iv. Bienvenidos al viejo Ravka

(...)

MORGANA ABRIÓ SUS OJOS tan rápido que tuvo que volver a cerrarlos cuando la luz del sol que golpeaba la ventana la habían cegado durante un par de segundos, se sentó sobre la cama mientras tallaba sus ojos con cuidado, los recuerdos de aquel momento volvieron a su mente haciéndole que duela.

— ¡Morgie! — escucho la puerta abrirse y el grito alegre de Jesper quien se abalanzó rápidamente sobre ella abrazándola con cuidado.

Ella correspondió el abrazo rodeando sus brazos al rededor de la espalda de Jesper, entonces noto las venas en sus manos, ya no dolían, ni siquiera picaban y eso era un alivio para la joven.

— ¿Ya despertó? — mencionó Inej mientras se posicionaba en el marco de la puerta, ninguno de los dos la había notado y el único que se asusto al verla fue el Zemini.

La Sully se acercó junto a Morgana sentándose en la cama a un lado de ella para abrazarla con bastante fuerza y cariño.

— Nos asustaste — declaró cuando se separó del abrazo aún tomándole las manos.

— Yo...

— Está bien, ya todo salió a la luz — hablo Jesper cuando noto que las palabras no salían de la boca de la Ravkana — Inej lo entiende. Kaz está un poco pensativo al respecto.

La joven paso su mano por su cabello con frustración, había arruinado todo. Desde que llegó a Ketterdam se había jurado a no usar sus poderes y mucho menos contarle a los demás al respecto, quería enterrar todo al menos comenzar una nueva vida, Jesper fue el primero en enterarse, ya que un día Morgana sufrió tanto dolor en sus manos que se desplomó en el suelo y el Zemini lo supo al instante.

— Debió haber sido duro — comenzo Inej, la Ravkana volvió a mirarla — volver al lugar del que huiste, recordar todo y sentir que estabas en el que alguna vez fue tu hogar.

Y no se equivocaba, antes de desmayarse por usar sus habilidades, lo único que pensó fue en el pasado, cuando vivía ahí y era una niña, cuando aún su padre vivía.

— Tenía nueve cuando me hicieron la prueba — relato mirando a la Sully y después al Zemini — mi madre estaba fascinada, la luz que broto de mi dedo les dió esperanza a los grisha que la acompañaban, ella es parte del segundo ejército, una de las grisha más leales a Kirigan. Le conté a mi padre al respecto y el no estaba muy contento, por mi parte yo estaba emocionada, pensé que vivir en el pequeño palacio sería una experiencia perfecta, al menos eso piensas cuando eres un niño que recién descubre que es un grisha. Mi madre decreto que un año después me recogería y llevaría con ella a vivir en el pequeño palacio, no vivíamos en buenas condiciones, mi madre era la que vivía bien, mientras que mi padre y yo vivíamos al día a día, el me enseñó a robar.

Una sonrisa se plasmó en el rostro de la joven al recordar a su padre.

— Mi madre no podía visitarnos sin un permiso especial pero como salir del pequeño palacio no era sencillo solo me veía una vez al año, paso un año y cumplí diez. Mi padre se había pasado los últimos meses antes diciéndome que el pequeño palacio no es como lo cuentan, es un lugar para entrenar grisha y obligarlos a luchar en una guerra que jamás terminará, ningún grisha tenía la oportunidad de rehusarse y los que si eran ejecutados, mi padre le dijo que sería mejor si huyeramos pero la única salida era por la sombra, llegamos pero sabíamos que ya nos estaban buscando, aún así continuamos y al llegar al lugar el me dijo que no creyera jamás en lo que mi madre dice, que yo no era la invocadora del sol y que cuando ellos lo descubrieran me reprenderian, además no volvería a ver al hombre que me crio es por eso que no dude en irme junto a mi padre. Pero antes de cruzar el general Kirigan y un grupo de grishas entre ellos mi madre nos alcanzaron, mi padre trato de defenderme a su manera y Kirigan lo asesino. Lo peor de todo es que recordé que ese día era mi cumpleaños número diez.

