2.13

────❛Esther❜

                          EL PADRE de Caroline había muerto cuando Tyler lo atacó hasta casi desangrarlo, luego, en el hospital no tuvieron nada que hacer. Tyler había desaparecido después de eso.

Y Casandra se disponía a ir a consolarla cuando la figura de Esther se interpuso en su camino. Castiel, quien estaba en brazos de su mamá, comenzó a llorar de forma extraña y estrepitosa.

—Señora Mikaelson —saludó sorprendida.

—Casandra, dime Esther, por favor —Miró de reojo al nene que se sacudía, queriendo alejarse.

—sh, sh, Castiel... lo siento, Esther, es que debemos ir a ver a una amiga.

—Me encantaría platicar contigo luego si es que es posible —comentó con aires amables, pero había algo en ella que no le gustaba a Casandra.

Elijah se acercó, paseando por la casa.

—Madre, no querrás retrasar a Casandra —dijo, acercándose —me enteré lo del padre de Caroline, envíale mis más sinceras disculpas —señaló la puerta, mostrando que la acompañaría a su auto.

Cuando salieron de la casa, Casandra miró hacia atrás. Esther los observaba desde la ventana a un lado de la puerta.

—Eres muy expresiva —comentó Elijah, abriendo la puerta de la PickUp para dejar que siente a Castiel en su silla —veo que no te agrada mí madre.

—¿una bruja original que resucitó pero, según me dijeron, intentó matar a Elena en la escuela el casi primer día solo para sabotear a Klaus? No, para nada ¿cómo crees? —sonrió irónica, abrochando el cinturón de Castiel que parecía más calmado.

—No eres la única, por más de mil años en el otro lado, mi madre nos ha molestado. Yo no creo que ahora, en vida, decida perdonar a Niklaus y todas las atrocidades que hemos hecho a lo largo de los años —rodearon la camioneta y abrió la puerta de piloto para Casandra que se cruzó de brazos —Sé que estás enojada con mi hermano.

—no estoy enojada, solo... Estamos evitando hablarnos por diferir de opiniones —entrecerró sus ojos y él sonrió.

—bueno, si mi madre te molesta, amenaza o ves algo que no es del agrado de la intuición materna que posees, házmelo saber —Le pidió, viendo cómo ella subía y cerraba la puerta.

—y es por eso que te convertiste en mi segundo original favorito.

—¿Quién es el primero? —preguntó curioso.

—Rebekah.

Casandra salió de allí, viendo por el espejo retrovisor a Elijah entrar a su casa. Suspiró profundamente. La madre original no le caía para nada bien, a penas y se había presentado con su hermana, su hijo y con ella, les daba miradas fugaces y calculadoras.



















































































BELLA SE quedó en el pasillo de la casa Forbes al oír el llanto de Caroline provenir de su cuarto. Se asomó por la puerta y pudo ver como ella estaba acostada, llorando en los brazos de Casandra.

—lo se, rubia, lo sé... —susurraba en su oído, acariciando su cabello.

—¡lo odie! —grito enojada, sentada y escondida en su pecho —¡lo odie porque casi me mata! Y luego ayuda a mi ex novio lobo... y le dije que no. Él se empecinó en hacerlo. No se si fue su forma de redención pero ahora ya no está...

Bella observó cómo Casandra acostó a Caroline y la arropó, se acostó a su lado y siguió escuchando su dolor. Aplanó los labios y se giró, yendo a la cocina donde Liz Forbes mesia a Castiel y le hablaba melosa. Algo triste.

—¿cómo está? —Liz volteó a verla, cayendo en cuenta de su presencia.

—Cass la está consolando. —le dijo jugando con sus manos, sentándose en la mesa donde Liz le sirvió el almuerzo. Algo que la descoloco unos instantes.

—come, Bella, no la envenené —le dijo sonriendo.

La única mujer que le había hecho el almuerzo desinteresadamente había sido Casandra. No era noticia que su madre jamás se había preocupado por ellas. Casandra había aprendido a cambiar sus pañales antes que aprender a cambiar los suyos para cuidarla a causa de la ausencia del sentimiento materno de Renee. Aveces se incomodaba aún al ir a casa de una amiga y ver que su madre si estaba presente y hacía cosas tan simples como abrazarla. Ella jamás tuvo eso.

