3.04
────❛autocontrol❜
CASANDRA estaba de pie frente a Stefan, los dos en la casa Salvatore. Casandra iba de un lado al otro, tratando de mentalizarse. Era casi medianoche y el resto había ido a tratar de suavizar la situación con los restantes del equipo, dejando a la vampiro con el destripador en recuperación. Ironico.
—... Bonnie no va a perdonarme. —divagaba Casandra, Stefan escribía en su diario —y no sé cómo voy a decirle a mi papá. Es la ventaja de estar de este lado del bando, los Volturi ya no pueden impedir que él lo sepa. Ahora si le puedo decir ¿pero cómo va a tomarlo? ¡Ni siquiera sabe que tuve a Castiel! Osea si pero no... más te vale no estar escribiendo mis crisis en tu diario.
—no lo creo, lo único que dicen sus diarios son sus penas, no las ajenas.
Stefan golpeaba su anillo contra la mesa, mientras giraba el bolígrafo en sus manos, con los ojos cerrados. Ignorando a Casandra, peor aún cuando Damon se detuvo en la puerta, cruzándose de brazos divertido y compartiendo una mirada con Cass que sonrió.
—Querido diario, una ardilla me preguntó mi nombre. Le dije que era Joe. Jamás superaré esa mentira.
—oh, esperen, ¿yo también voy a tener que comerme animales? No quiero comerme a la hermana de la ardilla que Joe se comió —señaló asustada a Stefan que se levantaba a poner su diario en un estante.
—no, mi hermano está en recuperación de destripador gracias a tu muerte —la señaló y ella miró conmovida a Stefan que fingió una sonrisa —y ambos van a anotarse a las clases de nutrición de Damon y Rebekah para vampiros. Vamos a aprender de autocontrol —señaló a la puerta por donde entró la rubia.
—¿desde cuando hacen equipo? —cuestionó, Stefan.
—desde que tenemos una apuesta pendiente. Cass... —Rebekah se acercó a la chica que la miró curiosa —¿quién es el padrino de Castiel?
—¿y quienes serán los de el siguiente demonio en camino? —agregó el ojiceleste y Stefan blanqueó los ojos.
—pues, Bella es la madrina de Castiel —dijo jugando con su collar y luego miró a Damon —y pensé que tú podrías ser el padrino.
Damon había dicho que sabía que era él, lo había asumido, pero su orgullo se ensanchó al oírlo definitivo de la madre del hibrido. Llevo su mano a su oído y se inclinó de lado hacia ella.
—lo siento ¿qué dijiste? —fingió sordera por el placer de oírlo otra vez.
—dije, y no volveré a repetirlo, que eres lo más cercano a un mejor amigo que tuve jamás. —lo más cercano a eso fue Jasper Hale, quien ni siquiera se despidió de ella cuando se fue en su cumpleaños dieciocho, mientras que Damon se había quedado aún cuando ella se enamoró del villano de su cuento. —Alaric me recibió y ayudó, Stefan aún sin humanidad me sacó risas, pero tu hiciste todo eso junto y sé que te encariñaste con Castiel, así que ¿quieres ser su padrino?
—¿él? ¿La encarnacion del mal? —Rebekah cuestionó, ella había apostado por Alaric.
—si, yo, no hagas que se arrepienta, cállate —Damon la señaló y luego miró a Casandra —y eso fue muy cursi pero también eres lo más cercano a una... amiga, que tengo. Así que si. Quiero malcriar al demonio. —luego le extendió su mano —pero ahora voy a malcriarte a ti, vamos a que te comas a unas personas.
—¡Yei! —tomó su mano pero luego frunció las cejas —espera, eso no sonó emocionante.
—es que no lo es —Stefan habló yendo detrás de ellos, bajando las escaleras de la casa Salvatore y tomando sus chaquetas —acordamos que primero ibas a probar la dieta animal.
—naha, siempre probamos primero el estilo Stefan, ahora vamos a probar primero el lado divertido —Damon negó.
Salieron de la casa escuchando las quejas de Stefan, yendo al Mystic Grill.
KLAUS ESPERABA en el Mystic Grill, sonriendo y bebiendo un vaso en la barra. Su estómago era una zona de explosivos. Estaba radiante de alegría. Lo único en que debía centrarse ahora era en Casandra y su desarrollo como vampiro.
No obstante, eso sería difícil y se dio cuenta cuando sintió el olor a cadaver entrar al bar. Se giró con Kol, quien estaba a su lado, ambos viendo a una rubia despampanante entrar allí.
—¿y ese bombón? —preguntó Kol, Klaus gruñó —oye, no me juzgues, los vampiros de esa raza son mi gusto culposo.
