── Capítulo Nueve.


09. looks like this will end with both of us


Keegan tenía una ventaja sobre Kristen, bueno dos. Número uno sus poderes eran mas avanzados que los de su madre y número dos la conocía demasiado bien.

Si bien la mujer formó parte de su vida por poco tiempo la chica siempre fue buena para analizar los detalles de las personas, sus manías y sus personalidades en general. Notaba por ejemplo como Stark fingía que le importaba todo poco pero había estado en el telefono múltiples veces hablando con una tal Ella, como Astrid fingía estar totalmente bien pero estaba muy dolida con Thor o también como aunque ella no quisiera admitirlo en poco tiempo le habia tomado mas confianza a Steve de la que quería.

Gracias a su facilidad de notar cosas sabia que la mujer no dejaria perder ninguna oportunidad de lastimar a lo que mas odiaba, niños, Kristen sentía un odio por estos inexplicable, era como si detestara su existencia y lo había demostrado no son con ella si no con muchos niños que estaban en HYDRA.

— ¿Stark?—  habló en su oído esperando respuesta de este.

— A tus ordenes fueguito—  respondió este terminando de ayudar a Thor.

— Escuelas, ¿Cuantas hay por estas áreas?— buscaba con la mirada.

— Pregunta extraña...pero hay pocas esta es un área económica, una a tres esquinas de ti.—  se escucharon sus propulsores— si no necesitas nada mas, tengo que ganarle a ricitos de oro matando mas cosas estas.

La rubia no pudo evitar sonreír un poco por el humor del magnate, si bien no era momento para sonreír de ninguna manera el hombre de acero simplemente lo hacía imposible.

Siguiendo con su misión de atrapar a Dragon voló hasta aquella gran escuela donde no dudo en notar la presencia de su madre, la puerta estaba derretida y dos guardias incinerados.

— Oh Kristen, no sabes que diablos hiciste—  gruño molesta cerrando los ojos para buscar en todo el sitio la mente de su madre, era más complicado de lo normal por el hecho de que las mentes allí eran de niños y a diferencia de los adultos estas tendían a pensar muchas cosas al mismo tiempo y con poco sentido. Los mayores tendían a ser mas directos con sus pensamientos—  allí estas— abrió los ojos cuando escuchó unos pensamientos psicópatas muy conocidos desde el segundo piso.

— Oh pero no os preocupéis, ¡Esto dolera muy poco!— sonreía inocentemente la mujer frente a tres pequeños que lloraban a más no poder, su maestra al parecer muerta junto a ellos.

Keegan era mucho más exacta que su madre y capaz de hacer múltiples cosas a la vez por lo que ocultar su mente y teletransportarse justo frente a aquel trío de pequeños le fue fácil.

La rubia abrió sus ojos con total sorpresa, eso si no se lo esperaba ¿como la había encontrado? ¿y como había pasado desapercibida?

— Kristen—  sonrio de lado— siempre fui mejor que tu— le recordó haciendo un puchero y lanzando una gran bola de energia que logro hacer caer el piso de arriba haciendo que Keegan terminará abrazando a los tres niños para desaparecer junto a ellos. Enfrentaría a su madre, pero primero debía asegurarse de que la gente estuviera a salvo—¿había alguien más en la escuela?

— so...solo la...la mujer ma...ma...mala— tartamudeo la más pequeña pelinegra.

— Ella lastimo a la profe sussy— lloró el pequeño rubio junto a esta.

— Prometo que acabaré con la mujer mala, habéis sido muy valientes— les guiño un ojo buscando a alguien que se los llevara lejos sorprendiendose al encontrar a Astrid.— ¿Visión?

— Stark— corrigió— vamos pequeños venid conmigo—  estiró su mano, que dos de ellos tomaron menos el rubio rizado.

— Ella es muy buena, os cuidara bien— lo tranquilizó—  ¿como te llamas?

— Axle Hendrix — contestó con su voz temblando.