El rostro de Morgana se sumió en la tristeza dejando caer un par de lágrimas, Inej se acercó a ella y la abrazo colocando su cabeza en el hombro de la joven mientras que Jesper coloco su mano en el otro hombro tratando de reconfortarla, estaban tan bien en ese abrazo que no notaron la presencia de Kaz escondiéndose a un lado del marco de la puerta, el hombre Kerch no sé acercó simplemente comenzo a caminar en la dirección contraria levantado su bastón para que esté no golpeara la madera.

— Es liberador hablarlo, ¿No? — cuestionó Inej, Morgana asintió con una pequeña sonrisa.

— Bien, tal vez lo mejor sea dejar de descansar — aclaro la joven Ravkana levantándose de su lugar.

Inej y Jesper se miraron entre ellos parecían recordar algo.

— Hay otro pequeño problema.

— ¿Que? — cuestionó Morgana mirando a ambos.

Jesper se levantó y se acercó a ella tomándola de los hombros y acercándola al espejo que estaba en la habitación cercas de la puerta, Morgana se miró con atención y sus ojos se abrieron con asombro al ver su cabello.

— ¡¿Pase de pelirroja a pelinegra?! — dijo tocándose el cabello sin poder creerlo.

— Creemos que tuvo que ver con que usarás tus poderes — declaró Inej — pero descuida ya tratamos de lavarlo y si lo haces durante un par de días volverá a ser rojo como antes.

La sully se acercó mientras tomaba un mechón del cabello de Morgana, este seguía siendo pelinegro pero en unas partes rojo. La -ahora- pelinegra se arregló para bajar, al parecer estaban en una posada la cual también era un bar de entretenimiento.

— Bueno, salió bien — mencionó Jesper, se refería a lo ocurrido en la sombra.

Los demás se encontraban comiendo o bebiendo, al fondo habían personas haciendo actos de talentos parecía ser un circo, Morgana se encontraba al lado de Jesper, para ser más exactos en su lado derecho.

— La fiesta de invierno del pequeño palacio — hablo el conductor mirando un folleto — no hay forma de que el encuentre a la invocadora del sol sin Nina, en especial durante esta ridícula fiesta estará llendo del segundo ejército.

— Estamos de suerte — escucho la voz de Brekker, este paso a un lado de Morgana y se posiciono ahí viendo a su equipo — hay posibilidades de que continuemos ahora que estamos a tres días de la capital y con una grisha de nuestro lado, podría ser más sencillo.

Morgana comió su waffle despacio ante la mención directa y mira a Inej y Jesper.

— Lo siguiente sería encontrar una forma de entrar al pequeño palacio — declaró — resulta que los archivos de Kribirsk alojan los planos del pequeño palacio pero los tienen bajo llave. Lejos de las miradas indiscretas de las masas.

Jesper golpeó la barra y sonrió.

— ¡Si!.

— ¿Que significa eso? — pregunto el conductor viendo al Zemini.

— Es hora de un asalto — respondió golpeando levemente el hombro del tipo y después dándole una mirada de complicidad a Morgana.

Pasados unos minutos, Brekker le pidió a Jesper que vendiera a la cabra de nombre Milo para ganar un poco de dinero y ahí estaba Morgana apreciando cómo Jesper se despedía de una cabra y lanzaba un beso al aire mientras se alejaba con una mirada de tristeza, no solo ella lo miraba, también el conductor.

— Dios le encanta dramatizar — susurro la Ravkana mientras negaba levemente.

— Debió ser una noche dura, ¿No? — escucho preguntar al conductor — se que ustedes se conocen pero yo no soportaría estar una noche encerrado al lado de Kaz Brekker.

Morgana lo miro confundida.

— ¿A qué se refiere?.

— Anoche tenías bastante fiebre, debió ser el uso repentino de tus dotes grisha, Brekker les pidió a los demás que no se acercarán y se quedó a cuidarte toda la noche.

