1.09

────❛Klaus❜

                         CASANDRA MIRABA a Bella que estaba cuidandola. Casandra se veía débil, pálida. Las ojeras comenzaban a notarse. Llevaba todo dos días sin comer o beber. Apenas podía dormir.

—¿Quieres ir fuera? —Le ofreció Bella. Casandra asintió.

—¿Por qué no fuiste a la noche de bromas? —cuestionó, mientras se levantaba con esfuerzo.

—no es lo mío —la ayudó a sostenerse y la guío fuera —y tú necesitas aire fresco.

—Por favor, Bella, no quiero que se repita lo de Forks. En serio hazme una melliza feliz, y adaptate aquí —sonrió al sentir la brisa fresca al estar fuera —No seas un bicho raro, come libros.

—es como si te pidiera que no critiques la ropa de cada persona que conocemos.

—La gente se viste muy feo hoy en día —se excusó sentandose en los escalones de la entrada. Bella se sentó a su lado —quien pase por aquí va a creer que ve un monstruo —se señaló desanimada.

—¿por qué te preocupa tanto lo que piense el resto de ti, Cass? Eres asombrosa.

—Lo dices porque compartimos vientre por siete meses. Melliza prematura.

—tal vez por eso salimos defectuosas.

Rieron un poco y escucharon un crujido, al alzar la mirada, notaron una figura masculina, moreno, con rastas y ojos rojos. Hacía meses que no veían a alguien con orbes escarlata, mucho menos a un conocido de Forks. No obstante, allí lo vieron.

—¿Laurent? —preguntó Casandra, confundida.

El vampiro cruzó de acera, sonriendo. Las mellizas sonrieron igual.

—¡Laurent! —saludó Bella.

La marca de mordida en la muñeca de Casandra era un constante recuerdo del día en que conocieron a Lauren, James y Victoria. James había muerto en manos de los Cullen cuando quiso cazarlas, mientras que Victoria había desaparecido.

—las pequeñas humanas, Bella y Cass —Saludó el moreno, pero sus ojos se enfocaron en el vientre de Casandra.

—No estoy tan hermosa como la última vez que me viste ¿No? —se burló, levantándose con esfuerzo y ayuda de Bella.

—siempre luces radiante —negó el vampiro —aun que pareces un poco abandonada ¿qué hacen tan lejos de Forks?

—Vacaciones antes de comenzar las clases —mintió Bella.

—mhm —Laurent las seguía viendo.

Casandra lo examinó, ese no parecía ser el vampiro que los ayudó contra James y huyó, ese parecía ser el que conocieron y estaba del lado del enemigo. Casandra se acomodó la camiseta para tapar su vientre con hematomas, se sentía incómoda. Tenía un mal presentimiento. De entre todas las ciudades del mundo, se volvió a encontrar a Laurent, muy lejos de casa.

—Fui a Forks, a ver la casa de los Cullen. No los encontré allí —sonrió curioso —y a ustedes tampoco. Luego, mágicamente las encuentro —extendió sus brazos —y no en compañía de ellos, creí que eran como sus... Mascotas.

—Que chistoso —Casandra lo señaló fingiendo diversión, tomó la mano de Bella apretándola. Las dos ya se habían dado cuenta que algo andaba mal —si, bueno, somos independientes ¿sabes?

—¿las visitan a menudo?

—si, por supuesto, les diremos que pasaste a saludar —Bella mintió, retrocediendo un paso con Casandra, amagando entrar a su casa.

A velocidad sobrenatural, Laurent apareció a escasos centímetros de ellas. Las dos se apegaron más, comenzando a asustarse.

—¿y cómo lo harán? Saben, Victoria ha estado dando vueltas por Forks, no encontró rastro de ellos y luego, mágicamente, tampoco de ustedes. Así que nos separamos, siguiendo dos rastros diferentes —alzo dos dedos —el de los Cullen —bajó un dedo —y el suyo —las señaló con el que quedaba.

—sigues siendo amigo de Victoria —afirmó Bella, susurrando.

—mas o menos, le hago un favor. Edward mato al compañero de Victoria cuando te seguía —señaló a Bella —y ella cree... Que es justo matar a la suya —señaló a Casandra.

—Laurent... —susurró asustada, Casandra —mirame, ¿Parezco una amenaza?

—no, de hecho casi no te reconocí... En serio lamento esto, Casandra —mostro una falsa pena —eres... Una chica especial. Es una pena para el mundo. Digo, si no fuera por tu lealtad a tu hermana, jamás te habrías involucrado en la pelea con James.

—Por favor, Laurent...

—sh, sh —pidió retrocediendo un paso —Seré compasivo, te mataré sin dolor, con diferencia a Victoria. Y le llevaré la cabeza de tu hermana como un bonus doble.

