3.03
────❛mamá sobrenatural❜
KLAUS DABA vueltas en su sala, inquieto. Todos los demás estaban allí. Caroline esperaba al pie de la puerta, viendo hacia todos lados, hasta que pudo ver a Casandra salir de entre medio del bosque, en medio de Damon y Stefan. Sus ojos se iluminaron y su corazón dio un vuelco, en un parpadeo, estaba corriendo hacia ella.
Casandra se sentía perdida, asustada y preocupada, pero todo se desvaneció en cuanto vio la melena rubia de su mejor amiga avanzar hacia ella, y sintió a Caroline embestirla. Cayó al suelo con sus brazos al su al rededor y toda preocupación se borró por instantes. Damon y Stefan ni siquiera pudieron impedirlo, solo vieron sonriendo aquello. Disfrutando también la idea de que Casandra estaba aún con ellos en ese cruel mundo.
—pensé que había perdido a mi alma gemela —susurró, dejando algunas lágrimas ser absorbidas por el cabello de Casandra que la abrazo fuerte.
—necesitas más que una suegra loca para quitarme de tu lado —negó y rieron suavemente. Caroline se levantó y le tendió su mano, ayudándola a ponerse de pie. Usualmente hubiera partido la columna de Casandra al tirarla así, pero esa vez no, ya no debería reprimirse. Podía abrazarla con todas sus fuerzas y seguiría allí.
Por la puerta se asomaron Rebekah y Kol también, la rubia fue la siguiente en ir a abrazarla. Ignoraron la sangre que los manchó e ignoraron que Casandra se había alimentado, en especial luego de la mirada de advertencia de los Salvatore.
—me alegra que estés bien —Rebekah se alejó y tomó su rostro entre sus manos, viendo cómo, en vano, Casandra trató de limpiarse.
—creo que a mi igual —dijo y se giró a ver a Kol que extendió su puño y divertida lo chocó. El sadico vampiro con solo su sonrisa infantil le demostró que estaba también emocionado de verla.
—¿ya tuviste tu primera victima? Genial —la felicito. Ella borró su sonrisa y los demás lo vieron incrédulos.
—eres un idiota —le dijo Damon. Y Kol le sonrió con mas ganas.
—mira quien lo dice.
Ignorándolos, Casandra se hundió en sus emociones. Stefan trató de suavizar todo en el camino, pero ella tenía presente que sus emociones se habían multiplicado a gran escala. Ella tenía muchísima hambre, al igual que inmensas ansias de ver a su hijo, su hermana y... a Klaus.
Entró a la casa, pasando a su lado e ignorando a los demás que fueron detrás suya. Enzo la recibió en la entrada de la sala, a un lado de Elijah.
—Casandra —la saludó con una suave sonrisa, Elijah.
—hola. —dijo algo inquieta, incómoda. Enzo le lanzó una bolsa de sangre que ella atrapó.
—la necesitas, preciosa —le sonrió amable.
Casandra tuvo la intención de beber de allí, pero no era como cuando estaba embarazada de Castiel, aún humana. Era diferente. Su apetito se cerró. No quería sangre humana si esta venia embolsada y fría. No luego de haber probado la fresca y caliente que tenía un cuerpo vivo. Su estómago se revolvió aún más al pensar en la sangre de Matt y la de Bonnie. Pero la culpa también la azotó. Debía disculparse con Bonnie. Debía tragarse la pena de lo de Matt.
Su rostro pareció reflejar su batalla interna porque Elijah se aclaró la garganta. La nueva vampiro lo miró y ni se molestó en mostrar interés en la bolsa, la dejó a un lado, confundiendo a quienes le seguían el paso, y enfocó su atención en otra cosa. Un aroma dulce a alcohol, lobo y perfume caro y varonil.