Morgana iba a preguntar más, pero la presencia de Brekker la hizo seguir comiendo.

— Tengo un trabajo para ti — se refirió al conductor — busca transporte para el pequeño palacio — saco un par de billetes y los dejo en la mesa — haz amigos.

Dió una última mirada a Morgana y se fue.

Brekker armo un plan brillante para robar los planos del pequeño palacio, plan del que Morgana fue excluida con la excusa de que debería descansar, pero ella sabía que Kaz se desquitaba de esa manera pues aún estaba molesto por lo ocurrido, es un hombre que no disfruta de las mentiras.

— ¿Tienes algo planeado? — pregunto Inej mirando a Kaz quien no respondió ante la pregunta, habían vuelto de la misión con éxito.

— Kribirsk no es lo peor, podemos abrir un bar — hablo Jesper mientras bebía un poco de alcohol — cerveza de Ravka oriental...

— Cállate Jesper — dijeron los tres al unisono.

— Extraño a Milo.

— Amigos — saludo el conductor cuando se acercó a los cuervos.

— ¿Por qué estás tan alegre? — cuestionó Brekker.

— El es marco, el y su equipo fueron invitados a la fiesta de invierno en el pequeño palacio.

— Un sueño de toda la vida — aclaro el hombre.

— Si, una oportunidad de entrar al pequeño palacio, pero perdieron a su artista estrella debido a un desafortunado y raro accidente. Necesitan a alguien con las habilidades para reemplazar a su artista estrella.

Morgana dirigió su mirada a Inej manteniendo una sonrisa en su rostro.

— Y como el principal agente de talentos de Ketterdam, tuve una idea.

Kaz se giró para mirar a Inej, también Jesper la miraba.

— Cómo dijo un amigo, si no hago esto nadie irá a ningún lado — dijo Inej mirando a Kaz.

Se despojo de la mayoría de sus cuchillas dejándolas en manos de Morgana y Brekker. Después de eso, Inej dió un pequeño espectáculo ganándose bastantes aplausos y sonidos de asombro de parte de la gente en el bar, Jesper aprovecho la situación para demostrar sus habilidades de tirador y también fue contratado para actuar en la fiesta de invierno, todo parecía ir bien.

(...)


Jesper e Inej lograron pasar desapercibidos estando junto al equipo de entretenimiento, el conductor también pues se hacía pasar por un agente de talentos.

— Esa es nuestra invitación para actuar firmada por la reina — mencionó Marco quien hizo mucho énfasis cuando mencionó a la reina.

— Está orden, les da acceso a los jardines, al salón de baile y nada más — dijo el guardia del primer ejército, estos portaban un uniforme real, la mayoría de los que cuidaban el palacio lo portaban — son empleados de la reina, no sus invitados. Deben permanecer juntos como grupo en todo momento, sin pistolas, ni dagas, ni armas de ningún tipo, el castigo por violar estas reglas va de que los despidan a qué les disparen. ¿Todos entienden estas reglas?.

De pronto un bullicio llamo la atención de todos, un guardia real parecía sacar a la fuerza a una persona que se escondía debajo de un carruaje.

— Ay por todos lo santos — se quejo el guardia que les daba las instrucciones.

— ¡Invocadora del sol, solo quiero verla! — grito logrando zafarse mientras trataba de correr a la entrada, los demás guardias se acercaron.

Entre ellos Kaz y Morgana estos dos iban vistiendo el uniforme real, la joven golpeó con su brazo al tipo el cual cayó al suelo inmediatamente y coloco su pie encima de el inmovilizandolo, Kaz se acercó a su lado mientras apuntaba su arma al hombre al igual que los demás guardias.

— Muy bien ya basta, ¿Enserio necesitamos a todo el cuerpo para un hombre? — hablo el guardia, Morgana levantó al intruso con ayuda de otro guardia, este último se lo llevó lejos del lugar — ustedes a sus puestos.