—estoy embarazada —le suplicó desesperada —y no es un bebé cualquiera, es de Edward. Es de un vampiro.

Laurent la miró de arriba a abajo, a la pobre chica abrumada.

Pero antes de hacer algo, en cámara lenta, pudieron apreciar como del cuerpo de Laurent se desprendía su cabeza. Sonó como si alguien hubiera tirado una tetera de cerámica y se hubiera roto. Aquel tintineo agudo logró perforar los oídos de Casandra que abrió los ojos a gran escala, aturdida. La cabeza de Laurent fue cortada, separada de su cuerpo.

El cuerpo cayó lentamente hacia adelante, sobre el césped. Mostrando detrás suya al culpable.

Era un hombre, con cabello corto que amagaba ser rizado, de un color rubio cobrizo, vestido de forma elegante pero informal. Tenía una sonrisa bajo sus carnosos labios rosados curvados hacia arriba, lucía como un niño que acababa de hacer una travesura y en sus manos sostenia la cabeza de Laurent.

Bella cayó sentada de culo en las escaleras mientras Casandra retrocedía, en shock. El hombre alzó las cejas.

—Oh, no te preocupes, amor. El hombre malo no te hará nada... —dejó caer la cabeza a un costado sin dramas y se acercó a Casandra.

Con los primeros pasos que dió, detrás suya apareció una chica rubia que sostenía del brazo a Ángela. Y a la derecha, apareció un chico castaño de copete que Casandra reconoció por las fotos: Stefan. Lo que llevaba a demostrar quién era el nombre del enigmático héroe misterioso delante suya.

—Klaus.

El susurro de Bella llegó a los oídos de los vampiros, quienes la miraron, en cuanto amagó levantarse, Stefan corrió a ella y la tomó del cuello.

—¡No! —Casandra la miró preocupada. Él tenía una mirada fría.

—Tranquila, amor —Klaus llamó su atención, Casandra lo miró, exhausta —Veo que ya sabes quién soy, me encantaría presentarme oficialmente. Soy Klaus Mikaelson. El híbrido original.

—Lo siento, Cass —Angela habló, siendo retenida —aparecieron en la escuela, tienen a Bonnie ¡Él hizo que Tyler...! —pero Rebekah la abofeteó callandola.

—si, sus amigos desafortunadamente tuvieron inconvenientes —Klaus habló amargadamente —pero gracias a eso llegué a dónde estamos, y siento enorme curiosidad por ti, amor, y por lo que llevas dentro.

Los ojos celestes del híbrido la escanearon de arriba a abajo. Creyó que se encontraría a una mujer intimidante con aires de superioridad ante la monstruosa bestia que traería al mundo, a alguien conciente de lo que tenía, sin embargo, se encontró con una chica. Una joven de dieciocho años con ojitos café desamparados, cansada, sin un brillo en ella a pesar de lo linda que era.

Ella iba a hablar pero sintió una patada y soltó un quejido de dolor al ver que su bebé otra vez estaba inquieto, iba a caer de rodillas ante la falta de fuerza, pero Klaus apareció a velocidad sobrenatural a centímetros suyos y la tomó de los brazos, mostrando una pizca de preocupacion en la curiosidad que brillaba en su mirada.

—por favor, necesita sangre —Pidio Angela y la miraron —el bebé se está alimentando de ella. La está matando.

Klaus colocó su expresión sería y tomó en brazos al estilo nupcial a la embarazada, se giró a ver a la Angela.

—dame permiso de entrar, bruja Bennett —Habló sin emoción, Angela no respondió —ya le salvé la vida una vez —miró a Laurent.

—puedes pasar —susurró apretando la mandíbula.

—Destripador, suelta a la chica y quema al vampiro de cuarta. Ensucia el jardín.

Stefan soltó a Bella bruscamente que pudo respirar, Klaus entró a la casa con Casandra en brazos que admiraba su rostro. Rebekah obligó a Ángela a que la deje entrar y la rubia quedó vigilando a la bruja y a Bella, mientras Klaus dejaba a Casandra en la cama del cuarto más cercano.

—¿Qué hiciste con mis amigos? —susurró preocupada.

—¿Cómo explicarlo? Caroline, la rubia, está con Tyler, que ahora es un híbrido, Elena está en el hospital haciendo una generosa contribución al darme su sangre y Bonnie está encima de la torre, si Angela hace algo malo, Bonnie salta —Sonrió sutil, Casandra lo observó incrédula, él era todo lo que decían —Veras, esta noche me lleve una gran sorpresa. No sé si conozcas la historia, pero...