—eres asqueroso, hermano —le dijo bebiendo —se llama Rosa o algo así. La vi en fotos de las cámaras de Casandra. Seguro vino a buscar una muerte inminente.
Rosalie Hale estaba muy lejos de casa. Entró al Mystic Grill con un vestido voluminoso y meneando sus caderas, mirando a los lados el lugar lleno de humanos, hasta que en su camino se topó la alcalde Lockwood. Sonrió y se sentó frente a ella, sin ser consiente del par de originales que esperaban por arrancarle la cabeza.
—Carol, hola, lamento la tardanza —sacó una libreta.
—no hay problema, Rosalie —negó amable —¿para qué periódico me dijiste que era?
—el periódico escolar de Forks, investigamos pueblos pequeños como los nuestros pero con una fantástica historia. Yo fui más lejos que el resto, pero es que tengo a unas amigas aquí, y de paso vine a visitarlas —Dijo con su sensual voz.
Klaus no sabía que estaba tramando, pero no le agradaba en lo absoluto. Se dio la vuelta para no ser reconocido y siguió escuchando con atención, Kol por su lado, le mandaba un mensaje de texto a Bella.
—¿qué amigas?
—Isabella y Casandra Swan —respondió, logrando que la mujer se sorprenda —¿las conoce?
—claro que si. Son nuevas en el pueblo, pero viven con los Mikaelson, ellos son los mayores benefactores del pueblo. —dijo con un poco de sospecha que disfrazó. Ella sabía perfectamente que Klaus estaba escuchando —¿cuáles eran tus preguntas?
—sobre los árboles más antiguos de esta comunidad.
—bueno pues, grandes árboles viejos construyeron la mitad de esta ciudad en la década de 1900. —le dijo amable.
—¿Sabe quién mantuvo los libros de molienda durante ese período?
—En ese entonces, todos los molinos madereros eran propiedad de los Salvatores.
La puerta se abrió y por allí entraron Rebekah junto a los nombrados hermanos que vieron el lugar curiosos, buscando el aroma extraño y nuevo allí al instante. Casandra entró a lo ultimo y amagó vomitar.
—¿qué es ese olor a cadaver en descomposición escondido en un sótano hace meses? —se quejó sosteniendo su estómago. Maldecía que los vampiros no vomiten.
Un brazo pasó sobre sus hombros y se giró a la derecha, viendo a Klaus que había aparecido al instante a su lado. Él dirigió su mirada a donde Rosalie estaba, logrando que Casandra borre su escasa sonrisa y vea a la vampiro que la miraba justo en ese preciso instante.
No había visto a Rosalie desde su cumpleaños... el sentimiento de familiaridad algún día iba a destruir a Casandra. Comenzó a enojarse de verla allí después de tanto, deseando que ningún otro Cullen la haya acompañado, que no se les acerque después de que las dejaron a su suerte. Sentía tanta rabia que ni siquiera escuchó la risa de Kol y Rebekah, quienes veían con desdén a la vampiro Hale.
—tranquila, amor —le dijo Klaus, aún que su tono parecía más insitarla que calmarla.
—disculpe, alcalde —Rosalie murmuró antes de levantarse.
Dirigió sus pasos hacia ellos, en específico, hacia Casandra. Pero Rebekah se le puso en frente, la cubrió, inexpresiva y preparada para sacarla de allí. Rosalie alzó la barbilla molesta y la original sonrió de lado.
—te recomiendo irte antes de que cuelgue tu cabeza sobre mi cocina, perra. —siseó burlona.
—este no es tu asunto —Rosalie revoloteó los ojos. —se trata de familia...
—¿por qué? ¿Porque la sanguijuela de cabello de estropajo donó su esperma? Castiel es hijo de Casandra y de mi hermano, Nik. No de tu hermano. —negó avanzando un paso que ella retrocedió. —no hay vínculo familiar alguno de ningún tipo.
—nosotros somos su familia —le dijo Stefan. Casandra aflojó sus huesos y dirigió sus ojos brillantes a él, sintiendo el calor sobre su pecho —pasamos muchas cosas por mantenerla bien, a salvo, cosa que ustedes no hicieron. No vengan a buscar algo que no es suyo.
Klaus tiro de Casandra con una sonrisa de suficiencia, alejándose de la vampiro Hale y envolviendo sus brazos al rededor de la embarazada hasta juntar sus manos sobre su vientre, besando su cuello y llegando hasta el billar. No se molestó con Rosalie, prefirió dejarle la diversión a Rebekah que tenía una guerra de miradas hasta que la otra desistió y salió del bar, susurrando que eso no se había acabado.