Kaz y Morgana se dieron una última mirada antes de seguir a los demás guardias. El plan de Kaz consistía en qué el recorrería la ruta que el objetivo tomaría hacia el salón de baile y una vez ahí la emboscarian, Morgana le seguía el paso por uno de los estrechos pasillos del palacio, caminaban firmemente hasta que la joven noto como el castaño se desviaba un poco hacia una puerta y se dejaba caer ahí, Morgana alzó sus brazos queriendo atraparlo pero el se lo negó.

— No, lo hagas — dijo sin siquiera verla — es solo un pequeño dolor.

— Te estás lastimado — regaño mirando por el pasillo para que nadie los sorprendiera, veía como Kaz sobaba un poco su pierna.

— No importa — suspiro con seriedad y después giro su rostro mirando a la joven pelinegra — que sepas que mi confianza en ti disminuyó.

El castaño masajeo un poco su pierna y volvió a caminar dejando a la joven atrás, Morgana resopló y una mueca de tristeza se mostró en su rostro, había llegado a Kaz Brekker jurandole lealtad y así se ganó la confianza del bastardo, que el ahora le diga eso solo la hace sentir peor al respecto. Caminaron durante un rato hasta que notaron cómo la pared se seguía extendiendo y no había puerta ahí, mientras que en los planos del palacio aparecía una pequeña habitación en el lugar.

Kaz se acercó a mirar mientras Morgana lo seguía, el castaño empujó la pared pero no salía nada, lo hizo una segunda vez y unos pasos comenzaron a sonar al fondo del pasillo llamando su atención.

— No entiendo, ¿por qué te molesta tanto? — pregunto la pelinegra mirando a Kaz, al parecer no había notado los pasos — ¿Es tan difícil aceptar mis disculpas?, Porque enserio lo siento, no era mi intención herir tus sentimientos ocultandote que era una grisha.

Kaz gruño y tomo a la pelinegra del brazo ocultandose en la habitación frente a la pared, Morgana se dió cuenta inmediatamente de que personas venían, por lo que se mantuvo callada observando por una pequeña apertura, una grisha y dos sirvientas se colocaron frente a la pared, de repente con un movimiento de manos una puerta apareció, Kaz miraba en silencio mientras que la joven no podía ocultar lo impresionada que estaba al ver que el aún sostenía su brazo con firmeza.

Pasaron las horas y el equipo termino reunido en uno de los carruajes del circo, era un buen escondite al menos por el momento.

— ¿Seguro de que era ella? — cuestionó Brekker, aún llevaba el uniforme real pero está vez sin el sombrero al igual que Morgana.

— Te lo aseguro, es parte Shu — aclaro Jesper con seriedad en su tono de voz, al parecer el Zemini se había topado con la invocadora del sol.

— ¿Cuando la viste con exactitud?.

— Después del medio día — aclaro.

— ¿Que hay aquí? — interrumpió Inej apuntando en los planos del palacio.

— Un probador — respondió Morgana mirando los planos — irá ahí a cambiarse para la cena.

— y ahí la atraparemos — hablo en conductor.

— Fuera del paso, misión despejada — mencionó Jesper mirando a su jefe — espacio controlado me gusta.

— Si, pero hay un pequeño detalle — comento Morgana mirando a Brekker para que lo mencionara.

— No tiene puerta, me gustaría si la tuviera — comento el castaño.

— ¿No tiene una? — pregunto Inej.

— No una que podamos usar — respondió Kaz — es una cerradura grisha, se necesitaría un materialki para abrirla.

— ¿No hay forma de abrir el cerrojo?.

— De hecho si la hay, yo puedo abrir esa puerta — los cuervos giraron sus rostros al conductor, ese hombre estaba lleno de sorpresas.

— ¿Cómo?.

— Los mecanismos de bloqueo los diseña un hacedor en granjes de hierro que se deslizan sin un pestillo. Pero, para que alguno lo habrá necesitaremos una piedra imán con una fuerza mínima de unos diez mil, difícil de encontrar — comento el hombre robusto mirando a los cuervos.