—gracias... —susurró comenzando a comer —¿cómo está usted? Bill era su ex esposo.

—Era familia. A pesar de todo. Es triste... pero me duele más por Caroline —sentó a Castiel en la mesa de comida para darle —¿cómo están ustedes con sus padres?

—bien... hablo mucho con Charlie. Aún que no fue mucho cambio. No lo vi en dieciséis años... y estuvimos solo unos meses con él, aún que fue bueno. Mi mamá a penas nos llama. —jugó con su comida. —pero nos quieren. A su manera.

—los padres no somos perfectos, lamentablemente. —Liz suspiró con tristeza. Recordando las muchas veces que le falló a Caroline. —pero agradecemos que aveces encuentran quienes los apoyen igual. Casandra contigo... y ahora con Caroline. —acarició el cabello de Castiel.

—mi hermana siempre fue muy protectora —sonrió —es la mayor... en muchos aspectos. Aveces... no sé... me guardo mis cosas porque siento que ya carga conmigo.

Liz la miró con pena. Bella era una chica tímida e introvertida, con un extraño sentido del humor, pero era muy buena. Le recordaba a ella de joven.

—Si necesitas soltar tus cosas, aquí estoy. No soy tu madre, pero puedo ocupar un pequeño espacio por ella. —extendió su mano para acariciar la suya y Bella la observó, con un pequeño brillo surgiendo en su mirada. —no estás sola, Bella.

—gracias, Liz.







































































































                          DAMON TENÍA sobre sus hombros, a caballo, a Castiel, quien le tiraba del cabello y gritaba "Dami" o "Tefan", la forma en que llamaba a los hermanos Salvatore. Estaban en la cocina de la casa Gilbert con Elena y Casandra.

—era su madre, Esther, la que estaba en el ataúd —les explico, Casandra —una vieja, elegante y sexy, de mirada aterradora.

—¿La bruja original? —cuestionó confundido, Stefan.

—¿qué? —Damon preguntó, frunciendo el rostro —¿Cómo es que está viva? ¿qué no tu noviecito híbrido bastardo le arrancó el corazón hace mil años?

—si, pero dijo algo sobre que su bruja mejor amiga conservó su cuerpo y que cuando Bonnie lo abrió... Siendo descendiente de la loca bruja, la pudo revivir. O algo así, ni idea —se encogió de hombros —la cosa es que ustedes solo reunieron a la familia.

—¿alguien más se siente algo usado ahora? —se quejó Damon, como si lo hubieran manoseado. Castiel comenzó a tirar de su rostro y babear su cabello —¡Auch!

—Elijah prometió que su familia no nos lastimaría a nosotros. —Elena habló, segura —y le creo.

El timbre sonó, se dieron una mirada.

—Solo quieren la paz ¿es eso tan difícil de creer? —interrogó, Casandra, yendo a la puerta con Elena.

—contigo como intermediaria, pues no, pero es muy difícil hacerse a la idea de que todos vivamos felices —Stefan habló.

Se quedaron en el vestíbulo, Casandra se sentó en las escaleras viendo cómo Elena entraba con una carta, al estilo vieja epoca, en manos. Damon bajó a Castiel y comenzó a morder juguetonamente su estómago, provocando las risas del híbrido.

—es una invitación —les dijo curiosa, abriéndola.

Era un papel blanco, que la invitaba a una ceremonia dónde conocer a la familia Mikaelson, a las siete, para bailes, cocteles y celebración.

—la familia original —vociferó Elena, atontada. Todos voltearon a ver a Casandra, esperando una explicación —¿Harán un baile?

—vivo con ellos, no para ellos. Yo que sé —Se encogió de hombros —¿no dice nada más?

—hay una nota atrás —afirmó Elena —"creo que es tiempo de que nos conozcamos. Esther".

—conoceras a la suegra de Cass, que bello —Ironizó Damon. Casandra lo miró mal.

