2.02
────❛Salvar a Edward❜
AL ABRIR la puerta, no solo Casandra se desconcertó. Alice igual. La vampiro estaba preparada para llorar por su muerte a lágrima seca o a soltar una bomba de preguntas por la visión que había tenido, pero quedó pasmada ante la imagen de Casandra viva y, además, teniendo un bebé en brazos al que a penas se le veía el rostro por la camiseta que lo cubría.
El corazón de Casandra dió un vuelco al ver a una persona que después de cuatro meses creyó jamás volver a ver, parpadeó atónita y se recordó a si misma respirar. Después de la mañana noche que pasó, creyó que estaba a escasos momentos de tener el mejor día de su vida.
Se equivocó.
Alice boqueó como pez fuera del agua, sin saber que hacer o decir, hasta que Bella se asomó detrás de Casandra.
—No... —se quejó la castaña, volteando a ver a Stefan que se acercó curioso.
—¿Y está quien es? —preguntó confundido, cruzándose de brazos —tiene ojos de... —señaló sus orbes dorados y sonrió sarcástico —ah... Eres una de esos... Ahm ¿cómo se llamaban?
—Cullen —susurró Casandra sin dejar de ver a Alice.
—si, esos —Stefan señaló, totalmente divertido —bueno, fue un placer. Stefan Salvatore. Si me disculpas, estamos hablando algo importante aquí, vuelve más tarde —tomó la puerta, dispuesto a cerrarla.
Alice, no obstante, estampó su mano contra la puerta, impidiendo que haga eso, y la abrió de nuevo, entrando.
—disculpame, me parece que no deberías meterte —le dijo al destripador que la miró desafiante —Casandra... ¿qué? —la señaló entera —¿cómo es que estás viva y...? —miró al bebé.
—Alice, por favor, vete —pidió girandose y yendo a la cocina, sacando a Castiel de debajo de su camiseta para hacerlo eructar —no sé a qué veniste, ni como nos encontraste, pero vete.
—Yo la saco —Stefan avanzó pero Alice apareció a velocidad sobrenatural frente a Casandra que dió un respingo.
—Casandra, te vi morir anoche —explicó apresurada, en shock —¡Estaba viendo la luna rosa cuando...!
—¿Viste la luna rosa? —interrumpió dándole palmadas a Castiel y dándole la espalda. Alice balbuceó
—¡si, por supuesto, y la maldigo por eso! —Se explicó atónita.
—¿Por qué maldicirias a algo tan hermoso? —cuestionó dandose la vuelta para verla.
—¡Porque la luna rosa desde hace siglos, ejerce algún tipo de influjo sobre nuestra salud mental! Es muy peligrosa —gritó con su voz aguda —bajo su presencia las personas se comportan diferente, como si estuviesen locas, y los lleve a cometer homicidios o a morir por suicidio ¡Entre otras locuras!
—oh... —Bella se volteó a Stefan —con razón ayer estuvimos todos fuera de si. Puedes pedirle perdón a Elena por casi matarla en el puente Wickery, no eras tú, era la luna.
—¿qué hiciste qué? —Casandra miró atónita a Stefan que le dió un piquete en la frente a Bella —¡Stefan! En ese puente murieron sus padres.
—fue para convencer a Klaus de que saque a sus híbridos, no iba a matarla —Se excusó.
—¡De misma manera! Que cruel fuiste —lo miró enojada y Castiel eructó.
—¡Casandra! —Alice la llamó, sin poder creer que la tratasen como la nada misma —anoche tuve una visión dónde un... Hombre te daba su sangre ¡Te vi morir! Y de repente estás en esta casa que huele a... Perro.
—Es el olor de Klaus —Stefan respondió —Huele a pulgas.
—oye, ya déjalo en paz, hizo lo que querías ¿Por qué no le devuelves los ataúdes? —le pidió Casandra.
El teléfono de Bella comenzó a sonar, Stefan, quien estaba más cerca, se apresuró a tomarlo para que no altere a Castiel. Atendiendo.
—¿Alguien se molestaría en explicarme qué sucede? —Pidió Alice.
—¿hola? —preguntó el vampiro, alejándose de Bella.
—Dame mi teléfono —Le pidió Bella.