— No es que llevemos una de esas en el bolsillo, ¿Verdad? — dijo Jesper con su característico tono de burla.

El conductor abrió su maleta y de ahí saco lo que parecía ser una piedra, para ser más exactos la pierda imán de la que estaba hablando.

— Creme no querrás guardar una de estas en tu bolsillo — respondió el hombre acercándose a Jesper y mostrándole la piedra — no si quieres tener hijos algún día.

Jesper hizo una mueca y miró a Inej quien sólo le sonrió.

— Bien, arkem va por el objetivo — hablo Brekker sonando decidido.

— ¿Quieres que el nuevo atrapé el paquete que vale un millón de Kruge? — cuestionó Inej sin poder creerlo.

— Me sorprende que enserio hayas dicho eso — dijo Morgana quien se ganó una mirada por parte del castaño.

— El nuevo conoce las cerraduras grisha — respondió Brekker apartando por fin su mirada de la ahora pelinegra — nuestro futuro depende de esto, los demás prepararemos una limpia lince.

— ¿Enserio? — cuestionó Morgana mirando a Inej quien se veía igual de confundida que ella, la joven miró a Jesper quien alzó sus brazos.

— ¿Que es una limpia lince? — cuestionó Arkem mirando a los cuervos.

— Los linces son cazadores en manada y muy hábiles, despejan el camino para la presa.

— Ah, entonces yo tomo a la invocadora del sol y ustedes despejan el camino — hablo el conductor, los demás asintieron.

— Así es, lo haremos antes de cena — respondió Brekker mientras comenzaba a enrollar los planos del castillo.

— Inej y yo despejamos — comento Brekker mirando a la Sully, después giro su vista a la joven Ravkana — tu síguenos el paso, mantente cerca y no llames la atención — la ahora pelinegra asintió sin ánimos, odiaba cuando Brekker la excluía de esa manera — Jesper, asegura una salida rápida.

(...)

La fiesta había comenzado, Inej se encontraba haciendo su acto justo donde las personas que usaban la escalera podían apreciar a la Sully, Jesper se encargaba de buscar una salida y transporte para cuando terminen con la misión, Kaz se encontraba preparando su movimiento, hacer algo para irse de fiesta sin que lo cuestionen y poder entregarle los uniformes reales a Arkem y Inej.

Mientras tanto Morgana lo seguía de lejos, observando los movimientos de Brekker. La joven no entendía por qué el Kerch se lastimaba al no usar su bastón, podía apreciar como cada cierto tiempo el castaño se detenía en alguna pared y masajeaba levemente su pierna antes de seguir caminando, el salón de baile se sumió en murmullos de las personas al ver a una mujer mitad shu entrar al lugar, vestía una kefta negra con toques dorados y un tocado muy hermoso, Morgana no podía creer que estaba frente a una Santa, se mantuvo lejos del lugar entre las torres decorativas del salón, del otro lado estaba Inej y un poco más lejos estaba Kaz. La invocadora del sol fue presentada, entonces la voz del general Kirigan llamo la atención de Morgana ahí estaba el, el hombre que había asesina a su padre y por nada, al final ella no era una invocadora del sol, ni importante.

Jesper solía decirle que ser un grisha para el era una maldición, pero ser una grisha cómo ella es peor que una maldición.

La presentación comenzó. Kirigan uso sus habilidades para que todo el salón quedará en completa oscuridad y entonces unas luces resplandecientes salieron de las manos de Alina, llevó las luces al centro iluminando todo. Cuando la presentación termino Alina comenzó a hablar con personas importantes de diferentes partes del mundo que habían cruzado solo para verla. Morgana iba a seguirla pero entonces una cabellera roja conocida hizo que se detuviera abruptamente.

Era su madre.

La mujer mayor camino entre la multitud y la ahora pelinegra la siguió con cuidado, llegaron hasta el lugar donde ya no había invitados y la madre de Morgana entro a una habitación, ella no lo dudo y entro también.