La rubia no pudo contestar cuando un pequeño cristal se clavó en su espalda, seguido de otros dos — Así que buena con los niños, diría que eres adoptada pero recuerdo muy bien los nueve meses que dure embarazada de ti. Me hiciste perder mi figura, siempre jodiendome la vida.

La rubia se enderezo sacando los pedazos de su espalda, se curaría velozmente — Tienes que irte Axle, ya fuiste un héroe una vez— lo guió hacia Astrid quien salió corriendo de allí cubierta por un escudo dorado.— no me agradan las personas que maltratan a los niños, considero que deben ser muy infelices.

Su madre rio encendiendo sus manos— pero si yo soy la imagen de la felicidad, mas en este momento. Espere por años asesinarte.

— Lamento decirte que hoy no tendras el gusto— le sonrió en respuesta.

Una guerra se desato entre ambas, era fuego y golpes por todas partes. El odio que había entre ambas se mostraba, aunque quisieran negarlo eran parecidas cuando se trataba de una sola cosa, sed de venganza.

Keegan quería hacer pagar a su madre y Kristen quería hacer pagar a su hija, por diferentes razones pero mismo propósito, una de las dos debía morir para que la otra pudiera vivir en paz pues si no Keegan pasaría la vida buscando a su madre para hacerla pagar.

— Considero esta pelea muy estupida— desapareció para aparecer detrás de ella su madre, clavando un vidrio en su hombro— ya sabes, como nunca podrás matarme. No entiendo tus ganas de creer en la gente, tu padre era así antes de que ya sabes— mostró su lengua imitando a un muerto— luego de que absorba tu poder podría hacerle lo mismo a ese que te adopto, sería divertido.

La rubia pensó en Carlos y en todas las historias que había contado este, el hombre siempre le había enseñado a usar su cabeza hasta en las situaciones donde las emociones te controlaban y eso haría.

— Hagamos un trato— lágrimas comenzaron a salir de su rostro— hay una manera de que tu obtengas toda la fuerza phoenix, te la daré pero debes prometer no tocar jamás a Carlos.

La rubia abrió los ojos con sorpresa un gesto que se convirtió en uno de diversión en segundos— las emociones te hacen tan tonta, dispuesta a dar todo por un estúpido que te hizo jugar a la familia feliz— hizo un puchero la mujer— pero sabes no me quejo, necesito esos poderes— dirigió su mano al cuello de su hija— así que dámelos.

— Lo hare—  ambas comenzaron a elevarse mientras que una reia y la otra lloraba— solo debes decir unas palabras. stultus sum

— stultus sum— repitió la mujer cerrando los ojos esperando que todo el poder comenzará a pasar a ella, una orbe de luz las rodeaba y todos miraban qué pasaba con curiosidad, algunos como Steve y Astrid preocupados pero poco duró su vista ya que tenían sus propias luchas. Mas con un misil en camino.— por cierto, no cumplo mis palabras— se burló la mujer.

— Cuando se trata de villanos psicópatas, yo tampoco—  sonrió su hija cuando abrió los brazos y la cara de su madre comenzó a volverse roja—  no había que decir palabras, dijiste que eras estúpida en latín—  la mujer trató de alejarse pero era demasiado tarde Keegan había colocado una de sus manos sobre la de su madre tirando hacia si misma— y por cierto, las emociones son lo que diferencia a la gente como tu de la gente como yo.

La guerra por poder no estaba sucediendo solo fuera, por fin la rubia entendía por qué aquella parte de el Phoenix había elegido a su madre, era oscura, muy oscura y lo último que quería era entrar en Keegan.

— parece que esto acabará con las dos— se burló la mayor al notar aquello.

Ambas habían literalmente salido volando hacia lo más alto que podía, el espacio. Si Keegan tendría que dejar la fuerza Phoenix de lado se aseguraría de que no cayera en manos de los humanos.













Soy pésima para escribir escenas de pelea lo siento de verdad

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