—¿Por qué siempre hacen esos chistes sobre Casandra y Klaus? —se quejó Elena, yendo a la sala y tomando de en brazos de Damon a Castiel.

—porque les gusta el drama —Casandra mintió, yendo con ella. Cuándo le dió la espalda, Casandra fingió degollarlos y ellos le sacaron la lengua —ademas, no cambies de tema para tus dos novios.

—Si Esther quiere hablarme debería averiguar por qué —Volvió al tema principal.

—es una pésima idea —se negó Damon —ya oíste a Cass, esa doña no da buenas vibras. ¡y! Trató de matarte.

—yo pienso que tiene razón. Hay más al respecto que solo una reunión familiar —Stefan coincidió con Elena, a quien Castiel le daba constantes besos en la mejilla haciendo sonreír a las chicas.

—Stefan tiene razón, Damon, debo saber qué quiere. Ademas, si quiere hacerme algo en contra, Klaus no la dejará.

—Ya decidimos que matar a Klaus no es plan. ¿estamos todos de acuerdo que ahora el problema es Esther y sus raras intenciones? —Preguntó Casandra poniendo las manos en sus caderas.

—Si vamos a por la paz, entonces hay que ver qué vamos a usar esta noche —Elena comentó moviendo la invitación —yo ya tengo a mi cita —miró sonriente a Castiel que rió.

—bueno, entonces prepararé a tu cita. Iré a casa a ver qué trama Esther —tomó a su hijo —traten de no avergonzarme hoy ¿Si? —fue a la puerta con Stefan que la acompañó. Una vez allí, él la miró —y viendo que Elena ya tiene cita, podrías invitar a Caroline ¿No crees?

—estas obsesionada con esa idea ¿verdad?

—si, un poco. Solo inténtalo —palmeó su pecho y salió con Castiel.

—¡Mándale mis besos a tu suegra! —le gritó para molestarla.

Y Casandra le sacó el dedo corazón.






































































































































































                          UNA CANCIÓN de "the heavy" sonaba en toda la gran mansión. Casandra entró con Castiel en brazos, viendo a empleados hipnotizados ir y venir. Caminó hasta la sala, confundida, viendo cómo a Rebekah le pintaban las uñas, a Finn le hacían un traje a la medida y Kol se veía en el espejo. Bella estaba sentada en el sofá a un lado de Rebekah, viendo todo. Elijah estaba en el fondo, viendo unos zapatos.

—Bella, ¿te parezco guapo así? —Kol la miró a través del espejo.

—¿sigues acosando a mí hermana? —Cass rió.

—¡pero si llegó mí cuñadita! Llené una de tus cámaras de fotos mías, espero te gusten —Kol la miró divertido.

—Tendra que quemar esa camara ahora, seguro le rompiste el lente —Rebekah se burló —quiero tener a mí sobrino —estiró sus brazos hacia Castiel. Casandra se lo dió.

—¿Qué es lo que pasa? —preguntó curiosa viendo el movimiento.

—mi madre organizó un baile para dar nuestra bienvenida a la ciudad —le explicó, Finn —espero no te haya molestado.

—¿Por qué me molestaría?

—Bueno, ella es nuestra madre pero tú eres la señora de la casa —Kol dramatizó.

—Aun no estoy casada con el dueño.

Cómo si Casandra hubiera invocado a Klaus, él entró dando un portazo y yendo directo a dónde estaban reunidos.

—hablando del diablo —avisó, Elijah, sonriendo ladino.

—¿Atacaste a Elena? —Klaus apuntó amenazadoramente a Rebekah —¿pero qué te pasa? ¿quieres otra daga en el corazón?

—¿Otra amenaza de dagas? —Kol volteó a verlo cansado —cambiale a tu cuento.

—Tú vuelve a mirarte en el espejo.

—¿Quién te crees? ¿Mí padre?

—No me gustan las peleas delante de Castiel —Casandra habló alto —Así que, ¿por qué no fomentamos la charla?