—no, hasta que hablemos de por qué esa vampiro sigue aquí cuando deberíamos estar discutiendo sobre los ataúdes —señaló a Casandra que blanqueó los ojos —¿hola?
—¿Quién es? —preguntó Bella, impaciente.
—no sé, solo respira. Oye, amigo, hazme un favor. No llames, estamos en un momento complicado —y colgó, dándole el teléfono a Bella que miró confundida el registro de llamadas —escucha, Cass. ¿por qué ahora estás del lado de Klaus? —y miró su cuello —¿Qué es eso? ¿Es un chupetón? —y comenzó a reír cínico, hasta estallar a carcajadas.
Casandra se pasó una mano por el rostro alterada, dándole a Castiel a Bella. Muchas cosas estaban pasando a la vez y se comenzaba a sentir mareada. Stefan quería saber sobre los ataúdes, Klaus podría volver en cualquier momento, ella había estado con Klaus y hasta ese momento no había pensado en las reacciones de sus amigos, luego, Alice llegaba.
Alice de repente cayó sentada al sofá, con la vista perdida, y las hermanas Swan se giraron a verla mientras Stefan se recuperaba de la risa.
—¿qué pasa, Alice? —preguntó, Bella.
—Edward... —susurró atónita, antes de bajar la vista a su teléfono donde vió un mensaje de Rosalie —¡Rosalie le dijo que vine a verte! Cree que moriste. Edward va a ir con los Volturi, también quiere morir.
Casandra miró a su bebé en brazos de Bella.
¿Por qué? ¿Por qué después de que ya lo había superado, él debia volver a aparecer y acabar con todo eso? ¿Por qué él se querría matar luego de creer que ella había muerto... Era a caso culpa? Porque ella no deseaba que él muera a pesar de lo que le hizo, porque a pesar de todo, seguía siendo el padre de Castiel... Y en algún momento lo amó.
—pues llámalo, dile que estoy viva. No lo sé, Alice —habló llevando su mano al puente de su nariz y luego miró a Stefan que se señaló confundido —era él. El de la llamada era él. Genio. Y tú te pusiste a hablar de ataúdes. Creyó que me morí.
—Pues que pregunte para corroborar —obvió en su defensa.
Alice salió a tratar de llamarlo.
Casandra se dejó caer en el sofá, Bella se sentó a su lado con Castiel y Stefan en el otro.
—¿Por qué debe volver ahora? —se tapó el rostro cansada.
—¿Si te acostaste con Klaus? —Stefan preguntó y Casandra lo miró en silencio, así que él asintió —vaya... Te pasaste.
—oh, cállate, tu te pasaste con Elena —se dejó caer sobre el respaldo —no somos los más indicados... Pero Stefan, escucha, Klaus hizo todo lo que querías, él solo quiere tener a su familia. Ya no ocasionará más problemas, confía en mi.
—¿Y todo lo que me arrebató, Casandra? ¿qué hago con eso? Dime —exigió enojado y ella evitó verlo —¡lancé prácticamente a Elena a brazos de Damon cuando me fui con Klaus! Y me fui para salvarlos a los dos ¡Apagó mi humanidad! Mi humanidad es lo que me hace yo...
—Debes entender que por más que lanzaste a Elena a Damon, si sus sentimientos cambiaron, ya no puedes hacer nada más que... Dejarlos ser feliz y seguir adelante. Haz como yo... Y ojalá el pasado no te atrape de nuevo como a mi.
Se quedaron en silencio unos instantes hasta que Alice volvió dentro, desesperada.
—no contesta, Casandra, él está yendo a Volterra... No va a parar hasta morir a menos que te vea viva. —Negó y Casandra apretó los ojos —por favor... Es mi hermano.
—siempre se trata de familia —susurró levantándose cansada y tomó a Castiel —lo menos que le debo a mi hijo es un padre vivo.
Alice enmudeció y Casandra besó la frente de su bebé. Antes de ver a Bella y asentir. Luego miró a Stefan que alzó las manos.
—traeme un recuerdo de Italia ¿quieres?
CASANDRA MESÍA a Castiel mientras Alice manejaba a toda velocidad un Porsche amarillo. Bella iba en la parte trasera, hablando por llamada con Damon que les gritaba que había roto fuente en su casa pero no eran capaces de mostrarle al recién nacido antes de huir a Volterra.
