el ajo, los crucifijos, no nos hacemos murciélagos, y no dormimos en ataúdes. —Stefan explicó comiendo pizza.
—los Mikaelson si. —dijeron todos al unísono.
—oigan. —Casandra los regañó, Klaus se pasaba con sus hermanos.
—¿qué? —se quejó Damon. Charlie procesaba toda la información. —que sea tu enamorado no lo hace santo. Por si no lo recuerdas, mató a la tía de Jeremy apenas llegó. —señaló al joven que bajó la cabeza.
—y me quiso matar.
—a mi me mató. —Bonnie alzó su mano.
—a mi me hizo apagar mi humanidad y casi matar a Elena. —asintió, Stefan. —además de que me volvió destripador otra vez.
—hizo que Tyler huya y jamás volvió. —Secundó, Bonnie.
—¿qué? —voltearon a ver a Charlie que abrió los ojos de manera exagerada y miró a Casandra que solo veía a Castiel comer su pizza.
—bien, ¿sacando trapitos al sol? —los miró. —tu mataste a Lexi. —señaló a Damon. —y mataste una vez a Jeremy. Ni hablar de los otros cadaveres.
Ángela estaba apretando sus manos en sus cubiertos, no había hablado en toda la comida.
—Tu, culpas a Klaus de hacerte destripador, te recuerdo que ya lo fuiste antes y por decisión propia. Tu convertiste a Damon y tu alejaste a tu hermano. Tu alejaste a Elena. —señaló a Stefan. Después miró a Jeremy. —él intentó matarte pero tú podrías haber estado apartado. Pero quisiste involucrarte porque querías ser cazador. —miró a Bonnie. —y tu no has herido a nadie pero aveces culpas a todos por los problemas pero vuelves a salvarlos pero los culpas por salvarlos. Únete o vete. No hay punto gris.
—te hiciste vampi y te revelaste, estas crazy. Chill, mujer. —Damon alzó sus manos en son de paz.
—todos cometimos errores, esta en nuestra naturaleza. Lo importante es perdonar y dejar atrás porque sino se acumula y no sabes quien es amigo, enemigo, o mierdita. —suspiró y se relajó. —Klaus también hizo cosas buenas. Me salvo más de una vez de la muerte, protegió a mi hermana y a mi hijo, los perdonó y pidió perdón.
—ya lo sabemos. —Stefan le sonrió. —simplemente que aveces... recordamos. Igual que todos. Pero estamos bien. Con el tiempo lo superaremos del todo.
—¿a tanta gente mataron?
Miraron a Charlie. Él los veía incrédulo.
—este... —Bella balbuceó. Castiel tomó la pimienta de la mesa y comenzó a ponerle mucho a una porción de pizza. —alimentación, venganza. Es muy dramático el mundo antinatural.
—ya le pedimos perdón a Dios. —Damon hizo la cruz.
—amén. —dijeron todos al unísono queriendo pasar el tema de largo.
Castiel le dio de comer en la boca a Jeremy que se estiró riendo para dejarlo, pero pronto sintió todo el picante y escupió. Castiel estalló a carcajadas infantiles.
Los demás comenzaron a reír para relajarse totalmente.
Casandra le tendió una servilleta a Jeremy y pronto notó que Angela se había ido de la mesa.
Su amiga no estaba lista para perdonar y olvidar como ellos. Dudaba que alguna vez lo haga.
Su hijo volvió a llamar su atención al imitar el tono de piel y cabello de Charlie y lo miraron. El anciano frunció el entrecejo y arrugó el bigote, cómicamente, el infante usó su don para tener mismo bigote y pobladas cejas e imitó su expresión.
—¡no hay manera! —Jeremy estalló a carcajadas con el resto.
Casandra miró impresionada a su hijo y comenzó a reír ante su copia sin parar de Charlie que estaba boquiabierto.
El mundo mágico no dejaba de sorprender.
Y Castiel tampoco.
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