Los pasos del último original resonaron y no tardo en mostrarse. El cobrizo apareció detrás de Elijah, como si se hubiera estado conteniendo en aparecer. Como si no se animara a acercarse. Y es que Klaus temía que se hubiera dormido en el sofá antes del funeral y que todo fuese un mal sueño. Que Casandra no haya despertado.
Sus ojos claros se conectaron con los suyos y entonces Casandra sintió, probablemente, lo que Klaus sintió todo ese tiempo. Creía estar enamorada de Klaus, pero como vampiro se sentía completa e irrevocablemente encantada con él, su corazón cantaba su nombre, su aroma la embriagaba y le parecía más hermoso que nunca. Apretó su cuerpo a sí misma para contenerse a correr hacia sus brazos, pero no pudo. A velocidad sobrehumana se había lanzado hacia él y lo abrazaba con fuerza, escondiendo su rostro en su cuello y sintiéndose completamente a salvo.
La ultima vez que la había sentido entre sus brazos, Klaus le había quebrado el cuello y la había sostenido sin vida. Ahora, otra vez estaba allí, pero respirando y con un latente y sincronizado corazón al suyo. Soltó un tembloroso suspiro y la abrazó de vuelta. Agradeciendo que no sea una ilusión. Agradeciendo que no habían arrebatado lo único bueno en su vida desde hacía siglos.
—entiendo que volvió de la muerte, pero por favor, no sean mimosos delante de mi, voy a vomí... —a Damon lo callaron Enzo que le dio un codazo, Stefan que le dio un golpe en la nuca y Rebekah que lo pisó —¡ay!
—que agresividad... —Kol dijo antes de sonreír —falto yo —y le dio un puñetazo en el estómago que lo hizo doblegarse. Damon los maldijo.
Klaus sonrió sin soltar a Casandra que también curvó sus labios hacia arriba. Ella miró sobre el hombro de Klaus la sala, pero ya no había nadie en la casa. Sus oídos, ahora más agudizados, no detectaron otro corazón u otra respiración. Se alejó con suavidad de Klaus, volteando a ver al grupo que miraba a Damon gruñir.
—¿y Castiel? —cuestionó logrando que la vean.
—con Bella en el apartamento de Alaric, junto a Elena y Bonnie —Le dijo Klaus, tomando su mentón para que lo vea. Incluso su toque, de piel contra piel, era distinto, más suave. Casandra aferró sus delicadas manos a la chaqueta de Klaus, frunciendo sus cejas.
—¿por qué? —susurró sin entender.
—como medida de seguridad —Escuchó a Elijah y lo miró —esta bien.
—quiero verlo. —se alejó de Klaus que se aclaró la garganta. Logrando que lo mire, él aplanaba los labios —ahora. —al ver que su tono se volvía algo gélido, se miraron.
—no creemos que eso sea bueno —Stefan tomó la palabra —ahora eres alterable... inestable. Solo...
—¿a caso crees que pueda lastimarlo? —sonrió irónica. —Acabo de volver de la muerte, quiero ver a mi hijo.
—Cass —Caroline comenzó, sin embargo, se detuvo al ver las venas debajo de sus ojos amenazar con salir. —tienes mucho que asimilar, puedes sentirte impaciente pero todo tiene un ritmo y tenemos preguntas...
—¿mucho que asimilar? —alzó las cejas —Le pedí al hombre que amo que me ayude a suicidarme para matar a la vieja loca y bruja de Esther para que no asesine a mi hijo y a la familia original. No me pidas que no sea impaciente si lo primero que quiero hacer es ver que él esté bien.
—touché.
—cállate, Kol —Elijah habló —Casandra, lo entendemos. Y es por todo eso que queremos saber cómo es que volviste.
Ella se relamió los labios y luego pasó la lengua sobre sus dientes inferiores, sintiendo como picaban sus encías. Ante eso, Stefan volvió a tenderle la bolsa pero ella no se esforzó en siquiera tomarla.