—yo creo que si —le dijo Rebekah antes de ir con Casandra —¿estás bien? Estas muy callada.
—¿por qué si estoy molesta, tengo hambre? Y si estoy triste, también tengo hambre... quiero... dios, siento que quiero matar por todo —se quejó escuchando la risa de Klaus en su oído.
—toda emoción fuerte se va a mezclar con hambre, amor. Tranquila, aprenderás a diferenciarlas —corrió su cabello y ella sonrió.
—¿por qué vino a Mystic Falls? —se quejó alejándose de Klaus que blanqueó los ojos.
—Castiel es un hibrido. Hijo de Edward. Sería raro que no vengan a buscarlo cada tanto en un intento de ver si cambias de opinión —Stefan explicó.
Klaus bufó, para él era más que eso, su paranoia se lo advertía luego de haber pasado miles de años formando enemigos. Los Cullen se traían algo entre manos y estaba alerta, preparado para descubrir que era.
—no me gusta que anden por aquí —murmuró Klaus —ya vengo. —su mujer no tuvo tiempo a reclamar cuando vio cómo iba a hablar con Carol Lockwood.
Casandra, dutativa, colocó su cabello detrás de su oreja y se concentró en tratar de oír lo que Klaus le decía a la alcalde. Sonriendo orgullosa cuando pudo escuchar el chisme, que se basaba en el original haciendo un berrinche como niño, investigando qué quería Rosalie Hale y pidiéndole a Carol que no los deje entrar otra vez al pueblo. No obstante, aún no dominaba sus habilidades, y comenzó a oír más cosas de las que quería.
La gente reía estrepitosamente, vasos chocaban en los brindis y los vidrios tintineaban entre ellos, los pasos sobre la madera hueca, rechinando y sonando repetidamente, también escuchaba gritos o el llanto de una chica en el baño. Podía oírlo todo, tanto que comenzó a aturdirse. Se tapó los oídos aterrada al no poder parar todos los sonidos, alertando a los vampiros.
—hey, hey. Cass... —Stefan puso sus manos sobre las suyas, buscando su mirada —tranquila, mírame. Concéntrate en escuchar mi respiración, mi corazón, no en todo lo demás...
—¡no puedo, no puedo! —se quejó impotente. Debajo de sus ojos se asomaron las venas negras, estaba perdiendo el control.
—Relájate —le pidió severo y tomó sus manos con fuerza para que se destape. Ella gimió adolorida, sentía que sus tímpanos iban a reventar. —escucha mejor dentro de ti. Escucha a tu bebé. Tiene un corazón que late ya, yo puedo oírlo ¿tu puedes? Cass ¿puedes oírlo?
Sollozo, tratando de oírlo, se imagino al feto en su estómago de ya tres meses, hasta que débilmente encontró lo que buscaba. Como una aguja en un pajar. Era suave y agudo, luchador. Poco a poco, los demás sonidos se fueron desvaneciendo y entonces entendió la fascinación de Klaus al oírlo por primera vez. No necesitaba de las ecografías, ahora podía oírlo sola. Podía maravillarse sin ayuda. Podía escuchar lo mágico de su cuerpo a través de su misma.
—eso es... —felicitó Stefan, acariciando sus manos. Cass suspiró temblorosamente.
—eso me pasa por chismosa —susurró apenada y rieron.
—luego nos enfocamos en la rubia esa, ahora debemos ver que estés lista. —Damon tomó unos dardos. —mira el lado bueno, eres mujer, las mujeres vampiro no son destripadoras. No pueden acabar con una población como un hombre lo hace...
Damon lanzó el dardo, pero Rebekah lo atrapó antes de que golpee el tablero.
—Eso fue sexista. Una mujer podría matar fácilmente a un hombre, con la motivación adecuada. —caminó hasta donde estaba Cass, sentada a un lado de Stefan —y una vampiro puede acabar con cientos solo por diversión. Mírame a mi.
—y por eso no creo que seas el mejor ejemplo para enseñarle a Casandra a cazar —Stefan sonrió irónico.
—¿Por qué estás tan gruñón?
—Está en una limpieza maestra. Tratando de ser un hombre mejor y todo eso. —Damon bufó.
—tiene abstención. Me acompaña en el aprendizaje —Cass apoyó su cabeza sobre el hombro de Stefan.
—Sabes, eras mucho más divertido en los años 20. —ante eso, Damon golpeó a Rebekah con el codo, jugueton.
—me hubiera gustado conocer a ese Stefan, hubiéramos sido grandes amigos —Kol sacudió su cabello y él se corrio, disgustado.