Cass apretó su rostro y llevó las manos a su estómago, Klaus se calló y observó eso, sin que ella pueda quejarse, él movió sus manos con cuidado a su camiseta y la levantó. Dejando al aire su gran vientre lleno de hematomas. En su rostro se dibujo la sorpresa.

La compasión detonó en su rostro, ella en verdad estaba muriendo, y se notaba asustada.

—Pero... —comenzó Klaus, bajando su camiseta y arropando a la chica que lo admiraba —Elena debió morir, gracias que no, ahora puedo usar su sangre para hacer híbridos, como Tyler. Una cosa que yo deseaba, la segunda es un collar que se robó Katerina Petrova, a quien ustedes conocen como Katherine Pierce y la tercera... Era conocerte.

—Ya tuviste el lujo, tranquilo, no sere de tu agrado porque no seguiré viva a este paso.

—Que pesimista, amor —sonrió.

Ella vió como Klaus se acercó su propio brazo a su boca, sus ojos se iluminaron en un color dorado, venas se formaron como gotas bajando y formando un recorrido hasta sus mejillas y se mordió la muñeca.

—eres... —susurró sorprendida. Encontrando nuevamente la hermosura en el peor monstruo. Jamás dejaba de asombrarse por las criaturas que encontraba —lo siento. No quise...

Él sonrió y se acercó a pasar su brazo detrás de su cabeza, acunandola, y le ofreció su sangre.

—¿Necesitas sangre, no? —preguntó y ella dudó.

—humana.

—pero está es curativa, debería ayudarte.

Aún insegura, tomó el brazo de Klaus entre sus suaves manos, y lo acercó a sus labios, comenzando a beber.

El sabor metálico se coló entre sus labios, era diferente a la humana, era más deliciosa, más cálida al no estar embolsada. Sus manos se aferraron más fuerte al brazo del híbrido que acarició su cabello, admirando como sus hematomas iban desapareciendo. E inexplicablemente, esa sangre si la llenó.

Así que se apartó, respirando irregular y alzó la cabeza para ver a Klaus que limpió la comisura de sus labios, admirando como Casandra tomaba más color.

—Gracias.

—no es nada, amor —la forma en que su acento resaltaba el sobrenombre endulzaba los oídos de Casandra que sonrió ladina —sin embargo, podrías devolverme el favor al comentarme todo sobre el híbrido que cargas. Solo sé que es mitad vampiro.

—Lamento decepcionarte pero solo es mitad humano —murmuró relamiendo sus labios manchados —Y es una historia muy larga.

—tengo una eternidad para oírte.

Casandra se sentó mejor, alejándose y Klaus se quedó a su lado, expectante, sin intenciones de marcharse hasta saber qué era lo que cargaba Casandra.

—Te aviso que una vez que empiezo a hablar, no me callo —advirtió incómoda —y puedo contarte... Si, por favor, dejas ir a Bonnie.

—hecho.















































































                        ERA COMO si jamás hubiese sufrido, Casandra lucía radiante, como si fuera solo una embarazada más. Se puso un vestido, se arregló el cabello, se alistó y bajó a la sala. Donde encontró a Ángela empacando sus cosas.

—¿Qué haces, Angie? —preguntó confundida. Angela la miró y quedó helada al verla, siendo nuevamente la chica que conoció.

Al verla en buen estado, no soportó y corrió a abrazarla.

—Wow, que cariñosa —rió abrazándola de nuevo con fuerza y alejándose luego —estoy bien, la sangre de Klaus me ayudó.

—si, eso es lo que temo —Negó acomodando sus lentes —nos iremos. De nuevo a Forks o a otro lugar. No nos quería en esto, anoche fue una prueba.

—¿qué? No, Angie, ya no quiero volver a mudarme, a huir —dijo y notó a Bella entrar al cuarto de soslayo.

—Cass, no estuviste allí anoche. Klaus llegó y te ayudó, pero solo porque va a usarte a ti y al bebé. Debemos irnos lo más lejos posible ¡anoche obligó a Stefan a apagar su humanidad y atacar a Elena! Luego le dió su sangre a Tyler, le rompió el cuello, le dió sangre de Elena y lo hizo un híbrido. Igual a él, la peor criatura que pueda existir. Es un vampiro y un lobo, no se quema con el sol y controla su transformación, su mordida es letal y es inmortal. Casi mata a mi hermana.

—Angie, lo entiendo —Cass susurró —anoche lo ví matar a Laurent. Pero él me salvó... Y no hallaremos amigos como los que hay aquí, ellos nos ayudaron también, no puedo dejarlos con todo este peso y solo huir.

—No pienso quedarme aquí —negó Angela, reacia, aterrada.