—bebe —le pidió pero ella no hizo movimiento alguno —Cass...
—bebe tu, eres el destripador que necesita sangre refrigerada porque no puede controlarse, no yo —empujó la bolsa hacia él. Queriendo pasar a su lado para irse de la casa e ir en busca de su hijo.
Enzo fue el que primereó, estirando su brazo para tomar del codo a la vampiro que se giró colérica. Lo tomó por el cuello y lo torció, los demás reaccionaron al instante, Damon lo tomó antes de que caiga y Stefan la sostuvo. Escuchando la risa sorprendida de Kol.
—¡Casandra! —la miró, preocupado.
—¡quiero ir con mi hijo! —rugió iracunda.
—Niklaus. —Elijah lo miró severo y pidiendo silenciosa ayuda.
El hibrido admiraba sonriente a su mujer, sin tener ánimos de interponerse, pero a pesar de que disfrutaba de ver el nuevo poder que ella tenía con su reciente conseguida naturaleza, también le preocupaba que ella abrace con mas fuerza de la requerida a Castiel. Hiriendo sin intenciones a su hijo. Algo con lo que no quería que ella se culpe.
—amor —Klaus se acercó a tomarla de los brazos, Stefan la soltó para dejar que ella centre su atención en él —mira lo que acabas de hacer. Le quebraste el cuello a un vampiro más viejo. Estas... Incontrolable y... sexy, pero incontrolable —señaló a Enzo mientras Damon lo recostaba en un sofá —¿y si era Bella o Elena?
Se mordió la lengua, viendo atónita lo que hizo y luego a Klaus. Con sus manos temblorosas volvió a abrazarlo, como una niña, y él apoyó su barbilla sobre su cabello.
—sé que quieres verlo, pero debes poder controlarte. No quieres herirlo ¿no? —besó su frente. Ella destensó sus músculos.
—¿pero cuanto va a tardar? —susurró débilmente. Los demás se relajaron al ver que comenzaba a ceder.
—lo que tenga que tardar. Yo estaré aquí para ti, todos lo estamos, incluso los idiotas de Kol y Damon —acarició su cabello.
Miró de soslayo a Enzo en el sofá y aplanó los labios, queriendo disculparse con el vampiro. Dejó que Klaus la guíe a la otra habitación, al sofá y ambos se sentaron allí, él tomó sus piernas y las puso sobre las suyas, luego la dejó recostarse en su pecho y esperaron hasta que se relaje.
—¿yo fui así también? —Caroline preguntó, en la entrada de la sala, a un lado de Stefan.
—peor —bromeó y ella le dio un empujón. Ambos rieron. —la diferencia es que a ti te creo Katherine y a ella... no sabemos.
Damon estaba tratando de despertar en el otro cuarto a Enzo pero no tuvo éxitos, así que sacó su celular para llamar a Elena mientras se servía bourbon.
—dime que la encontraron.
—También te extrañé —bromeó bebiendo —si, y esta loca, como toda madre. Quiere ir a ver a Castiel pero no la dejamos. Klaus la está calmando, como si fuera su perra. —escuchó el regaño de Elena. —¿qué? Ella está bien. Todos menos Enzo. —miró con una mueca al desnucado.
—¿puedes darle el teléfono? Quiero oír su voz... —escuchó su súplica.
Damon pensó en negarse, no obstante, recordó que Elena estuvo en el tormentoso y lluvioso bosque esa noche, que tuvo entre sus brazos a Casandra mientras las heridas brotaban en su piel y que vio el preciso momento en que Klaus le rompía el cuello. Se mordió el labio inferior y bebió más, recordando la imagen de Elena llorando y tapándose a sí misma los oídos para no escuchar el lastimero sonido de Klaus y su pena.
Luego frunció las cejas y miró por el pasillo a donde escuchaba el sonido del bombeo del corazón de Casandra, el cual latía al mismo ritmo que el de Klaus y miró a Enzo. De todos ellos, Elena fue la que menos preguntas hizo cuando Casandra despertó, la que menos se quejó cuando fueron a buscarla.