— Morgie — escucho decir en cuanto cerro la puerta tras de ella — no sabía si eras tú, tu cabello...

La mujer se acercó queriendo tocar a su hija pero está la aparto.

— No me llames así — respondió la joven mirándola con odio.

— Morgana, aunque no lo quieras sigo siendo tu madre — eso le dolió, era verdad, pero la joven sabía que solo había tenido un padre que se había preocupado por ella.

— En lo que a mí me consta mi madre murió cuando yo nací, Venya— dijo sin filtro.

Venya soltó un jadeo, no podía creer que su hija le estuviera hablando así.

— No hiciste nada cuando ese psicópata asesino a mi padre — dijo al borde de las lágrimas — tampoco fuiste a verme, parecía que no te importaba.

— Tu padre era un traidor — dijo con seriedad — soy una soldado, debo cumplir con mi deber.

— ¡Yo era tu deber!.

La mujer mayor miró a su hija con pena.

— Lo sigues siendo, quédate conmigo — pidió dándole una mirada llena de súplica — quédate con tu única familia.

— No, no voy a pelear en una guerra a la fuerza — respondió con firmeza — además ya tengo una familia.

— ¿Hablas de esos sucios ladrones que han estado paseándose por el salón principal? — Morgana se quedó quieta al escucharla, ya lo sabía — somos un poco lentos, pero no tomo mucho darnos cuenta que personas se infiltraron en el pequeño palacio para dar con nuestra invocadora del sol.

La joven resoplo con molestia, si ella lo sabía entonces los otros grisha dentro del palacio también y eso ponía a Inej y Kaz en peligro.

— Kirigan enviaba grisha lejos de Ravka para buscarte — reveló mirando a su hija — jamás pudieron encontrarte. Eres especial hija.

— ¡No lo soy! — dijo con molestia mientras alzaba su voz — nunca fui la invocadora del sol, mi padre murió por proteger a una niña inútil.

Venya bajo su rostro y suspiro.

— Te equivocas — respondió alzando su vista a Morgana — tu eres importante.

Venya saco una hoja arrancada, parecía ser de un libro, coloco la hoja en la mesa arrastrándola un poco hacia su hija. Morgana tomo la hoja en sus manos y leyó con cuidado.

Phoenix summoner. Era lo que se leía en la hoja, había una ilustración de una mujer de cabellos rojos y a su alrededor la cubría un aura de fuego, justo como sus poderes, la joven río incrédula y miró a su madre.

— Es mentira — dijo negándose a aceptarlo — solo lo dices para que me quede contigo.

— Es lo que eres, es por eso que nunca dejamos de buscarte hija — aclaro Venya — ahora que estás aquí puedes quedarte y yo podría instruirte.

— No. No me quedaré aquí — dijo, se notaba el odio en sus palabras, la sola idea de permanecer junto a su madre en el pequeño palacio le disgustaba.

Venya se canso de ser paciente a si que cambio su rostro a uno serio manteniendo una media sonrisa.

— Bien, pregunté amablemente — Morgana alzó sus manos hasta su abdomen preparándose en caso de ser necesario — si quiero puedo obligarte a que te quedes, eres Ravkana y una grisha estás obligada a servir en esta guerra y si eres una invocadora lo estás más.

Morgana frunció su ceño al oír a su madre.

— Tus amigos no saldrán vivos — dijo Venya. Morgana bajo un poco su guardia al oírla — ahora un inferni persigue al cojo que viste el uniforme real.

Morgana abrió sus ojos, su rostro cambio a un enojo puro, sus pupilas se dilataron, sus dientes estaban a la vista parecía apretarlos y las venas amarillas comenzaban a aparecer en su cuerpo. Venya alzó su mano como una amenaza de que iba a atacar.

— No atacarias a tu madre — susurro la mujer con una pequeña sonrisa en su rostro.

Morgana río un poco en burla a la mujer.

— Pero, yo no tengo madre — respondió gustosa, lanzo una nube de energía a Venya haciéndola volar hacia atrás y golpearse con un mueble decorativo de la habitación.