—Simplemente ya no me interesa matar a seres humanos inocentes. Y no creo que Casandra deba hacerlo.
Pero la nombrada estaba muy ocupada viendo a Klaus hablar con Carol. Sabía que él solo estaba tratando de persuadirla de no dejar entrar a los Cullen, pero algo incómodo se removía en su interior al ver que la alcalde de Mystic Falls le hacía ojitos. Frunció sus cejas. Ella era humana, vieja y sin sentido del humor, Klaus no le pondría el ojo ni en cien años. Pero igual le molestaba. ¿Qué le sucedía? Ella no era celosa, mucho menos posesiva.
—Necesito aire.
Susurró saliendo del bar. Rebekah le hizo una seña a Kol que fue con Klaus a avisarle, mientras ella iba detrás de Casandra con los hermanos Salvatore. Nuevamente, muchas cosas sucedían al mismo tiempo y no podía procesarlas.
Tal vez ser inmortal no era tan fácil como ella lo pensó. Creía tener un agujero negro en el estómago que no se llenaba. No quería imaginarse cuando su embarazo avanzara ¿y si era igual o peor que el anterior? ¿Y si Klaus la dejaba antes de seguir, como Edward lo hizo? ¿Y si se aburría ahora que la tendría para siempre? No quería imaginarse un futuro sin él, uno donde la dejaba con Castiel. Sola. ¿Y si tampoco tendría a Castiel a su lado? ¿Cómo podría estar cerca de él si no aprendía a ser vampiro?
—Cass —Stefan la tomó del brazo y ella volteó.
—¡no puedo hacer esto! Un segundo estoy bien y al otro siento que voy a explotar. ¡Por un momento soy yo y al otro soy una asesina serial que quiere comer! No puedo pensar en alimentarme siquiera, maté a... —"Matt". se calló y dejó caer su frente contra el pecho de Stefan, derrotada, él acarició su espalda —Y no puedo parar de pensar en eso.
—yo voy a ayudarte.
Pero Damon y Rebekah frenaron detrás, viendo ceñudos la escena. No estaban de acuerdo en la idea de la dieta Stefan.
—¿Así que no quiere beber sangre humana y por eso va a guiar a Casandra al camino de destripadora? Increíble. Cuando lo conocí en los años 20, no tenía conciencia en absoluto. Una de las cosas que más me gustó de él. No puedo pensar que pueda sobrevivir sin alimentarse. —se cruzó de brazos.
—Oh, por el contrario, está decidido a vivir su vida persiguiendo un extremo u otro. Es terco, mi hermano. Uh, creo que si voy a necesitarte en esto. —gruñó y ella rió. Luego, el ojiceleste notó a una mujer bajando de un coche y la maldad se cruzó en sus ojos. Se apareció delante de ella, coqueto y sus ojos se dilataron —por favor, no grites. Estás a punto de tener una noche muy, muy mala.
Damon la mordió y empezó alimentarse. El aroma dulzón de la sangre llegó a las fosas nasales de Casandra que sintió su boca humedecerse. Stefan volteó y corrió a alejar a su hermano de la victima. Pero era tarde, ella ya estaba herida y Casandra no podía sacar los ojos de su lastimadura.
—¡Damon, para! Solo vas a hacer que le de mas hambre —se quejó, pero Rebekah atrapó a la mujer. Haciéndole una seña a Casandra para que se acerque, ella negó poniendo sus ojos de cachorro ¿qué pensaría Castiel si ve a su mamá de esa forma? No lo sabía... pero olía tan bien. —Rebekah. No.
—Lo siento, hermano. Es hora de cenar. Ten un bocado. —le ofreció, Damon.
—¿Qué estás haciendo?
—Amor duro, Stefan. No vas a sobrevivir a esta cosa de la dieta, nunca lo haces. Aprovecha a aprender con Casandra, ahora, alimentate o dejaré que Rebekah se salga con la suya. Sabes que la matará. Y Cass no tiene control —señaló a Rebekah que le dio toda la razón —Entonces su sangre estará en tus manos. O podrías tomar una copa, salvarle la vida. Vamos, Stefan. Tú fuiste el que dijo que no querías más vidas inocentes masacradas. Sálvala. Arrebaté, tú comes, yo borraré. Diablos, incluso la curaré por ti.
Casandra avanzaba inconscientemente hacia la mujer. Queriendo sentir el metálico líquido en su paladar, pero Stefan la tomó de la muñeca y ella se detuvo. No obstante, su cara diabólica salió a la luz. Las venas se marcaron en sus mejillas, sus ojos se oscurecieron y sus colmillos ardían por salir.