—pues vete, pero yo no iré. No tengo a donde ir. Tengo a Bella aquí, y a gente que te necesita.

Angela negó, retrocediendo mientras sus lentes cubrían las lágrimas que saldrían.



















































































                        EN EL PATIO de la casa Gilbert, Casandra estaba en la amaca. Sentada con el teléfono en su mano, disfrutando del aire frío de la noche. Elena estaba dentro con Jeremy, y aprovechando la soledad, decidió hacer la llamada.

Sonaron unos pitidos, hasta que la reconocible voz sonó del otro lado.

¿Cass?

—Hola, papá —sonrió acariciando su vientre. Pudo escuchar un suspiro de alivio por parte de Charlie —¿Cómo estás?

Bien, hija, bien. Algo preocupado, los planes con tu hermana sobre volver o quedarse allí son tan inexactos que estaba a nada de ir a Mystic Falls —sonrió ante su genuina preocupación. En verdad deseaba decirle.

Sabía que los Volturi ya no debían estar involucrados, pero temía que de misma manera lo estén. No quería ponerlo en peligro, no después de oír como Jenna, la tía de Elena, había muerto en cuanto lo supo o estaba en peligro de misma manera sin saberlo por estar cerca. Jeremy y la misma Elena estaban en peligro siendo solo humanos. Mientras estén cerca, no importa si sabían o no de lo antinatural, estaban en zona de riesgo.

Y ella no podría perdonarse que su papá sea considerado "un daño colateral" solo por estar cerca de ella y su mala suerte.

—lo siento, era todo muy de imprevisto. No queríamos preocuparte es solo que... —tragó saliva comenzando a sentir el nudo en su garganta —estamos buscando nuestro hogar. Dónde encajar. Con mamá... Dios, ella ni siquiera nos llama o se preocupa, y contigo en Forks era maravilloso pero... El lugar no encaja con nosotras, dejó de hacerlo...

si es el lugar, entonces puedo pedir un traslado y mudarnos a...

—no, papá —lo interrumpió sintiendo sus ojos llenarse y nublar su vista —no puedes dejar toda tu vida por un capricho de tus hijas. Forks es tu vida.

mi vida son ustedes. Son mis dos niñas.

Casandra tuvo que apartar el teléfono para que su papá no la escuche sollozar. ¿Cuantas veces tuvo que huir de él sin poder darle un previo aviso porque el mundo sobrenatural la hundía en sus problemas? No quería volver a hacerle eso.

—Y por eso te amamos, te amamos como a nadie. Pero ya tenemos dieciocho y queremos volar temprano del nido —Miró su vientre, viendo sus propias lágrimas caer encima —te visitaremos, te mandaremos postales, no vamos a desaparecer... Solo... No vamos a estar allí.

Charlie no respondió, Casandra no quería ni imaginarse a su papá llorando.

—Te prometo una llamada al día —dijo rápidamente, limpiando sus lágrimas —todos los días a las diez, antes de dormir. Y una foto de nosotras dos, ya sea estudiando o comiendo... O sacándonos los mocos —escuchó una amarga risa de él —y cuando nos acomodemos, tal vez en dos meses... —pensó tristemente en si en dos meses ya entraría en parto y seguiría viva para cumplir —ya poder ir a visitarte. Una visita cada fin de semana ¿quieres?

es un trato —afirmó luego de unos instantes y Casandra sonrió con sus labios mojados por apenadas lágrimas —las amo, no se olviden de su viejo padre.

—¿Cómo hacerlo? —revoloteó los ojos, sorbiendo su nariz —tambien te amamos... Pero vete a dormir ¡y deja de desayunar cervezas! Y no te duermas en el sofá ¿si? —Se despidió con dolor, escuchándolo otra vez reír —buenas noches.

dulces sueños.

Cortó la llamada y acarició su estómago, deseando que su hijo pudiera conocer a su abuelo.

La puerta se abrió, mostrando a Jeremy que salió con una manta y una sonrisa amigable.

—¿Te quedas a cenar? Cocinaré yo, trataré de no quemar la comida —la tapó con la manta y Casandra trató de limpiar su rostro para que el niño Gilbert no la vea triste.

Asintió y él la ayudó a entrar, viendo de soslayo la entrada. Jeremy creyó ver a Katherine, pero parpadeó, tratando de ignorar eso. No tendría razones para estar allí.

Meta de actualización
240 estrellitas.
40 comentarios.
Las quiero gritando por Klaus ahora,
Tanto que lo pedían, más vale que comenten hasta cuando va al baño ese híbrido hermoso.
Postada: fueron a tiktok (SheisLolabunny)
A ver los edits de estos?
Con amor: Lola💗

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