—No amenacé a Elena, fui a exigirle disculpas por haberme apuñalado por la espalda y ella amablemente se disculpó. Si Damon vió otra cosa, es cosa suya. Bella está de testigo —Rebekah miró a la humana que asintió —Las amigas se pelean bastante, por novios, traiciones, es la adolescencia. Ya estamos bien.

—ya oiste, ahora deja de gruñir —le siseó Kol —porque solo provocas a tu chica.

—¿provocarla? Ya no provoca nada en ella. —Rebekah río —es cuestión de tiempo para que a Casandra se le vaya el amor por el berrinche que estas dando —susurró bajo, con sus ojos flameantes en enojo. A penas Klaus podía escucharla, como el siseo de una venenosa serpiente. —¿y sabes por qué se irá? Porque vas a meter la pata. Ella nos liberó y, en lugar de aceptarlo y estar bien, te enojaste. Pobre traicionado Nik... bienvenido al club del desamor.

Klaus miró a Casandra que le señaló a Elijah los zapatos de la izquierda, él afirmó convencido, eligiendo esos.

—sigue hablando y no te tendré compasión, hermanita —susurró de vuelta, oscureciendo su mirada y Rebekah río, negando divertida y haciendo un ademán. Como si ya no creyera en otra amenaza de Klaus luego de mil años de ellas.

—¿ya tienes atuendo para esta noche? —Finn le preguntó a Casandra. Calmando el ambiente.

—No estaba enterada del baile —negó apenada —supongo que debo ir de compras.

—Pero si aquí hay quienes lo hagan a tu medida —exclamó confundido.

—Lo sé, pero me gustan los que vienen ya hechos. Uno color rosa, con brillos y... Algo así —Hizo un ademan —¿Puedo confiarles a mí hijo? —miró más a Bella.

—No hace falta —Klaus murmuró —ya está todo en tu habitación.

Casandra lo observó, sus ojos temblaban y tragó saliva. Klaus parecía querer esmerarse en que la charla entre los dos salga. Eso ya era un gran paso. Y es que a penas se habían dirigido la mirada hasta ese momento.

—Uh, tensión —se burló Kol —vayanse a unos de esos... ¿cómo se llamaban?

—motel —Le respondió Bella.

—¿qué quieres ir a dónde conmigo? —Le sonrió coqueto. Ella se sonrojó.

Casandra rió yendo escaleras arriba con Klaus pisándole los talones. Cuando entró a su cuarto, se encontró con una caja sobre su cama. Sonrió sin contenerse y se acercó a abrirla, encontrándose con un vestido de color rosado, de tul y joyas bordadas, plateadas y brillantes. Parecía de una princesa. Los tacones a su lado eran del mismo brillo plateado.

Klaus se acercó por detrás, movió su cabello a un costado y acercó sus manos para poner delante suya un collar de cadenita plateada, con una piedra rosa. Se lo colocó y Cass contuvo el aliento volteando a verlo cuando al fin lo tuvo puesto.

—¿Estamos bien? —preguntó en tono grave.

—¿Es tu forma de pedir "disculpas"? —cuestionó confundida.

—¿yo debo pedir disculpas? Disculpa ¿quien fue la que robó los ataúdes y luego los abrio? Te dije que las traiciones no me gustaban y tu fingías no hacerlo. —reclamó y Casandra rodó los ojos. Ahí iba otra vez. —dormías conmigo mientras pensabas en eso ¿o no te importaba?

—¡a penas te conocía! —recriminó enojada —y luego pedí que te los devuelvan. Estaba en medio de una guerra que yo no tenía nada que ver. No puedes culparme. ¿Quiere enojarte porque desperté a tus hermanos? ¡Bien! Hazlo. Pero no me arrepiento. —lo señaló, chocando su dedo índice contra su pecho una y otra vez —Porque lo volvería a hacer si todo termina como ahora. Si puedo ver a tu familia reunida. Rebekah también era mi amiga, no lo hice solo por ti, no todo gira a tu al rededor. Yo la quería despierta y cuidando de Castiel porque merece eso. Ella también me cuidó...