—listo, están avisados... —Bella cortó y se asomó delante —¿De dónde sacaste este auto, Alice?
—supuse que no se opondrían a que lo robara —comentó vistiendo un pañuelo junto a unos lentes para cubrirse del sol.
—Solo no lo choques, por favor, hay un bebé encima —Pidió Casandra amamantando a Castiel, que no se molestaba a la alta velocidad que iba Alice.
—¿cómo es posible que... Sea de Edward? —preguntó luego de unos instantes, titubeante.
—Alice, cuando ustedes se fueron, Edward me dejó embarazada. El embarazo duró cuatro meses, la mitad de uno, y nació antes de lo previsto. Casi me mata —Explicó viendo los grandes bosques que pasaban, el sol estaba radiante y parecía aumentar su sudor de nervios —bebí solo sangre por meses y es el único de su especie... No puedo permitir que le hagan daño.
—y antes de que digas “¿Por qué no lo sabíamos?” intentamos llamarlos. Ustedes no atendieron —Bella habló, con recelo —si ahora vamos a salvar a Edward, solo es porque ustedes nos salvaron al vida una vez. Es saldar deudas.
—¿Por qué me hablan como si no me conocieran? —preguntó herida, acercándose a la gran ciudad de Volterra.
Ellas no respondieron, dejando la pregunta en el aire. Llegaron a los edificios de la ciudad, el auto tuvo que bajar la velocidad cuando se toparon con un gentío, parecía que todos se habían reunido y llevaban largas capas rojas. El auto a penas podía pasar entre ellos.
—¿Por qué visten de rojo? —preguntó Bella.
—el festival de San Marco. Conmemoran la expulsión de los vampiros. El escenario perfecto.
—¿cuánto tiempo nos queda? —Preguntó Casandra.
—Los Volturi lo rechazaron, así que se mostrará ante los humanos a la una, cuando el sol esté en el punto más alto... —explicó preocupada. Casandra se giró para pasarle el bebé a Bella que lo tomó con cuidado.
—No vamos a llegar, Alice frena. Yo iré a pie, las veo ahí —Y tomó la mano de Castiel —mamá ya viene, amor.
Casandra abrió la puerta del auto y bajó, la cerró y el sonido hizo eco en sus oídos. Infló su pecho de aire y exhaló lentamente antes de impulsarse para comenzar a correr.
Con sus manos alejaba a las personas que vestían capas rojas, interponiendose en su camino y apresurandose. Su cuerpo tenso, comenzaba a sentirse desesperada, con el tormento de sus pensamientos acompañándola en la carrera.
Se apresuró, con su corazón palpitando con fuerza bajo su pecho, pasó entre las personas sin tener tiempo a disculparse. Subiendo por la calle de ladrillos antiguos y pasando por los edificios hasta que chocó con una fuente. Todo retumbaba en sus oídos, los pasos de las personas, sus palabras, su propia respiración.
Se sostuvo de la fuente y alzó la mirada, viendo una gran puerta oscura del otro lado, por dónde se emergía una figura masculina.
Después de tanto, volvía a verlo. Edward estaba pálido, más de lo común, sus labios carecían de color y poseía inusuales ojeras, parecía disecado. Él avanzaba con la mirada apagada, desabotonando su camisa lentamente.
—¡Edward!
Gritó preocupada, con la voz emergiendo desde lo profundo de su pecho, mas él no pareció escucharla. Así que aferró sus manos a la fuente y la rodeó, empujando a las personas y apresurandose a llegar a él. Sintiendo la tortura de no poder ser más rápida.
Edward pisó el suelo, saliendo de la sombra y mostrándose instantes a la luz del sol. Su pelo brilló como un diamante en bruto y Casandra llegó justo en el momento preciso en que una niña comenzaba a notarlo y todos se horrorizarían.
Se lanzó sobre él y lo cubrió, logrando que retroceda un paso a la sombra y que su piel vuelva a la normalidad.
—¡Edward, detente! —le pidió abrazándolo.
—el paraíso... —susurró acariciando el cabello de Casandra que se alejó y lo empujó dentro.
—ya quisieras, idiota.
480 estrellitas.
40 comentarios.
Buenos días, perras.
Están listas para lo que se viene?
Alexa, reproduce Are You ready for it?
De Taylor.
💗😭
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