—cuando eso pasó... —ignoró su petición —cuando Cass murió... ¿viste si Klaus le dio su sangre antes? Digo, estuviste con ella en todo momento desde que las encerramos como mellizas rapunzel bajo el pésimo cuidado de Liz en su casa. —comentó viendo su vaso.
Elena no respondió. No por unos momentos.
—no le dio su sangre. —dijo luego de unos segundos —aún que...
El comentario siguiente de Elena dejó a Damon en un estado de shock, justo cuando Enzo se levantaba y se acariciaba el cuello adolorido.
—se despertó y no feliz, te lo aseguro —Rebekah se sentó frente a su hermano y Cass. —aún que buena maniobra.
—la aprendí luego de ver cómo todos ustedes andan por la vida quebrando cuellos —murmuro sonriendo divertida y ellos rieron.
—es la forma más rápida y limpia de matar a alguien —Se excusó la original antes de cambiar de tema —¿cómo estás?
—enojada, triste, confundida, feliz... hambrienta —tragó saliva y jugó con su collar.
—¿aún con hambre? Eso que casi dejas sin sangre a la bruja —sonrió divertida aún que Cass no —debemos ver cómo convencerla ahora de que te haga un anillo diurno. Apuesto a que esta molesta.
—no quise hacerlo... —susurró apenada y Klaus entrelazó sus manos.
—lo sabemos, el hambre es más cuando eres vampiro. —atrajo sus manos unidas a su boca y besó con delicadeza su dorso.
Escucharon pasos y miraron a Damon pavonearse hasta allí, meneando su teléfono en llamada con Elena y negando con una sonrisa burlesca, tan característica de él. Enzo iba detrás suya, nada feliz, pero más sorprendido que preocupado en pelearse con Casandra por haberlo matado.
—y cuando estas embarazada.
La voz del Salvatore mayor penetró sus oídos y Klaus no cayó en cuenta, sin entender, hasta que miró confundido a su amada. Casandra no miraba a nadie. Y entonces, todos centraron sus oídos en ella, escuchando un latido ajeno al suyo, uno en su vientre. Como un tintineo que los saludaba: la razón por la que era vampiro.
—¿otra vez? —Kol cuestionó sorprendido —dime que no es de la bola de discoteca porque...
—¡iShh, iugh, no! —le dijo al segundo. Luego tragó saliva y miró a Klaus.
El hibrido peleó por mantenerse fijo solo en ella, sus conmovidos ojos la observaban detenidamente, Casandra se sintió chiquita, desnuda frente a él, queriendo decirle todo al mismo tiempo, no obstante, sabía que los oídos de Klaus no la oirían a ella, ya que estaban muy ocupados escuchando los latidos de un pequeño ser dentro del vientre de ella. Era como el sonido del rebote de un globo, uno rojo de una alegre fiesta que era exclusivamente para ellos. Inhaló profundamente y su ceja se alzó temblorosamente, cuestionándole silenciosamente si aquello era real... si era suyo.
—la luna rosa. —le dijo finalmente, sonriendo apenada.
Cuando le había dicho en el baile que no quería convertirse ya, que quería un hijo suyo, era porque ya estaba esperando al bebé y no quería saber que le haría la inmortalidad a su embarazo o sus momentos después del parto, si podría amamantarlo u otras cosas. Ella no hizo el plan a la ligera, solo estaba preparando el terreno... un terreno que Klaus casi perdía por culpa de Esther.
—¿llevas al hijo de Niklaus? —Elijah cuestionó, siendo la voz de todos allí. Cass solo miraba a Klaus que esperaba que responda, aún que su silencio era más que mil palabras.
—sorpresa... —susurró forzadamente.