Él era tan terco. Tan terco como ella. Así que no se sorprendió de que la mire enojado. Respirando agitado y aguantando todo impulso de un arrebato de ira. Sin embargo, él tomó su mano por la muñeca para que se detenga y Casandra trató de zafarse, sin éxito.

—te di todo de mi.

—no eres inocente, Klaus. No niegues que a principio sólo me querías por trofeo, por Castiel. Y que si hubiera sido necesario, me hubieras matado. —susurró acercándose, apretando la mandíbula. Klaus negó, en vano, él sabía que ella tenía razón.

Sus corazones bombeaban con una férrea fuerza, agitando sus pechos que subían y bajaban de forma bestial. Klaus despertaba en Casandra cosas que no le agradaban, que no eran comunes, pero que le daban adrenalina.

Repentinamente, Klaus tiró de su agarre en su muñeca y la agarró de un tirón de la cintura. Estampó violentamente sus labios contra los suyos, molesto, pero necesitado. Casandra respondió al instante como un reflejo correspondiente al instinto animal del hibrido.

Retrocedieron y Klaus tiró las cosas de la cama, dejándolas en el suelo. Al chocar sus piernas contra la cama, estás flaquearon y Casandra cayó de espaldas con el hibrido encima. Bajo sus besos por su cuello, mordiendo violentamente y logrando gemidos que podrían confundirse con quejas en Casandra, pero no quería que frene.

No obstante, escucharon que algo se cayó en el pasillo, en un sonido sordo. Los dos se detuvieron y se giraron. En un despiste, Casandra dejó de sentir el peso de Klaus encima y lo vio ya en la puerta, abriéndola para encontrarse con la escena de Rebekah pegándole en la nuca a Kol que susurró "fue ella!" Mientras apuntaba a Bella que estaba en el suelo.

—¿qué están haciendo? —los miró alzando las cejas y Bella se levantó de un salto.

—Ahm... —se aclaró la garganta.

—bella se quejó de que no tenía oído vampírico y vino a chusmear de cerca, yo la seguí y Rebekah se coló. —Kol alzó las cejas repetidas veces, cruzándose de brazos, señalando con su mirada el cuarto donde estaba Casandra, escondida a la vista. —sigues siendo una fiera, Nik.

—pero Kol puso nervioso a Bella y ella se cayó. —Rebekah se puso delante de Kol —ya nos íbamos.

Klaus los vio irse escaleras abajo y cayó en cuenta de que Rebekah lo había estado provocando para causar esa reacción en él. No quería que se aleje de Casandra, había causado el efecto contrario con manipulación inversa. Lo había provocado hasta que él vaya a encararla por el enojo. Se relamió los labios y cerró la puerta, volteando a ver dentro.

Casandra estaba recogiendo lo que tiró al suelo para ponerlo sobre el mueble. Algo nerviosa. Después se giró a verlo. Se quedaron mirando en silencio.

—lo siento. —dijo finalmente Casandra. Klaus afirmó.

No sabía si reanudar lo sucedido o cambiar de tema. Hasta qué caminó a sentarse al borde de la cama y Casandra se sentó a su lado.

—amor... —frunció sus cejas—tengo una pregunta que hacerte. —ella susurró un "Uhm" —Madre ha estado preguntando cosas... Sobre nosotros, sobre Castiel y yo sé que no es mí hijo, pero me encantaría que así lo consideres. Sé que es mucho pero... ¿Nunca pensaste en la inmortalidad?

Casandra inclinó su cabeza de lado, frunciendo sus cejas. La había tomado desprevenida. Entendía que el enojo de Klaus también recaía en que tenían bastantes obstáculos que jamás habían planteado. Que comenzaban a hacerlo dudar mediante su relación avanzaba.

—Pasar toda una eternidad con Castiel, con Bella... Conmigo. —dudó pero se giró a verla —con mí familia.

—pero a mí no puedes estacarme y mandarme a un ataúd cuando te enojes —susurró y él blanqueó los ojos.

—muy graciosa, casi me río. —ironizó —¿No pensaste en ser vampiro? —miró sus manos que estaban cerca, así que acercó la suya y las entrelazó .