Morgana tenía su mirada perdida en el cuerpo inconsciente de su madre, miró la hoja en su mano y la guardo en el bolsillo de su uniforme, lo leería con más calma después, primero debía salvar a sus amigos, salió de la habitación pero antes de irse rompió el cerrojo de la puerta con facilidad y comenzó a correr para buscar a los demás.

(...)

En otro lado del pequeño palacio, se encontraba Brekker tratando de esconderse de un inferni que lo había estado siguiendo a él y Inej en el salón de baile, significaba peligro en todos los sentidos, su preocupación aumento cuando no vio a Morgana en el salón de baile justo después de la presentación de Alina. Kaz podía ocultar muy bien sus emociones pero el saber que está misión no estaba saliendo como había planeado lo hacía enojar y mucho, durante su recorrido por los pasillos dejo caer el sombrero del uniforme real pues le parecía pesado, llegó a lo que parecía ser una pequeña iglesia y se oculto ahí esperando al inferni.

— No deberías estar aquí, ¿Verdad? — escucho la voz del inferni — hombre cojo.

Kaz gruño ante la mención de su extraña forma de caminar, el tono de burla del inferni solo lo hizo molestar más pero aún así se mantuvo oculto, el castaño hizo un ruido a propósito para llamar la atención del grisha, escucho como este se subía a las bancas de madera y comenzaba a caminar sobre ellas, mala idea.

— Eres solo una araña herida en mi casa — dijo el grisha — ¿Sabes lo que le hacemos mi hermana y yo a las arañas?.

El sonido del fuego que se postraba ahora en la mano del inferni fue la señal de Kaz para atacar. Brekker apareció golpeando los pies del grisha con una decoración de madera haciendo que esté caiga al suelo, Kaz coloco su pierna sobre el brazo del inferni para inmovilizarlo.

— A diferencia de una araña solo necesito una pierna sana, sin embargo tú — uso de nuevo la pesada decoración de madera estampandola contra la mano del inferni, los odios de Kaz se deleitaron con los gritos de dolor del grisha — parece que necesitas ambas manos.

Dejo ir su peso contra la decoracion para mutilar un poco más la mano del infierni y después con la misma decoración lo golpeó en el rostro. Kaz ya estaba listo para irse pero el dolor en su pierna hacia que le costará caminar más rápido, el sonido del fuego siendo invocado lo hizo voltear rápidamente, el grisha estaba de pie listo para quemarlo pero entonces una cuchilla se estampó en la parte trasera de la cabeza del infierni, el cuchillo era cubierto por un aura amarilla y roja.

El cuerpo del inferni cayó inerte en el suelo, Kaz giro su rostro hacia arriba viendo a Morgana, se encontraba en el pequeño balcón de el lugar, los ojos de Brekker brillaron por un segundo el pudo jurar que ese iba a ser su fin de no ser por Morgana.

Y ahí estaba ella, su rostro serio pero parecía preocupada y respiraba pesadamente, las venas amarillas se marcaban en su rostro y sus ojos eran del mismo color que su aura. La joven Ravkana bajo del balcón volando, se veía tan ligera y verla bajar de esa forma le hacía saber a Kaz que ella no era un simple grisha.

Laa voces de los guardianes hicieron que Brekker reaccionara.

— Debemos irnos — dijo acercándose a la joven.

— Debo m-matarlos a todos — dijo, después de la plática con su madre ella solo pensaba en liquidar la tanto a ella como a Kirigan y a cualquier grisha que esté dispuesto a lastimar a su familia.

— No, debemos irnos — aclaro Brekker, mirando a la joven buscando que está lo mire a los ojos — me salvaste la vida, debemos buscar a Inej y Jesper.

Morgana volvió en si, sus poderes se habían ido, asintió lentamente por lo que Kaz comenzó a caminar lo más rápido que la pierna le permitía junto a Morgana.

Se irán corrigiendo los errores de ortografía.

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