—¿Por qué haces esto? Ya sabes lo que me hace la sangre. —de alguna forma, detener a Casandra lo detenía a él. Pero si no se controlaba a sí mismo ¿cómo lo haría con ella?
—Porque dejas que te controle. Siempre lo has hecho. Solo estoy aquí para ayudarte a aprender a combatirlo. —Contestó, viendo cómo aflojaba su agarre en Casandra.
Al liberarla, solo un instante tardó en que ella se lance contra la mujer y le de un enorme mordisco cerca de la clavícula. La sangre tibia y fresca, deliciosa, le daba una sensación innombrable, mucho mejor que las veces anteriores que tuvo que beberla. Stefan no aguantó tampoco la tentación y empujó a Rebekah fuera del camino, agarró a la mujer del otro lado y comenzó a secarla.
—Muy bien, ya está. —Damon pidió pero ellos no frenaron —Vamos. La van a dejar seca. —reafirmó ante su ignorancia —La van a drenar. Basta.
Klaus llegó y sonrió.
—deja que lo hagan. No seas aburrido.
Sus ojos recorrieron la escena, viendo cómo Stefan tomaba de la mandíbula a la extraña, alimentándose de su cuello, provocando un rastro bajar por su garganta, hambriento y desesperado, era fácil de comparar con Casandra que sostenía a la chica por el pelo y la cintura, sus ojos devoradores y oscuros se apretaban por la excitación del sabor. Su camiseta blanca comenzaba a enrojecer por absorber la sangre que caia por su poco control y su chaqueta tenía algunas salpicaduras.
Los ojos de Klaus parecían ver una joya preciosa, había soñado con verla así.
—no quiero que en un día Casandra ya tenga dos cadaveres encima y luego ande llorando —Damon alejó a la mujer de sus feroces garras. Ellos se resistieron pero Damon los apartó —¡Dije suficiente! —curó a la mujer con su sangre —buena chica.
Casandra cerró los ojos unos instantes, disfrutando el sabor bajar por su garganta y calmando el ardor que tenía. No notó a Klaus acercarse y subir su mano hasta limpiar la línea rojiza que bajaba por su barbilla hasta su labio inferior. Abrió los ojos y vio como él se llevaba ahora su pulgar a su boca, bebiendo esa pizca de sangre.
Pudo ver su reflejo en sus ojos y se aterró. Borró su rostro de vampiro al instante y se limpió con el dorso de su mano.
—Me veo horrible... —se tapó el rostro. Klaus frunció el entrecejo.
Destapó su rostro con esfuerzo y le mostró su brillante sonrisa.
—te ves mas hermosa que nunca, mi amor —negó encandilado —eres la reina mas preciosa que haya podido conocer. Y serás la mejor vampiro. —se acercó y la besó, mezclando sus bocas en una danza, manchándose también con la sangre.
Rebekah sonrió al ver tan enamorado a su hermano, girándose a ver a Kol que se acercaba bebiendo una cerveza. Él se colocó en medio de los hermanos Salvatore.
—¿de qué me perdí?
—creo que Klaus tuvo un bi panic —le susurró Rebekah —y yo también. —Kol abultó su labio inferior por perdérselo.
Casandra se alejó de Klaus y se relamió los labios, teniendo en la punta de su lengua la mezcla del sabor de Klaus y de su deliciosa alimentación. Luego miró a Stefan que parecía batallar consigo mismo por no ir detrás de la mujer que se fue atontada y a Damon que alzó sus pulgares orgulloso.
—va a ser una larga noche y en verdad necesito controlarme. No lo hice tan mal ¿no? —jugó con sus manos. Y Kol sacó de su bolsillo un alfajor y se lo lanzó.
—premio por victoria. Tendrás más si lo haces bien el resto de la noche —esa motivación la hizo dar saltitos energética e impaciente.
—¡entonces no hay tiempo que perder! —abrió orgullosa su alfajor.
Compartieron una sonrisa al ver como ella manchaba la comisura de sus labios con chocolate por el dulce. Soltando un suspiro en coro al saber que tendrían a Casandra y sus alfajores para rato. Además de una, probablemente, también mini versión suya que sería igual a ella y Castiel... y Klaus, para desgracia de Damon.
—andando.
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150 comentarios
Gracias a las que se preocuparon, son un amor😭❤️. Conté bien lo qué pasó en mi canal de difusión de wsp, pero contexto rápido, fue estrés y que mi examen más importante choca con mi viaje de egresados. Así que era viaje o examen y yo elegí viaje🫡
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