—me hicieron esa pregunta una vez... Y dije que no —Admitió pensativa, recordando su baile de primavera, bailando lentamente con Edward quien me había propuesto la inmortalidad a su lado, cosa que ella negó casi al segundo. —¿Te ves pasando un milenio conmigo?

—si —dijo al instante —porque a los golpes contigo estoy aprendiendo a entender al resto. Mí padre no me quiso y... Por mucho tiempo dudé que alguien más lo haga. Pero cuando te veo, Casandra, quiero darte el cielo y la tierra porque siento que me das todo con solo reír junto a Castiel.

Ella sonrió con su avanzado corazón que estaba sincronizado al del híbrido.

—Debo pensarlo —se levantó y se colocó delante de él, soltando su mano para colocar ambas en sus mejillas —no estés enojado conmigo... por favor.

—entonces no vuelvas a hacer algo así sin contarme. Jamás.

—jamás.

Klaus volvió a besarla, una y otra vez, hasta hacerla sentarse sobre su regazo. Bajando sus besos, que comenzaron a ser desesperados, por su cuerpo.

—pero es para ambos esta condición —le pidió y él se detuvo —no más mentiras.

Klaus sonrió.

—sin mentiras.






































































































                        EL SONIDO del piano llegó a sus oídos. La humana sonrió, tragando su alfajor, tirando el envoltorio en la basura y caminando a la sala. Sus pasos danzaron hasta donde el piano estaba, quedando en el marco de la puerta para poder apreciar a Klaus.

El híbrido estaba sentado, tocando con suavidad una serenata dulce. Sobre su regazo estaba Castiel que baboseaba un lobo de peluche que Klaus le había regalado. Sonrió enternecida, llegando hasta sentarse a su lado.

Klaus tocaba con una sola mano, teniendo la otra en el estómago de Castiel para sostenerlo. No se apresuraba, sus movimientos eran tranquilos. Casi como desganado. Sin dejar de tocar, inclinó su cabeza hacia un costado.

—¿Quieres tocar, amor? —murmuró dulce.

—no, podría romperlo —negó sonriendo de lado, sus oidos se hundían en la melodía.

—podremos comprar siete más si lo rompes —obvio tranquilo, tocando dos teclas más y acabando.

La miró alzando las cejas y ella suspiró rendida, llevando sus manos con duda sobre el piano. Klaus, con su mano libre, las acomodó y le explicó la más básica de las serenatas para que toque. Colocando sus manos en el lugar correcto y luego dejándola ser.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —susurró mientras tocaba. El híbrido acariciaba el estómago de su bebé que veía a su mamá aprender piano.

—Kol si se comió tus alfajores —le dijo divertido y ella resopló.

—eso no... Aún que ya lo sé, Bella lo vió —se quejó y soltaron unas risillas —es sobre... Sobre Kol justamente.

—¿Ahora que hizo? —refunfuñó sintiendo a Castiel tirar su juguete y tomar su mano para morderla. Soltó un gruñido y se la sacó, ya que el infante mordía con una fuerza inaudita. Se estiró para tomar el juguete, limpiarlo y dárselo otra vez.

—nada, solo... Me contó de la vez que estuvieron en Forks, en la reserva Quileute.

Klaus frunció el rostro, al parecer recordando rápidamente.

—Como la madre se mató con el cuchillo de su hijo y su esposo lloró sobre su cuerpo. Sobre la casi extinción de esa tribu —Susurró, tocando las últimas notas de la canción.

—bueno, ¿también te contó que fuimos allí porque él los buscó por días por una tonta bruja a la que quería preguntarle cómo matarme? —Debatió logrando que ella termine y lo mire —Mi hermano solo busca venganza.

—lo sé, por eso no le di atención aún que sabía su verdad. Espero que él cambie de opinión como todos los hacen en un punto. —se encogió de hombros y apoyó su cabeza sobre su hombro, recostandose unos instantes y peinando el cabello de su hijo. Klaus besó su coronilla. —¿Cuántas veces hiciste eso?

—¿Hacer qué?

—matar a montones.