—eso explica la sangre de vampiro en su sistema —Stefan murmuró, atónito —¿y por qué Elena lo sabia?
—lo supo instantes antes de que me muera, le pedí que no dijera nada. Sería cruel irme y... —volteó a ver al callado Klaus —y decirte en el último instante que íbamos a tener un hijo. —todos fueron testigos de cómo los ojos del hibrido comenzaban a arder —en mi defensa, yo te advertí que tenía mala suerte embarazándome de vampiros y esa noche a ti no te importó...
Klaus la calló, tomándola de las mejillas.
—dilo. —le ordenó y Casandra sonrió como pudo.
—estoy viva, Klaus, y es gracias a tu hijo. Vas a ser papá.
Para sellarlo, estampó sus labios contra los suyos y no tardo en responderle, soltando una risilla ante la emoción del original. Rebekah abrazó y sacudió a Elijah que solo sonrió, viendo a Kol seguramente tenía muchísimas preguntas inadecuadas para hacer. Damon y Stefan parecían compartir el intento de reprimir la sonrisa, no queriendo mostrar que les alegraba un poco.
—mira el lado el bueno, ya no vas a tener más hijos. Tus embarazos son lo peor... según me dijeron —Enzo comentó y Cass se alejó de Klaus para ver divertida al vampiro. —y voy a culpar, solo esta vez, a las hormonas por el que me hayas noqueado.
—perdón, en serio. —se disculpó apenada pero Klaus sonreía, radiante de alegria. —aún que estoy de acuerdo en eso ¡ni un embarazo normal puedo tener!
—Bueno, ya sabemos que ese demonio es parte vampiro y crece normal. No como Castiel —Damon comentó y pareció caer en cuenta —un mini Klaus, que pesadilla, mátenme. Cass ¿en serio?
—al menos no es del hada de la mentruacion —Kol obvió. Nombrando al Cullen. —voy a tener un sobrino ¡el legado Mikaelson sigue, perras!
—ya comenzó con Castiel —Klaus lo interrumpió.
Casandra lo miró complacida y él acarició su mejilla, pegando sus frentes y acercándose a besarla otra vez. Él la amaba, en verdad la amaba, y adoraba que no tendría que amar a un fantasma el resto de su eternidad, que ella estaría con él hasta el fin de los tiempos y que tendrían todo lo que una persona quiere. Ella le regaló el cielo. Aún había esperanza para ellos.
—con mas razón ahora debes empezar a practicar —Caroline le dijo, dando saltitos —si lo haces bien, por la mañana Bonnie vendrá y te dará tu anillo y por la noche verás a Castiel.
No estaba cien por ciento a gusto de eso, pero iba a intentarlo, quería ver a Bella, a Castiel. Así que afirmó con su cabeza.
—¿y mi papá? —susurró Cass.
—cree que estas muertita —Damon le dijo y Stefan lo miró enojado —cosa que estas. Veremos cómo arreglarlo.
—él no puede saber que estoy viva, o que soy vampiro, porque...
Pensó.
Pensó en que él nunca pudo saber por los Volturi, porque lo matarían si lo supiera. Que debía proteger el secreto de la reserva. Pero luego recordó que ya no estaba de ese lado del bando, que estaba junto a los originales a quienes les daba igual quién sabía o no de su secreto. Su padre podía saberlo. Podía decirle la verdad y seguir viéndolo.
—no, de hecho, si puede... —se contradijo a sí misma —tiene derecho de saberlo ¿no? —miró al rededor, buscando una opinión.
—mi papá se puso loca cuando se enteró. Así que es mejor que se lo digas tu.
Casandra suspiró, pensando en qué hacer. Tenía poco tiempo y mucho que resolver.
Aún que solo una cosa pasaba por su mente: ver a Castiel. Ser fuerte solo por y para él.
800 estrellitas y actualizo.
100 comentarios.
ADIVINEN QUIEN DEJÓ LA U
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