Él se mordió el interior de su mejilla, frustrado.

—muchas.

Casandra no dijo nada, solo se quedó allí, respirando al compas de ellos. No hacía falta que diga la razón por la que no estaba bien con eso, pero tampoco la razón por la que no le importaba. Klaus era la persona que ella esperaba tener algún día, un hombre capaz de cuidarla incondicionalmente, sin temor a hacer locuras por su protección o la de su familia. Eso significaba con lo bueno y lo malo... Y se había hundido tanto en su amor por Klaus que era muy tarde para retractarse. Iría hasta el final por él y su facilidad de hacer reir a su hijo.








































































































































                          CASANDRA ENTRÓ al bar de Mystic Grill, buscando a los lados a Bella, pero se encontró con un castaño que se pudo delante suya.

—Enzo...

Su susurro salió como una exclamación de sorpresa y se llevó la mano a su corazón. Él sonrió.

—hola, preciosa —Saludó encantador.

Enzo se había estado escondiendo en casa de Bonnie, hasta ese momento al parecer, donde lo dejaron andar libre por Mystic Falls con las condiciones de no alimentarse de locales. Tal como los Mikaelson. Todo vampiro podía quedarse mientras los locales no fueran heridos.

—¿cómo estas? —saludó ofreciéndole su vaso con alcohol, ella negó —oye, nunca me disculpé por ser un soldado en tu contra. Espero no te lo tomes personal.

—no, ya una se acostumbra a los intentos de asesinato —Arrugó su nariz.

—estamos bien entonces. Bella está con Bonnie, buscando ropa para ese tonto baile al que iremos —se encogió de hombros —pero la rubia y Elena están allí.

—gracias, Enzo —aplanó los labios, pasando a su lado. Él le guiñó el ojo.

Fue a dónde estaban Elena y Caroline, viendo de soslayo a Enzo.

—¿Y Castiel?

—Hola, Casandra ¿cómo estás? Bien, si yo igual. Por cierto, Caroline, te ves hermosa —Casandra se burló de la rubia.

—Lo siento. Hola, Cass ¿cómo estás? ¿Y mí sobrino al que le diste a luz? —sonrió inocente —¿mejor?

—mejor. —afirmó tomando el vaso de Elena para beber —Esta en casa con Klaus y la familia original.

—Que Esther no se le acerque —susurró Elena suplicante.

—no creo... ¿Ustedes cómo están?

—viendo como ir a ese baile —Caroline jugó con su vaso —ahm. Stefan me invitó —Miró más a Elena, Casandra sonrió aún que trató de ocultarlo —¿No te molesta, o si?

—claro que no —dijo al segundo —yo iré con Castiel —rió con Casandra —esta bien, eres su amiga.

—si, por supuesto, su amiga —sonrió bajando la cabeza —¿y tú? ¿irás con Klaus? —miró a Casandra.

—Si —afirmó suspirando y volteó a Elena —¿Te molesta?

—aguarden un segundo —la nombrada se echó sobre el respaldo de la silla —¿Por qué todo lo que hacen debe molestarme? ¿por qué están tan pendientes a como reacciono? No soy su mamá.

—pero Stefan es tu ex novio.

—y Klaus tu enemigo.

—Si, bueno, Stefan tiene derecho a hacer su vida y... Caroline sé que te gusta, puedo notarlo —tomó la mano de la rubia —lo mío con Stefan murió en el momento en que casi me tira de un puente y... Tu puedes comprenderlo, no te rindes con él. Si algo más llega a suceder entre ustedes estaré feliz, como cuando empezaste algo con Matt. No me opuse ¿O si? —Caroline negó sonriendo y Elena observó a Casandra —y Klaus... Lo odio. Muchísimo.

—si, ya lo sé.

—si, pero a diferencia de él, yo si se perdonar —Se inclinó hacia adelante —lo único que quiero de él, es una disculpa sincera y que me deje en paz. Luego, puedes casarte con él si es lo que quieres.

Casandra abrazó a Elena sin contenerse. Era muy buena para todas las cosas malas que le sucedían. Caroline se unió al abrazo.

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